"Un verano en el campo" - Heike Wanner

Lo mío con esta novela fue un flechazo. Ver esa preciosa portada en el catálogo de novedades de Maeva y decidir que quería leerla, fue todo uno. Tenía, además, una curiosidad relativa por lo que se califica como un nuevo género: el farm lit.

Éstas son mis impresiones

Heike Wanner

Heike Wanner (Alemania, 1967) trabaja para una compañía aérea y vive con su familia cerca de Frankfurt.

Admite que no tenía planeado llegar a ser escritora, pero cuando se reencontró con sus viejos diarios durante una mudanza, creció en ella la semilla de su primera novela.

Hasta ahora, en Alemania ha publicado tres libros con un éxito notable.

Datos técnicos

Título: “Un verano en el campo”

Autora: Heike Wanner

Traductora: Álvarez Grifoll, Lídia

Editorial: Maeva

Edición de tapa blanda con solapas

Páginas 296

ISBN: 978-84-15893-31-8

Precio: 18,90 euros

Publicado en junio de 2014



Argumento

Helene y Katherina son hermanas mellizas. Lisa Marie, Marie Louise (Lou) y Anne Marie, sus hija, son primas; Lou y Anne hermanas. Las cinco mujeres tienen la costumbre de quedar una vez al mes para merendar en casa de una ellas; las demás llevan algún dulce y echan la tarde hablando de sus cosas.

Una tarde, reciben la triste noticia de que el tío Horst, hermano de Helene y Katherina, ha muerto. El tío Horst era muy querido por ellas pues, cuando murieron los padres Marie y Johann él, que ya había cumplido diecisiete años, crió a sus hermanas pequeñas, que entonces eran unas niñas.

El tío Horst tenía una granja con vacas, gallinas y abejas y es urgente hacer algo con ella. Mientras resuelven qué hacer de forma definitiva, las tres primas deciden ir allí dos semanas para cuidar de los animales, preparar el funeral y arreglar todo el papeleo que una defunción conlleva.

Para unas chicas de ciudad, llevar una granja no va a ser nada fácil. Afortunadamente, una monja de un convento cercano y un joven al que contratan el primer día les ayudarán

Cuando empiezan a mirar entre los papeles del tío Horst, encontrarán una caja llena de cartas que se cruzaron sus abuelos. Así descubrirán una bonita historia de amor y un gran secreto familiar que ni se imaginaban.





Impresiones

Esta novela se ha incluido en lo que se ha bautizado como farm-lit. No sé si es un nuevo género o un subgénero pero lo que sí está claro es que dentro de él caben novelas cuyos personajes dejan las grandes ciudades para rehacer sus vidas en un entorno rural. Tal y como nos contaba la editorial en el mail de promoción de la novela: “las protagonistas se quitan los Manolos Blahnik para dedicarse a cocinar, hacer punto, alimentarse a base de comida orgánica, y a contarnos sus peripecias en botas de agua.” Se supone que el farm lit, a causa de la crisis, ha sustituido (o quiere hacerlo) al chick-lit pues es más fácil que el lector medio se identifique con mujeres que viven en un pueblo que con mujeres que se pasean por la Quinta Avenida con sus bolsos y zapatos de firma. Pero, como todo en esta vida, el encuadrar algo en un género concreto tiene sus peligros: en este caso que a quien no le gusta el chick-lit descarte ya de primeras este otro género. Y no sé cómo será en el caso de otras novelas farm-lit pero, en este caso, os diré que ésta no tiene nada que ver con el chick-lit. Y no por la granja, sino por la historia en sí. Hay granja, sí; y hay gallinas y vacas y abejas. Pero lo que hay, sobre todo, es una historia de mujeres y un secreto familiar. De hecho, yo si tuviera que encuadrarlo en un género sería el de las sagas familiares.

