“Inspector Solo” - David Jiménez el Tito

Hace unas semanas os hablé de “Muertes de sobremesa” de este mismo autor. Ya os dije en la reseña que me había hecho con el segundo de los libros protagonizados por el inspector Marcial Lisón pero que, teniendo pendiente el primero (“Muertes de sobremesa”) había decidido leerlos en orden. Ahora que he leído esta segunda entrega, me congratulo de haber seguido el orden porque, realmente, creo que es mucho mejor en esta ocasión leer la primera entrega para disfrutar plenamente de la segunda

Éstas son mis impresiones

David Jiménez Martínez “el Tito”

David Jiménez Martínez (Cartagena, 1978) es licenciado en Biología por la Universidad de Murcia. En la actualidad, después de haber desarrollado su carrera como biólogo en el ámbito del control de calidad, ejerce en Castellón como agente marítimo de Vigilancia Aduanera, un cuerpo policial adscrito a la Agencia Tributaria que se encarga de la represión del contrabando. Tras colaborar durante unos meses con Castellón Noticias redactando artículos sobre novela negra, decidió dar el salo y escribió Muertes de sobremesa (diciembre de 2015, ACEN), con la que consiguió abrirse un hueco en el difícil panorama literario contemporáneo.

Datos técnicos

Título: “Inspector Solo”

Autor: David Jiménez el Tito

Editorial: Versátil

Edición: tapa blanda con solapas

Publicado en septiembre de 2017

Páginas: 376

ISBN: 978-84-16580-88-0

Precio: 18,90 euros

Argumento

La vida de Marcial Lisón quedó marcada desde el mismo momento en que el Asesino del café puso un pie en la ciudad de Cartagena. Conocer su identidad dieciocho años después, lejos de haber supuesto un alivio para el inspector, hizo que descubriese que su pasado descansa sobre una mentira con la que es difícil convivir. Desde entonces, Sola, un galgo recogido junto a unos contenedores de basura, se ha convertido en su única familia. Su carácter hosco y alejado de lo políticamente correcto tampoco le ha permitido granjear grandes amistades; más allá de la de Zoe Ochoa, su compañera, y Sasha, una prostituta rumana con la que comparte algo más que sexo.

Despertar en el interior de su coche, frente al edificio de Sasha, sin recordar cómo ha llegado hasta allí, y descubrir que la han asesinado, solo será el comienzo de una vorágine autodestructiva que alcanzará su cénit cuando Marcial compruebe que Zoe lo ha traicionado. Pero ¿por qué no recuerda nada de esa noche? ¿Cómo gestionar una investigación en la que las evidencias se empeñan en convertirlo a él en el principal sospechoso?

Estos interrogantes sumirán la existencia de Marcial Lisón en una ingobernable zozobra en la que estabilizar su vida y demostrar su inocencia se convertirán en su verdadera obsesión.



Impresiones

Tras el dificilísimo caso que Marcial Lisón tuvo que investigar en “Muertes de sobremesa” (el de un asesino en serie que, tras aterrorizar Cartagena hace dieciocho años, resurge de sus cenizas), el inspector sigue tocado. Su vida personal se vio muy influenciada por los acontecimientos del caso anterior, tanto que ya ni siquiera sabe cuál es su verdadera identidad. Quizás por eso, quizás por su exacerbada soledad, o quizás por ser el propietario de una galga llamada Sola, en la comisaría le han empezado a conocer como “inspector Solo”

Marcial sólo se relaciona con Sola- su ser más querido-, con su compañera Zoe y con una prostituta llamada Sasha. Pero desde que Zoe ha empezado a salir con otro policía -enemigo acérrimo de Marcial- y Sasha ha sido asesinada, las cosas se le complican aún más a nuestro amigo. Máxime cuando, pocas horas antes del asesinato, Marcial ha estado con Sahsa; y ha bebido tanto que no puede recordar nada de las horas anteriores. ¿Es posible que sea él el asesino?

Os lo he dicho en la introducción y os lo repito de nuevo: antes de leed este libro leed “Muertes de sobremesa” ; me vais a agradecer la recomendación. No porque sea una buena novela (que lo es), no porque sea yo una purista en esto de seguir el orden de las series (que no lo soy y menos aún en las policíacas) sino por el hecho de que para entender verdaderamente y disfrutar plenamente de esta novela creo que es importante haber leído la anterior. Si no lo hacéis la entenderéis perfectamente, claro que sí, pero el tema personal del inspector protagonista es tan, tan pero tan importante, que realmente tenéis que saber lo que le ocurrió en la primera novela.

En esta ocasión Marcial tiene que investigar el asesinato de una prostituta. El caso podría parecer normal, anodino incluso, pero no lo va a ser por una única razón: en su opinión, él mismo es el principal sospechoso. Estuvo con Sasha poco antes de que ésta fuese asesinada, no recuerda nada de lo que pasó y suele tener arrebatos de violencia que cada vez le cuesta más controlar. Realmente cree que ha podido ser capaz de asesinar a Sasha por mucho que la apreciase así que su labor será investigar lo más rápido posible para intentar encontrar otro culpable si es que lo hay; y si no lo hay… pues ya se verá, ¿no?

Es ésta una serie de novela policíaca en la que el aspecto personal de sus personajes es, no sólo importante, sino yo diría que básico. Como muestra un botón: tras todo lo que descubrió sobre sí mismo en la anterior entrega, en ésta va a ser incluso sospechoso del crimen investigado. Más implicación imposible diría yo. Y a mí este tipo de cosas me encanta. Me gusta ver a los policías como seres normales y corrientes con su vida personal detrás, una vida que sin duda ha de transcender al ámbito profesional como lo hace la de todos nosotros. Lo que sí le pediría al autor es que deje en paz a la pobre Sola que ya la ha hecho sufrir bastante en estas dos primeras novelas; la pobre se merece vivir un poco en paz creo yo (es broma jajaja)

Los personajes me gustan mucho. Marcial es el típico personaje que quizás no soportarías en la vida real por sus muchos defectos pero que es un gran personaje literario. Un personaje que te acaba importando de verdad. Zoe es la policía novata de la primera novela. Ahora lleva ya un año trabajando y se encuentra más segura en su posición. Se lleva bien con Marcial -algo que no es nada fácil- pero su relación sentimental con otro policía va a poner en peligro la que tiene con su compañero. Y luego tenemos a la que sigue siendo mi favorita: Sola. Esa galga me tiene siempre con el corazón en vilo, en un sinvivir continuo.

Con un estilo sencillo pero cuidado, con una mezcla perfecta de narración y diálogo, “Muertes de sobremesa” bebe de las fuentes de la novela policíaca clásica. Con un protagonista atormentado, una investigación a la manera clásica (sin dejar de lado, obviamente, las técnicas modernas y un argumento bien planteado y bien desarrollado, “Inspector Solo” es una novela que se lee con agrado y que deja con muchas ganas de reencontrarse con unos personajes que ya tienen entidad propia. ¿Habrá una tercera entrega? Yo, desde luego, así lo espero y deseo y, si es el caso, no tengo ninguna duda de que la leeré.



Conclusión final

Es ésta una serie policíaca que no dudo en recomendaros. Sólo son dos entregas así que no tenéis demasiado trabajo para poneros al día. Y no me pongáis “peros” porque, como dice Marcial: “Aún no es tiempo de peros”

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