"Respirar por la herida" - Víctor del Árbol

Éste va a ser, para mí, el año de Víctor del Árbol. En cosa de unos meses he leído sus tres últimas novelas: hace poco, en una lectura simultánea, me estrené con la magnífica “La tristeza del samurái”; nada más salir, en mayo, leí su última novela “Un millón de gotas” y este mes, de nuevo en una lectura simultánea, “Respirar por la herida”. Me enamoró con La tristeza del samurái, volvió a hacerlo con Un millón de gotas y me ha rematado con “Respirar por la herida”. Ya os adelanto que las tres novelas estarán entre mis mejores lecturas del 2014 y Víctor del Árbol se ha convertido en un autor de referencia para mí. No sólo buscaré (lo he encontrado ya en una librería que vende por internet) su primera obra sino que leeré, sin dudarlo, sin fijarme ni en títulos, ni en portadas ni en sinopsis, todas las novelas que a partir de ahora tenga a bien publicar.

Éstas son mis impresiones

Víctor del Árbol

(Barcelona, 1968) es escritor de nacimiento.

Es el mayor de seis hermanos y su madre le dejaba en la biblioteca desde la salida del colegio hasta la hora de cenar para poder acudir a su trabajo de limpiadora. Esto le permitió leer multitud de libros que alimentaron su vocación de escritor.

Fue seminarista durante cinco años, en el seminario de Ntra. Sra. de Montealegre, para más tarde cursar estudios de Historia en la Universidad de Barcelona y trabajar, actualmente, de Mosso d´esquadra para la Generalitat, trabajo que le ha permitido acercarse, desde 1992, al aspecto más humano de las personas, a las que describe de forma magistral en sus obras.

Recibió el Premio Tiflos por su primera novela, El peso de los muertos, con un prestigioso jurado formado, entre otros, por Luis Mateo Díez, Soledad Puértolas y Manuel Longares.

Ha escrito:

.- “El peso de los muertos”

.- “La tristeza del samurái”

.- “Respirar por la herida”

.- “Un millón de gotas”

Datos técnicos

Título: “Respirar por la herida”
Autor: Víctor del Árbol
Editorial: Alrevés
Edición: rústica con solapas
Editado por primera vez en el año 2013 
Páginas: 528
ISBN: 978-84-15098-79-9
Precio: 20 en papel /4,99 en digital (olé por Alrevés, así se hace)

Argumento

Eduardo es un otrora afamado pintor que, tras perder hace catorce años a su mujer y a su hija en un desafortunado accidente, sobrevive como puede. Tras pasar trece largos años en prisión, sólo los encargos de Olga y las visitas a Marina, su psiquiatra, le mantienen anclado a la realidad.

Una famosa violoncelista, Gloria Tagger, casada con un famoso director de cine, Ian MacKenzie le hace un extraño encargo que él, con dudas, decide aceptar: hacer el retrato de Artur, el hombre que causó la muerte de su hijo Ian de tan sólo diecisiete años. Eduardo era famoso por plasmar en sus retratos el alma de los modelos y eso es lo que Gloria quiere ver: el interior, el alma, de quien se llevó a su hijo por delante. es un otrora afamado pintor que, tras perder hace catorce años a su mujer y a su hija en un desafortunado accidente, sobrevive como puede. Tras pasar trece largos años en prisión, sólo los encargos de Olga y las visitas a Marina, su psiquiatra, le mantienen anclado a la realidad.

Impresiones

He comentado en alguna ocasión que, si no había leído antes esta novela de Víctor era por su portada: me daba reparo, yuyu si queréis, me desconcertaba, no me gustaba en definitiva. La portada que tiene la edición de bolsillo es mucho más bonita. Y, sin embargo, una vez leído el libro, considero que ésta va genial con su contenido. Es una portada inquietante, que te envuelve y remueve por dentro, que no puedes leer sin notar un pellizco en tu interior; como el libro en sí.

La verdad es que podría limitarme a copiar lo que ya dije al reseñar La tristeza del samurái o Un millón de gotas, porque prácticamente todo es aplicable también a esta novela. Pero intentaré ser un poco original y no repetirme a mí misma

Como siempre, Víctor nos ofrece una trama complejísima, con muchísimas facetas, aristas, recovecos, historias dentro de la historia general. Un montón de historias en las que cualquier otro menos avezado en estas lides podría haberse perdido; Víctor no; Víctor es un maestro a la hora de urdir tramas complejas, mezclar historias y entrelazar unas con otras, de tal manera que las múltiples piezas con las que juega, acaban unidas en ese gigantesco puzle que sólo imaginaciones como la suya pueden montar. Todo queda unido, todo tiene su razón de ser, todo queda resuelto, sin flecos sueltos. No sé por qué me sorprende que lo haya vuelto a hacer en esta tercera novela que leo de él, pero es así; me sorprende muchísimo que alguien pueda imaginarse una historia tan compleja como ésta y que lo pueda resolver tan bien. Y encima con una forma de escribir que no puedo por menos de calificar de absolutamente maravillosa. ¿Se me nota que estoy entusiasmada con este autor, verdad? No es para menos, de verdad. Ya veréis cómo todas las reseñas que van a ir saliendo coinciden conmigo. Si aún no le habéis descubierto, os aconsejo que no dejéis pasar más tiempo; hacedme caso, no os vais a arrepentir.

