Vuelvo a la carga con una novela ¿negra? que, siento decirlo, no me ha gustado nada. Se trata de “El policía descalzo de la Plaza San Martín” del argentino Ernesto Mallo.
Ernesto Mallo
Ernesto Mallo (La Plata, 1948), guionista, dramaturgo y periodista independiente argentino, ganó el Premio Memorial Silverio Cañada de la Semana Negra de Gijón (2007) con “Crimen en el Barrio del Once”, primera novela que se publicó en España de la serie protagonizada por el comisario Lascano.
Ha publicado también
.- El relicario,
.- “El policía descalzo de la plaza San Martín” (o El Delincuente argentino, como fue titulada en un principio)
.- La obra de teatro La vacuna.
Sus novelas han sido traducidas al francés, inglés y alemán.
Vive y trabaja en Buenos Aires.
Datos técnicos
Subtítulo: | El segundo caso del comisario Lascano |
Autor: | |
Colección: | Nuevos Tiempos. 208. Ediciones Siruela |
ISBN: | 978-84-9841-612-1 |
Encuadernación: | |
Páginas: | 220 |
Precio: 16,95 euros en papel y 8,99 en ebook |
Argumento
En un caso anterior, el comisario Lascano fue gravemente herido. Pero ya se ha recuperado de sus heridas y decide, al menos de momento, no regresar a la vida policial (hay gente por ahí que le quiere ver muerto así que prefiere hacer como si lo estuviera). Pero necesita dinero así que decide aceptar un caso: un ladrón de bancos – el Topo Miranda, recién salido de prisión - ha robado un banco y se ha llevado una considerable cantidad de dinero. Los dirigentes del banco le ofrecen una buena cantidad para empezar a trabajar y un porcentaje del dinero que recupere.
Al mismo tiempo, Lascano pretende recuperar la pista de Eva, una preciosa mujer con la que estaba en el momento en el que recibió los disparos que casi le mandaron al otro barrio. Ella ha desaparecido y Lascano está convencido de que el peligroso general Giribaldi tiene que saber algo de lo que pasó.
Al mismo tiempo, el país está asolado por la corrupción policial y Lascano no tiene muy claro en quién puede confiar.
Impresiones
Una vez más, nos encontramos ante una serie de novelas pero creo que se pueden considerar independientes y que, por lo tanto, se pueden leer unas sin leer las anteriores. Ése ha sido mi caso: empecé esta novela sin saber que había una anterior. No he tenido, sin embargo, ninguna dificultad para leerla aunque entiendo que en la anterior se hará referencia al atentado en el que Lascano resultó herido. Pero, vamos, la novela se entiende perfectamente porque, cuando se hace alguna referencia a hechos pasados, se explica brevemente cómo fueron aquéllos.
Me ha resultado curioso que la novela toque un tema que también tocaba una novela que leí hace muy poco tiempo, menos de dos semanas: el tema de las tropelías cometidas por los generales argentinos en la época de la dictadura. Como recordaréis, esta misma semana he publicado mi reseña de “Noche y niebla” de Juan Andrés Moya (novela que me encantó). No recuerdo haber leído nunca nada sobre el tema y en poco menos de dos semanas, sin buscarlo y sin saberlo, he leído dos novelas que abordan el tema. En el caso de Noche y niebla lo aborda de pleno, en el caso de la novela que hoy comento no tanto: no es el único elemento de la novela sino uno más entre otros varios.
Como he dicho al principio, la novela no me ha gustado nada. De hecho, la he terminado porque son poco más de 200 páginas, pero de haber sido el doble, creo que la hubiera dejado a medias. No ha conseguido interesarme en ningún momento, no me ha resultado entretenida, no me ha mantenido en tensión (como debería en una novela que dice ser policíaca) y, terminada ayer, ya la tengo en proceso de olvido.
