“Las flores no sangran” - Alexis Ravelo

Hace unos meses leí “La estrategia del pequinés” de Alexis Ravelo. Ya os conté en la reseña que me había gustado mucho y que tenía intención de leer más cosas de este autor. Como veis, no he tardado demasiado en hacerlo. Hoy os traigo la reseña de su última novela publicada, “Las flores no sangran”

Estas son mis impresiones

Alexis Ravelo

Alexis Ravelo (1971) es un escritor calvo que nació y sobrevive a régimen de cervezas y bocadillos de chopped en Las Palmas de Gran Canaria. De procedencia humilde, su primera novela, Tres funerales para Eladio Monroy, supuso un inesperado éxito que le ha llevado a escribir otros tres libros con el mismo personaje: Solo los muertos, Los tipos duros no leen poesía y Morir despacio. Ha perpetrado, además, otras dos novelas de semen y sangre: La noche de piedra y Los días de mercurio. Tres libros de relatos (Segundas personas, Ceremonias de interior y Algunos textículos) y media docena de libros infantiles completan hasta ahora su bibliografía, si exceptuamos volúmenes colectivos y antologías, como Relato español actual, de Fondo de Cultura Económica, y Por favor, sea breve 2, de Páginas de Espuma.

En el 2013 ganó el XVII Premio de Novela Negra Ciudad de Getafe con La última tumba.

Con su anterior novela, La estrategia del pequinés, obtuvo el Premio Dashiell Hammett 2014 a la mejor novela negra publicada en español, y otros galardones como el Premio Novelpol (ex aequo con Don de lenguas, de Rosa Ribas y Sabine Hofmann), el Premio Tormo 2014 y el Premio LeeMisterio 2013 al Mejor Personaje Femenino.

Imparte talleres de escritura en centros educativos, bibliotecas y prisiones, diseña y coordina actividades de animación a la lectura y colabora semanalmente en programas radiofónicos.

Ocupa un lugar relevante en la narrativa española actual y se ha destacado, de su estilo, su eficiencia narrativa y su habilidad para combinar la amenidad y la reflexión en argumentos de claro compromiso ético.

Sigue sospechando que Dios está de vacaciones.

Argumento

Si alguien decidiera crear una lista de crímenes idiotas, un secuestro exprés en una isla solo figuraría después de un atraco a una comisaría o a un banco de semen, de ahí que constituya sin duda la fechoría más absurda del mundo. Y eso es precisamente lo que deciden llevar a cabo Lola, el Marqués, el Flipao y el Salvaje en un plan infalible que además es muy sencillo de ejecutar, al menos sobre el papel.

Pero Gran Canaria es una isla rodeada de agua por todas partes menos por una, que se llama Isidro Padrón, un hampón disfrazado de empresario que a su vez despacha con un ruso que no tiene nombre, y si lo tiene nadie lo dice, por lo que pueda pasar. Desbaratar el plan de cuatro malhechores de pacotilla entra dentro de lo factible. Para él es cosa fácil, aunque también en teoría.

Lo que todos ignoran es que en apenas veinticuatro horas ninguno de ellos será como es ahora porque habrán abierto la puerta del infierno.

Mézclese este meollo con ron canario, agítese bien y el lector tendrá como resultado un bebedizo torrencial, explosivo y tronchante de efectos balsámicos. Y es que si hay novelas que curan, Las flores no sangran es una de ellas. El genio de Alexis Ravelo convierte la novela negra en algo maravillosamente abetunado o negruzco, menos oscuro y más humano, con esperanza de sol y lamparones de sangre, pólvora y mojo, de vida al fin: ese charco que nadie sabe pisar sin salir manchado.

Datos técnicos

Título: “Las flores no sangran”
Autor: Alexis Ravelo
Editorial: Alrevés
Edición: rústica con solapas
Año de publicación: 2015
Páginas: 336
ISBN: 978-84-15900-91-7
Precio: 18,00 € en papel

Impresiones

Conocí a Alexis Ravelo hace unos meses cuando leí “La estrategia del pequinés”, premio Dashiell Hammet 2014. Ya sabéis que me gustó mucho. Lo mismo que, os adelanto, esta nueva novela en la que veo bastantes similitudes con la anterior, por lo que yo creo se puede hablar de un “estilo Alexis Ravelo”.

