“Muerte dulce” -Félix G. Modroño

Hace unas semanas os hablé de “La sangre de los crucificados”, la primera novela de esta serie de novela de intriga histórica protagonizada por Fernando de Zúñiga que transcurre durante el siglo de Oro español. Me gustó mucho por lo que no dudé, en cuanto la terminé, en empezar la segunda entrega “Muerte dulce” que, ya os lo adelanto, me ha gustado tanto o más que la primera. En breve, os hablaré de la tercera “Sombras de agua” que se acaba de publicar.

Éstas son mis impresiones

Félix G. Modroño

FÉLIX G. MODROÑO es un escritor vizcaíno, afincado en Sevilla.
Tras publicar Villalpando, paisajes y rincones (2002), en homenaje al pueblo zamorano de sus padres, se animó a emprender la aventura de su primera novela, La sangre de los crucificados (2007), protagonizada por el doctor Zúñiga, un peculiar investigador del siglo XVII, que también sería el personaje central de su siguiente obra: Muerte dulce (2009).
Con La ciudad de los ojos grises (2012) cosechó un gran éxito de ventas y el reconocimiento de los lectores. Secretos del Arenal ha obtenido el XLVI Premio de Novela Ateneo de Sevilla

Datos técnicos

Título: “Muerte dulce”

Autor: Félix G. Modroño

Editorial: Algaida

Edición: tapa blanda con solapas

Publicado en octubre de 2016 en esta edición

Páginas: 400

ISBN: 978-84-9067-679-0

PVP: 18,00 €



Argumento

Balmaseda, 1683. Pedro Urtiaga acaba de ser envenenado. En sus últimas horas de vida escribe a su amigo, el doctor Zúñiga, anunciándole su inminente fallecimiento y suplicándole venganza. Este viajará a tierras vascas para averiguar la identidad del asesino. Pronto descubrirá que su muerte no solo tiene que ver con el vino, sino también con una partida de naipes de un juego recién nacido: el mus. Leyendas ancestrales, mujeres enamoradas y falsas apariencias se enredarán en esta trama —en la que los acontecimientos se suceden sin tregua para el lector— relatada sin artificios con una prosa limpia y magnética.

Impresiones
La historia comienza en el año 1683, justo un año después de “La sangre de los crucificados”. El gran amigo de Fernando de Zúñiga, Pedro Urtiaga, acaba de morir envenenado. En sus últimas horas de vida, sabiendo su próximo final, escribe a su amigo contándole que le han envenenado y que quiere que viaje a Balmaseda –donde vivía- para descubrir al o a los asesinos. Así que, al recibir la misiva y ya imaginando el triste final, Fernando y su fiel escudero Pelayo viajarán a Balmaseda donde Gorane, su prima, les pondrá al corriente de lo que sabe, del lugar del enterramiento y de las últimas voluntades de Urtiaga. Los investigadores enseguida se darán cuenta de que la muerte puede estar relacionada con una partida de mus que Urtiaga y su pareja de mus jugaron contra otra pareja de bilbaínos.

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La 31

Muerte dulce” es una novela de intriga de corte histórico. Es de intriga porque en ella –así como en las demás novelas de la serie- se plantea un caso que Fernando y Pelayo deberán resolver. Y es histórica porque transcurre durante el Siglo de Oro español, en escenarios reales, y porque se relaciona con acontecimientos y personajes históricos.

Fernando de Zúñiga, vizconde del Castañar, es médico en Salamanca pero no duda en trasladarse por la geografía española en aras a sus investigaciones de aficionado. En este caso, además de Salamanca y Zamora, la novela nos trasladará a la provincia de Vizcaya. En estas tierras el autor va a situar el nacimiento del mus, un juego de cartas que nació en aquella época y que bien pudiera haber tenido un origen similar al narrado por el autor (en una nota final, el autor nos dirá que su origen exacto no es conocido pero que por aquella época ya se había extendido bastante por el País Vasco y Navarra; esto le vino de perlas para sus propósitos novelísticos). Aunque Félix Modroño vive en Sevilla y pasó buena parte de su juventud en el pueblo zamorano de Villalpando, es vizcaíno de nacimiento y su tierra le tira. No es la primera vez que sitúa en aquella zona sus novelas; no hay más que recordar la magnífica “La ciudad de los ojos grises” (Bilbao). En esta ocasión, se traslada de nuevo a Vizcaya y con él visitaremos las Siete calles de Bilbao, Balmaseda o San Juan de Gaztelugatze entre otras localizaciones (os animo a echar mano de google para verlas, especialmente la última, un lugar con mucho encanto).

