Sara Ventas es una de esas escritoras que, poco a poco, a fuerza de tesón y buen hacer, se va haciendo un hueco en la narrativa actual. Primero a través de la autopublicación, para pasar luego a publicar con una editorial convencional. Sus dos novelas “Treinta postales de distancia” y “¿Y si no es casualidad?” están recibiendo muy buenas críticas. La mía se suma a ellas
Éstas son mis impresiones
Sara Ventas
Nacida en Madrid y residente en Málaga, cursó estudios como técnico en imagen fotográfica, pero solo se dedicó profesionalmente a la fotografía durante tres años.
Su interés por la escritura surgió a raíz de un blog, “Sueños a contraluz”, que creó a principios del 2010. Aunque, según ella misma afirma, tal vez fuera al contrario y abrió el blog porque lo que le interesaba es el mundo de las letras. En cualquier caso, en él están registrados sus comienzos como autora.
Treinta postales de distancia, de género romántico contemporáneo, es su primera novela, que ahora aparece en libro tras ser uno de los ebooks autopublicados en Internet más vendidos durante más de un año y obtener una gran acogida en las reseñas de los usuarios (4 estrellas sobre 5 en Amazon, con casi 100 opiniones). Esta divertida comedia romántica ya se ha traducido al inglés con el título Thirty Postcards Away.
Recientemente, acaba de publicar ¿Y si no es casualidad?
Datos técnicos
Título: “¿Y si no es casualidad?”
Autora: Sara ventas
Editorial: Diéresis
Publicado por primera vez en Diéresis en febrero de 2016
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-943627-3-6
Páginas: 230
PVP: 15 euros en papel / 3,79 en digital
Argumento
Celia tiene una vida ordenada que comparte desde hace cuatro años con Rubén, su novio, un abogado guapo y trabajador, aunque poco espontáneo y nada detallista. Ella está convencida de que todo lo que ocurre en el universo, lejos de estar escrito en las estrellas, es fruto de la casualidad. El día que cumple treinta años sus amigas le regalan un precioso vestido acompañado de una casual noticia: tienen la dirección de Marco Ferlini, un antiguo amigo a quien perdieron la pista y con el que Celia mantenía una estrecha relación de amistad con derecho a cama. Con el resentimiento y la curiosidad de saber qué habrá sido de su vida, Celia se decide a escribirle una carta. Pero la respuesta no es la que esperaba. Atraída por la impertinencia de su misterioso remitente, Celia se ve arrastrada a mantener una fluida correspondencia con él, creándose entre ellos un mundo paralelo al margen de sus vidas. ¿Quién se esconde tras esa correspondencia? ¿Podrá el destino cruzar sus vidas de nuevo?
Impresiones
Celia es una joven que tiene la vida totalmente encarrilada: hace cuatro años que vive con su novio Rubén, están a punto de entregarles el piso que compraron en construcción, ambos tienen trabajo, amigos, familia…. Todo funciona bien en su vida
Un día, una de sus amigas le dice que ha vuelto a saber de Marco Ferlini, un argentino que estuvo estudiando durante un tiempo en la misma universidad que ellas y que tuvo con Celia algo más que amistad hasta que, de un día para otro, se fue sin decir nada a nadie. Su hermana, experta en bucear en google, busca su dirección postal y Celia decide escribirle. Para saber de él, dice, pero su carta denota que su inesperada huida le dolió y así se lo hace saber, recriminándoselo. Sin embargo, la carta no llega al Marco Ferlini que Celia conoció sino a un Marco Ferlini italiano que vive en Verona. La carta le hace gracia y decide contestar a Celia. Ésta le contesta a su vez y, así, a lo tonto, inician una relación epistolar que acaba enganchándoles. Celia cree en la casualidad, Marco en el destino, ¿Podrá la casualidad o el destino juntarles?
