Hace como medio año que una amiga me prestó este
libro diciéndome que le había gustado mucho y que también me gustaría. No había
oído hablar de él pero, ya se sabe, basta que te enteres de algo para que luego
lo veas por todas partes. Y así fue, vi cositas sobre él en el periódico, un
anuncio en una librería diciendo que organizaban rutas por el faro escenario de
la novela, etc… Así que decidí leerlo este mes aprovechando el mes genérico de
la novela negra
Éstas son mis impresiones
Ibon
Martín
Ibon Martín Álvarez
(Donostia 1976) es licenciado Periodismo y ha trabajado para varios medios de
comunicación. Desde hace unos años invierte su tiempo en viajar y en escribir
sobre ello.
Excursionista y periodista
especializado en ocio y viajes, como él mismo se define, es autor de una amplia
gama de guías sobre destinos vacacionales, y tres novelas: El valle sin nombre (2013), El
faro del silencio (2014) y La fabrica de las sombras (2015) .
Datos
técnicos
Título: “El
faro del silencio"
Autor: Ibon Martín
Editorial: Travel bug
Publicado por primera vez
en el año 2014
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 9788494091261
Páginas: 431
PVP: 18,50 Euros en papel
Argumento
Una tarde de otoño, la
noche llama a las puertas de un remoto faro de la costa vasca, el cuerpo de una
mujer aparece a los pies de la torre de luz. El asesino se ha llevado la grasa
de su abdomen. Leire, la escritora bilbaína que ha encontrado el cadáver, se
convierte en la prinbcipal sospechosa. Desesperada, se verá obliga da a
iniciar una inquietante investigación que sacará a la luz intrigas familiares y
conspiraciones económicas. Sus pasos, que avanzan con más decisión que las
pesquisas oficiales, no tardarán en desvelarle que está ante un imitador del
Sacamantecas, al brutal asesino en serie que aterrorizó Vitoria en el siglo
XIX. Pasaia, una población dividida por la pretendida construcción de una nueva
dársena, es el escenario de estas páginas. Tras su apariencia de apacible
pueblo pesquero, se oculta un puerto industrial en decadencia, en el que
algunos habitantes guardan una oscura verdad. Con personajes caracterizados con
esmero y una fascinante ambientación, Ibon Martín mantiene al lector en vilo
hasta la última página de una escalofriante historia que deja al descubierto
las debilidades del alma humana.
Impresiones
Leire, escritora bilbaína autora de una exitosa
serie de novelas románticas, se encuentra un cadáver horriblemente mutilado a
las puertas del faro de la plata, situado en la localidad guipuzcoana de Pasaia.
Leire vive en el faro desde que se separó de su marido.
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Faro de la Plata |
La asesinada es la nueva novia de su ex marido, con
la que Leire tuvo una trifulca en el mercado hace unos días. Su abdomen ha sido
abierto y la grasa de dentro ha sido extraída. Las sospechas recaen
inmediatamente sobre Leire ya que tenía motivos y oportunidad. El comisario de
la ertzaintza de Rentería no se lo plantea más aunque, como no hay ninguna
prueba que la incrimine, tras interrogarla la deja en libertad
Lo peor es que al poco tiempo aparece otra mujer
asesinada en las mismas circunstancias y también Leire tuvo problemas con ella.
Todo parece apuntarla y en el pueblo la miran mal. Desesperada y aconsejada por
su antiguo profesor de Criminología, decide investigar ella misma ya que la
ertzaintza parece no mirar más allá.
Pronto descubre que hace años hubo un asesino en
serie llamado “el sacamantecas” que, precisamente, extraía la grasa del abdomen
de sus víctimas. Leire y su profesor creen que alguien está imitando al famoso
asesino
Desde ya os digo que recomiendo mucho esta novela a
pesar de haberle encontrado unos fallos “jurídicos” que al principio hicieron
que dudase si seguir o no. Pero decidí seguir y no me arrepiento pues he
disfrutado mucho leyéndola. La mayoría no os daréis ni cuenta de ellos y, los
que sí, pues bueno: como se suele decir, pensaremos que es una licencia del
autor
Empiezo por los fallos y sigo por todo lo demás.
