“Jules” - Didier van Cauwelaert

Ya he comentado en alguna ocasión que me llaman mucho las novelas con perros o con niños. Seguramente porque tanto unos como otros me encantan. Pero, así como novelas con niños hay bastantes, con perros no hay tantas. Así que cuando vi esta novela, no dudé ni un segundo en hacerme con ella.

Éstas son mis impresiones


Didier van Cauwelaert

Abandonó sus estudios a temprana edad y ejerció diversos trabajos, entre ellos crítico literario, aunque sin gran fortuna. Comenzó a escribir desde muy joven y tampoco le favoreció la suerte, si bien con su primera publicación, inició una carrera de éxitos. Es guionista de cine y televisión, y algunas de sus novelas han sido llevadas al cine.

Autor de obras de teatro y novelas, se caracteriza por su estilo sencillo y claro, abundando en su prosa el humor y la ternura. Ha obtenido varios premios, destacando el Goncourt de 1994 por su novela Billete de ida.

Ganó el Premio Goncourt 1994




Datos técnicos

Título: “Jules”

Autor: Didier van Cauwelaert

Editorial: Alianza Literaria

Edición: rústica, con solapas

Traductora: Alicia Martorell Linares (Traductor/a)

Publicado en septiembre de 2016

Páginas: 240

ISBN: 978-84-9104-460-4

Precio: 16,50 euros en papel / 9,99 el ebook



Argumento

Zibal es un genio un tanto particular. Brillante ingeniero bioquímico y astrofísico, sus descubrimientos científicos podrían haberle reportado una existencia desahogada; sin embargo, una serie de hechos desafortunados le han obligado a ganarse la vida vendiendo macarons en el parisino aeropuerto de Orly.
Un día aparece por su puesto Alice, una joven y encantadora invidente, acompañada por su perro guía, Jules, un labrador muy especial. Alice va a tomar un avión para someterse a una operación que le permita recuperar la vista. La intervención resulta un éxito, pero para el perro Jules será el comienzo de una tragedia ya que lo asignan a otro invidente que lo maltrata. Jules huye y busca refugio en Zibal con el objetivo de que le ayude a encontrar a Alice. En menos de veinticuatro horas, su vida va a quedar totalmente trastocada. ¿Conseguirá Jules reunirse con Alice? ¿Y Zibal cuyo corazón quedó cautivado nada más verla?

"Jules" es un relato a dos voces lleno de ternura. Una novela romántica, vertiginosa y original, llena de humor y fina ironía. Una historia, a veces políticamente incorrecta, de aprendizaje mutuo, de pasiones volcánicas y situaciones delirantes de la mano de un perro guía un tanto peculiar. Una novela cautivadora que dejará al lector con una sonrisa en los labios.



Impresiones

Alice es una joven invidente a quien siempre ayuda su perro guía Jules. Un día está en el aeropuerto de Orly, va a viajar a Niza para someterse a una operación que le devolverá la vista. Cuando está a punto de pasar por la puerta de embarque, hay un problema con Jules y unos de seguridad le cogen y le meten en una jaula. Para Jules esto es lo peor que puede pasar pues es inaceptable que le separen de su dueña cuando ésta más le necesita. Afortunadamente, alguien viene en su ayuda: se trata de Zibal, un ingeniero que ha perdido su trabajo y se gana actualmente la vida vendiendo macarons en un puesto de la terminal. Zibal consigue que liberen a Jules. Este hecho hace surgir un intenso amor a dos bandas: de Jules por Zibal y de Zibal por Alice, de la que se enamora a primera vista.

Pasadas unas semanas, con Alice ya totalmente recuperada, la vida de Jules cambia totalmente. Necesita desesperadamente ayuda y se acuerda de aquel hombre que le salvó en el aeropuerto, así que irá en su búsqueda.

“Jules” es una novela preciosa, que ya os adelanto me ha gustado mucho. Una novela a tres bandas en las que Zibal, Jules y Alice tendrán, más o menos, el mismo protagonismo. Una novela de corte  romántico que me ha hecho pasar un buen rato

Lo que más me ha gustado de todo es, sin duda, el personaje de Jules. Tenía todas las papeletas jajaja, pero es que además el autor borda la manera en la que se mete en la mente y el corazón de un perro. Y no de un perro cualquiera, sino de un perro-guía que, en cierta forma, no tiene nada que ver con el resto de sus congéneres. Aprovecha el autor para transmitir sus conocimientos sobre los perros guía. El perro es el mejor amigo del hombre y quienes tenemos perro sabemos lo maravillosos que son pero, creedme, se quedan en casi nada en comparación con los perros guía, que tienen todas las características de nuestros amigos los perros y, además, hacen una labor encomiable. El autor nos explica cómo se educan en casas de voluntarios, cómo trabajan, cómo dejan a un lado su instinto para proteger en todo momento a su dueño (da igual que delante de un macho perro guía pasen mil árboles donde dejar su señal, mil perras en celo…, lo que sea, para él siempre lo primero será la protección de su dueño). La verdad es que es increíble lo inteligentes que son estos animales, la labor tan especial que desarrollan, lo útiles que les son a los invidentes. Desgraciadamente, no hay perros guía para todos los ciegos que lo necesitan porque su educación es muy especializada, requiere mucho tiempo, esfuerzo y dinero. Pero el invidente que consigue tener un perro guía como Jules es, sin duda, muy afortunada.