La historia transcurre en el año 2003. Es, por tanto, actual pero no excesivamente. Ello se debe a que, aunque por aquel entonces ya existía el correo electrónico y los teléfonos móviles, su uso no estaba tan popularizado como lo está ahora y, por ello, la forma de comunicarse los protagonistas es a través de cartas (y no a través de whatsapps o mails como probablemente sería de transcurrir la historia en la actualidad)
Dicho esto, ya os imagináis que estamos ante una novela epistolar, al menos en parte. Y es que primero empieza como una novela al uso; poco a poco se van introduciendo algunas cartas dispersas para, hacia la mitad, predominar las cartas sobre la narración normal y, hacia el final, volver a la estructura primera. Con esta estructura, ya os podéis imaginar que es una novela de narración muy fluida y ágil (las epistolares lo suelen ser)
Son dos los protagonistas y dos los narradores de la historia: tenemos a Celia y a Marco como protagonistas y a Celia y a un narrador omnisciente como narradores. O, mejor dicho, son dos las perspectivas que elige la autora para narrar la historia y tres los narradores: un tercer narrador omnisciente y dos narradores en primera persona. Cuando la historia se relata a través de cartas, obviamente, éstas están escritas en primera persona, ya sea por Celia, ya por Marco. Pero cuando estamos ante parte narrativa, será un tercero omnisciente el que tome la palabra cuando la historia se centra en Marco y Celia misma cuando es ella la protagonista de la escena. Así se consigue tener una visión completa de la historia, conocer bien a los dos protagonistas y saber en todo momento lo que piensan y sienten.
Los dos protagonistas están dibujados con mimo. Celia acaba de cumplir treinta años y tiene una vida organizada en la que no cabe la improvisación. Queda de vez en cuando con sus amigas, visita a su familia, y vive con su novio, un hombre majo pero bastante aburrido. Marco vive en Verona y trabaja en una editorial; a veces por trabajo viene a España y aquí es donde conoce a una amiga de Celia, lo que da lugar al malentendido de pensar que es el Marco Ferlini que conocieron hace años. Junto a ellos tenemos a un elenco no demasiado amplio de personajes secundarios cuyos perfiles están dibujados lo justo para el papel que les toca cumplir en la historia.
Verona |
Las cartas y la disquisición entre causalidad (que defiende Celia) y destino (que defiende Marco) son las protagonistas de esta novela que, la verdad, me ha encantado. Al principio empieza bien pero como muchas otras novelas de este tipo. Pero luego va cogiendo su propia personalidad, se va incrementando el interés y el disfrute lector. Según iba avanzando en la novela, más me iba metiendo en la historia y más me iba enredando en ella, hasta que llegó un momento en el que no pude parar de leer. Además, hay algún que otro giro y alguna sorpresa que nos mantendrán siempre en vilo, hasta el bonito final.
¿Y si no es una casualidad” es una novela de corte romántico pero no tengáis miedo los no aficionados al romance porque no es nada empalagosa. No esperéis besos, abrazos, “te quieros” y escenas almibaradas porque no las vais a encontrar; ni una; no es una novela de este tipo. Es más bien una novela de amistad, de conocerse, de relacionarse… Y si luego surge algo ya será cosa del destino ¿o de la casualidad?
Me ha gustado mucho el estilo de Sara Ventas. Es la primera novela que leo de ella y estoy segura de que no será la última. Su estilo es claro, directo, cuidado, ágil y entretenido. Se maneja bien tanto en la narración como en el diálogo, cambia de voz narrativa sin despeinarse y consigue mantener el interés constante a lo largo de toda la novela. Traza perfiles personales a la perfección y consigue llevar al lector a su terreno. La novela es entretenidísima. Son 300 páginas que podrían leerse de un tirón porque el estilo narrativo invita a ello
Conclusión final
He disfrutado como una enana leyendo esta bonita y entretenida historia. Aunque no seas aficionado a la novela romántica dale una oportunidad porque no te va a defraudar.
Podéis comprarla en Popular libros
No es una novela que vaya a buscar expresamente pero si se cruza en mi camino me animaría
ResponderEliminarBesos
Lo dejo pasar, las historias romaticas no me van mucho. Besos
ResponderEliminarDe momento la dejo pasar aunque la leería si se me pusiera a tiro :)
ResponderEliminarBs.
Pues no soy de novela romántica y estuve tentada de ir a una presentación que hizo la autora en Málaga. La verdad es que ando muy liada pero creo que disfrutaría también con esta historia. Tiene buena pinta, quizá debería hacerle un hueco.