En primer lugar, el tema del lenguaje. El escritor es argentino y, lógicamente, habla en “castellano argentino”. Me gusta el deje, me encanta el acento y me hace gracia con mesura (como, por ejemplo, en la ya citada “Noche y niebla”. Pero 200 páginas con expresiones y terminología que me es desconocida, ha hecho que la lectura se me haya atragantado desde el primer momento. Cierto es que el significado de la mayoría de las palabras puede adivinarse con el contexto; y que da igual desconocer el significado de otras. Pero, aún así, me gusta entender todo lo que leo, no me gusta encontrarme palabras que desconozco (y que difícilmente podría conocer) y la lectura se me ha hecho un tanto dificultosa.
En segundo lugar, hay demasiados personajes para una obra tan corta. Daos cuenta de que son tan solo 217 páginas y, sin embargo, aparecen muchísimos personajes: el comisario Lascano, Eva, su madre y su hermana, el Topo Miranda, su mujer y su hijo, un forense amigo de Lascano, el general Giribaldi, su mujer y su hijo, el fiscal y su novia, varios ladrones, algún presidiario y multitud de policías. Además, el autor les llama a muchos de ellos, a veces por su nombre, otras por su apellido, otras por su mote. Conclusión: en la mayoría de los casos, no sabía de quién me estaba hablando. Sólo he llegado a conocer bien a Lascano, el fiscal y el Topo Mirando. Los demás, especialmente los policías, me bailaban completamente. Cada vez que volvía a salir uno de ellos, no recordaba en qué situación salió anteriormente así que no había forma de aclararme. El tema de los personajes me ha resultado un completo lío.
Pero no sólo hay demasiados personajes, también hay demasiadas historias. Por un lado, tenemos el tema del robo del banco y la investigación de Lascano de cara a encontrar al culpable. Por otro, el tema del general Giribaldi, hombre peligroso al que un joven fiscal pretende atrapar. Finalmente, tenemos también el tema de los policías corruptos, que se mezcla con el atentado que sufrió Lascano en la anterior novela y con la búsqueda de Eva. Tres temas que podrían haber dado lugar, cada uno, a una novela. No me parece mal desarrollar tres tramas a la vez pero en una novela más larga, con más contenido; en una tan corta sabéis lo que pasa al final: que las tres se desarrollan mal. A ninguna se le saca todo el jugo que se le podría haber sacado y las tres parecen como cogidas con pinzas. En doscientas páginas tres historias con tanta enjundia, entenderéis que no dan para mucho. Daos cuenta, por ejemplo, que el tema del general, que nos retrotrae a la dictadura y a las tropelías que cometieron los generales en Argentina es un tema que, literariamente hablando, podría dar lugar a un novelón. Máxime cuando, como en este caso, se hace referencia a casos en los que los mandamases se quedaban con niños recién nacidos, robándolos a sus padres, para quedárselos para sí. A un tema como éste, o bien le dedicas las páginas que se merece, o mejor ni mencionarlo: al final, le hablan de un niño desaparecido y, como por arte de magia, descubre quién es su madre biológica. Lo siento, pero no me ha gustado nada. También el tema del robo del banco y posterior búsqueda del ladrón podría haber resultado interesante. Pero es que ni siquiera asistimos a la escena del robo; y al ladrón le encuentran a la primera y sin el más mínimo esfuerzo. Finalmente, el tema de la corrupción policial, si bien más manido (y menos interesante para mi gusto) también podría haber dado más de sí. Suelen decir que quien mucho abarca poco aprieta y me parece que es lo que ha pasado en este caso.
La historia está situada en los años posteriores a la dictadura. Es presidente Alfonsín y el país está intentando recuperarse de sus heridas. Pero las cosas no son fáciles; la economía no va bien, la prometida exigencia de responsabilidad a los criminales políticos, parece que se van a quedar en menos de lo esperado, hay corrupción por todas partes… Me parece un período muy interesante de la historia argentina y no me importaría seguir leyendo más cosas sobre él. Aunque, eso sí, cosas más interesantes que ésta.
