"La cuna vacía" - Sophie Hannah

Hace dos años leí una novela de Sophie Hannah titulada “La mala madre” (podéis leerla aquí). Me gustó mucho, así que cuando me enteré de que Duomo publicaba su última novela, “La cuna vacía”, supe que quería leerla. Al final lo hice muy pronto y, además, en compañía, en el seno de una lectura conjunta que yo misma organicé.

Éstas son mis impresiones

Sophie Hannah

Sophie Hannah (Inglaterra 1971) es una reconocida autora de poesía y novela. Hija del académico y escritor Norman Geras, y de la escritora Adele Geras, estudió en la Universidad de Manchester y publicó su primer libro de poemas The Hero and the Girl Next Door con tan sólo 24 años.

Su estilo es frecuentemente comparado con los fluidos versos de Wendy Cope y el surrealismo de Lewis Carroll.

En el 2004 fue nombrada como una de los poetas de referencia del Poetry Book Society's Next Generation, y su poemario Pessimism For Beginners, fue seleccionado para el Premio T. S. Elliot en el 2007.

Su obra poética es estudiada hoy en día en los colegios británicos. Es además una celebrada autora de ficción, nominada al internacional IMPAC Dublin Literay Award.
Sus novelas de suspense se sitúan en las listas de los libros más vendidos en varios países y han sido traducidas a más de 17 idiomas.

Durante años fue profesora en el Trinity College de Cambridge y en el Wolfson College de Oxford. Actualmente vive en West Yorkshire con su marido y sus dos hijos.

Me ha parecido curiosa esa doble faceta como poetisa y novelista negra.

Como curiosidad, os diré que los herederos de Agatha Christie la han elegido para escribir la primera secuela autorizada de las novelas protagonizadas por Hércules Poirot

Como novelista ha publicado:

.- “Matar de amor”.
.- “No es mi hija”
.- “La mala madre”
.- “La cuna vacía”
.- “Los muertos se tumban”

Datos técnicos

Título: “La cuna vacía”
Autora: Sophie Hannah
Páginas: 448
Editorial: Duomo
Editado en enero de 2014, edición de tapa dura con sobrecubierta
Colección: Los imperdibles

I.S.B.N.: 9788415355601

PVP: 19.90 € / PVP ebook: 12.99 €

Argumento

La pesadilla empieza siempre de la misma manera. Una noche larga, el llanto del bebé no cesa. Apenas descansas, pero no debes dormirte. Simplemente no debes. Sin embargo, con las primeras luces del alba, caes rendida y cierras los ojos, apenas unos instantes. Cuando los vuelves a abrir, tu pequeño está quieto, sus manitas frías y no respira. Para muchas mujeres es la peor pesadilla del mundo, pero al despertar la olvidan. Para Helen, Ray y Sarah parece no acabar nunca. Las tres han sido acusadas de infanticidio, las tres aseguran ser inocentes. Es el momento de saber la verdad.

Fliss Benson trabaja en una productora. Su jefe se despide inopinadamente y le nombra a ella su sucesora. Su principal cometido será seguir con el documental que aquél estaba realizando sobre un grupo de madres injustamente acusadas de asesinar a sus bebés. Pero nada más empezar con sus investigaciones, una de ellas, Helen Yardley, aparece muerta. A su lado, una extraña nota con varias columnas de números; curiosamente, exactamente igual a una que recibió la propia Fliss hace unos días.

Simon Waterhouse y Charlie Zailer, junto al resto del equipo, serán los policías encargados de investigar el asesinato; para ello, lógicamente, tendrán también que tener en cuenta las muertes de los bebés, aunque éstas ocurrieron hace bastantes años y es un asunto ya juzgado y resuelto.

Impresiones

Todo lo relacionado con la infancia en literatura, me apasiona. A mí me pones en el argumento un niño –o un perro- y ya me has medio conquistado. También en novela negra aunque en este caso, mi fascinación va pareja a mi rechazo porque, si cualquier crimen es malo, el que tiene por objeto un niño pequeño es aún más reprochable.

