Éste es uno de esos títulos que te conquistan desde el principio: portada, título, sinopsis… todo te resulta atractivo. Así que no dudas en hacerte con él y buscarle hueco cuanto antes. Y, por suerte, tus primeras impresiones se ven refrendadas: es tu libro
Aquí tenéis mis impresiones
Cecilia Ekbäck
Cecilia Ekbäck es licenciada en Escritura Creativa por la Royal Holloway.
Procedente de una familia de Laponia, se crió en Suecia y posteriormente se trasladó a Londres. Actualmente vive en Canadá con su esposo y sus dos hijas. El invierno más largo es su primera novela, con la que demuestra un asombroso talento literario, una voz original que ha seducido a su público y crítica en Inglaterra.
Datos técnicos
Título: “El invierno más largo”
Autora: Cecilia Ekbäck
Páginas: 400
Precio: 19,90 euros
Editorial: Roca
Primera edición: enero de 2016
Formato: tapa blanda con solapas
ISBN: 9788416306831
Argumento
Laponia, 1717. Maija, su marido Paavo y sus dos hijas, Frederika y Dorotea, han emigrado desde Finlandia a la Laponia sueca, en la zona del monte Blackåsen. Paavo sufre de angustias y miedos incontrolables, y tuvo que abandonar su trabajo como pescador. Ahora la familia vive en una granja.
Una mañana, Frederika y Dorotea llevan a pastar a las cabras a la parte superior del bosque. Allí encuentran el cadáver de un hombre. Maija decidirá avisar de este suceso a los escasos y lejanos vecinos del pueblo que se encuentra a un día de diistancia a pie, un lugar tenebroso y solitario que solo parece volver a la vida cuando las campanas de la iglesia convocan a la gente a través de la nieve. Es allí donde incluso los enemigos más antiguos de esa comunidad se reúnen y abandonan su aislamiento para verse de nuevo.
Maija irá conociendo a cada uno de los lugareños en su discreta investigación y se dará cuenta de que, así como la nieve oculta la tierra, sus habitantes esconden los más temibles secretos. Todos dicen que la muerte de ese hombre, quien resulta ser un miembro de la comunidad llamado Eriksson, solo puede deberse al ataque de un lobo. Pero ¿qué animal salvaje corta un cuerpo de esa manera, con tan limpias y estudiadas heridas?
Impresiones
La historia transcurre en el norte de Suecia, zona de Laponia en el año 1717.
Maija, Paavo y sus dos hijas Frederika y Dorotea se han trasladado desde su Finlandia natal al norte de Suecia pues han hecho un trueque de su granja con la de un tío de Paavo. Donde vivían era zona marítima pero Paavo está aquejado de una extraña dolencia que le provoca grandes terrores relacionados con el mar por lo que ya no puede dedicarse a su profesión: pescador.
Casi nada más llegar a su nueva vivienda, las dos hijas encuentran el cadáver mutilado de un hombre. Maija, mujer aguerrida donde las haya, es la que se encarga de avisar a los vecinos (dispersos a lo largo y ancho del valle) y al sacerdote que reside en el lejano pueblo. El fallecido es uno de los colonos que habitaba en una de las granjas del valle y, aunque al principio parece que ha sido atacado por un animal (probablemente un lobo o un oso), Maija enseguida se da cuenta de que ha sido asesinado. El obispo encarga al sacerdote la investigación y éste se apoyará en Maija a la que ve muy inteligente e intuitiva.
