"Crímenes exquisitos" - Vicente Garrido y Nieves Abarca

Hace como un par de meses leí la tercera entrega de esta serie de novela negra: “El hombre de la máscara de espejos”. Si os acordáis de mi reseña, me gustó muchísimo y me creó la necesidad imperiosa de leer las entregas anteriores, “Crímenes exquisitos” y “Martyrium”. Como quería compartir con más gente mi descubrimiento, embarqué en la lectura a más gente a través de una lectura simultánea que yo creo todos hemos disfrutado un montón

Éstas son mis impresiones

Vicente Garrido y Nieves Abarca

Vicente Garrido Genovés es profesor titular de la Universidad de Valencia. Su importante obra científica se ha dado a conocer al gran público a través de sus ensayos de divulgación científica, entre los que destacan El psicópata, Cara a cara con el psicópata y Amores que matan.

Sus estudios sobre la personalidad delictiva y sus programas de tratamiento con criminales han hecho de él un profundo conocedor de la mente violenta. Garrido fue el primer criminólogo español que colaboró en la captura de un asesino en serie a través de la realización del perfil criminológico del sospechoso.

Ha impartido numerosos seminarios especializados a los cuerpos y fuerzas de seguridad en España y América, así como a jueces y fiscales. El Ministerio de Justicia le concedió la Cruz de San Raimundo de Peñafort.

Nieves Abarca, estudió Historia del Arte en la Universidad de Santiago de Compostela y obtuvo un máster en Periodismo por la UOC. Ha realizado estudios de anatomía patológica y medicina legal, y es especialista en perfiles criminales. 
Ha sido directora de una revista de divulgación cultural, además de colaborar en varias publicaciones y programas de radio de A Coruña y Ponferrada. Es funcionaria de carrera y durante trece años estuvo destinada en un cuartel de la policía.

Junto a Vicente Garrido ha publicado las novelas Crímenes Exquisitos, Martyrium y El hombre de la máscara de espejos, que han tenido excelentes críticas y gran éxito entre los lectores.

Datos técnicos

Título: “Crímenes exquisitos”
Autores: Vicente Garrido y Nieves Abarca
Editorial: Verstáil
Edición: rústica con solapas
Publicado en enero de 2012
Páginas: 800
ISBN: 978-84-92929-91-7
Precio: 22 euros

Argumento

El cuerpo de Lidia Naveira, una joven de la alta sociedad coruñesa, aparece flotando en el estanque de Eiris recreando la famosa Ofelia de Millais. ¿Qué relación tiene este crimen con el macabro asesinato acontecido meses antes en la Abadía de Whitby?. La inspectora Valentina Negro, con ayuda del famoso criminólogo Javier Sanjuán, liderará una investigación que la llevará a colaborar con Scotland Yard, en una oscura trama a caballo entre A Coruña y Londres. Lo que nadie puede llegar a sospechar es que en la vertiginosa cuenta atrás para atrapar al asesino, deberán enfrentarse a las obsesiones más inconfesables de la sociedad actual.

Impresiones

La tercera entrega de esta serie me gustó muchísimo cuando la leí hace un par de meses, por lo que decidí leer cuanto antes la primera y segunda entregas, las cuales tenía en el kindle desde hacía años.

Muchas esperanzas tenía puestas en “Crímenes exquisitos” y no se han visto defraudadas.

Ofelia de Millais

Lo primero de todo, deciros que estamos ante una serie de novela negra. Ya comenté al reseñar “El hombre de la máscara de espejos” que se podía leer sin haber leído las dos entregas anteriores. Es cierto que se hace alguna mención a cosas –y a asesinos- de las primeras entregas, pero los autores se cuidan mucho de no desvelar nada trascendental. Como siempre, mejor si leéis la serie en orden pero no pasa nada por no hacerlo pues los casos son absolutamente independientes. Es decir, perfectamente podéis leer esta novela y no leer las siguientes (otra cosa es que deseéis hacerlo)

Es marca de la casa que la novela enganche desde el primer capítulo y esta novela no es una excepción. Lo lees y ya estás perdida porque quieres saber qué ha pasado.

Una estudiante que ha hecho pellas para irse al parque con su novio encuentra en un estanque del parque coruñés de Eiris el cadáver de una chica. Se trata de Lidia Naveira, quien había desaparecido unos días antes. La disposición del cadáver es, cuanto menos, curiosa: rodeada de flores, con un vestido de época…, está claro que el asesino ha querido crear un escenario. La inspectora Valentina Negro, que pidió hace poco el traslado a la supuestamente tranquila La Coruña será la encargada del caso. Es joven pero viene con muy buenas referencias y el comisario decide confiar en ella. Casualmente, el mediático criminólogo Javier Sanjuán se encuentra en la ciudad para presentar su último libro y la inspectora decide acudir a la firma de ejemplares y tratar de hablar con él para exponerle sus dudas sobre el caso. Entre los dos, formarán un buen tándem investigador. Desgraciadamente, Lidia Naveira no será la única en morir. Pronto descubrirán que en el norte de Inglaterra hace unos meses tuvo lugar otro asesinato en el que la víctima apareció en circunstancias que recuerdan mucho al escenario que el asesino preparó para Lidia. ¿Estaremos ante un asesino en serie que actúa en dos países?

