"La mujer de mi vida" - Nicholas Barreau

En verano me estrené con este autor, de nombre francés, que sitúa sus novelas en el fascinante París, pero que las escribe en alemán: Nicolas Barreau. Le tenía ganas pues había oído hablar muy bien de sus historias románticas y, de vez en cuando, me apetece un libro de ésos. Me estrené con “Atardecer en París” y la experiencia fue muy positiva. Así que, al poco de publicarse su última novela, “La mujer de mi vida”, me hice con ella y en un día me la leí.

Éstas son mis impresiones

Nicolas Barreau

Nicolas Barreau (París, 1980), de madre alemana y padre francés, estudió lenguas románicas y literatura en la Sorbona. Durante un tiempo trabajó en una librería de la Rive Gauche hasta que finalmente se dedicó a escribir.

Le encantan los restaurantes y la cocina, cree en el destino, es muy tímido y reservado y, al igual que al escritor protagonista de La sonrisa de las mujeres, no le gusta aparecer en público.

Sus tres novelas, publicadas originalmente por una pequeña editorial alemana, han conseguido un gran éxito, especialmente La sonrisa de las mujeres, que se ha convertido en un verdadero fenómeno editorial en Alemania y en Italia.

.- Atardecer en París 
.- Me encontrarás en el fin del mundo 
.- La sonrisa de las mujeres
.- La mujer de mi vida

Datos técnicos

Título: “La mujer de mi vida”
Autor: Nicolas Barreau
Editorial: Espasa
Edición de tapa blanda con solapas
Fecha de publicación: 26/11/2013
176 páginas
ISBN: 978-84-670-4006-7
Código: 10036904
Traductora: Carmen Bas Álvarez
Precio: 16,90 la edición en papel / 11,99 euros el ebook

Argumento

«Hoy he visto a la mujer de mi vida. Estaba sentada en mi café favorito. Por desgracia, no estaba sola. Un tipo condenadamente atractivo estaba a su lado y cogía su mano. Pero, de repente, ocurrió algo. La mujer de mi vida se levantó para ir al baño y a la vuelta me guiñó un ojo y me dio su tarjeta». ¿Por qué no va a ocurrir en la vida real lo que alguien se ha inventado para escribirlo en un libro? Un jueves de abril completamente normal se convierte en el jueves más importante de su vida para el librero protagonista de esta deliciosa novela. A veces, los milagros existen y se llaman amor.

Antoine sale de la librería que regenta junto a su socia para tomarse un café en su cafetería favorita. En la mesa de al lado, hay una chica preciosa que enseguida llama su atención. Se enamora de ella a primera vista. El problema es que no está sola, ya que hay un hombre que le acompaña.

No obstante, cuando ella va al servicio, le deja una tarjeta con su nombre, su número de teléfono y una indicación: que le llame a una determinada hora.
Antoine flota en una nube y sólo espera que llegue rápido el momento de llamarla. Porque ha habido muchas mujeres en su vida, pero presiente que ella es especial ya que jamás ha experimentado algo similar. Sin embargo, todo se complica cuando una paloma hace sus cosas justo encima de él y el último número del teléfono de Isabelle, que así se llama la chica, queda ilegible. Contra reloj, Antoine tiene que localizarla en cualquiera de los diez números posibles.

Impresiones

No sé si habrá sido la novela, el momento, París… quién sabe lo que habrá sido; yo lo único que sé es que he disfrutado como una enana de esta deliciosa novela. Que vale, ya sé que no es un novelón, que no quedará entre las lecturas de mi vida, que igual en unos meses no me acuerdo de nada… Reconozco todo eso y más; no obstante, la he disfrutado de principio a fin, y la he terminado con un buen sabor de boca y una sonrisa de satisfacción en mis labios.

Todo ocurre en el espacio de un poco más de veinticuatro horas, en la ciudad más romántica del mundo. Con un escenario como París, casi cualquier historia de amor parece posible. Incluso la de quien se enamora a primera vista, de alguien ni cuyo nombre conoce y que, encima, parece ser correspondido. Con un punto de partida como un flechazo, trascurre en un tiempo record una preciosa historia de amor, romántica pero no almibarada, que hará las delicias de los más románticos y de los que, sin ser asiduos de este género, disfrutamos de vez en cuando con una historia tierna, dulce y llena de felicidad y amor.