Conclusión final
Ya lo he dicho en varias ocasiones: no me gusta hacer reseñas negativas. Otorgo a todos los libros mucho valor: me parece dificilísimo escribir una novela y, más aún, publicarla. Y sé que cada libro tiene su lector. Probablemente, ésta gustará a muchos, pero no a mí. No me ha gustado y no puedo recomendarla; me ha aburrido, su lectura se me ha hecho cuesta arriba, no me han gustado ni los personajes, ni las diversas tramas, ni el estilo narrativo, ni nada de nada. Para mí ha sido una lectura totalmente prescindible. Pero, ya lo sabéis, ésta es sólo mi opinión.
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Pués la verdad es que con la lista tan larga que tengo para leer, éste ni me lo apunto, si bien me gusta la novela negra el tema que comentas de ésta no me atrae mucho.
ResponderEliminarFeliz domingo Laky!!!!
De este tipo, la verdad es que se me ocurren otros muchos más interesantes...
EliminarVaya, pues está bien saber que no te ha gustado nada, por si cae en mis manos.
ResponderEliminarBesos
Bueno, ya sabes que sobre gustos..., igual hay gente a la que le encanta...
EliminarPues de momento no me voy a aventurar con ella, porque si a ti no te ha gustado es muy probable que a mí tampoco ya que por lo que he visto en otros casos nuestros gustos son bastante similares. Supongo que el tema de los personajes igual se solventaría leyendo la serie en orden, ya que muchos aparecerán en los anteriores. Por lo tanto de animarme con alguno, sería con el primero
ResponderEliminarbesos y espero que tu próxima lectura sea más afortunada
Pues igual de haber leído la serie en orden sí que me hubiesen sonado los personajes pero aún así...
EliminarPues me temo que con lo que tengo pendiente, lo dejaré pasar... Un besote, no siempre nos pueden gustar todos :-)
ResponderEliminarPues no. Aunque reconozco que, en todo caso, el saldo es positivo pues casi todos los libros que llevo leídos este año me han gustado bastante o incluso mucho.
EliminarBuff..creo que ha quedado todo dicho. Yo no conocía el autor, ni la novela. ¡Espero que tengas más suerte con tu próxima lectura!
ResponderEliminarGracias, ojalá sea así!
EliminarEstá claro que esto de los gustos es todo un misterio, y que aunque aprecies el trabajo de los autores para publicar sus novelas, eso no implica que necesariamente tengan que gustarte...
ResponderEliminarPues sí hija, da pena pero es así: no a todos nos gustan las mismas cosas...
EliminarCreo que es una opinión sincera y constructiva, no todos los gustos son iguales, así que habrá otras personas a las que les guste. En cualquier caso felicidades por esta reseña, porque mostrar con sinceridad tus impresiones.
ResponderEliminarun beso
Muchas gracias! Y, sí, seguro que a mucha gente le gusta...
EliminarDisfruto mucho más creando reseñas positivas que negativas, sin embargo, si un libro no te ha convencido, por los motivos que sean, y están justificados y bien explicados, creo que es algo totalmente lícito. Es cierto que todas las novelas tienen sus lectores, pero también es verdad que si a tí no te ha gustado, no lo puedes recomendar.
ResponderEliminarCreo que, tras leer tu reseña, a mí tampoco me gustaría este libro.
Besos.
Es durillo escribir reseñas negativas, sí, no motiva nada. Pero hay que hacerlo cuando toca, verdad?
EliminarSi al día siguiente de leer una novela ya no te acuerdas de ella, malo. A mi los libros que me gustan, me dejan pensando un tiempo en ellos.
ResponderEliminarY he de decirte que para no haberte gustado, me parece impresionante la reseña que has hecho. Un beso
Estoy de acuerdo con Dolores,a mi me cuesta mucho hacer reseñas malas,pero veo que tu en eso, o no tienes problema o te salen igualmente fantasticas. Besos
ResponderEliminarSilvia
Bueno, como dices, hay un tipo de libro para cada lector. Siempre lo he dicho, al igual que cada libro tiene su momento.
