"Maximilien Heller" - Henry Cauvain

Los libros de la editorial d’Época son un auténtico lujo. En todos los sentidos. Tanto externamente –no hay más que verlos- como internamente –con títulos escogidos con mucho cuidado entre la mejor literatura clásica. Hoy os traigo la reseña del penúltimo título que han publicado, “Maximilien Heller” de Henry Cauvain, dentro de su colección Misterios de época. Una novela que, os adelanto, me ha encantado

Éstas son mis impresiones

Henry Cauvain

Henry Cauvain (1847-1899) llevó una doble vida como alto funcionario y escritor. Su carrera como novelista comenzó con la obra que nos ocupa, «Maximilien Heller», publicada por primera vez en 1871, que obtuvo un éxito considerable y fue reimpresa repetidamente en años posteriores.

Seguidamente publicó una serie de novelas históricas entre las que destacan «Le chariot d'or» (1875), «Le Roi de Gand» (1877) y «Le Grand Vaincu» (1883); y escribió, así mismo, otras novelas de misterio entre las que podemos destacar «Un cas de folie» (1882) y «La Main sanglante» (1886).

Cauvain también colaboró con varios periódicos a lo largo de su vida, aunque su actividad principal siempre fue la de alto funcionario de Hacienda, carrera que concluyó como tesorero general en Annecy y Evreux. Murió en Lausana en
1899, a los 52 años.

Su detective privado, Maximilien Heller, prefigura el personaje de Arthur Conan Doyle, «Sherlock Holmes»

Datos técnicos

Título: “Maximilien Heller”
Autor: Henry Cauvain
Traductora: Eva María González
Editorial: d’Época
Colección Misterios de Época
Edición: tapa dura con sobrecubierta y lazo de punto de lectura
Introducción: Susanna González y y Rosa Sahuquillo
Ilustraciones originales de Iván Cuervo Berango
ISBN: 978-84-943634-1-2
210 páginas
P.V.P. 21,90 euros
(Incluye como obsequio marcapáginas y lámina réplica de la ilustración de cubierta)

Argumento

Imaginemos la larga silueta de un joven. Es un detective privado prodigiosamente dotado para la observación y la deducción lógica, misántropo, adicto a las drogas y experto en química y en las ciencias forenses de la época. Así mismo, es un gran maestro en el arte del disfraz y sus audaces hazañas son narradas por su amigo y confidente, un médico. Otro doctor aterroriza y fascina por igual a nuestro héroe. El joven se ve involucrado en un caso de asesinato cuando su vecino, Jean-Louis Guérin, es acusado de haber envenenado con arsénico a su señor, el banquero Bréhat-Lenoir.

Contrariamente a las apariencias, este retrato no es el de Sherlock Holmes, ni tampoco nos referimos al Dr. Watson o al Dr. Moriarty. El retrato describe al héroe de la novela «Maximilien Heller», publicada en Francia en 1871, casi dos décadas antes de que vieran la luz las primeras investigaciones de Sherlock Holmes en 1887.

Impresiones

“Maximilien Heller” es, como todos los libros de la editorial d’Época, un libro bello, tanto por dentro como por fuera. Las ediciones de d’Época son perfectas y poseer cualquiera de sus libros es un auténtico de lujo. En mi caso, sin ninguna duda, los diferentes libros que de ella tengo ocupan un lugar de lujo en mi biblioteca particular. Es uno de esos casos (más bien raros) en los que calidad exterior e interior van de la mano. Lo más importante de un libro, es evidente, es la historia que cuenta y la forma en la que está escrito. Pero si el envoltorio que rodea una buena historia y una buena escritura es de lujo, como en el caso de los libros de d’Época, pues mil veces mejor, ¿no os parece?

Esta editorial recupera libros clásicos, quizás los títulos no más conocidos de sus autores, de calidad contrastada y los envuelve en una preciosa edición, muy cuidada. Si tenéis la posibilidad de tener un libro de esta editorial en vuestras manos, no lo dudéis y echarle un vistazo. Son libros perfectamente encuadernados, en los que se ha utilizado material de gran calidad y, por supuesto, se ha cuidado la edición al máximo. Ya sé que me repito como el ajo y digo lo mismo cada vez que reseño un libro de esta editorial pero es que, de verdad, cuando se hacen las cosas con tanto mimo y cuidado y se consiguen obras de tanta calidad como las de d’Época hay que resaltarlo, no importa las veces que se haga

En el caso del libro que hoy me ocupa, el volumen tiene tapa dura con sobrecubierta. Un detalle que siempre me gusta cuando se trata de libros con este tipo de encuadernación es que la tapa tenga la misma ilustración que la sobrecubierta. Me da mucha pena cuando la sobrecubierta es preciosa y la cubierta, sin embargo, va en un anodino color liso. La sobrecubierta puede romperse o extraviarse y en esos casos, el libro queda con una tapa anodina y bastante fea. En los libros en los que la cubierta viene también ilustrada, no corremos ese peligro.

Ya veis en la foto cómo es la ilustración de la sobrecubierta y de la cubierta misma. Se trata de la reproducción de un óleo sobre lienzo llamado Portrait o Joseph Chamberlain (1889). Como siempre, la ilustración de cubierta está perfectamente elegida pues le va que ni pintada al libro pues así es como, más o menos, me he imaginado yo al protagonista de la historia: un hombre en la treintena, serio y formal y, se me antoja, con un cierto rictus de dolor o preocupación en su cara.