Antoine quien, para que le cojamos un cierto cariño ya desde la primera página, es librero, va al Café de Flore, uno de esos típicos cafés parisinos, casi siempre abarrotados de turistas pero que, no lo vamos a negar, tienen un encanto especial, todo chic y glamour. Sube a la parte de arriba, directo a su mesa favorita. Pero, para su desgracia, está ocupada. Claro que no va a ser una desgracia muy desgraciada, pues la que la ocupa es una preciosa joven. A Antoine le hacen los ojos chiribitas cuando la ve y siente algo especial en su interior. Además, parece que la chica también se ha fijado en él y también le mira de vez en cuando. Pero no todo podía ser tan fácil, porque la chica está acompañada por un hombre. No obstante, cuando ella va al baño, aprovecha para dejarle una tarjeta con su nombre, Isabelle, y un número de teléfono fijo, así como una hora a la que llamar.

Cuando sale del café, Antoine no es capaz de ir a trabajar y decide hacer tiempo en un parque cercano hasta que llegue la hora de llamarla. Pero en los parques, ya se sabe, hay mucha paz y tranquilidad, todo es muy bonito y muy bucólico pero hay también cosas no tan agradables como, por ejemplo, las palomas que, sí, son muy bonitas pero que si les da por cagarse encima de ti pues no te parecen tan monas. Y si, encima, sus deposiciones caen justo justo en la tarjeta que te ha dado la chica de tus sueños y borran el último número del teléfono, pues comprenderéis que no es un asunto demasiado agradable.

Pero Antoine no desespera. Al fin y al cabo es el último número por lo que sólo tendrá que marcar diez números, cambiando la cifra final. Eso sí, tendrá que hacerlo rápido para pillar a la chica en el horario que ha establecido
Comienza así una comedia romántica, de enredos, que bien podría ser objeto de una película de ésas que tanto me gustan…

Jardín de Musée Rodin

Una novela que transcurra en un tiempo muy limitado: lo que queda del día más el día siguiente, en la que asistiremos a los intentos desesperados de Antoine por encontrar a la chica de la que se ha enamorado a primera vista.

No es una novela que nos vaya a sorprender. Ya desde que empieza sabemos cómo termina, no va a haber sorpresas y lo único es ver cómo llega al final que todos sabemos que tendrá. Pero no importa, para nada, no se trata de esa novela. Se trata de una novela hecha tan sólo para disfrutar con una historia dulce, tierna y romántica de ésas que aportan un ratito de felicidad y que te dejan muy satisfecha.

Nicholas Barreau tiene un estilo sencillo, claro, ágil y directo. Sus novelas son fáciles de leer y entretenidas, puro entretenimiento. No se anda por las ramas pero sí viste sus historias con un vestido bonito, acorde con lo que cuenta. Ésta, en concreto, es una novelita muy corta, que se escapa entre las manos sin que apenas nos demos cuenta. Yo me la leí en un solo día; no de tirón, pero sí en dos ratos. Y es que cuando empiezas, ya no quieres soltarla.

El personaje principal y casi único es Antoine. La chica también, claro, pero casi más por referencias que por tener un papel real. Isabelle es el objeto de los sueños de Antoine pero éste es el que nos habla, el que cuenta la historia, el que la protagoniza y al único que realmente conoceremos. Antoine es un hombre joven, librero de profesión, amante de los libros y de las mujeres. Va de flor en flor, disfrutando de su éxito entre las féminas y sin atarse a ninguna. Pero lo que siente por la que resulta ser Isabelle no es pura atracción física, sino algo más y él así lo entiende desde el primer momento. A pesar de que hasta entonces haya podido portarse como un capullo, se nos caerá la baba viendo los intentos que hace por encontrar a Isabelle y la forma tan romántica y caballerosa en la que se comparte. (nota mental: pasarle la novela a mi marido para que tome ejemplo…)

El escenario es París, la preciosa y romántica París. Dado lo corta que es la novela, tampoco da mucho tiempo para extenderse en descripciones, pero sí que tendremos alguna pista de algunos de los lugares que la ciudad encierra, como el famoso Café de Flore o el Museo Rodin.

Conclusión final

En fin, lo dicho: que me ha encantado. He disfrutado muchísimo leyendo esta historia tan bonita y romántica. Llena de amor pero también de humor, que me ha dejado de lo más satisfecha.

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