Es ésta una novela negra un tanto inusual por el escenario y la época en la que se desarrolla. La Laponia de principios del siglo XVIII no se encuentra habitualmente por estos lares. Aunque no es la primera vez que leo novela negra situada en esa zona (“El último lapón” de Oliver Truc y su continuación), sí es la primera vez que leo novelas situadas en esa zona en esa época. Una época en la que Laponia se estaba colonizando. El gobierno sueco otorgaba tierras (que antes pertenecían a los lapones) a familias intrépidas –que recibirían el nombre de colonos- que estaban dispuestas a intentar ganarse la vida en uno de los lugares más duros del planeta. Porque aquello era un desierto blanco. Las distancias entre granjas y entre éstas y los pueblos eran enormes, las condiciones climáticas pésimas con esos inviernos tan duros. La ambientación está muy lograda y es lo que más me ha gustado de la novela. La autora describe muy bien los diferentes escenarios en los que los personajes se mueven y es fácil “verlos” en nuestra imaginación; en este sentido, es una novela muy visual. He podido ver esa cabaña azotada por la tormenta, ese marjal, ese río helado, ese pueblo, ese bosque…, incluso he visto lobos y he sentido esa angustia y esa asfixia que esa naturaleza tan extrema transmite. Me han impresionado muchísimo las condiciones de vida de esos colonos que, aislados en ese desierto blanco, se disponen a pasar un invierno durísimo en el que sus vidas correrán peligro
No es una novela histórica pero lo que de histórica tiene es lo que más me ha gustado. Lo que cuenta sobre las condiciones de vida, sobre la forma de vivir en un sitio tan alejado de nosotros me ha parecido muy interesante. Por ejemplo, la forma en la que lo mítico, la magia, sigue estando presente entre ellos. Magia que asusta y es perseguida. De hecho, hubo persecuciones de brujas (como aquí) y todavía cuando alguna mujer es un poco diferente (por usar hierbas para sanar, por su intuición, etc…) corre el riesgo de que se la tome por tal. Las supersticiones siguen a la orden del día a pesar de todo, a pesar de la iglesia.
Por otro lado, tenemos a los lapones que, aunque tienen un papel secundario, tienen también su importancia. Un pueblo ganadero que sólo en determinadas épocas del año se junta con los colonos. Ya han sido cristianizados aunque en ellos la tradición sami sigue presente a pesar de que muchas de sus tradiciones hayan sido prohibidas por la iglesia (como el uso de los tambores sami para ponerse en contacto con el mundo de los espíritus)
Pero, no os equivoquéis, ésta no es una novela histórica sino una novela de misterio, un thriller. Y es así como empieza: con una muerte que pronto se ve que es un asesinato. Y continúa con una investigación. Muy sui géneris (llevada a cabo por un sacerdote y una mujer) pero investigación al fin y al cabo. Y, como novela de misterio que es, nos depara sus sorpresas y sus giros argumentales. Más de los que a simple vista parecía que iba a ofrecer. De hecho, las vueltas que da la historia al final me han sorprendido muy favorablemente pues no me las esperaba para nada y me han demostrado que la trama era más compleja de lo que parecía.
La novela tiene un ritmo sostenido. No es el típico thriller rapidísimo pero tampoco es una lectura lenta; pausada quizás. En todo caso, la adecuada al clima y a los escenarios donde se desarrolla. Sí que empieza de forma rápida y directa y termina de forma aún más rápida pero el desarrollo de toda la parte central tiene lugar poco a poco, sin prisas, parándose en detalles que van más allá de la investigación criminal para centrarse en los personajes, en la zona, en la forma de vida. En este sentido, es una novela negra atípica pero que, una vez le coges el ritmo, engancha como el thriller más frenético.
Protagonizan principalmente esta novela dos personajes: Maija y Olaus Arosander. Maija es la esposa de Paavo y madre de Frederika y Dorotea. Una mujer muy fuerte, con una personalidad muy marcada. Es la que lleva los pantalones en su casa y no tiene reparos en hacer lo que sea para sacar adelante a su familia. Es la que va a llevar la voz cantante en la investigación, con la que llega a obsesionarse. Olaus Arosander es el sacerdote de la comunidad. Un hombre inteligente que fue un personaje cercano al rey pero que cayó en desgracia y ha sido trasladado a ese lugar remoto y perdido de la mano de Dios. El sacerdote tiene un papel que va más allá de predicar y guiar religiosamente a su comunidad porque, en realidad, es tanto un guía religioso como civil o político ya que, por lo que parece, no hay otra fuerza rectora en el pueblo y en él se aúnan las características de líder religioso, político y civil. Un personaje complejo al que iremos descubriendo poco a poco. Junto a ellos dos, tenemos a la familia de Maija (en la que destaca claramente su hija mayor Frederika), los diferentes colonos (pocos) vecinos de Maija y algunos habitantes del pueblo como el sacristán y la viuda del anterior sacerdote que tiene derecho a seguir viviendo en la casa parroquial un año y que se espera se case con el nuevo sacerdote (es la tradición). A la mayoría los iremos descubriendo muy poco a poco ya que mantener el misterio sobre cómo son es básico puesto que, en principio, cualquiera puede ser el asesino. La mayoría son personajes muy cerrados, de muy pocas palabras, acostumbrados a vivir solos y poco acostumbrados a relacionarse con los demás.
