"La hija del dragón" - Myriam Millán

Hace tres años leí una novela que me encantó. La novela se titulaba “Décima docta” y su autora era Myriam Millán. Tanto me gustó que, dado que no era un libro especialmente fácil de conseguir (por la editorial que lo publicó que, entre otras cosas, tenía una pésima distribución), organicé un libro viajero con él para que compañeros blogueros y de Ciao pudiesen disfrutar de esa historia que tanto me había gustado.

Hace ya un tiempo Myriam me informó de que estaba a punto de terminar otra novela, la tercera, que no era estrictamente una continuación de “Décima docta” (cada novela puede leerse de forma totalmente independiente y en el orden que se desee) pero que sí compartía puntos en común con ella; entre otros, la existencia de un rito ancestral y el hecho de que dos de los protagonistas de la Décima –Natalia y Emanuel Mason- protagonizaran también esta nueva novela. Como los personajes me encantaron y los ritos ni os cuento (encima, en Décima, el rito tenía su origen en el Antiguo Egipto, que ya sabéis que me apasiona) no veía el momento de leerla. Al final lo hice junto a muchos otros blogueros en una lectura conjunta cuyo resultado iremos viendo estos días (aunque por los comentarios elogiosos en Twitter según íbamos avanzando en la lectura, ya se vislumbra que va a ser de lo más positivo…)

Éstas son mis impresiones

Myriam Millán

Myriam Millán nace en Sevilla el 24 de Abril de 1982. De su niñez conserva cuentos, relatos y un teatro infantil, pero fue en la adolescencia donde comienza su interés por escribir novelas. Aunque no recuerda ni un momento en su vida en el que no quisiera ser escritora, aparta sus escritos y se diploma en Relaciones Laborales en la Universidad de Sevilla. Años más tarde, tras ser madre, decide retomar una novela inacabada, de la cual nace Décima Docta, su primer thriller, una novela altamente adictiva que se enseguida se situó entre las diez novelas más vendidas de Amazon en verano de 2012. También esta novela estuvo en la lista de los mejores libros de 2012 en varios blogs literarios.

La Hija del Dragón es su segundo thriller al que le ha dedicado cuatro años de trabajo. Una novela con una documentación compleja y con un contenido más que polémico y sorprendente. Basada en rituales reales en distintas épocas de la historia que por primera vez tienen conexión en una novela. Un libro que atrapa y engancha desde la primera página como ya han podido comprobar cientos de lectores. No apta para menores de 16 años.

Datos técnicos

Título: “La hija del dragón”
Autora: Myriam Millán
Editorial: autopublicado en Amazon
Formato: mobi para kindle, sin DMR (se puede transformar a cualquier formato)
Precio: 2,99 euros
Páginas: 480 (estimación)
Fecha de publicación: julio de 2015

Argumento

En el año 1600, el pueblo de Nyitra pudo ver cómo una mente perturbada acababa con la vida de más de quinientas doncellas. Difundida por una creencia popular de que habitaba un demonio en los bosques que buscaba sangre de jóvenes vírgenes, los habitantes de aquellas tierras, no tenían dudas, que el destino que sufrían sus hijas, estaba relacionado con algo que ocurría tras los muros del castillo de Cachtice.

Londres 2013, comienzan a aparecer cadáveres de jóvenes procendentes del tráfico humano, aparentemente desangradas con antiguos aparatos de tortura.

El Doctor Emanuel Mason decide estudiar el caso. Pronto descubre que esta vez tendrá que analizar una de las mentes más sádicas de la historia hasta llegar a los orígenes de un misterioso ritual de sangre, un rito milenario practicado por distintas culturas y religiones que aún hoy día es un misterio para el ojo humano. Porque hay razones para matar que nunca deberían ver la luz.

Con una historia basada en la leyenda de Erzsébet Báthory, la autora de Décima Docta da un paso más esta vez y promete desvelar algunas incógnitas sobre antiguos rituales en esta novela, mitad histórica, mitad contemporánea, cien por cien thriller.

Impresiones

Empecé este libro con las expectativas muy altas. “Décima docta”, como os digo, me había encantado hace tres años. Fue un libro que devoré, literalmente. De él me gustó la historia, los personajes, lo adictivo que era…, todo. Éste, en principio, parecía del mismo estilo y por eso pensaba que me iba a gustar. Pero ya se sabe lo peligrosas que son las expectativas; a veces esperas demasiado de algo y, cuando lo lees, ves que está bien pero sin más. No es el caso: “La hija del dragón”, como su hermana “Décima docta” me ha encantado.