ResponderEliminarBesos
Puf, novela romántica. Creo que paso Laky. jejeje Ya sabes que no es lo mío.
ResponderEliminarBesotes.
No lo descarto, no pinta mal.
ResponderEliminarUn beso ^^
Sabes que no soy de novela romántica, pero esta no me importaría leerla entre lecturas más densas. Un besote
ResponderEliminarMe gusta una buena novela epistolar, aunque esta no termina de convencerme. Besos.
ResponderEliminarYa sabes que a mi me gustó bastante. Y eso que no soy de novela romántica... Besos
ResponderEliminarA mí me va a encantar así que en cuanto termine el que tengo entre manos, le hago un hueco! Un besazo guapa.
ResponderEliminarNo me llama el romanticismo, así es que esta no me la llevo.
ResponderEliminarUn beso
Compartimos opiniones. Yo también la disfruté mucho. Un beso ;)
ResponderEliminarA mí también me gustan mucho las novelas epistolares y además esta autora me la ha recomendado una buena amiga (y ahora nos la recomiendas tú), así que ya la tengo en la lista de pendientes. Ahora a sacar tiempo para leerla... Bss
ResponderEliminarEste no me llama demasiado, pero me alegro de que lo hayas disfrutado :)
ResponderEliminarBesos!
Pues me gusta mucho lo que cuentas y hace tiempo que no leo una novela epistolar... me la llevo!
ResponderEliminarUn beso
La novela romántica no me atrae mucho, así que esta vez lo dejo pasar. besos
ResponderEliminarHola! No conocía el libro pero la verdad es que su argumento no me llama mucho la atención así que lo dejaré pasar.
ResponderEliminarExcelente reseña como siempre. Un saludo!
Hola guapa!
ResponderEliminarCreo que me gustaría, así que si me topo con ella le doy una oportunidad. Besotes
Me gustan las novelas epistolares y de vez en cuando sí que me gusta leer novela romántica, pero sin mucho azúcar. Así que no me importaría leer esta historia.
ResponderEliminarBesotes!!!
Aunque el estilo que cuentas puede gustarme, por ahora no creo que lo lea!
ResponderEliminarBesos
ayer fue kindle flash y si lo llego a saber me la llevo, ya que tiene muy buena pinta. Que yo recuerde leí un libro infantil que era epistolar y fijate, desde entonces creo que no leí ninguno más. Besos!
ResponderEliminarNo me van mucho este tipo de historias asi que lo dejo pasar. Besos
ResponderEliminarIba a hacer un comentario sobre los prejuicios lectores, pero mejor lo dejo en que esta es una novela muy buena con la que disfruté muchísimo, en la que los debates entre Marco y Celia sobre el destino y las casualidades, la buena narración y una historia sólida y sin azúcar desbordando por los cuatro costados, consiguen que sea una buenísima apuesta.
ResponderEliminarFelicidades por atreverte.
A mi le gusta leer de todo y esta tiene muy huena pinta,espero no tardar mucho en leerla,besotes
ResponderEliminarLa tengo en el kindle y su anterior libro también... Como no los veo, se me olvida que están ahí, a ver si me pongo con ellos, seguro que me gustan.
ResponderEliminarBesos
No creo en las casualidades... pero si en la sincronicidad de los hechos (concepto muy de Carl Jung)
ResponderEliminarSaludos ;)
Lo de que sea una novela epistolar, al menos en parte, me ha gustado porque es un género que siempre disfruto, pero lo del romanticismo me tira un poco para atrás. Ya veremos, no voy a ir a buscarla pero si se cruza en mi camino quizá me anime.
ResponderEliminarBesos.
Pinta muy bien pero no es mi estilo, y ahora mismo no me apetecen este tipo de libros
ResponderEliminarun beesito
Aunque te haya gustado no es mi género.
ResponderEliminarHabía visto este libro por ahí y no me llamaba especialmente, pero después de leerte me lo voy a pensar.
ResponderEliminarBEsos
El tema del romanticismo me frena, no suelo disfrutarlo, siempre les encuentro un montón de pegas
ResponderEliminarbesos
Qué ilusión me hace leer reseñas de sus libros!
ResponderEliminarTreinta postales de distancia me gustó mucho, pero este más. Se va superando Sarita =) =)
Besotes