Así que, si me hablas no sólo de niños, sino de bebés de semanas o meses y me dices que las asesinas podrían haber sido sus propias madres, mi fascinación y mi rechazo son enormes

Por ello, era natural que leyera este libro, con ese título, esa portada y esa sinopsis, que ya te atrapa.

En el presente, una mujer ha aparecido asesinada en su casa. Pero no es una mujer cualquiera, es Helen Yardley, quien hace años fue condenada por matar a sus dos hijos, cuando cada uno de ellos tenía muy pocos meses. Fue acusada a raíz de la muerte del segundo de haber asesinado a los dos, fue juzgada y fue condenada. Tras unos cuantos años en la cárcel, se le permitió recurrir la sentencia y en esta ocasión se consideró que se había cometido un error con ella, no existiendo ningún indicio que permitiera asegurar con total seguridad que la muerte de los bebés no hubiera sido natural (muerte súbita)

La productora de documentales, recientemente ascendida, está realizando un documental sobre tres madres acusadas de haber matado a sus bebés: la propia Helen, Sara y Ray. Y, sin quererlo, se va a ver implicada en la historia. Ella ya sabe que no es la persona más adecuada para realizar el documental por ciertas cosas de su pasado pero es que, además, unos días antes de la muerte de Helen, recibió una extraña tarjetita con unos cuantos números distribuidos en columnas; precisamente, una tarjeta exactamente igual a la que se encontró junto al cadáver de Helen.

En dos líneas argumentales, entremezcladas, vamos a asistir a una doble investigación llevada a cabo por Fliss por una parte, por la policía por otra. Investigaciones evidentemente distintas pero que en cierta forma van a confluir ya que, al investigar Fliss las muertes de los bebés, inevitablemente va a verse implicada en el asunto de Helen; y al revés, al investigar la policía la muerte de Helen, no tiene más remedio que fijarse en la muerte de los bebés, por muy resuelto que esté ya el asunto. Y es que pronto aparece claro que si Helen fue asesinada, fue por el asunto de los bebés…

Las dos líneas argumentales se entremezclan, viendo el asunto ora desde el punto de vista de Helen, ora desde el punto de vista de Fliss. A veces, en este tipo de estructuras, una acaba cogiendo más protagonismo que la otra, pero a mí no me ha ocurrido nada similar en este caso: me han parecido que ambas líneas son complementarias, sin que una tenga más importancia o más interés que la otra.

La novela empieza fuerte y de una manera curiosa. Antes de entrar propiamente en la narración – en la que sería Primera Parte- hay dos especies de prólogos. En el primero, se transcribe la entrevista que en su día realizó Laurie (el ex jefe de Fliss ) a Ray Hines, una de las mujeres acusadas (condenada y posteriormente absuelta en un recurso). En el segundo, se recoge una noticia de un periódico: la muerte de Helen. Una forma curiosa de empezar que, me consta, no ha convencido a alguno de los participantes en la lectura curiosa pero que a mí me ha gustado. Ya he leído algún otro libro con esta estructura –que recoge retazos de entrevistas, diarios, noticias, etc…- y, si bien puede añadir una cierta complejidad a la lectura, me parece que le dota de más interés y originalidad.

La historia consta de dos líneas argumentales –como ya he explicado más arriba- y en cada una de ellas la autora elige un estilo diferente. Cuando es Fliss la protagonista, ella misma narra los hechos en primera persona; cuando la investigación se lleva a parte por el cuerpo policial, será un narrador omnisciente el que los narre en tercera persona. Quizás por eso, o quizás porque en el equipo policial son bastantes los policías que aparecen y ninguno de ellos está especialmente desarrollado, me ha parecido que Fliss es la principal protagonista de la historia. Y no deja de ser curioso porque, en realidad, esta novela pertenece a una serie. Y esto es algo de lo que me he dado cuenta ahora, en el momento de redactar la reseña, cuando estaba buscando información y recalé en el minisite que la editorial dedica a la autora. Me he enterado de que todas las novelas de Sohpie Hannah están protagonizadas por Charlie y Simon. Así que he ido a la reseña que en su día hice de “La mala madre” y me he dado cuenta de que, efectivamente, es así. Que ya esos policías aparecían en la novela anterior. Pero, supongo que os resultará evidente, no es necesario ni mucho menos haber leído las entregas anteriores (ya ves que, aún habiendo leído una, no me enteré durante las más de cuatrocientas páginas que tiene, que estaba leyendo una novela perteneciendo a una serie)