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Bilbao

n esta novela Félix Modroño nos va a hablar del mus, un juego al que he oído que es muy aficionado. Ya lo indica el propio título: quien no sepa jugar al mus pensará que hace referencia a un asesinato suave, “con cariño”, pero no, hace referencia a una jugada del mus. Una forma de terminar el juego con una derrota fulminante e inesperada. Yo jugué al mus (poco) cuando era apenas una cría y casi ni me acuerdo aunque las descripciones (muy interesantes) que hace el autor sobre algunas jugadas me han encantado y me han venido genial para refrescar. Si no sabéis jugar, no os preocupéis: obviamente, no es necesario para leer el libro pero es que, además, como Fernando de Zúñiga apenas sabe jugar y Pelayo no sabe en absoluto, uno de los personajes les va a dar unas lecciones básicas, que también a vosotros os vendrán de perlas. Y es que conocer el funcionamiento del mus y lo que pasó en la última partida que jugó Urtiaga, va a ser necesario para que ambos investigadores lleguen a descubrir a los culpables. ¿Se habrá echado alguno un órdago?

La parte histórica está desarrollada de una forma magistral. Se nota que el autor se ha documentado muchísimo sobre la época, se ha empapado de sus costumbres, de cómo eran los escenarios donde se desarrolla la historia y, por supuesto, del mus… Sin abrumar con datos históricos que pudieran enlentecer la historia, dibuja no obstante un preciso fresco de la España del siglo XVII. Los escenarios estén muy bien descritos pero, como en la anterior ocasión, os invito a que, mientras leéis la novela, os paséis por esta página donde el autor ha colgado fotografías de todos los lugares que visitan los protagonistas: http://www.fernandodezuniga.com/muerte_el_periplo6.htm

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San Juan de Gaztelugatze

os dos protagonistas de la novela son Fernando de Zúñiga y Pelayo. Entre ambos se estableció en la novela anterior una relación preciosa que transciende la de profesor y pupilo para casi convertirse en una relación padre e hijo. Además, ya tuvimos entonces ocasión de conocer a Pedro Urtiaga, gran amigo de Fernando que en esta ocasión, aún difunto, va a tener un papel fundamental. En la anterior novela también conocimos a la familia de Fernando: a sus dos hijas Cristina y Leonor y a Isabel, la mujer que le ayuda y que está secretamente enamorada de él. Las dos hijas están en un convento pero Leonor nos va a dar una gran sorpresa en esta novela, acompañando a su padre y a Pelayo a Balmaseda…

En la anterior novela me gustaron muchísimo los dos protagonistas y he estado encantada de compartir unas horas más con ellos. Pelayo es un joven encantador, que está locamente enamorado. Es muy inteligente, candoroso y valiente. Fernando de Zúñiga es todo un señor. En esta ocasión conoceremos un poco más a Isabel y también a su padre Germán. Además, como personajes nuevos tendremos a Gorane Otamendi (prima de Pedro Urtiaga), los otros tres participantes en la famosa partida de mus y un muslari retirado a quien el autor atribuye la creación del mus.

La novela se estructura en nueve capítulos de una cierta extensión (divididos a su vez en una especie de subcapítulos sin numerar). Será un narrador omnisciente quien nos vaya contando las visicitudes de esta peculiar pareja investigadora. Félix escribe genial y eso ya lo sabemos quienes hemos leído alguna de sus novelas. Combina de forma equilibrada la narración y el diálogo, de tal manera que las páginas pasan rápidamente ya que enseguida nos vemos inmersos en una lectura muy entretenida; y, sin darnos cuenta, nos hemos enterado de un montón de datos que nos hablan de datos históricos, de chascarillos, de anécdotas, de lugares y personajes.. Por lo que, además de habernos entretenido, hemos aprendido cosas. La ambientación es magnífica y hay momentos en los que veremos perfectamente las escenas que el autor nos describe. Los personajes están trazados con mimo y llegarán a hacérsenos muy cercanos. El autor se adapta perfectamente a la categoría social y a la educación de los diferentes personajes y, por ejemplo, utiliza varios “latinejos” cuando es el vizconde el que habla.

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Balmaseda

sta es la segunda entrega de las aventuras de Fernando de Zúñiga y Pelayo pero los “casos” son independientes y perfectamente se pueden leer en cualquier orden (aunque, por la evolución de los personajes, siempre sea recomendarlos leerlas en orden)

Finalmente, comentar que aunque esta novela se publicó en el año 2009, dado que acaba de publciarse la tercera entrega de la serie (“Sombras de agua”), Algaida va a reeditar tanto “La sangre de los crucificados” como “Muerte dulce”. En una edición, en mi opinión, mucho más bonita que la original. Aunque en su momento se trataba de un libro de tapa dura y en esta nueva edición es de tapa blanda, la portada es mil veces más bonitas y resulta, en general, más llamativa y atractiva.



Conclusión final

He disfrutado muchísimo con “Muerte dulce”, como ya lo hice con “La sangre de los crucificados”. Son unas novelas magníficas que gustarán por igual a los amantes de las novelas de ficción histórica, a los aficionados a la intriga y a los que gustan de la narrativa en general. No os la perdáis

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