La autora escribe de una forma detallista y cuidada, poniendo énfasis en las descripciones, dando prioridad a la narración sobre el diálogo y dejando que la historia transcurra sin prisas pero sin pausa. Es una novela para leer con calma, tomándose su tiempo y disfrutando de una historia que tiene muchos ingredientes para hacer disfrutar a casi cualquier lector: una muy buena ambientación, una trama que al final se desvela mucho más compleja de lo que aparentaba, unos personajes sólidos, unos toques históricos muy interesantes y, sobre todo, un ambiente oscuro y asfixiante que logra mantener constante la atención lectora.
Conclusión final
Me ha gustado mucho esta novela. Es una novela negra atípica pero precisamente eso es lo bueno, que nos saque del territorio por el que solemos transitar los aficionados a este género y nos lleve a terrenos, a épocas, a escenarios y a ritmos distintos de los acostumbrados.
Pero, no os equivoquéis, ésta no es una novela histórica sino una novela de misterio, un thriller. Y es así como empieza: con una muerte que pronto se ve que es un asesinato. Y continúa con una investigación. Muy sui géneris (llevada a cabo por un sacerdote y una mujer) pero investigación al fin y al cabo. Y, como novela de misterio que es, nos depara sus sorpresas y sus giros argumentales. Más de los que a simple vista parecía que iba a ofrecer. De hecho, las vueltas que da la historia al final me han sorprendido muy favorablemente pues no me las esperaba para nada y me han demostrado que la trama era más compleja de lo que parecía.
La novela tiene un ritmo sostenido. No es el típico thriller rapidísimo pero tampoco es una lectura lenta; pausada quizás. En todo caso, la adecuada al clima y a los escenarios donde se desarrolla. Sí que empieza de forma rápida y directa y termina de forma aún más rápida pero el desarrollo de toda la parte central tiene lugar poco a poco, sin prisas, parándose en detalles que van más allá de la investigación criminal para centrarse en los personajes, en la zona, en la forma de vida. En este sentido, es una novela negra atípica pero que, una vez le coges el ritmo, engancha como el thriller más frenético.
Protagonizan principalmente esta novela dos personajes: Maija y Olaus Arosander. Maija es la esposa de Paavo y madre de Frederika y Dorotea. Una mujer muy fuerte, con una personalidad muy marcada. Es la que lleva los pantalones en su casa y no tiene reparos en hacer lo que sea para sacar adelante a su familia. Es la que va a llevar la voz cantante en la investigación, con la que llega a obsesionarse. Olaus Arosander es el sacerdote de la comunidad. Un hombre inteligente que fue un personaje cercano al rey pero que cayó en desgracia y ha sido trasladado a ese lugar remoto y perdido de la mano de Dios. El sacerdote tiene un papel que va más allá de predicar y guiar religiosamente a su comunidad porque, en realidad, es tanto un guía religioso como civil o político ya que, por lo que parece, no hay otra fuerza rectora en el pueblo y en él se aúnan las características de líder religioso, político y civil. Un personaje complejo al que iremos descubriendo poco a poco. Junto a ellos dos, tenemos a la familia de Maija (en la que destaca claramente su hija mayor Frederika), los diferentes colonos (pocos) vecinos de Maija y algunos habitantes del pueblo como el sacristán y la viuda del anterior sacerdote que tiene derecho a seguir viviendo en la casa parroquial un año y que se espera se case con el nuevo sacerdote (es la tradición). A la mayoría los iremos descubriendo muy poco a poco ya que mantener el misterio sobre cómo son es básico puesto que, en principio, cualquiera puede ser el asesino. La mayoría son personajes muy cerrados, de muy pocas palabras, acostumbrados a vivir solos y poco acostumbrados a relacionarse con los demás.
La autora escribe de una forma detallista y cuidada, poniendo énfasis en las descripciones, dando prioridad a la narración sobre el diálogo y dejando que la historia transcurra sin prisas pero sin pausa. Es una novela para leer con calma, tomándose su tiempo y disfrutando de una historia que tiene muchos ingredientes para hacer disfrutar a casi cualquier lector: una muy buena ambientación, una trama que al final se desvela mucho más compleja de lo que aparentaba, unos personajes sólidos, unos toques históricos muy interesantes y, sobre todo, un ambiente oscuro y asfixiante que logra mantener constante la atención lectora.
Conclusión final
Me ha gustado mucho esta novela. Es una novela negra atípica pero precisamente eso es lo bueno, que nos saque del territorio por el que solemos transitar los aficionados a este género y nos lleve a terrenos, a épocas, a escenarios y a ritmos distintos de los acostumbrados.
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