Disfruté mucho con las tres primeras entregas de la serie protagonizada por Elena Blanco y escrita por Antonio Mercero, Agustín Martínez y Jorge Díaz., los tres escritores detrás del pseudónimo de Carmen Mola. Por eso no me podía perder la que hasta ahora es la cuarta entrega de la serie (y, por cómo termina, no la última): “Las madres”
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica en Casa del Libro
Editorial: Alfaguara
Páginas: 464
ISBN: 9788420456027
Sinopsis
La inspectora Elena Blanco atraviesa el depósito de la Grúa Municipal Mediodía II de Madrid hasta llegar a una vieja furgoneta que expele un olor putrefacto. Dentro está el cadáver de un hombre con un burdo costurón que asciende del pubis al abdomen. Los primeros resultados de la autopsia aclaran que a este toxicómano le arrancaron algunos órganos y en su lugar colocaron un feto. Los análisis de ADN revelan que se trata de su hijo biológico. A los pocos días, aparece en la zona portuaria de A Coruña el cuerpo de un asesor fiscal que ha sido asesinado con el mismo modus operandi. ¿Qué relación existe entre ambas víctimas? ¿Y dónde están las madres de los bebés? Se abre así la investigación del nuevo y perturbador caso de la Brigada de Análisis de Casos. Mientras la relación entre Elena y Zárate se hace cada vez más complicada, todos los indicios los acercarán a una misteriosa organización a la que nadie parece poder acercarse sin morir.
Impresiones
En un depósito municipal de vehículos situado en una de las peores zonas de Madrid se ha encontrado el cuerpo de un hombre salvajemente torturado. Ha sido abierto en canal, desde la garganta hasta el pubis, se le han arrancado los órganos internos y en el hueco que queda se le ha metido un feto muerto. Después ha sido cosido burdamente.
Elena Blanco y su equipo de la BAC se harán cargo del caso. Un caso difícil que se va a complicar aún más porque aparecerán más hombres asesinados de la misma forma. Las autopsias determinarán que los muertos eran los padres biológicos de los fetos introducidos en su interior.
Como nos tiene acostumbrados, Carmen Mola nos trae una novela negra de alto voltaje con escenas truculentas, visuales y muy cinematográficas. Una novela escrita a ritmo de thriller que engancha desde el primer momento, que se enreda cada vez más hasta que finalmente encontramos un cabo del que tirar. Nosotros sabremos algo más que la policía porque antes de empezar el primer capítulo tendremos otro, en cursiva, que transcurre en un tiempo anterior y en otro lugar y en el que conoceremos a una chica joven a la que le pasa algo horrible. No sabremos bien qué tiene aquello que ver con la trama principal pero lo tendremos presente a lo largo de toda la lectura y nos permitirá hacernos una ligera idea. Aunque, por supuesto, lo que hay en el fondo es mucho más complicado de lo que podríamos imaginar.
Esta serie se caracteriza por tramas complejas y un tanto enrevesadas en las que junto a la trama principal, existen tramas secundarias relativas a los personajes. Por ejemplo, asistiremos de nuevo a la relación complicada de Elena y Zárate. A la trama personal de éste que encuentra un cabo del que tirar respecto a la muerte de su padre hace muchos años cuando él era un niño. Tendremos corrupción policial, algún fleco de “La nena” (la tercera entrega de la serie) y alguna cosilla más.
Es esta una serie para leer en orden puesto que, aunque las tramas principales son independientes, la situación personal de los personajes es importante. Los conoceremos cada vez más y habrá constantes referencias a compañeros que salieron en libros anteriores y a cosas que ocurrieron en tales libros. ¿Qué se podría leer “Las madres” y entenderlo sin haber leído los anteriores? Pues sí. Pero nos perderíamos muchas cosas, muchos matices. La verdad es que lo ideal sería leer la serie de tirón porque de una entrega a otra se nos olvidan detalles, es inevitable. Al menos es mi caso. Los autores dan algunas pistas para refrescar la memoria de los lectores pero, aún así, en algunos casos me quedó la sensación de estarme olvidando de algo importante.