La condesa sangrienta

La novela hila dos líneas argumentales que se van entrelazando continuamente. En el presente, nos situamos en Londres en el año 2013. En los últimos tiempos han ido apareciendo los cadáveres salvajemente mutilados de chicas jóvenes. La policía piensa que están pudiendo ser objeto de un sangriento ritual y deciden encomendar la investigación a Emanuel Mason, experto en el tema. El problema es que Mason hace tres años que no trabaja en ese campo; justo desde que en Sevilla tuvo que investigar el ritual de las doctas. No obstante, ve algo en este caso que le recuerda a Natalia, una de ellas, y decide volver a la acción y encargarse de la investigación.

Por otro lado, la otra línea argumental se sitúa en el siglo XVII, en el pueblo de Nyitra, Hungría. Erzsébet Báthory, quien ha pasado a la historia como "la condesa sangrienta", es una noble húngara que en su castillo de Cachtice se dedica a hacer extraños rituales. Para ellos necesita jóvenes vírgenes de tal manera que los habitantes de la región no pueden estar tranquilos pues, cuando las jóvenes cumplen determinada edad, desaparecen en extrañas circunstancias y jamás se vuelve a saber de ellas. Sólo un chicuelo del pueblo consigue averiguar algo: un día ve cómo unos criados de la condesa llevan un saco al bosque; en él se encuentran los restos salvajemente mutilados de dos chicas que habían desaparecido hacía poco. Él es un niño y poco puede hacer pero se promete a sí mismo que a sus hermanas pequeñas no les pasará lo que sea que pase en el castillo y que cuando sea mayor él mismo se encargará de pararle los pies a la condesa.

Estamos ante un thriller con una base histórica. Aunque parezca mentira, la historia de la condesa sangrienta es verídica: hubo ciertamente en Hungría una aristócrata que se dedicaba a asesinar chicas jóvenes. De hecho, tiene el dudoso record de ser la mujer que más muertes ha causado a lo largo de la historia, más de seiscientas (podéis leer todo sobre esta adorable criatura en la Wikipedia, donde tiene su propia página: https://es.wikipedia.org/wiki/Erzs%C3%A9bet_B%C3%A1thory). Todo esto estaba relacionado con la sangre, por lo que se dice que podría haber sido en la condesa y no en Vlad el Empalador en quien Bram Stoker se fijó para inspirarse a la hora de redactar su “Drácula”. Pero no, no estamos ante una historia de vampiros; al menos no de esos que nos ha hecho conocer el cine. Estamos ante la historia de una mujer que realizaba unos ritos salvajes para conseguir una finalidad (que no os diré cuál, tendréis que leer el libro para averiguarlo)

Pero, lo más curioso, es que este rito que realiza la condesa no lo inventó ella sino que hay culturas mucho más antiguas, antiquísimas diría yo, que podrían haber realizado rituales similares. Así, la autora nos guía en un viaje iniciático que nos retrotraerá en el tiempo a civilizaciones tan antiguas como la sumeria. Pero también conoceremos ritos tan curiosos como la automomificación de algunos monjes budistas e, incluso, la autora se atreve a relacionar alguno de estos ritos con otros propios de la religión cristiana. Y, ¿qué queréis que os diga? Que me ha parecido fascinante. Me imagino el arduo proceso de documentación que ha tenido que llevar a cabo Myriam, primero para empaparse de culturas tan antiguas como la sumeria y de aspectos tan concretos como ciertos ritos que practicaban; segundo, para hilarlos a través del tiempo y relacionarlos con otros ritos como los cristianos. Y todo ello de forma tan coherente que uno no puede más que pensar qué puede haber de cierto en todo ello. Sé por otras novelas que los cristianos ubicaron en muchos casos sus iglesias en centros de poder paganos; ¿por qué no podrían haber hecho algo similar adaptando a sus creencias ciertos ritos antiguos? Al fin y al cabo, en la eucaristía se come la carne de Cristo y se bebe su sangre..., ahí lo dejo...

Doncella de hierro

He de reconocer que siempre me han gustado las novelas que hacen referencia a ritos, más incluso si encima están relacionados con algún aspecto religioso (supongo que por eso me gustaron tanto las novelas de Dan Brown que me descubrieron cosas como las vírgenes negras, la supuesta descendencia de Jesús, los merovingios, etc…) Son aspectos que me resultan fascinantes y que me dan mucho que pensar y que investigar (ya os digo que, mientras leía esta novela, tenía constantemente al lado la tablet y eché mano en unas cuantas ocasiones a San Google para ver qué había de cierto –mucho- en algunas de las cosas que nos contaba la historia, por inverosímiles que parecieran. En este sentido, la novela me ha parecido muy instructiva y esclarecedora y me ha abierto los ojos. Qué mejor manera de aprender que divirtiéndose…

Porque sí, además, de aprender, me he divertido muchísimo. O, mejor dicho, he disfrutado con una novela que en mi caso ha sido totalmente adictiva. Me decía Myriam cuando organizábamos la lectura conjunta, que igual esta novela no era tan adictiva como la Décima, pues había metido muchos aspectos históricos y daba mucha información que pensaba podía ralentizar la acción. Yo disiento con ella pues incluso cuando Nel (Mason) derrocha todo su saber en explicaciones casi catedráticas, a mí me han parecido tan fascinantes que, literalmente, me las bebía. Y, además de que me resultaban interesantes, la autora las sigue contando de una forma muy amena y entretenida.