Casi en las primeras páginas me encontré con un forense. Algo normal en el
escenario de un crimen. Lo no tan normal es que falten el juez y el secretario
puesto que los tres, juez, secretario y forense, conforman la comisión judicial
que ha de trasladarse a todo escenario de una muerte violenta. Pero bueno,
pensé que, simplemente, no se había recogido esa escena. Pero luego me di
cuenta de que es que para el autor, el forense formaba parte del equipo
judicial. Y no es así, ni en la ertzaintza ni en ningún otro cuerpo policial de
este país el forense es un miembro del equipo. Es más, no pertenece al
Ministerio del Interior (o Departamento del Gobierno autonómico de que se
trate) como los policías, sino al Ministerio de Justicia. El forense es un
funcionario del Estado que tiene su despacho, no en Comisaría, sino en el
Juzgado correspondiente. Por lo que a la novela se refiere, nuestro forense
tendría su despacho en los Juzgados de Atocha (más otro despacho que
compartiría con el resto de forenses en cada uno de los juzgados de la
provincia). Y no recibe órdenes de la policía sino del Juez Instructor. Vamos,
que eso de que se reúna en comisaría con el equipo investigador, pues como que
no. No digo que no pueda acudir allí (eso realmente lo desconozco) pero, desde
luego, no trabaja en equipo con ellos; sí que colabora en la resolución de los
casos, por supuesto, pero más veo al inspector de turno acudiendo a los
juzgados de Atocha a hablar con el forense en su despacho que no al revés.
Además, el forense se ocupa del cadáver, no de recabar pruebas físicas tipo
huellas en el suelo, etc… (eso es competencia de la policía científica)
O
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La bocana |
tro fallo con el que me encontré ya casi al final
es un atentado flagrante contra la inviolabilidad del domicilio. Además, justo
se dice que no hace falta orden de registro para entrar en el faro porque éste
es propiedad del Ayuntamiento de Pasaia y no de Leire. Y no es así, Leire vive
allí de continúo, es su residencia, su domicilio a efectos legales y, para que
la policía entre allí, necesita una orden de entrada y registro. Vamos, que si
la policía hace algo así, se le caería el pelo
Estos son los fallos que me he encontrado. Al
principio me enturbiaron un poco la lectura pero bueno, me dije que no iba a
darles muchas más vueltas porque lo cierto es que la historia prometía y,
afortunadamente, seguí leyendo. Pero sí que quiero darle un consejo al autor (o
a cualquier otro que quiera escribir sobre temas que no domine): preguntar a
quién sí sabe del tema o, mejor aún, darle a leer el manuscrito antes de
publicarlo. Desde aquí y dado que el autor es de mi ciudad, me ofrezco a
hacerlo a cambio de un café ;)
Si no sabéis de Derecho, no tengáis en cuenta lo que
he dicho en los últimos párrafos porque, lógicamente, no veréis nada raro
Y voy con el resto, que me ha encantado
“
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Pasajes de San Juan |
El faro del silencio” es una novela negra al estilo
nórdico pero con un gran aliciente: es muy de aquí. Tan de aquí que no podría
haber tenido lugar en ningún otro lugar del mundo
La historia transcurre en Pasaia. Pasaia, para
quienes no lo conozcáis, es un municipio guipuzcoano situado muy cerca de la
capital. Está formado por tres poblaciones: Pasajes Ancho, Pasajes de San Pedro
y Pasajes de San Juan. La novela transcurre en los dos últimos pueblos: San
Pedro y San Juan, dos pueblos marineros enfrentados por una bocana, una especie
de ría que entra hasta el puerto. En la punta, está el faro de la plata para
avisar a los barcos del peligro que hay en las escarpadas costas que rodean
estos dos pueblos. Los dos pueblos están
enfrentados físicamente: uno a un lado de la bocana, otro justo enfrente. Si no
los conocéis, os aconsejo una visita sobre todo de San Juan (a mí San Pedro, la
verdad, me parece bastante feo). Pero ir paseando hasta San Pedro y cruzar a
San Juan por el mar, es una delicia. San Juan sólo tiene una calle, pegadita al
mar y sus casas son chiquititas y muy marineras, es una preciosidad. Y aunque
se puede ir allí en coche, dando la vuelta, la entrada en coche es bastante fea
mientras que si la primera imagen que os lleváis del pueblo es desde el mar, es
mil veces mejor. Hay una barquita que, como si de autobús municipal se tratara,
cruza la bocana continuamente trasportando pasajeros. Sólo tarda tres o cuatro
minutos en pasar de un lado al otro, pero resulta muy agradable. Así que ya
sabéis, apuntad este lugar para futuras visitas.
El autor describe muy bien los escenarios.
Obviamente, quien ya los conozca, los va a ver perfectamente reflejados pero
estoy segura de que quienes no los conozcáis, os vais a hacer también una idea
bastante cabal de cómo son.