Los personajes me gustan mucho. Son compañeros de trabajo pero también amigos y en algunos casos algo más. Van cumpliendo años y las cosas que les pasan en su trabajo van haciendo mella. Algunos, como el forense, están a punto de jubilarse y dan paso a personajes nuevos. Son personajes que me gustan, complejos, heridos por la vida, oscuros en algunos casos. Esta novela muestra claramente cómo afecta a los policías la dureza del trabajo que realizan, cómo forja su carácter. No me extraña que algunos como Elena estén sobrepasados. Con todo lo que ha tenido que vivir y sufrir no sé cómo puede aún desarrollar un trabajo tan duro psicológicmente hablando.
La novela se estructura en sesenta y ocho capítulos numerados más esa especie de epílogo en cursiva que precede al capítulo 1. Es un narrador omnisciente quien nos va contando la historia. Lo hace de forma ágil; es un thriller en toda regla. Los capítulos cortísimos y la abundancia de diálogo hacen que devores el libro. A partir de un determinado momento va quedando claro quién está detrás de los crímenes pero, tranquilos, aún quedan muchas cosas por descubrir, eso no será óbice para seguir leyendo compulsivamente para ver cómo termina todo. Y, ay, cómo termina. Lo bueno que tiene el final es que sabes de cierto que habrá una quinta entrega. Lo malo es que aún no se ha publicado y te deja con ganas de leerla YA, se va a hacer difícil la espera.
Conclusión final
“Las madres” está a la altura de las demás entregas de la serie protagonizada por Elena Blanco. Unos crímenes tremendos pero que te dan que pensar. Unos policías implicados a tope que se implican hasta incluso demasiado. Y un final para comerse las uñas.
Hola, solo leí el primer libro de la serie, pero no me gustó y no seguí. Me alegro que lo hayas disfrutado. Besos.
ResponderEliminarAy, con lo que me gustó a mí La novia gitana...
EliminarSólo leí el primero y aunque me gustó, no sé por qué razón no seguí. Espero volver alguna día, sin duda. Besos!
ResponderEliminarBueno, ahí estarán esperándote (aunque cada vez son más jejeej)
EliminarMe ocurre igual que a Leira, pero sí creo saber por qué no leí más. Mi satisfacción tras la sorpresa inicial de La novia gitana se enfrió al considerar que en las dos siguientes habría más de lo mismo. A esta conclusión llegué tras leer varias reseñas críticas con las novelas. Lo que ahora me sucede es que en Navidades me han regalado "Las madres" y quizás sí la lea aunque no pienso hacer lo propio con La red púrpura y Las nenas. No me importará perderme algún detalle; en todo caso así comprobaré si las unidades que forman la serie permiten la lectura autónoma o no.
ResponderEliminarUn beso, Laky
Bueno, en este libro se hace referencia a cosas que pasaron en el anterior pero no creo que te pierdas
EliminarEntiendo que la gente a la que le guste esta serie de libros se lo está pasando pipa porque encima no decae y la cosa va progresando. Queda para rato, creo. Yo con la novia tuve bastante. Me pasa como con César Gellida, demasiado violentos, cruentos y explícitos para mí.
ResponderEliminarBesos
Sí lo son, eso no te lo puedo negar
EliminarTengo aún la trilogía pendiente, así que tardará en caer. Me alegra que lo hayas disfrutado.
ResponderEliminarBesotes!!!
A ver si te animas a leerla
EliminarEs otro de los que tengo pendientes, a ver si lo leo pronto. Un beso
ResponderEliminarSolo me queda pendiente este, yo sí que disfruté con la trilogía así que no tardaré en seguir con esta novela. Besos.
ResponderEliminarPara leer este antes me gustaria leer los anteriores. Por ahora no entra en mis planes de lectura.
ResponderEliminarSaludos
Me lo prestaron y lo leí de forma compulsiva, y no me gusta hacerlo así, creo que merece una lectura más pausada, cuando pueda la haré. Besos
ResponderEliminarLos anteriores me los prestaron y me los bebí, sobre todo el primero. Deseando estoy de que me pasen este.
ResponderEliminarBesotes