Debido a la muerte de su tío, tres primas deciden pasar dos semanas en la granja que fue de éste. Allí, además de enfrentarse a los problemas derivados de la vida en una granja: no creáis que es fácil ordeñar vacas o limpiar establos, se tendrán que enfrentar también a sus propios problemas. Anne, es una mujer casada con un prestigioso médico y madre de tres hijos. Su marido es pasa el día fuera de casa y es ella la que tiene que llevar, sin ninguna ayuda, la casa y la familia. En la granja va a aceptar por primera vez que tiene problemas matrimoniales. Lou es una diseñadora de interiores de éxito; guapa, joven, liberal, vive libremente su vida y está encantado con su novio Christop, con el que vive. Pero siente un malestar, sobre todo por las mañanas que ella achaca a una menopausia temprana. Lisa Marie es librera. Una devoralibros desde pequeña, adora su profesión y su librería pero el próximo establecimiento de una cadena de libros en las inmediaciones de su tienda y las bajas ventas del sector, hacen que tenga que plantearse qué hacer con su vida.

Mientras ordenan los papeles del tío Horst, van a encontrarse con una caja llena de cartas que se cruzaron sus abuelos Marie y Johann. Se enamoraron durante la Segunda Guerra Mundial pero pudieron vivir poco tiempo su amor pues ella murió el día que dio luz a sus mellizas. El tío Horst, que entonces contaba con diecisiete años, decidió hacerse cargo de su crianza y así fue. Horst fue un cariñoso hermano mayor para Helene y Katherina y un tío al que Lou, Lisa Marie y Anne adoraban. Pero, cuantas más cartas leen, más se dan cuenta las primas de que en toda esa historia hay algo bastante raro y es que, aunque no tenían ni idea, ni sus madres tampoco, su familia guarda un gran secreto…

La novela me ha encantado. He disfrutado muchísimo leyéndola, más incluso de lo que pensaba. Me ha parecido una novela fresca, ligera, muy entretenida y muy fácil de leer. Es la típica novela que se lee sola, por la facilidad de lectura, por la abundancia de diálogos y por el interés de la historia. No puedes evitar implicarte en la historia, imaginarte a Anne intentando ordeñar las vacas, a la sofisticada Lou con una pala en las manos para intentar limpiar el establo… y querer saber, como las protagonistas, todos los secretos que tan celosamente ha guardado su familia.

Pastel de streusel

Es una historia de mujeres pero no necesariamente para mujeres, sino para todo tipo de público. Creo que cualquiera puede disfrutar de una novela que habla de las relaciones familiares, de problemas personales que han de superarse, de secretos por descubrir…

Las protagonistas son mujeres llenas de encanto, con las que no es difícil empatizar. Son muy diferentes y en algunas ocasiones no se llevan bien. Especialmente Lis Marie y Lou tendrán sus trifulcas pero con voluntad y con amor no hay nada que no se pueda solucionar. A pesar de ser un libro corto, sus personalidades están bastante bien dibujadas y nos muestran tres tipos de mujer. La que ha decidido quedarse en casa para cuidar de sus hijos, dándole alas a su marido para que triunfe en su posición y que, años después, se da cuenta de que no es la vida que quería. La triunfadora, que vive como quiere con su trabajo, su ropa de marca, su novio guapo y que ha decidido no ser madre pues jamás podría vivir como su prima Anne. O la que ama los libros y ha hecho de ellos su profesión; que no tiene tiempo para salir por lo que se pasa horas en internet, buscando en la red, quizás, a su gran amor. Asimismo, están sus madres, viudas ambas. Y Mía, la hija mayor de Anne, que a sus diecinueve años va a vivir en la granja un amor inesperado. La autora teje entre ellas unas relaciones creíbles, típicas en cualquier familia.

Hay que destacar también las menciones a la cocina en general y la repostería en particular. Las protagonistas son aficionadas a la cocina y cada vez que se reúnen realizan algún postre especial. De hecho, al final de la novela se contienen unas cuantas recetas de tartas típicas alemanas. Algunas tienen una pinta exquisita y espero hacer a no tardar mucho.

No la considero una novela divertida –aunque algunas escenas sí que nos puedan hacer sonreír, como las relativas al cuidado de los animales de la granja- pero sí muy entretenida. Una novela amable, con un punto de amor y un mucho de historia familiar. Una novela cálida, que se lee muy a gusto y que, sin duda, os recomiendo leer



Conclusión final

En conclusión, he disfrutado mucho leyendo “Un verano en el campo”. Me ha resultado una novela muy agradable y entretenida, fácil de leer, que me ha dejado muy buen sabor de boca. La recomiendo, para este verano o para después, sin ninguna duda.

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