En esta novela aparece por primera vez la que será la protagonista principal, la inspectora Valentina Negro. Y también Sanjuán, el criminólogo coprotagonista. Es una pareja que me gustó mucho en la tercera entrega y que me ha encantado reencontrar aquí y ver cómo se inició su relación. Valentina es, como se suele decir, una inspectora joven pero suficientemente preparada. En su anterior destino consiguió detener a un peligroso violador pero ella misma se arriesgó mucho y le han quedado secuelas. Aún así, valiente e inteligente, pondrá toda la carne en el asador para solucionar un caso complicadísimo. Pero, además de una buena investigadora, Valentina es una mujer normal y corriente y, como tal, tiene una familia que le va a dar problemas. En un accidente ocurrido cuando su hermano pequeño era un niño, su madre murió y el padre quedó inválido. Valentina, en cierta forma, se ha convertido en cabeza de familia y lleva sobre sus hombros el peso del bienestar de ésta. Pero su hermano, ahora un adolescente, le va a dar unos cuantos quebraderos de cabeza.

Sanjuán es encantador. Un hombre de éxito, inteligentísimo, gran conocedor de la mente criminal, no duda en sacrificar sus vacaciones, incluso su dinero, para ayudar a la policía coruñesa en la investigación. También conoceremos aspectos de su vida personal pues, casualmente, su primera mujer vive en La Coruña, es una abogada de éxito, y de un modo u otro se va a ver envuelta en la investigación policial. La relación entre Valentina y Sanjuán es muy bonita pues sus caracteres se complementan y juntos son invencibles.

Ambos personajes están muy bien caracterizados. Tienen sus luces y sus sombras, sus cosas positivas y sus cosas negativas, lo cual les hace parecer personajes reales. Me encanta la pareja que forman y cómo complementan sus conocimientos para resolver los casos. Junto a ellos habrá otros personajes no tan importantes pero tampoco del todo secundarios que, además, aparecerán en las siguientes entregas, como la intrépida periodista Lúa Castro.

El caso que van a investigar Negro y Sanjuan es complicadísimo. Y más porque tiene ramificaciones en Inglaterra. El asesino es terriblemente cruel e inteligente y siempre parece ir un paso por delante de la policía. Además, junto a la trama principal, hay dos subtramas con bastante peso también: una que gira en torno a la trata de blancas y la prostitución y otra que gira en torno a un empresario gallego y una trama de corrupción. Las tres tramas están muy bien engarzadas y podríamos decir que se complementan

El Portiño

Los autores intercalan en la historia muchas referencias culturales en torno a la literatura, la música, el arte, el mundo del cine… Son interesantísimas, sin duda.

Estamos ante una novela negra escrita a ritmo de thriller. Engancha en el primer capítulo. Como en la otra novela que he leído de los autores, ese primer capítulo podría considerarse un relato dentro de la trama principal porque en ella se plantea un asunto criminal y se resuelve. Es un capítulo que no puedes parar de leer y que sirve para ponernos en situación respecto a la protagonista, la inspectora coruñesa de policía Valentina Negro. Tras él, comienza la trama de esta novela propiamente dicha. A pesar de ser un auténtico tocho (800 páginas con letra pequeña), en ningún momento se me ha hecho pesada, larga o aburrida. Al contrario, engancha tanto que, aunque requiere su tiempo, es difícil dejarla. Como en la otra novela que leí de estos autores llega un momento en que parece que ya está todo resuelto; y te extraña, porque quedan bastantes páginas. Pero, claro, hay una vuelta de tuerca que deja al lector con la boca abierta…

En la novela hay un equilibrio entre la narración y el diálogo. El diálogo agiliza la historia; la narración profundiza. Los autores consiguen que podamos ver las escenas que nos describen; podría decirse que es una novela muy cinematográfica. Hay escenas duras, muy duras. Esto hace que la novela no sea adecuada para estómagos sensibles. No son crímenes al uso los que aquí se describen y como se hace con todo lujo de detalles, es imposible no verlos en tu cabeza y, sí, horrorizarnos un poco. La historia la cuenta un narrador omnisciente que, desde fuera, nos introduce en un mundo de pesadilla. Sin hacer uso del morbo fácil, consigue trasladarnos lo peor del ser humano y meternos en un mundo de pesadilla.

En este caso, la novela transcurre en dos escenarios: La Coruña e Inglaterra. Los lugares están bien descritos de tal manera que podemos verlos como si estuviéramos allí

En este caso tampoco se nota que la novela ha sido escrita a cuatro manos. ¿Cómo se reparten los autores el trabajo? ¿Cómo se ponen de acuerdo? En una de las que he leído (Madrid, 1605) ellos mismos lo explican al final: uno pone las ideas y otro escribe. En otros casos, los dos escritores escriben. En este supuesto, en algunos casos se notan las diferencias de estilo (ahora mismo no recuerdo el título, pero hace años leí una novela de unos autores franceses en la que se notaba demasiado y no me acabó de convencer); y en otros casos, no se nota nada. No sé cómo se habrán distribuido el trabajo Vicente y Nieves pero la cuestión es que el resultado final es perfecto: no se nota nada, parece que todo haya sido escrito por la misma mano.

Conclusión final

En fin, “Crímenes exquisitos” me ha dejado sumamente satisfecha. Si os gusta la novela negra y no os importa que haya escenas un poco duras, esta novela y esta serie es una gran opción.

Podéis comprarla en Popular libros