Conocí a Fernando García Pañeda con la curiosa colección de relatos titulada “El club Knut”. Me pareció un libro original, diferente y muy bien escrito. Por lo que cuando me ofreció “Sueño y azar”, su última publicación, no me lo pensé dos veces
Aquí tenéis mis impresionesFernando García Pañeda
En cuanto a su trayectoria literaria, comenzó con la publicación de relatos premiados o con mención especial en diversos certámenes literarios.
En 2002 publicó su primera novela, Viento de Guerra (Txertoa), la cual fue reeditada con el título Las lágrimas de Eurídice (Aurea Editores, 2007), a la que siguieron Kismet (Hiria, 2005) y Tres Gymnopedias (Opinión con valor, 2008). Posteriormente publicó el libro de relatos Gentes del Club (Seleer, 2012).Añadir leyenda |
Con el presente relato, Sueño y azar, ha resultado ganador del Premio Alhóndiga de Narrativa Breve convocado en el marco de los XXIV Premios
Datos técnicos
Título: “Sueño y azar”
Autor: Fernando García Pañeda
Editorial: Denes
Fecha de publicación: 2015
64 páginas
ISBN: 978-84-943422-6-4
Precio: 11,00 euros en papel
Autor: Fernando García Pañeda
Editorial: Denes
Fecha de publicación: 2015
64 páginas
ISBN: 978-84-943422-6-4
Precio: 11,00 euros en papel
Argumento
Una niña sentada con un libro abierto sobre la falda, pasando las páginas con expresión obstinada; enternecedoramente pequeña, sola y orgullosa, deliberadamente ajena a todo.
Un niño de los de toda la vida con aspecto aseado, correcto, educado, agradable para la vista. El porte que cualquier padre con el mínimo sentido común desearía para un hijo suyo.
Son dos personas destinadas a encontrarse a lo largo del tiempo. Desde que son niños, a la puerta de un colegio, hasta una cita crucial en un puente muchos años después. La misma mirada, la misma actitud y las mismas sensaciones en distintos lugares, distintos momentos y distintas circunstancias. El resultado de un enorme número de combinaciones casuales y causales se confunde con un sueño, un sueño repetido, un sueño con perfil humano.Un niño de los de toda la vida con aspecto aseado, correcto, educado, agradable para la vista. El porte que cualquier padre con el mínimo sentido común desearía para un hijo suyo.
Los caminos por los que la vida los ha llevado se cruzan varias veces hasta una última y decisiva, en que deberán decidir si dejan de lado el azar y el sueño para dar paso a una realidad consciente.
Impresiones
Es curioso en qué se inspiran los autores a la hora de imaginarse sus obras. Algunos en algo que han vivido personalmente o personas cercanas a ellos, algo que les han contado, algo que les ha llamado la atención… En este caso, Fernando García Pañeda se inspira en dos artículos de Arturo Pérez Reverte que le llamaron la atención. En uno de ellos, una niña estaba ensimismada leyendo un libro. Se trata de “La niña del pelo corto”, publicado en El Semanal del 3 de abril de 2015. En el otro salía un niño muy pulcro y aseado, como de otra época. Se titulaba “El niño del tren” y se publicó en El Semanal del 18 de septiembre de 2015. Este último artículo terminaba con un deseo: que ese niño y esa niña se encontraran. Y aquí viene Fernando, cual genio de los deseos, para dar cumplida cuenta al deseo de Pérez Reverte. En “Sueño y azar”, esa niña de pelo corto y ese niño formal y responsable se encuentran; eso sí, muchos años después cuando ambos son jóvenes adultos.
El niño jamás se olvidó de esa niña que tan ensimismada vio leyendo y cuando, muchos años después, siendo él jurado para la selección de los miembros de una orquesta aparece ella como una de las candidatas, enseguida se da cuenta de quién es. “Sólo una jugada del azar explica el modo en que llegué a conocerla”. Y es que sólo el azar puede hacer que tantos años después aquel niño y aquella niña confluyan en la misma habitación y en el mismo momento para poder así cumplir el sueño de infancia de quien era un niño formal y ahora se ha convertido en un adulto también formal. Y lo que les unirá será la música, que estará presente a lo largo de todo el relato. Música clásica, de cuerda e instrumental que ya se vislumbra en la preciosa portada en la que dos personas sentadas se apoyan por la espalda y con el hueco de su columna vertebral dibujan un violoncelo.
“Sueño y azar” es un relato muy corto. Tan sólo son sesenta páginas y sólo refleja un par de momentos de una vida. No obstante, es un relato intenso y, sobre todo, muy poético que, si bien por su extensión puede ser perfectamente leído de tirón, pide más bien una lectura pausada y atenta, saboreando las notas musicales y la poesía que lo impregna.
