“El baile de los delfines” - Julia Villares Anllo

Hace unas semanas, Julia Villares me ofreció su libro para leer y reseñar en el blog. Conocía a la autora de su anterior novela, “No hables mal al niño de mí”, que se vio bastante hace unos años por los blogs que frecuento. Además, hacía poco que Francisco del blog Un lector indiscreto había comentado que lo estaba leyendo y que le estaba gustando por lo que no lo pensé y lo acepté

Éstas son mis impresiones



Julia Villares Anllo

Julia Villares Anllo nació en diciembre de 1945 en una pequeña aldea de Villalba, Lugo. A los dieciocho años emigró a Barcelona. Cursó Bachillerato nocturno y, posteriormente, Asistente Social, que años después convalidó por Trabajo Social. Las últimas décadas de su vida laboral las dedicó a ejercer esta profesión.

Ha publicado la novela No le hables mal de mí al niño (2011) y el libro de relatos Vidas marcadas (2013).



Datos técnicos

Título: “El baile de los delfines”

Autora: Julia Villares Anllo

Editorial: Verbum

Publicado por primera vez en 2015

Encuadernación: Tapa blanda con solapas

ISBN: 978-84-9074-187-0

Páginas: 204

PVP: 19,99 Euros



Argumento

Una conocida artista expone su obra en una galería de arte. Su éxito queda en entredicho con la demanda judicial de un visitante, debido al contenido de un cuadro. Es acusada y enjuiciada, lo cual paraliza su vida creativa. Mientras espera la resolución, recuerda y repasa su pasado inmediato: otro tiempo en el que también su vida se paralizó, pero por una razón diferente, mucho más importante y poderosa. Entonces, los médicos le diagnosticaron una enfermedad rara a la hija, una niña de ocho años. Una enfermedad de la que se conocía muy poco y que no sabían cómo combatir. Ahora, con este mal paso del cuadro y los días vacíos en espera de la resolución, su mente le trae recuerdos de los vaivenes vividos con su hija y de cuando esta “jugaba” con la esperanza de vivir.

Impresiones

Sara es una pintora de renombre que se va a ver expuesta a una demanda por supuesta violación del derecho al honor y a la imagen. Acaba de inaugurar una exposición en una prestigiosa galería y el cuadro estrella, titulado “La novia” se va a haber envuelto en la polémica cuando Miguel Rancasio, farmacéutico naturista de Barcelona, se reconoce en el hombre que, un poco difuminado, ve como la modelo del cuadro, vestida de novia, abandona la estancia. Él no ha posado como modelo y tiene un prestigio profesional que considera se puede ver perjudicado por una frivolidad como el aparecer retratado en cuadro. Rancasio demanda judicialmente a Sara y ésta pone el asunto en manos de Santiago, abogado y amigo personal.

La demanda y el juicio hacen aflorar en Sara sentimientos no olvidados ni siquiera superados relacionados con la enfermedad que sufrió su pequeña hija Ruth: una enfermedad de esas que se consideran “raras” llamada hipertensión pulmonar.

Julia Villares a través de estas dos tramas enlazadas va desgranando una historia muy emotiva que es imposible que deje indiferente al lector.

La historia transcurre en el presente, momento en el que Sara es demandada por intromisión ilegítima en el honor de Miguel Rancasio. Estamos así ante una trama que podríamos denominar “jurídica” en la que la autora nos plantea la contraposición entre el alma creativa y el derecho de las personas al honor, la intimidad y la propia imagen. Sara no ha pretendido ofender a nadie, eso está claro desde el principio, pero por determinadas circunstancias (un trampantojo que no os voy a explicar), un hombre anónimo “aparece” en un cuadro. No es el motivo principal del mismo y aparece un poco difuminado pero se le reconoce perfectamente y, cuando un conocido le dice que si ha posado de modelo para el cuadro, Miguel se enfada mucho. Y es que él es un hombre muy formal, con una profesión seria que considera se puede ver perjudicada por algo como eso –que él considera una frivolidad-. Por formación, esta trama jurídica me ha resultado muy interesante a la par que curiosa y original