Como está siendo bastante habitual en estas novelas,
hay dos tramas entrelazadas. La principal es la que transcurre en la actualidad,
la de los asesinatos; es la que ocupa mayor cantidad de páginas. Pero hay otra
subtrama que nos lleva a los años 80, a la misma zona. Entonces las cosas eran
muy diferentes en Pasaia. San Pedro y San Juan siempre han sido pueblos muy
marineros, con muchos inmigrantes (en San Pedro casi puedes oír más gente
hablando gallego que euskera). La vida en el mar es muy dura y no es que de muchos beneficios económicos. Si
a eso le añadimos una época de crisis económica (en esa época, por ejemplo, se
cerraron algunos astilleros de la zona), ya tenemos el caldo de cultivo ideal
para un problema muy común en aquellos años: la droga. La droga azotó mucho
Pasaia y el vecino municipio donostiarra de Bidebieta – La Paz. De hecho, en la
Paz por ejemplo yo creo que apenas entré de pequeña porque era normal ver yonkis
en las esquinas y, comprenderéis, no era un lugar muy recomendable. Toda esa
situación la refleja perfectamente Ibon Martín en manos del Triki, un
drogadicto que se dedica a pequeños trapicheos de contrabando para conseguir
dinero para inyectarse.
La verdad es que al principio no podía imaginarme
qué podía tener que ver esa subtrama con la trama principal aunque ya sabía que
en algún momento confluirían y todo quedaría explicado, como así fue.
M
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Barca que hace el trayecto entre las dos Pasaias |
e ha gustado mucho que el autor haya recuperado un
asesino en serie que aterrorizó Vitoria en el siglo XIX, el conocido como “sacamantecas”.
Lo desconocía completamente y me ha “gustado” conocerlo; que no nos creamos que
los asesinos en serie son patrimonio exclusivo de los Estados Unidos, aquí
también tenemos lo nuestro
La novela está distribuida en 50 capítulos no muy
largos. Cada uno viene precedido por una fecha, así ya sabemos desde el
principio si nos encontramos en la actualidad y en la trama principal o en el
pasado en la trama secundaria. La trama principal tiene más misterio que la
otra pero la del pasado sirve para reflejar una época y una sociedad que existió,
desgraciadamente, y que dio al traste con una buena parte de la juventud de
algunas zonas.
La protagonista de la novela es, sin duda, Leire,
una escritora de novela romántica en crisis (como escritora y como persona,
tras la ruptura con su marido, un mujeriego de tomo y lomo). Se ha trasladado a
vivir al faro de la plata y está más o menos integrada en la sociedad
pasaitarra (a pesar de ser bilbaína jejeje) hasta que ocurre el primer
asesinato y una mujer del puerto le acusa a ella de ser la asesina. Por suerte,
Leire va a aparecer en más entregas pues se acaba de publicar un nuevo volumen
de lo que promete ser una atractiva saga policíaca. El autor sabe dotarle de
humanidad y personalidad pues toca muchos aspectos personales de Leire que la
hacen parecer una persona posible (tendré que acercarme al faro de la plata a
ver si hay alguna escritora viviendo allí jajaja). Junto a ella, tenemos algún
secundario de lujo como su antiguo profesor de la Universidad o la inspectora
Ane Cestero (que creo también recuperará el autor en posteriores novelas), una
ertzaintza recién ingresada en el cuerpo que, a pesar de que el comisario no la
tiene en cuenta, demuestra mucha más inteligencia e intuición que él. Y el comisario,
claro, ay qué comisario tan inútil (espero que no haya muchos como él por aquí,
tan cerriles y obtusos) Y el Triki, por supuesto.
La novela tiene ritmo. Empieza fuerte y el ritmo se
mantiene constante hasta que, como es normal, se acelera hacia el final. Las
partes protagonizadas por el Triki tienen menos ritmo porque carecen de intriga
(salvo la de saber cómo encaja ese personaje en los hechos de la actualidad)
pero son muy interesantes como reflejo de una sociedad y de una época que para
muchos fue para olvidar. La verdad es que durante casi toda la novela estuve en
ascúas no pudiendo ni imaginarme quién sería el asesino y sospechando de todo
el mundo. Hasta que ya casi está a punto de saberse y entonces tuve como un
flash y acerté (eso también me gusta mucho, que el autor te permita participar
en la investigación y darte cuenta por tus propios medios de quién puede ser el
culpable)
Conclusión
final
Sin duda, me ha gustado mucho esta novela de Ibon
Martín y espero leer la siguiente. Un misterio bien trabado e hilvanado, unos
escenarios perfectamente descritos, unos personajes interesantes, un ritmo e
interés que no decaen. Sin duda, una buena novela negra que os aconsejo leer.
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