“Respirar por la herida” nos habla de grandes pérdidas. De lo más grande que puede perder una persona: su familia. Eduardo ha perdido a su mujer y a su hijo, Gloria a su hija, Arthur a su hijo, el armenio a su hija… Y no sólo ellos, todos han perdido algo en esta novela, aunque sólo sea la inocencia y la ilusión por vivir. No es una novela alegra, como os podéis imaginar. Es una novela que, como todas las de Víctor, duele y remueve al lector por dentro. Es imposible leerla y que no te afecte. Porque, aunque nos resistamos, los personajes y las historias se nos meten muy adentro; y ahí se quedarán por mucho tiempo.

Los personajes están trazados a la perfección. Víctor los disecciona con un escalpelo para que el lector se meta en su cabeza y en su corazón y entienda sus motivaciones, su forma de actuar, de pensar y de sentir. No son personajes planos; en absoluto. Son personajes con muchas facetas y aristas; casi ninguno es completamente malo (salvo Chang) y ninguno es absolutamente bueno. Hasta los que de primeras nos parece que tienen una moral más intachable, en cuanto el escritor escarba un poco bajo la superficie y en su pasado, veremos que son capaces de hacer cosas ilegales en ocasiones, inmorales en todo caso. Pero, aún así, en la mayoría de los casos entenderemos sus justificaciones y, a veces, incluso les justificaremos. Porque actúan movidos por la venganza, sí, pero también por el dolor ante la mayor pérdida que puede sufrir un ser humano. Aunque duela, no podemos evitar pensar qué haríamos nosotros si nos pasase algo así, si alguien matase a nuestro hijo o hija. ¿No querríamos ver muerto al asesino? Igual no seríamos capaces de tomarnos la justicia por nuestra mano pero querer acabar con él, casi seguro que querríamos. Por ello, ¿cómo vamos a reprochar a los personajes de Respirar por la herida que actúen como lo hacen?
Víctor baja a las profundidades del dolor y de la maldad humana y nos hace acompañarle en ese viaje. Un viaje muy doloroso. Las novelas de Víctor, ya lo he dicho en otras dos ocasiones, duelen. Creo que es imposible quedarse impasible ante muchas de las cosas que cuenta. Ha habido veces en las que he tenido que parar, después de algún capítulo especialmente intenso, para coger aire y fuerzas para poder seguir leyendo. Pero, masoca de mí, tenía que seguir haciéndolo porque es una novela que disfrutas tanto como la sufres.
De su estilo, no puedo decir más que alabanzas. Víctor escribe genial. Una prosa cuidadísima, elegante, perfecta. En ella abunda más la narración que el diálogo y se para, con muchísimo detalle, a describir escenas, personas, sentimientos… Por ello, no son sus libros lecturas ligeras ni especialmente fáciles; tampoco difíciles realmente, pero no son de esos libros “page-turner” que puedes leer de un suspiro. Aunque tienen ritmo, sorpresas y siempre están pasando cosas, son libros para leer con calma, fijándose en detalle, parándose a respirar, digiriéndolos poco a poco. Aún así, me ha durado cinco días y medio, lo cual teniendo más de quinientas páginas no implica, precisamente, que lo haya leído despacio. Pero es que llegó un momento en el que ya no pude parar de leer. Estaba tan implicada en la historia y en los personajes que necesitaba llegar al fondo del asunto.

El libro contiene sorpresas pero no golpes de efecto. Víctor no se saca cartas de la manga ni engaña al lector para reclamar su atención. Todas las piezas del puzle están ahí desde el principio, lo que pasa es que no sabemos verlo. Así que será el propio escritor el que nos guiará a la hora de completarlo; comenzando por las esquinas –presentación de los personajes-, rellenando luego el marco exterior –las relaciones entre ellos-, algunas piezas del interior –acontecimientos pasados-, hasta llegar a las piezas claves, aquéllas que nos permiten darle un sentido al conjunto. Todo encaja perfectamente, no sobra ni falta ninguna pieza. Y todas ellas están ensambladas con absoluta perfección.

Conclusión final

Supongo que habrá quedado claro que “Respirar por la herida” me ha fascinado. Me ha parecido una novela redonda, con una historia tremenda, unos personajes que se te meten en los huesos y una prosa que alcanza la perfección. Una novela intensísima, que a veces duele y que te llega al corazón.

No os la podéis perder.

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