El bloguero invisible 2013

El año pasado participé en la iniciativa de Kayena del amigo invisible y me lo pasé genial. Como me lo pasé genial en la convocatoria de Navidad. Así que este año no podía dejar de participar.

Lo primero fue decidir qué libro enviaría yo. Tenía dos premisas: que el libro me hubiese gustado y que no fuese el típico libro que tenía todo el mundo. No tardé demasiado en decidirme por "El lamento de las sirenas" de Michael Koryta; una novela negra que me encantó cuando la leí hace algo más de un año.

Ya sólo quedaba esperar a que la muy laboriosa Kayena hiciera los emparejamientos por Random y nos dijera a quien teníamos que enviar el libro. Ah, sí, y a pensar qué rosa enviar. El año pasado fue un quebradero de cabeza encontrar una rosa que pudiese enviar por correo. Este año lo tuve bastante fácil pues en el supermercado en el que suelo comprar encontré al poco de apuntarme al bloguero invisible una preciosa rosa de gominola. La compré y la escondí para que no se la comieran los peques. Pero en vacaciones de Semana Santa encontré un espejito con unos cupcakes y una rosa y lo compré, cruzando los dedos para que fuese amiga y no amigo invisible

El domingo Kayena me envió un mail dándome los datos de la persona a la que tenía que enviarle el libro. Se llamaba Enma y a mí me sonaba una Enma bloguera, la de la biblioteca de Enma Bovary, así que pensé que, muy probablemente, sería ella. No me equivoqué.

Al día siguiente fui a primera hora a Correos a enviar mi paquetito. A las 9 de la mañana ya había hecho todo lo que podía hacer para que mi amiga invisible tuviera su regalo a tiempo. Sólo quedaba cruzar los dedos para que el mismo llegara, mejor a tiempo pero, al menos, llegara sano y salvo.

Llegó sin problemas. Enma, muy amable, me envió un mail para decírmelo y darme las gracias. Y luego publicó un post contando su experiencia (podéis leerlo aquí).

Ya sólo faltaba esperar que llegase el mío. ¿Quién sería mi amigo invisible? ¿Cómo sería la rosa? Qué intriga!

Como en Navidad Correos se retrasó muchísimo y nos lo hizo pasar muy mal tanto a mi amiga invisible, como a la organizadora como a mí, en esta ocasión me lo tomé con calma pensando que ya llegaría cuando tuviese que llegar. Eso no quita para que todos los días estuviese atenta a la llegada de mi cartera a ver si había suerte y tenía algún paquete de remitente desconocido para mí, pero lo llevé de forma bastante paciente para lo que yo suelo ser. Claro que cuando empecé a ver, ya sea en twitter, ya en facebook, ya en los blogs, que a la gente le iba llegando y empecé a disfrutar como una enana con sus sorpresas, sus libros, sus rosas (a cada cual más imaginativa), se me hacía la boca agua. Llegó el día 23 y pensé que sería bonito que llegase justo ese día. Pero no, no hubo suerte, qué penita. Sin embargo, al día siguiente, 24 de abril, mi cartera llamó al timbre y me dijo que había un paquete para mí así que bajé corriendo como alma que lleva al diablo. Ni que decir que ya en el ascensor rasgué el sobre para ver qué había dentro. Y es que me mosqueaba que fuese tan voluminoso. O bien era un libro gordísimo, tipo a los tochazos de Ken Follet, o bien la rosa era enorme....; lo que no se me ocurrió pensar es lo que realmente fue al final: que dentro no había un libro sino dos!!!

Aquí podéis ver el contenido del sobre:

No sé si se distingue muy bien así que os cuento lo que veis en la foto.

Por un lado, tenemos el libro prometido: "El turista" de Olen Steinhauer. Un libro que desconocía hasta la fecha pero que, por la sinopsis, tiene muy muy buena pinta. Además, de sorpresa, venía otro libro: uno de Mary Higgins Clark titulado "No puedo olvidar tu rostro". Lo cierto es que no logro recordar si lo he leído o no. Mary Higgins Clark fue una de mis autoras preferidas durante un tiempo y leí bastantes de sus novelas pero lo cierto es que mezclo unas historias con otras, los títulos..., y el título de ésta me suena muchísimo pero no sé si de haberlo leído o sólo de conocerlo. En todo caso, lo haya leído antes o no, lo cierto es que cuando lo lea ahora sé que lo voy a disfrutar como he disfrutado siempre las historias de esta autora de libros de misterio.

Además, como manda la tradición, venía mi rosa bloguera: en este caso, un marcapáginas de lo más original que podéis ver en la parte de abajo de la fotografía, sobre la carta manuscrita que también me envió y que  me hizo tanta ilusión como los libros y la rosa.

No me queda más que dar las gracias a mi amiga invisible que, por si no lo habéis adivinado por el libro enviado, es Verónika García, del blog La lectura mi pasión, del cual ya era yo seguidora antes de hoy. Si no lo conocéis, os invito a pasaros por allí, seguro que no os arrepentís.

Y, por supuesto, gracias también a Kayena. No puedo ni imaginar el lío que tiene que ser organizar todo este tinglado. Aún así, espero que no se le quiten las ganas para la próxima vez; yo ya estoy deseando que llegue el amigo invisible bloguero navideño, que vuelve a la blogosfera por Navidad, como el turrón.