Un detalle que la editorial tiene siempre con los compradores de sus libros: en el interior encontraremos una cartulina que es una reproducción del óleo y, por consiguiente, de la portada, así como un marcapáginas con el mismo motivo. La reproducción es muy bonita, apta para, por ejemplo, enmarcarla y colgarla en la pared. Un detalle precioso que hemos de agradecer a la editorial.

Siguiendo con los aspectos externos del libro, la calidad del papel es insuperable: unas hojas gorditas que rezuman calidad por los cuatro costados. La letra tiene un tamaño adecuado, el interlineado y, en general, todos los aspectos estéticos son los adecuados… En fin, que estéticamente no se le puede reprochar nada a este libro.

Y, dejando ya de lado los aspectos externos del libro, su interior tampoco tiene desperdicio. El libro pertenece a la colección Misterios de época y ya sabéis que yo no me puedo resistir a un buen misterio. Me gustan todos los libros de esta editorial pero los pertenecientes a esta colección son, sin duda, mis preferidos.

Como siempre, la editorial recupera un autor, desgraciadamente, no muy conocido por estos lares. Mirad que yo soy (o fui, más bien) consumidora de literatura clásica francesa, pero ni me sonaba el nombre de este autor. Y eso que hay personas, muy entendidas en estos temas, que consideran a Maximilien Heller precursor o padre del famoso Sherlock Holmes. La verdad es que, leyendo este libro y los del personaje creado por Arthur Conan Doyle, se encuentran similitudes evidentes. El carácter parecdido de Sherlock y Heller, su amistad con un médico que es encima el narrador de sus aventuras, el método de investigación…

“Maximilien Heller” es una novela de misterio. Una novela de detectives, cuyo protagonista es un abogado muy peculiar que asume por su cuenta la investigación de un extraño crimen. Su vecino de apartamento, Jean Louis Guérin, es detenido por la policía acusado de haber asesinado a su patrón, un rico hombre de la ciudad. Él está convencido de que ese hombre no ha podido asesinar a nadie y decide iniciar una peculiar investigación por su cuenta. En la investigación tendrá como confidente a un médico amigo suyo que, además, va a participar en la autopsia de la víctima junto a otro médico, un médico extranjero al que todos tienen una especie de temor reverencial. La investigación se complicará con robos de joyas, el testamento desaparecido de la víctima y una organización delictiva que aterrorizó a la ciudad hace unos años y cuyo líder nunca fue detenido. Heller se implica muchísimo en la investigación, hasta el punto de poner en peligro su propia vida.

Como cualquier novela de misterio que se precie, guarda secretos y sorpresas. Aunque en este caso, más o menos hacia la mitad de la novela ya sabemos quién es el malo. Sin embargo, esto no le quita ni un ápice de interés a la historia pues a partir de ahí se tratará de cómo va a conseguir Maximilien Heller detenerle y probar su participación en el crimen

En cuanto al estilo, es una novela muy bien escrita pero que goza también de un ritmo ágil y de mucha facilidad de lectura. Hay gente que tiene miedo a los clásicos, pensando que van a ser aburridos o de difícil lectura. Los hay así, por supuesto, lo mismo que algunos modernos. Pero no es el caso de esta novela, que una vez que empiezas no puedes parar de leer. Si habéis leído las aventuras de Sherlock Holmes, ya os podéis imaginar qué os vais a encontrar en esta novela pues el estilo y la misma historia son muy similares.

El protagonista absoluto de esta novela es el peculiar detective Maximilien Heller. Un hombre muy inteligente pero al que podemos calificar, como mínimo, de “rarito”. Tiene una salud física y mental muy delicada, cayendo continúamente en episodios de depresión: De ahí la amistad que traba con el doctor que le atiende y al que confiará sus pesquisas. Heller vive en un apartamento terriblemente desordenado, es alto, delgado y pálido (ya os digo que la fotografía de la cubierta perfectamente podría ser un retrato suyo). Toma drogas, se disfraza, tiene un alto poder de deducción (en este aspecto me recuerda a Sherlock Holmes, pero también a Poirot)… No es el típico detective de ficción y uno no se lo imagina asumiendo riesgos pero ahí está, metiéndose en la guarida del lobo sin despeinarse.

Junto a él tenemos al doctor que le atiende, enviado por sus amigos, quien será que cuenta en primera persona las andanzas de Heller.

El estilo de Henry Cauvain es depurado y elegante pero de amena y ágil lectura: Es un libro muy entretenido, que engancha como el más típico de los thrillers. La mayor parte de la novela está narrada por el doctor amigo de Heller, en primera persona; pero hay una segunda parte que es epistolar, compuesta por las cartas que Heller envía al doctor. Evidentemente, éstas están también escritas en primera persona pero por el propio Heller.

Conclusión final

Una vez más, la editorial d’Época me ha conquistado. Un regalo para los lectores modernos la recuperación de este clásico de la novela detectivesca. Un libro muy entretenido que lees en dos ratos porque engancha mucho y se lee fácilmente.

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