Son sólo dos los personajes que protagonizan este relato. Dos personas de características muy diferentes. Él es un funcionario serio y formal, educado, se le ve muy buena persona. Músico frustrado, estudió por recomendación paterna para un puesto fijo en la Administración; al menos, está relacionado con su gran pasión. Ella es todo lo contrario a él, salvaje e impetuosa, de arrebatos y muy artista. Desde pequeña tuvo un don para la música y, no sólo es una virtuosa en cuanto a la técnica sino que también tiene “alma”, eso que hace convierte en un artista a quien no sólo sabe tocar bien sino que tiene “ese algo más”. A pesar de que el relato da para pocas introspecciones, lo cierto es que los personajes están dotados de personalidad y de alma. Y ello es así porque todo el relato lo componen ellos. No hay una trama propiamente dicha, sino que simplemente vamos a asistir a varios encuentros entre los personajes. No hay un planteamiento, un nudo y un desenlace, sino momentos, situaciones y, sobre todo, sentimientos. Quizás para ahondar en su personalidad, en sus pensamientos y sentimientos, el autor no ha querido ni darles nombre: lo importante no es quiénes son más allá del niño formal y la niña del pelo corto; lo importante es cómo son y cómo se relacionan entre sí.
La novela está escrita en primera persona a dos voces: por ella y por él. Así consigue el autor meterse en la cabeza y el corazón de los protagonistas. Cada capítulo de los seis que se compone el relato está narrado, de forma alterna, por cada uno de los protagonistas. El autor ha sabido diferenciar perfectamente ambas voces narrativas ; no es difícil saber cuándo habla una o cuando habla el otro porque son voces totalmente distintas
El estilo de Fernando es muy cuidado, pulcro y elegante. Y, en este caso, está lleno de poesía y de música. Poesía por el tono que adopta. Música porque suena una música clásica, barroca, de fondo“…no es necesario saber a dónde va uno, pero sí imprescindible saber de dónde viene. El presente se nos escapa a cada instante y el futuro, caso de haberlo, es ilusión”.Me he visto reflejada en algunos aspectos del chico o, mejor dicho, he visto reflejados a mis padres y a toda su generación. Con cosas como ésta:
“Mis padres, como todos los que se forjaron en la tregua inclemente de la posguerra, sabían muy bien lo que había quedado atrás; su única obsesión era sacar la cabeza, salir adelante, prosperar y conseguir que sus hijos no sufrieran las mismas privaciones que ellos, que sus padres y que los padres de sus padres. Cambiar el pasado. Dar un pasado distinto y una posibilidad de futuro a sus hijos. Aunque tampoco a éstos les fuera a salir gratis: la transmisión de ese concepto de la vida como dura lucha y sacrificio continuo proporcionó apreciables dotes de supervivencia, pero devoró un gran número de suños que sólo un azar venturoso (ese tan raro y esquivo) podría reintegrar”.
Finalmente, tengo que contaros que este relato ha resultado ganador del Premio Alhóndiga de Narrativa Breve convocado en el marco de los XXIV Premios Otoño Villa de Chiva 2014. Un premio muy merecido.
Conclusión final
Me ha gustado mucho esta historia intimista que Fernando García Pañeda nos ofrece en “Sueño y azar”. Un relato muy bien escrito, muy poético y musical para degustar tranquilamente.
Yo todavía tengo pendiente el anterior libro del autor, por lo que con este de momento no me animaré
ResponderEliminarBesos
Que Original el punto de partida. Supongo que a Reverte le habrá gustado. Me lo anoto aunque mi cupo de relatos ya está cubierto este año.
ResponderEliminarBs.
A mí la verdad es que no me atrae, así que no creo que lo lea...
ResponderEliminar¡Un beso! ^^
Ah, pues no lo conocía, ni el autor ni el libro.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Un saludo.
Un libro diferente, no sé si me gustaría pero me llama la atención!
ResponderEliminarCreo que este no me lo apunto, no me termina de convencer.
ResponderEliminarGracias, guapa
Besos
Muy curioso saber como llega la inspiración para un relato,cuanto o novela.Quizá me lo apunte para mas adelante.Me gustaría saber que opina Reverte...
ResponderEliminarBesos!
Creo que no me importaría darle una oportunidad.
ResponderEliminarBuena reseña.
¡Nos leemos! :)
Hola! No conocía el libro, gracias por reseñarlo, tiene buena pinta!
ResponderEliminarUn saludo!
La verdad es que no termina de llamarme...
ResponderEliminarBesos.
Me parece un libro interesante
ResponderEliminarasí que lo tendré en cuenta
un beesito
No me importaría leerlo. Un besote
ResponderEliminarNo me acaba de seducir mucho.
ResponderEliminarUn beso.
Lo dejo pasar que no es muy de mi estilo.
ResponderEliminarSaludos
Pues creo que sí me lo leería, aunque más adelante =)
ResponderEliminarBesotes
Es curioso el modo en que nacen las historias. Tendré en cuenta este libro, que creo que puede gustarme.
ResponderEliminarBesotes!!!
Este me lo llevo porque sé quien lo iba a disfrutar mucho más que yo. Un besazo!
ResponderEliminarQué bueno que dos relatos de Pérez-Reverte hayan dado de sí como para una novela.
ResponderEliminarA pesar de ser un relato corto ideal para meter en huecos... no me llama mucho así que este lo dejo pasar.
ResponderEliminarUn beso
No termina de convencerme este relato, Laky. Besos.
ResponderEliminarHola guapa!
ResponderEliminarEste lo dejo pasar, no es para mí. Gracias por la reseña. Besotes
Fernando tiene un estilo muy especial y eso se ve reflejado en Sueño y Azar
ResponderEliminarHola!!! habia oido hablar de este libro, pero no me llama del todo la atencion, asi que lo dejare pasar por ahora. Gracias por la reseña
ResponderEliminarUn abrazo
Para mí fue una lectura bonita. Besos.
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