Pero en la novela se plantea un problema: ¿qué pasa si la persona para la que trabaja ya no le necesita porque ha recuperado la vista? De primeras podríamos pensar que no pasa nada, sustituyen el arnés especial de ciegos por una correa y a pasear que son dos días. Pero no, porque estos perros están programados para trabajar, para ayudar a quien necesita ayuda. Y si ya no la necesitan, como es el caso, se sienten mal. Jules cae en una depresión cuando su adorada dueña recupera la visión: se siente inútil, él necesita ayudar. La quiere pero el seguir con ella le está matando. De verdad que es tremendo cómo nos transmite el autor los sentimientos heridos de Jules, esa dicotomía entre el amor por su dueña y su instinto de perro guía. No es un libro triste, para nada; al contrario. Sin embargo, los sentimientos de Jules han resultado heridos y a mi se me encogía el corazón cada vez que lo veía. Hay momentos que resultan muy emocionantes por cómo lo pasa Jules y cómo lo pasa Alice que le quiere con locura y está viendo lo mal que lo pasa

Repito, no es una novela triste pero hay momentos muy emotivos.

Los personajes están muy bien caracterizados. Es una novela de muy pocos personajes: Jules, Zidal, Alice y la pareja de ésta, Fred. Los tres primeros tienen, más o menos, el mismo protagonismo. Dos porque, además, son narradores: Zidal y Alice. Jules no es narrador pero como si lo fuera porque accederemos a su interior de la misma manera que lo hacemos al interior de los dos protagonistas humanos. Jules es un precioso labrador (aunque no estoy segura de que la foto de la portada corresponda a un labrador, la verdad), muy inteligente, muy dócil, muy responsable. Zidal es un ingeniero bioquímico y astrofísico que fue adoptado de niño por una escritora francesa. Es un hombre muy inteligente que no para de investigar y de descubrir cosas pero, al mismo tiempo, es sumamente inocente sobre todo en sus relaciones con las mujeres. Su anterior novia le dejó quedándose con todo y él sobrevive como puede, ahora mismo vendiendo macarons. La verdad es que es un personaje que cae bien con ese candor que tiene. Alice, por su parte, es una joven que se quedó ciega cuando era adolescente como consecuencia de un trágico suceso. Ahora, mediante una operación, es capaz de recuperar la vista. Tendrá que adaptarse a ver: el mundo, a su perro, a su pareja... ¿Se llevará alguna sorpresa? De todos los personajes los que más me han gustado han sido Jules y Zidal y el que menos Fred, la pareja de Alice; más que nada porque no la he entendido. No me ha parecido demasiado natural su comportamiento cuando su novia recupera la vista y no he podido empatizar con ella en ningún momento. Entiendo que sus circunstancias son especiales en ese momento pero, no sé, no veo a mucha gente reaccionando como lo hace ella.

E

macarons

l autor escribe muy bien. Su estilo es cuidado y elegante y, salvo momentos puntuales en los que se detiene un poco excesivamente en algunas escenas, en general mantiene un ritmo bastante fluido.

La novela se estructura en una serie de capítulos cortos y no numerados en los que, de forma lineal, los dos narradores van contando su historia. Tras un capítulo narrado por Zibal, viene siempre un capítulo narrado por Alice. Así, asistiremos a la historia de amor que va a surgir entre ambos desde ambos puntos de vista. Veremos cómo Zibal se enamora a primera vista y nos abre el corazón. Los sentimientos de Alice permanecerán un poco más ocultos y tendremos que esperar para saber si siente o no algo por Zibal; no hay que olvidar que, cuando ocurre la historia, ella tiene una relación estable con otra persona y, además, un pasado traumático que tendrá que superar. Ambos nos van a hablar de los sentimientos de Jules y así los conoceremos desde dos puntos de vista: desde la perspectiva de quien no tiene perro y no conoce a Jules y desde el punto de vista de su propietaria, que le quiere y le entiende a la perfección.

La historia transcurre en Francia, parte en París (una buena parte en su aeropuerto) y otra parte en un pueblo costero y turístico de Normandía llamado Trouville. Sin dar excesivos detalles sobre los lugares, el autor sabe trasladarnos allí



Conclusión final

En definitiva, “Jules” es una novela de corte romántico un poco atípica porque tan importante como la historia de amor –nada edulcorada- lo es todo lo relacionado con el mundo de los perros guía; un mundo realmente fascinante y del que el autor se ha documentado muy bien. Una historia alegre y optimista, con algún momento un poco dramático que derrocha emoción por los cuatro costados.

Si sois amantes de los perros, os gustará seguro por la forma en la que el autor se mete en su mente y en sus sentimientos. Si no os dicen nada los perrillos, no por eso dejéis de leer la novela pues aparte de que la historia es preciosa, creo que es muy interesante conocer cómo actúan estos animales tan inteligentes, los perros guía

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