Precisamente releyendo mi reseña, me he dado cuenta de que hay muchas cosas que señalé allí que podría también destacar aquí y que, parece obvio, forman parte del estilo de la autora. Como esas dos líneas argumentales, cambiando la persona que narra la historia según quien la protagonice en su momento. Ese dar más importancia a la persona externa (Fliss en este caso) que al equipo policial. Ese contar historias relacionadas con la familia…

“La cuna vacía”, más que una novela negra, es un thriller psicológico. Aunque hay una investigación policial y cobra importancia el saber quién es el asesino, creo que más importante aún es saber el porqué. ¿Por qué mata una persona? Y, más concreto aún, ¿por qué mata una madre? Creo que las madres recientes no nos podemos librar del temor y de la angustia de que a nuestros retoños les pase algo. La muerte súbita es algo que nos aterra y que nos hace estar pendientes del menor ruidito de nuestro pequeño. Así que, que una madre pueda matar a su bebé de unas semanas o meses, se me hace inconcebible. O sólo concebible en el caso de mujeres enfermas, con una grave enfermedad mental. Pero no, las mujeres en este caso acusadas, son mujeres totalmente normales; sin ningún problema en apariencia, ni mental ni de otro tipo. Pero sus bebés murieron cuando sólo ellas estaban presentes. Ciertamente, podrían haber sido calificadas como muertes súbitas, pero una perito forense encontró en los cadáveres ciertas lesiones que, si bien podrían darse de forma natural, sin maltrato de por medio (en casos muy excepcionales), ella consideraba que eran señal de maltrato físico y que, por lo tanto, las muertes fueron provocadas. Al lector no le quedará más remedio que meterse en las mentes de esas mujeres, para intentar averiguar si, independientemente de lo que hayan dicho los jueces, eran inocentes o culpables. Cuestión muy muy difícil…

La novela, en mi caso, ha mantenido la tensión en todo momento. Me ha enganchado y me ha resultado de fácil lectura. Poco a poco se va desenredando la trama, hasta llegar al final. Y sí que, sin desvelar nada, quiero hacer alguna precisión sobre el final ya que una parte del mismo es lo que menos me ha convencido de la novela. Como os dije, hay dos investigaciones: al de la policía y la de Fliss. Cada uno por sus medios, llegan a averiguar quién mató a Helen, casi en el mismo momento. Pero, así como las investigaciones de la policía van paso a paso hasta llegar a ese lógico final, en el caso de Fliss me parece que no todo ha quedado tan claro: que llega a saber la solución del caso casi de manera fortuita, sin profundizar demasiado. Es una percepción personal, claro. Respecto a si sabemos o no y cómo sabemos en su caso si las mujeres mataron o no a sus hijos, -sin decir nada concreto para no poner ningún spoiler-, a mí me gusta la solución que ha dado la autora pues me ha parecido lógica y coherente para un delito de este tipo, en el que no hay testigos y en el que las únicas que realmente saben lo que pasó son las propias madres.

Conclusión final

“La cuna vacía” es un thriller psicológico que parte de una premisa horrenda –el asesinato de bebés por parte de sus madres- que mantiene la intriga, nos proporciona algunas sorpresas y que, en todo caso, resulta una lectura de lo más entretenida.

Podéis leerlo en Popular libros

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Reseñas de los demás participantes en la lectura conjunta:

.- David de Cruce de caminos
.- Sandra de Estantes llenos de libros
.- Nora Bosco de Momentos de silencio compartido
.- dsdmona de El mundo de dsdmona
.- Blair de Mis lecturas de cabecera
.- Lidia Casado de Juntando más letras
.- Tatty de El universo de los libros
.- albanta de Adivina quién lee
.- Susana Palacios de Mi corazón y yo