Lola, el Marqués, el Flipao y el Salvaje son unos delincuentes de poca monta que deciden dar el gran golpe secuestrando a la hija de uno de los hombres más ricos y poderosos de Gran Canaria. El plan es muy sencillo y el secuestro será exprés: sin riesgos, sin una gran infraestructura, nada puede salir mal. ¿O sí? Claro que sí porque ya sabemos que en estos casos siempre hay algo –cuando no es todo- que se tuerce. Un secuestro en una isla pudiera parecer la cosa más absurda del mundo, de una isla es imposible escapar. Pero todo está tan bien hilvanado y cuentan con la ayuda de alguien cercano al padre de la chica, que parece imposible que no vaya a salir mal. Así que realizan el secuestro, llevan a la chica donde habían pensado, piden el rescate…, y el plan deja de funcionar cómo habían pensado. Y es que el padre de la chica va a poner todo de su parte para encontrar a los secuestradores; y cuando digo todo, es todo. Pues Isidro Padrón y su socio no son hermanitas de la caridad y no se relacionan precisamente con monjas y curas…

Como en el caso de “La estrategia del pequinés”, la novela nos traslada a Gran Canaria. Una isla paradisíaca, que todos asociamos al sol, las playas, el turismo de más o menos lujo, pero que también tiene, para los que viven allí, otros escenarios posibles. Como algunos bastante sórdidos donde la pobreza, el paro, la delincuencia y la droga campan a su aire. El autor nos muestra la cara menos amable de la isla y lo hace a través de unos personajes que son unos grandes perdedores pero, al mismo tiempo, grandes supervivientes. La novela se asienta sobre unos personajes que, al final, aunque su comportamiento pueda ser reprochable, acaban hasta cayéndote bien. ¿Cómo es posible que unos secuestradores caigan bien? ¿Tendré síndrome de Estocolmo? Quizás la respuesta hay que buscarla en el hecho de que siempre hay alguien peor que tú. Al fin y al cabo ellos, al menos hasta ahora, habían sido delincuentes de poca monta. Pero con quienes tendrán que enfrentarse, algunos revestidos de riqueza y poder, tienen menos escrúpulos morales que ellos. ¿Quién es más criminal, qué conducta es más reprochable, el que hace trapicheos para sobrevivir o el que juega con la vida de los demás para aumentar aún más su fortuna? Alexis Ravelo consigue algo difícil: crear empatía en el lector hacia personajes, en principio, de moral reprochable. No es por nada, pero al final estaba deseando que les saliese la cosa bien. Esto mismo me ocurrió con “La estrategia del pequinés”

Todos los personajes, incluso los secundarios, están bien desarrollados –dentro del papel mayor o menor que tienen en la historia- y parecen personas reales. Seguro que podemos encontrar personas similares a ellos entre la pequeña delincuencia de cualquier ciudad. Me han gustado mucho todos los personajes aunque los que mejor me han caído han sido la explosiva Lola y el Flipao por aquello de que es el que menos te imaginas que va a acabar haciendo lo que hace. Y es que uno nunca sabe cómo va a reaccionar en situaciones extremas.

La historia está narrada por un''' narrador omnisciente''', testigo desde fuera de los hechos. Y se desarrolla a dos niveles. Por un lado tenemos la historia del secuestro, una historia lineal que empieza un par de semanas antes del día D y se desarrolla, fundamentalmente, en las intensas veinticuatro horas de ese día. Por otro lado, tenemos la investigación que realiza a posteriori la policía. Entre la historia principal, la del secuestro, se van entremezclando capítulos más cortos que son los dedicados a la investigación, la cual se realiza en el presente siendo, por lo tanto, la historia del secuestro una historia del pasado.

La prosa del autor es directa y sin concesiones. Se adapta al ambiente en el que se mueve por lo que el lenguaje utilizado es el acorde a los personajes que aparecen en la novela. Un lenguaje crudo y duro, recurriendo en ocasiones al argot y a expresiones típicas de la zona –incluso a expresiones argentinas cuando es un argentino el que actúa, adaptándose a los escenarios en los que se desarrolla la novela. Como digo, yo creo que se puede hablar de un “estilo Ravelo”. Al menos las dos novelas suyas que he leído, coinciden en muchos aspectos: localización en Gran Canaria, delincuentes de poca monta que por determinadas circunstancias tienen que relacionarse con el mundo del hampa. Personajes bien construidos, crudeza de las situaciones que plantea, lenguaje duro, historia sin concesiones… Y me encanta.

“Las flores no sangran” es una novela que contiene bastante acción: la planificación y desarrollo de un secuestro, su realización, lo que pasa después, la investigación policial... Pasan bastantes cosas en la novela y, sin ser un “page-turner”, se mantiene constante el ritmo.

“Las flores no sangran” es una novela negra, muy negra. En ella se nos muestra esa parte de la sociedad donde los delincuentes campan a sus anchas. Delincuentes de todo tipo, desde el típico raterillo que en principio es inofensivo, al matón profesional o al ladrón revestido de prestigio y reconocimiento que, normalmente, es mucho peor que el primer tipo.

Conclusión final

De nuevo, Alexis Ravelo me ha conquistado con esta historia de malos a los que acabas queriendo, de un crimen absurdo (¿dónde se puede escapar dentro de una isla?), de historias que se tuercen…

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