Hoy os traigo una novela que nos lleva al Gijón de hace unas décadas para conocer los secretos que guardan unas mujeres fascinantes.
Éstas son mis impresiones
Datos técnicos
Título: “Mujeres errantes”
Autora: Pilar Sánchez Vicente
Editorial: Roca
368 páginas
ISBN: 9788417092399
Precio: 17,90 € en papel
Argumento
Greta Meier, famosa escritora suiza afincada en Londres, retorna a su tierra natal en un último intento por detener la deriva de sus días. Sorprendida por la inesperada enfermedad de su progenitora, decide compensar sus prolongadas ausencias y aparcar los reiterados enfrentamientos, permaneciendo a su lado hasta el fatal desenlace.
Sin embargo, sus últimas palabras siembran una duda demoledora, dejando entrever en el último suspiro el gran secreto de la vida de Greta: ¿Quién era la mujer muerta, si no es su madre? Con la única compañía de sus cenizas, la autora emprende un viaje al pasado en busca de su propia identidad.
Siguiendo el único hilo disponible, localiza un punto en la costa norte de España y hacía allí se dirige. Pronto atisbará que la vieja rivalidad entre la Tiesa y la Chata, dos pescaderas ambulantes, esconde la clave de su origen, pero las preguntas se acumulan sin respuestas. Y el tiempo se acaba.
¿De quién es hija? ¿Ha sido robada a sus verdaderos padres? ¿Qué conexión tienen Cimavilla y Nicaragua? ¿Esconden el secreto esas cartas amarillentas, nunca contestadas? ¿Por qué le resulta tan familiar Gaspar García Laviana, el cura guerrillero cuyos poemas le atraviesan las entrañas?
Dejando atrás las turbulencias del pasado, Greta se adentra en un mundo olvidado buscando pistas sobre su origen: ¿dónde están sus verdaderos padres?¿quién es ella, en realidad?
¿Qué hacer cuando los fantasmas del pasado cobran vida?
Impresiones
Greta Meier, una escritora suiza que vive en Londres y que tiene un turbulento pasado, vuelve por primera vez en muchos años a su Suiza natal. Hace tiempo que se alejó de sus progenitores, ni siquiera fue al entierro del padre. Cuando regresa, recibe con sorpresa la noticia de que su madre se encuentra a las puertas de la muerte. Madre e hija se reconcilian y Greta acompaña a Eloína -su madre- en sus últimos días. Justo antes de morir, ésta le confiesa que no es hija suya. Greta ya sabía que no era hija de su supuesto padre pero la confesión de su madre sobre su maternidad le sorprende muchísimo y decide investigar; necesita saber quién es, de dónde viene realmente.
La única pista por la que tirar es una foto antigua en la que aparece su madre junto a otras mujeres en su localidad natal: el barrio de Cimadevilla en Gijón. Si quiere saber algo tendrá que investigar el pasado de su madre por lo que decide ir a España e indagar quién fue realmente su madre.
Os he contado lo que podríamos llamar la trama principal pero, en realidad, en la novela hay tres tramas. Una es de la que os he hablado hasta ahora, la investigación que lleva a cabo Greta sobre el pasado de su madre. Para ello, va a contar con la inestimable ayuda de Julia, que fue íntima amiga de su madre -aunque luego dejaron de hablarse- y que sigue viviendo en Gijón, en una residencia de ancianos. Ésta nos llevará de la mano a un viaje por el pasado en el que conoceremos la vida de ese barrio de pescadores en el que todos eran una piña y donde el hambre campaba a sus anchas.