ResponderEliminarQue no guste no significa que sea malo, pero cuesta un montón hacer una reseña negativa =)
Besotes
Queda demostrado que haces reseñas fantásticas sean positivas o negativas. O como bien dices, no eres la lectora adecuada para este libro o no era el momento... Pero queda claro los motivos por los que este libro no te ha gustado. ¡Mejor suerte para la próxima lectura!
ResponderEliminarBesotes!!!
Sí que es complicado reseñar un libro que no ha cumplido nuestras expectativas pero son cosas que pasan.
ResponderEliminarAunque sea novela negra, que me encanta, lo voy a dejar pasar porque trama me parece demasiado enmarañada y leer un libro en el que no me aclaro con los personajes me ofusca mucho. Así que nada, uno menos.
Musus.
Y a mi que me ha picadola curiosidad... una reseña tan trabajada hace que me pregunte por el libro q ue hay detrás, es difícil hacer una crítica negativa. Muy razonada.
ResponderEliminarBesos
Cuesta mucho hacer reseñas negativas pero a ti te salen de maravilla, Laky! Siento que no la hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesos,
A ninguno nos gusta hacer reseñas negativas, pero como lectora de blogs se agradecen. La opinión de otros bloggers me parece muy importante a la hora de decidir qué novelas leer y cuáles no.
ResponderEliminarBuena reseña.
Un beso!
¡La reseña de la discordia! Jesús, las he visto mil veces peores, insultantes incluso con el autor. ¡Pero si encima la tuya es elegante! En fin, dejando esto a un lado, me da pena que no te haya gustado porque sinceramente creía que Ernesto Mallo era uno de los buenos en novela negra. Puede que no sea éste su mejor libro, o tal vez la incomodidad de leer con la lingüística propia de los argentinos, o simplemente que el libro sea malo, hasta los grandes cometen errores, ¿no? Tu reseña, como siempre impecable aunque no sea tan entusiasta como otras. Besos.
ResponderEliminarTengo a este autor en el punto de mira desde que reseño su primera novela Angel Iván, el ya me avisaba de que tenía muchos personajes, y que el lenguaje es el propio del autor, pero mira a pesar de tu opinión negativa, creo que me voy a aventurar, al menos en la primera de la serie porque el la ponía muy bien y coincido mucho en gustos de novela negra con el
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarPues a mí me ha gustado mucho. Creo que es imprescindible leer antes la anterior: "Crimen en el barrio del Once" para seguirla pues es donde se plantean los temas relacionados con la vida y con el atentado contra el Perro Lascano. Me encanta este personaje. Yo la recomiendo.
ResponderEliminarUn antídoto para esta reseña tan negativa:
ResponderEliminarEl “Topo” Miranda sale de la cárcel, y se ve obligado a llevar a cabo un atraco bancario, del que consigue un suculento y peligroso botín. El ex-comisario Lascano, tras curar de sus heridas, y perseguido por una facción de la policía, es encargado de investigar y descubrir el paradero de Miranda. Esta investigación, permitirá a los dos personajes conjurar algunos de sus fantasmas personales, como es el caso de Garibaldi, un militar torturador y asesino, que mantiene viejas cuentas con Lascano. Y siguiendo las peripecias de los dos protagonistas, el autor nos da una vuelta por el ambivalente, violento y frustrante escenario de la transición a la democracia de la sanguinaria dictadura argentina. Y como quedan demasiados asuntos sin resolver, referidos fundamentalmente a los cuerpos policiales, esto se convierte en una situación falsaria, que envenena el presente e hipoteca el futuro del país. Pero ésta no es sólo una gran novela negra, sino una impresionante novela sobre el amor, en que los dos protagonistas, más allá de resolver sus situaciones personales, buscan un lugar donde el amor y la ternura les redima y los devuelva a una condición humana, perdida por tanta muerte y desolación. Una extraordinaria novela.
José María Sánchez Pardo, en revista Prótesis