Aunque digo que he disfrutado y esto igual me hace parecer masoca porque anda que no hay escenas que ponen los pelos de punta…. Hay alguna escenita que casi mejor leerla con el estómago vacío por si acaso. Y es que, desgraciadamente para los estómagos más sensibles, la narrativa de Myriam es tan visual que vamos a “ver” todo lo que nos cuenta; para lo bueno y para lo malo. Así que si hay escenas bonitas, las veremos; pero cuando hay escenas tipo tortura, ya sea en el pasado, ya en la actualidad, las veremos también perfectamente, como si tuviéramos una pantalla muy muy grande delante de nuestros ojos. Y artilugios tan encantadores como la doncella de hierro o la bola esa colgantes nos pondrán los pelos de punta. Aparatos estos que, desgraciadamente, también existieron y me temo que se utilizaron. Ay

El libro es altamente adictivo. Es un trhiller en toda regla, un libro page-turner total, que se te pega a las manos y no puedes evitar leer de forma casi compulsiva. A ello contribuyen muchas cosas: los personajes, la división en capítulos cortos, la alternancia de las dos historias, la intriga y el estilo y ritmo narrativo.

La jaula

A mí me enganchó ya desde las primeras páginas. Y es que empieza ya fuerte con un capítulo que pone los pelos de punta. Luego se suaviza un poco pero enseguida aparece en escena Nel, un personaje muy querido de “Décima docta” y, claro, hay que seguir leyendo para ver si aparece también Natalia, un personaje al que, pese a todo, adoro.

Si bien hay bastante narración –sobre todo cuando Mason da las explicaciones-, yo diría que predomina el diálogo. Todo lo que he dicho contribuye a ese ritmo tan rápido que, repito, es la principal característica de la novela. No pierde ese ritmo en ningún momento sino que, al contrario, va “in crescendo” de tal manera que al final es desenfrenado.

El lenguaje utilizado es sencillo y directo, sin circunloquios ni expresiones rimbombantes. Un lenguaje cercano que hace que la lectura sea muy sencilla.

La novela transcurre en dos escenarios principales: el castillo de Cahtice (el de la condesa sangrienta) y sus alrededores, y el lugar en el que en la actualidad se están realizando los rituales. Sin descripciones pormenorizadas de los escenarios la autora consigue sin embargo que podamos “verlos” a la perfección

Los personajes están muy bien perfilados. A Natalia y Mason ya los conocíamos y profundizaremos un poco en sus caracteres. Tendremos el gusto de conocer a la condesa y su séquito, a algunas de sus criadas, al chico que destapará todo el asunto… Bastantes de los personajes del pasado existieron en la realidad como varios de los sirvientes de la condesa que fueron juzgados junto a ella, o el primo de ésta que fue su principal perseguidor… Curioso a este respecto es la idea de justicia que se tenía en aquel entonces, tan diferente cuando el criminal era un noble o un plebeyo, incluso cuando la víctima lo era (si la víctima no era noble, ni se perseguía el delito).

En fin, no os quiero contar mucho más porque es una novela para descubrir. Es una novela difícil de reseñar porque tiene mil sorpresas dentro, que apenas he apuntado y de las que considero mejor no hablar mucho para que el lector tenga el gusto de ir descubriéndolas por sí mismo. Creo que con saber que la novela es un thriller totalmente adictivo, que el meollo del asunto es un rito con raíces históricas y que vamos a aprender mucho leyéndola, debería bastar para convenceros de que no dejéis pasar esta novela.

Conclusión final

Supongo que ha quedado claro pero, por si alguien no se ha dado cuenta, insisto un poco más: la novela me ha encantado. La historia es originalísima y estoy convencida de que os va a sorprender. El trabajo de documentación ha tenido que ser tremendo. El ritmo es rapidísimo, la facilidad de lectura asombrosa, los personajes inolvidables… En fin, que tenéis que leerla.

Ojalá esta novela y su predecesora tengan suerte y podamos verlas en breve en los escaparates de todas las librerías editadas por alguna editorial fuerte que les dé el empujón que necesitan y merecen.

Podéis comprarla en el siguiente enlace: