¿Os apetece viajar desde París a Lanzarote en los años posteriores a la Primera Guerra Mundial? Si es así, Yolanda Fidalgo os regala los pasajes y una bonita historia
Éstas son mis impresiones
Yolanda Fidalgo
Yolanda Fidalgo Vega, nacida en Zamora el 27 de agosto de 1970. Estudió Empresas Turísticas en la Universidad de Salamanca, pero su pasión han sido siempre los libros.
En Madrid fundó su propio taller de encuadernación, que aún mantiene. Suele escribir poesía, hasta que hace algún tiempo se atrevió con la narrativa, después de ganar el Premio Ensayo a las ideas emprendedoras de Aldeamayor (Valladolid) en 2013. Ha sido finalista en el Premio microrrelatos Manuel J. Peláez 2016, en el premio de relatos La Felguera 2016, y en el de Tudela 2017. En la actualidad reside con su familia en Moraleja del Vino (Zamora), y dedica todo el tiempo que se puedo permitir a la escritura. Esta es mi primera novela.
Datos técnicos
Título: “Más allá de los volcanes”
Autora: Yolanda Fidalgo
Editorial: Roca
Edición: de gran tamaño, tapa dura con sobrecubierta
Publicado en septiembre de 2017
Páginas: 288
ISBN: 9788416700714
PVP: 17,90 € en papel
Argumento
Eric Aubriot, antes de la gran guerra, era un médico brillante con un futuro prometedor. Tras ella, mientras París despierta y recupera la alegría, él se limita a sobrevivir como camarero en Montparnasse. Pero un encuentro fortuito lo cambiará todo. Deberá emprender un viaje para encontrarse de nuevo a sí mismo, recuperar su vida y resolver el mayor misterio: el que oculta su familia en la lejana isla volcánica de Lanzarote. De vez en cuando, todos tenemos fantasmas que nos impiden seguir adelante, y debemos luchar para acallar sus voces oscuras.
Más allá de los volcanes es una historia de superación, del viaje al interior de uno mismo, de cómo a veces hay que regresar al lugar donde partimos para poder llegar a nuestro destino.
Impresiones
Eric Aubriot era médico antes de comenzar la guerra. Un médico joven e ilusionado al que la vida le iba fenomenal: una buena posición social, una fantástica mujer de la que estaba profundamente enamorado y una profesión que le gustaba. Pero todo cambió cuando estalló la guerra y fue llamado a filas: no como soldado sino en la retaguardia, tratando de curar a la multitud de heridos que pasaban por sus manos. Heridos que, al morir, se iban llevando parte de su alma.
La guerra ha terminado y Eric ha sobrevivido pero ya no es el mismo. Ha visto tantos horrores que es incapaz de ver uno más. Ya no puede ser médico y se gana la vida, como puede, siendo camarero en una más de las múltiples cafeterías que pueblan las calles de París.
Pero un día se encuentra a una persona que, casualmente, conoce a la antigua novia de Eric y le cuenta algo que él desconocía. Y esto le hace salir de su sopor e investigar dos cosas: la primera será saber qué hay de cierto en eso que le ha contado la desconocida; la segunda, saber qué fue de su propio pasado. Y es que Eric nació en las Islas Canarias y con ocho años se vino a París a vivir con su padre. ¿Qué fue de su madre? ¿Cómo pudo renunciar a él? Aunque es un tema que le resulta sumamente doloroso, decide investigar en el pasado de su familia para ver qué pudo pasar.
“Más allá de los volcanes” es una novela que podríamos encuadrar dentro del género familiar, con un toque de ficción histórica y otro toque de novela romántica pero, en mi opinión, lo que prima es lo primero: la novela familiar. Además, en dos planos: por un lado la historia de los padres de Eric y, por otro, la del propio Eric. En ambos casos, va a haber secretos a descubrir que giran en torno al binomio padres-hijos. Y, como telón de fondo, las secuelas de la gran guerra. No es una novela guerrera porque ésta ya hace años que ha acabado pero sus efectos aún se hacen notar. Por ejemplo, en Eric. Un hombre que cuando empezó la guerra tenía todo para ser feliz y a quien no le queda ninguna ilusión. Podríamos decir que salió bien parado de ella, al menos, mucho mejor que tantos otros porque al menos sobrevivió y también lo hizo su familia, su novia y sus amigos. Pero a Eric la guerra le ha dejado secuelas psicológicas muy profundas que hacen que su vida no pueda volver a ser igual. Ya no puede estar con su novia, ni ejercer su profesión, ni siquiera ha querido volver a su casa con su padre y la mujer que le cuidó desde pequeño y le quiso como a un hijo. Me ha resultado muy interesante ver a una persona tan “tocada” por el conflicto. A veces tendemos a olvidar a los supervivientes pensando que han tenido suerte porque se han salvado cuando no siempre es así y, en algunos casos, han muerto en la guerra a pesar de que sigan vivos
Pero la vida sigue y hay que seguir adelante y aunque a Eric le cuesta mucho, deberá superarlo y superarse a sí mismo. Para eso tendrá también que resolver algunas cuestiones de su pasado aún no resueltas. No por su culpa, ya que son acontecimientos en los que él no ha tenido poder de decisión pero, muchas veces, el entender por qué son así las cosas nos puede servir para asumirlas, entenderlas y superarlas.
La novela está dividida en cuarenta y cinco capítulos de no muy larga extensión. Capítulos titulados que mencionan también, justo debajo del título, el lugar y el momento en el que transcurre la historia. Ésta está narrada a través de dos líneas temporales: la más extensa es la que transcurre en el momento presente -que lo es 1922- y que en determinados momentos se retrotrae unos años hasta la reciente guerra. La otra línea, más corta, transcurre en 1889 en Lanzarote. Será un narrador omnisciente quien nos cuente la historia, focalizando en Eric en la historia del “presente” y en el padre de éste en la historia del pasado.
Mencionar finalmente que esta novela ha resultado ser la última ganadora del "Premio Internacional de narrativa Marta de Mont Marçal ", un premio convocado por la empresa Mont Marçal y la editorial Roca y que premia la narrativa femenina
Conclusión final
He disfrutado mucho con una bonita historia de secretos familiares, de amor, de guerra, de traumas y de superación, envuelta en la preciosa prosa de Yolanda Fidalgo. Con unos personajes muy bien caracterizados y una precisa ambientación en el París de la postguerra y el “exótico” Lanzarote de finales del siglo XIX, ha sido un placer leer esta novela.
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