Pero la trama que más me ha llegado es la otra; la que en un principio podría considerarse secundaria pero que, sin duda, es la que más fuerza tiene y la que pellizca el corazón del lector. La hija de Sara, Ruth, sufrió una enfermedad de esas que se consideran graves. Una enfermedad muy grave a la que toda la familia tuvo que enfrentarse como buenamente pudo. Me ha gustado mucho cómo la autora nos muestra las diferentes formas en las que cada miembro de la familia se enfrenta a ella. Los padres primero tienen que aceptarla y buscar soluciones; luego tienen que plantearse que la enfermedad puede no tener cura y que su hija vivirá con una enfermedad crónica muy grave toda su vida o, en el peor de los casos, no vivirá. ¿Cómo se enfrentan unos padres a algo así? Como madre que soy y aunque intento no hacerlo, es imposible no ponerse en la situación y, ¡madre mía! Sólo de pensarlo es un auténtico infierno. Luego está la situación de la propia Ruth. Ruth es una niña inteligente y muy razonable, además de super valiente, que se enfrenta a su enfermedad con una fuerza tremenda, asumiéndola y sirviendo de apoyo para toda su familia. La verdad es que es para quitarse el sombrero ante ella. Y, finalmente, tenemos la situación de Uco, o Félix, esto es, el hermano menor. No creáis que su situación es fácil pues él sufre como los demás, por algo es su hermana. Y, por otro lado, en una situación así, los padres tienden a volcarse en el enfermo y dejar un poco de lado al sano, por lo que éste sufre por todos los lados. En fin, muy emotivo todo lo relacionado con esta familia y muy bien transmitido por parte de la autora las mil y una sensaciones que se generan.

Las dos tramas van engarzándose continuamente, con saltos en el tiempo. No obstante, en ningún momento nos sentiremos perdidos o desorientados pues es extremadamente fácil cuando estamos en el presente y cuándo es un recuerdo lo que estamos leyendo.

La prosa de la autora está llena de sensibilidad y delicadeza. Lo que cuenta es muy triste y podría haber recurrido al recurso de la lágrima fácil. No obstante, no lo hace; nos entristeceremos porque la ocasión lo requiere pero no porque la autora ahonde en la herida y nos cuente las cosas con ñoñería o abusando del drama. No es su estilo; de hecho, en el fondo de todo late una brizna de esperanza y de alegría y, aunque se vivan situaciones duras y el lector salga de ellas con el corazón un poco encogido y las lágrimas asomando por el rabillo del ojo, lo hará entero y con los ojos puestos en el futuro, como la familia de Sara.

La autora utiliza un lenguaje muy sencillo cuya lectura resulta fácil y amena. La historia aparece narrada por un narrador omnisciente que, así, puede contarnos el punto de vista de los diferentes personajes que la pueblan (aunque con un claro protagonismo de Sara)

Los personajes están muy elaborados. Aunque la autora focaliza su atención en Sara, todos los que aparecen están dotados de realidad. Son personajes muy normales, cercanos, como nosotros o nuestros vecinos. A todos los vamos a conocer por dentro, su forma de ser y su forma de pensar.

Finalmente, hacer una sucinta referencia al título. Sin duda, es un título que llama la atención, es precioso. Pero no da una idea del argumento de la novela y tampoco parece que tenga nada que ver con la portada, en la que vemos a una estatua que simboliza la justicia; una justicia ciega porque la estatua lleva los ojos tapados por una venda. No obstante, cuando leamos el libro ya veremos el por qué de ese título, que no puede ser más acertado.



Conclusión final

“El baile de los delfines” es una novela muy bonita y emotiva que es imposible que deje indiferente al lector. Una novela con dos tramas, una original, la otra impactante, que nos acerca a una de esas enfermedades “raras”, la hipertensión pulmonar y a la forma en al que la viven (y sufren) los pacientes y sus familias. Muy recomendable.

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