Otra sería la propia trama personal de Greta. Sabremos cómo creció en Zermatt (Suiza), una preciosa e idílica población donde pasan sus vacaciones los ricos y donde su madre regentaba una tienda de recuerdos. Veremos cómo Greta fue una adolescente rebelde, cómo se rodeó de gente poco recomendable, cómo se metió en el mundo de la droga, su carrera como escritora, etc…
Finalmente, la tercera trama se sitúa también en el pasado y está incluida dentro de los recuerdos que Julia cuenta a Greta. Se refiere a un chiquillo que fue amigo de Julia y Eloína, que luego se convirtió en sacerdote y que viajó a Nicaragua. Leeremos las cartas que escribía a Julia (a pesar de que ésta era y sigue siendo analfabeta) y con él conoceremos la situación del país en los años sesenta, el régimen sandinista, los asesinatos, etc…
He de reconocer que la trama que más me ha gustado -con mucho- es aquella en la que Julia evoca su pasado. Es ésta un fresco del barrio Cimadevilla de Gijón. Un barrio pobre, marinero, en el que cada uno sobrevivía como podía. Un barrio del que muchos tuvieron que huir, emigrando a otros países para poder sobrevivir (como Julia, “la Chata” y como Eloína, “La Tiesa”). Esta parte del pasado es realmente fascinante. La vida de Julia y sus allegados es durísima y la autora nos la va a contar sin ahorrar detalles. Hablará así de muchos temas como el trabajo duro, el maltrato, la emigración, la pobreza…
De esta parte lo que más me ha gustado es lo que se refiere a Julia y a Eloína; reconozco que la parte del sacerdote y sus andanzas en Nicaragua se me ha hecho más pesada y no sabía bien a qué venía. Es cierto que finalmente le he encontrado el sentido pero, aún así, es una parte que no me ha acabado de convencer porque lo que yo quería era saber qué les pasaba a las dos mujeres. Lo mismo puedo decir de la historia personal de Greta. No me ha disgustado porque es intensa y en ella se habla de muchos temas interesantes como el amor tóxico, las drogas, la carrera de escritor pero, insisto, no me ha resultado tan interesante como la de Julia y Eloína. Ello también se debe, supongo, a que mi personaje favorito ha sido Julia: me ha encantado su salero, su frescura, su fuerza a pesar de todo lo que le ha tocado vivir. Y lo vivales que es.
La novela está muy bien ambientada, sobre todo la parte que hace referencia al Gijón de los años sesenta. Parece que la autora se ha basado en las historias que le contaba su abuela, que fue una de esas vendedoras de pescado tan típicas de Cimadevilla. Supongo que algunos personajes, algunas de las historias que se cuentan son reales o están inspiradas en hechos reales. Desde luego, la sensación que da es esa: que todo o casi todo lo que se cuenta se ha vivido por parte de muchas mujeres.
La autora cambia de estilo según la trama que toque contar en cada momento. Así, Greta nos cuenta sus cosas en primera persona. La historia de Julia y, por ende, de Eloína nos será narrada, también en primera persona, por la Chata con un estilo muy fresco y directo. Y la parte de Guillermo el sacerdote se nos traslada a través de las cartas que éste envió a Julia a través de los años; cartas en las que, obviamente, se utiliza también la primera persona. La autora se amolda a la personalidad y la cultura de cada uno de los narradores y, por ello, el lenguaje es más educado cuando hablan Guillero o Greta y más vulgar cuando es Julia la narradora; además, en este último caso está lleno de palabras y expresiones asturianas que hacen más real la narración
Los personajes están muy bien caracterizados. A pesar de que la historia en sí es poderosa e importante, creo que podríamos definir “Mujeres errantes” como una novela de personajes pues éstos tienen muchísima fuerza, incluso más que los propios hechos que se narran. Ya os he hablado de los tres personajes femeninos que son, sin duda, los principales: Greta, Eloína y Julia. Los personajes masculinos son un tanto secundarios pero su papel es importante: además de Guillermo el sacerdote, tendremos al padre de Greta y dos de sus parejas; éstos dos dan pie a la autora para hablar de cómo una relación tóxica puede destruir a una persona.
Conclusión final
“Mujeres errantes” es una novela muy especial que no dudo en recomendar. Una novela sobre mujeres fuertes y luchadoras que nos habla de temas muy diversos: la familia, la amistad, la emigración, las traiciones, el amor, las relaciones, los secretos celosamente guardados, etc… Una novela muy bien escrita, muy bien documentada, que nos traslada al Gijón de los años sesenta y que nos hará disfrutar con la bonita prosa de la autora. Muy recomendable.
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