Hace un tiempo leí “La bailarina” y así conocí a esta autora clásica italiana nominada al Nobel en hasta seis ocasiones. Hoy os hablo de otra de sus novelas: “La tierra de la abundancia”.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: Libros de Seda
Páginas: 448
ISBN: 978-84-19386-35-9
Sinopsis
Una historia coral, con personajes a veces irónicos, otras veces increíbles, y siempre dramáticos, reflejo de la sociedad napolitana de época, con la adicción al juego de la lotería como hilo conductor, de la mano de Matilde Serao, autora seis veces nominada al Premio Nobel.
Este compendio de historias que componen una sola giran en torno a la obsesión de los napolitanos por la lotería allá por finales del siglo xix y principios del xx es todo un fresco de la vida popular, burguesa y aristocrática del Nápoles de la época. Con la mirada de la gran periodista que fue, Matilde Serao construye una galería de retratos muy vivos, con un talento desbordante que no se pierde en el color de lo pintoresco y local. A esto hay que añadir las inolvidables escenas de masas que se relatan en varios capítulos: El sorteo de la lotería, El bautizo de Agnesina Fragalà, la niña de su papá, La reunión de los cabalistas, El carnaval de Nápoles, Mayo y el milagro de San Genaro y muchos otros.
Impresiones
“La tierra de la abundancia” es una novela y, al mismo tiempo, parece una colección de relatos, sobre todo al principio. Son veinte capítulos que se publicaron por entregas en un periódico. Yo lo desconocía cuando empecé a leerlo y la estructura me desconcertó un poco pues no esperaba que fuesen relatos. Pero pronto me di cuenta de que no: de que determinado personaje ya había aparecido en un capítulo anterior y de que todos parecían tener una relación.
Al principio, cada capítulo está dedicado a un personaje o a varios. El siguiente capítulo a otros distintos. Ahí fue cuando empecé a apuntar: X es esposa de tal y hermana de cual. Porque al principio cuesta un poco hacerse con los personajes ya que protagonizan su capítulo pero son secundarios en los siguientes. Eso sí, hay un eje común: la lotería. Todos los personajes, por uno u otro motivo juegan a la lotería. Unos porque no tienen ni para comer y creen encontrar en ella la solución a todos sus problemas. Otros son comerciantes acomodados pero, por querer más o por vicio, deciden apostar. Hay hasta nobles arruinados. La autora hace una fuerte crítica social al vicio del juego. Capítulo a capítulo vamos viendo las nefastas consecuencias de apostar lo que no se tiene, de pedir dinero a usureros y, en lugar de utilizarlo para comer, apostarlo todo con la esperanza de que toque. Padres que se olvidan de que tienen que dar de comer a su prole, mujeres desesperadas por agradar que dan a sus ligues lo que no tienen… Y cada vez todo va más cuesta abajo. La tragedia se huele a distancia.
Es una novela dura y sin concesiones que en ocasiones te estruja el corazón.
Es una historia coral con muchísimos personajes. Imposible desarrollarlos bien aunque es cierto que al final, poco a poco, la autora va dotándolos de entidad y el lector se va haciendo con ellos. Es un buen retrato de la sociedad napolitana de la época (finales del siglo XIX). La autora mete en el mismo bote todos los estratos sociales: desde los más pobres, hasta comerciantes más o menos prósperos e incluso nobles. Todos aquejados del mismo mal: el vicio incontrolable del juego. Vicio que juega en contra no solo de ellos sino de sus familiares y allegados. A este respecto destacar Bianca María Cavalcanti, la hija del marqués y mi personaje favorito.
Estamos ante una novela para leer sin prisas. El inicio se hace un poco cuesta arriba con tantos personajes e historias diferentes. Además, antes de entrar en materia en cada capítulo hay bastante descripción: que si bien es cierto que ayuda a dibujar ese crisol de clases sociales y al Nápoles de la época, ralentiza un poco la historia. Luego, según avanzando la novela, todo va encajando y la historia gana mucho en interés hasta llegar a un final bastante tenso y emotivo.
Como en “La bailarina”, la novela destila tristeza y la tragedia se anuncia desde casi las primeras páginas.