"Pequeño soldado" - Paula Reyes Morillas

Os traigo hoy la reseña de “Pequeño soldado” de Paula Reyes Morillas, un libro que me llamó la atención por su sinopsis pero, sobre todo, por quién lo había escrito

Paula Reyes

Paula Reyes Morillas nació en Fuenlabrada (Madrid) el 5 de agosto de 1995, aunque ella se declara morairera de adopción. Pequeño soldado, finalista del "VI Premio de novela Jordi Sierra i Fabra para jóvenes 2011" supone su primera incursión en el mundo literario, después de una exitosa y larga etapa como gimnasta. En la actualidad compagina su afición literaria, preparando un segundo libro, con sus estudios de bachillerato.

Paula Reyes

Datos técnicos

Autora: Paula Reyes Morillas
Colección: Círculo rojo - Novela
Páginas: 150
ISBN: 978-84-9991-646-0
Formatos: Edición rústica con solapas
Tamaño: 15x21 cm
Editorial: Editorial Círculo rojo
Precio: 8 €


Argumento

Un niño gitano de 9 años vive en un poblado gitano junto a su madre y los demás miembros del clan. Son los años 40 y, si bien no sabemos exactamente en qué lugar geográfico ocurre la acción, sí sabemos que es un lugar ocupado por los nazis.

Es un niño travieso e inocente que ve las cosas con la inocencia propia de su edad. De su mano conoceremos cómo es la vida en un campamento gitano, el papel que en él tiene el patriarca, conoceremos su relación con su madre y con su amigo Tomás e, incluso, conoceremos cosas que nos gustaría que no hubieran ocurrido pero que el lugar y la época propician

Impresiones

Como es posible que no hayáis leído el apartado dedicado a la autora, os lo comento aquí: la autora, Paula Reyes Morillas es una chica de tan sólo 16 años. Eso fue lo que más me llamó la atención cuando supe de la existencia de este libro. ¿Cómo alguien tan joven había podido escribir y publicar una novela? Uno puede pensar que alguien de esa edad hablará de los temas que mejor se supone que conocer y que, por lo tanto, la novela contará historias de amigos, de instituto, del primer amor, incluso recuerdos infantiles… Pues no, nada más lejos: el tema que ha elegido Paula para su primera novela es el del genocidio nazi. Sorprendente, sin duda.

Elige para ello los ojos de un niño (supongo que os recordará al famoso “El niño con el pijama de rayas”) pero no judío, como suele ser habitual, sino gitano. Y es que, efectivamente, los nazis no sólo odiaban, perseguían y mataban a los judíos sino también a los romas o gitanos que nada tenían que ver con su ideal de una raza pura aria. Los consideraban seres racialmente inferiores por lo que no tuvieron reparos en encarcelarlos, condenarlos a trabajos forzosos, llevarlos a campos de exterminio y, por supuesto, asesinarlos. No hay cifras exactas de cuántos gitanos cayeron en el Holocausto nazi pero los historiadores calculan que los alemanes y sus alíados mataron entre el 25 y el 50% de todos los gitanos europeos. Se calcula que, antes de la Segunda Guerra Mundial, había, aproximadamente, un millón de gitanos en Europa y, tras ella, quedaban algo menos de 800.000. Serían, por tanto, más de 200.000 los gitanos asesinados por los nazis y sus alíados. Lejos de los tres millones de muertos totales (cálculos aproximados) pero una cifra, sin duda, a tener en cuenta.

Campamento gitano

Si no fuese porque la sinopsis que viene en la contraportada del libro nos avisa de que estamos a finales de la Segunda Guerra Mundial, lo cierto es que, al principio, la acción podría situarse en cualquier lugar y época. No hay pistas que nos indiquen dónde estamos. Nuestro protagonista es un niño gitano de 9 años, de cuyo padre no llegamos a saber nada, que vive con su madre en un campamento gitano. Conocemos sus andanzas, sus travesuras…, es un niño y está acostumbrado a la libertad por lo que es difícil sujetarle. Así, se escapa en cuanto puede y se va a investigar qué hay en los alrededores. Un día se encuentra con lo que él cree que es otro campamento. Pero este campamento tiene casas de varios pisos, tiendas y en él vive mucha gente; es, obviamente, una ciudad. Y la gente que en ella vive es diferente de nuestro amigo y los suyos. Hablan diferente y llevan un signo raro prendido en la ropa. Sus travesuras, como es lógico, le llevan a meterse –y a meter a su amigo de 11 años Tomás- en un gran lío cuando son descubiertos. Les llevarán en tren a un sitio en el que nuestro gitanillo piensa que le van a entrenar como soldado.

La historia nos la cuenta el propio pequeño, en primera persona. Tiene bastante diálogo y el lenguaje utilizado es sencillo, directo y ágil. Se trata de un libro fácil de leer que, unido a su escasa longitud (menos de 150 páginas) se lee en un suspiro. Hay alguna expresión que me ha chocado y alguna falta de ortografía que exigiría una revisión pero os aseguro que no entorpece la lectura ni afea el conjunto.

Las páginas dedicadas al gitanillo y sus andanzas se leen a gusto porque le cogemos cariño desde el principio y siempre nos saca alguna sonrisa sus ocurrencias. Es de una inocencia tremenda y, por ejemplo, cuando ve a su madre tutearse con el patriarca, piensa que se van a casar… Pero se masca la tragedia. Si acaso, me ha parecido que se tardaba bastante en meterse en harina. Desde el principio (por la sinopsis) pensamos que algo muy malo va a suceder y, al menos en mi caso, estamos deseando que ocurra (no por masoquista, sino porque está claro que toda la novela se dirige hacia esa tragedia). Y, cuando ocurre lo que tememos, pues qué voy a deciros: que por mucho que sepamos cómo es esa parte –funesta- de nuestra historia reciente, no podemos evitar que lo que ocurrió nos vuelva a sacudir.

Prisioneros en campo de concentración

Recuerdo que El niño con el pijama de rayas (lo traigo a colación porque hay similitudes entre los dos libros al estar ambos protagonizados por niños, en la misma época y con drama incluido) fue criticado por alguna gente que no entendía cómo un niño de esa edad (puede ser que también tuviera 9 o 10 años?) fuera tan inocente que no se enterase de lo que ocurría. No fue una crítica que yo hice porque a mí sí que me parecía de lo más comprensible: no existían entonces los medios de comunicación como ahora los entendemos y a los más pequeños no se les hacía partícipes en las familias de temas serios. Si la mayoría de alemanes –así quiero creerlo- no sabía realmente lo que estaba ocurriendo, cómo iba a saberlo un niño? Desde luego, en el caso de “Pequeño soldado” , esta ignorancia infantil es aún más comprensible pues el protagonista es un niño totalmente aislado de la civilización, que vive en campamentos sin relacionarse con más gente que los miembros de su clan. ¿Cómo iba a saber él que alguien, sin conocerle, le odiaba, tan sólo por su raza?


Conclusión final

La novela me ha gustado. La historia que cuenta es bonita, el personaje principal se hace de querer y el estilo narrativo es fluido. Quizás, lo único, yo hubiese entrado antes en materia, pero eso ya son apreciaciones y gustos personales. La novela se lee en un suspiro y deja un agradable sabor de boca.

Me sigue pareciendo increíble que alguien tan joven haya podido escribir un libro así. Libro que, por cierto, fue finalista del VI Premio de novela Jordi Sierra i Fabra para jóvenes 2011. Desde luego, si sigue escribiendo, auguro –y espero que así sea- a Paula Reyes un brillante futuro en el mundo de las letras.

Recomendable