jueves, 18 de diciembre de 2014

"Yo fui a EGB 2" - Javier Ikaz y Jorge Díaz

En noviembre del año pasado, Plaza y Janés publicó, con notable éxito, “Yo fui a EGB”, un libro para nostálgicos de los 80 que disfruté como una enana. Gustó tanto que, justo un año después, ha publicado “Yo fui a EGB 2” que, como podéis imaginar, sigue la estela del primero y, obviamente, he disfrutado de la misma manera.
Como en la anterior ocasión es un libro que recomiendo, desde ya, como regalo perfecto para estas Navidades o para el amigo invisible al que tanto se suele “jugar” en algunas empresas o cuadrillas de amigos ( porque es un buen regalo, incluso, para quienes no suelen leer).
Éstas son mis impresiones

JAVIER IKAZ

Nació siendo aún muy pequeño, concretamente un abril de 1978, pero con la total convicción de que no le gustaría ir a clase. Cuando llegó el momento de ponerse la bata y acarrear una pesada mochila descubrió que aquello tampoco estaba tan mal, a pesar de las matemáticas. Hizo muchos amigos de los que se alejaba cuando se ponían a jugar al fútbol, ocasión que aprovechaba para leer y escribir. De hecho la afición la mantiene y le ha permitido publicar varios libros, y gracias a su cinefilia ha dirigido numerosos cortometrajes y un documental. No era mal estudiante y mucho menos bueno, pero finalmente acabó con el libro de escolaridad en un cajón del mueble del salón, junto a un montón de cartas del banco sin abrir, y con un título de informático sin ejercer.
Desde bien joven desarrolló un oído musical nefasto, a pesar de tener la casa llena de cassettes de todo tipo. Una vez se encontró una moneda de cien pesetas en la calle y descubrió que la vida merece la pena. Desde entonces lee y escribe como si no hubiese mañana. A veces hasta de manera profesional.

JORGE DÍAZ

Nació en Bilbao en abril de 1971 y hubiera pasado totalmente desapercibido durante los ocho años de su EGB de no ser por aquellos cuadernos de matemáticas en los que utilizaba la regla hasta para hacer el símbolo "más" y aquella dichosa canción que un profe les mandó inventar y que a punto estuvo de convertirse en el himno del colegio. Siempre suspendía gimnasia, calcaba los dibujos y se ponía rojo como un tomate cuando tenía que hablar en público, ¡imaginaos cuando tuvo que pasar por todas las clases cantando su canción!
Se aficionó a llegar tarde por las mañanas y enseguida descubrió que el pasillo no era ningún castigo. No ganó ni una sola medalla, pero sí un montón de amigos que todavía conserva y a los que sigue llamando por su mote del cole.
De la universidad salió con un título en Ciencias de la Información (Publicidad) que le permitió trabajar como creativo en varias agencias de publicidad hasta que hace un par de años decidió montar la suya propia, Pentsaleku, ese lugar al que mandan a los niños a pensar cuando se portan mal. Además de diseñar, bloguea y, durante los últimos ocho años, ha escrito en un montón de publicaciones hasta hacer de los blogs su profesión y conseguir hablar de música sin necesidad de tener que cantar. Hace muy poco descubrió que ya no se pone colorado.

Argumento

Un nuevo volumen del fenómeno de internet que arrasa en redes sociales y librerías. Más nostalgia, más recuerdos, más ilustraciones, más sorpresas en la segunda parte del libro de no ficción más vendido del momento.
De la colonia Chispas a Arconada, del betamax al Spectrum, del bote de Pralin al primo de Zumosol, de AC/DC a Hombres G, del conejito de Duracell a Mr. Proper, de CandyCandy al Un dos tres... , el fenómeno que nos ha trasladado a la mejor época de nuestra vida regresa ahora con más recuerdos, más ilustraciones y más sorpresas.
Después de que Jorge y Javi, los creadores de Yo fui a EGB, auparan la «egbmanía» al puesto más alto de ventas y lo convirtieran en el libro más vendido del año, ahora regresan para acompañarnos en un nuevo viaje por todo aquello que hizo que los años 70, los 80 y los 90 permanezcan todavía en nuestra memoria.
Sobresaliente para un fenómeno único que, tras revolucionar las redes sociales con sus 800.000 seguidores en facebook y su blog, no acepta imitaciones y merece matrícula de honor.

El Cococrash, la Nancy, los marcianitos, el Mimosín, el Exin Castillos, las colecciones de cromos, el Tente, el gotelé, Tino Casal o Los Fraguel, el nuevo libro de Yo fui a EGB viene cargado de novedades en torno a la música, el cine, la televisión, la comida, el deporte, la tecnología, el mobiliario o las fiestas.
Con muchas más anécdotas, curiosidades y fotografías, si tú también fuiste a EGB, ¿a qué esperas para volver a clase?
Incluye adhesivos y el juego de mesa exclusivo YO FUI A EGB.

Datos técnicos

Título: “Yo fui a EGB 2”
Autores: Javier Ikaz y Jorge Díaz
Editorial: Plaza y Janés
Edición: tapa dura
Precio: 18,90 euros
Editado en noviembre de 2014 
ISBN 9788401343025


Impresiones

Es éste un libro que, como el anterior, va que ni pintado para quienes cursamos, en su día, la famosa EGB. Hoy denostada por muchos pero, qué queréis que os diga, a mí en cuanto sistema educativo en muchas cosas me gusta más que el actual y, en cuanto a lo demás, no sé si cualquier tiempo pasado fue mejor, pero qué ilusión hace recordar cosas que en muchos casos tenía olvidadas.
La EGB –o Educación General Básica-. Fue el sistema educativo que rigió en España desde 1970 hasta 1990. 20 añitos nada más y nada menos. A mí me pilló de pleno, pues nací en el año 1970 y empecé la Universidad en 1988. Fue instaurada por la Ley General de Educación de 1970 y constaba de 8 cursos: de primero a octavo de EGB (lo que hoy conoceríamos como Primaria más otros dos años). La empezábamos con seis años y la terminábamos con catorce. Si aprobabas octavo, obtenías el Graduado escolar y, normalmente, pasabas a BUP y luego COU o, si no, a FP
La EGB estuvo en vigor hasta que en 1990 fue sustituida por la LOGSE (que instauró la ESO) y ésta, por lo que parece, va a ser sustituida pronto.
Dada la prolongada vigencia de la ley, los nacidos en los años sesenta, setenta y ochenta, la hemos vivido –o sufrido, quién sabe, cada uno según su propia experiencia-.

Pero este libro no habla sólo del colegio, faltaría más. Con la excusa de la EGB hace un divertido repaso a muchas de las cosas que vivimos siendo niños. 
El libro tiene su origen en una página en Facebook que se creó con el objeto de poner en común esos recuerdos de nuestra infancia, programas de televisión, juegos, forma de vestir, fotos… Tuvo un éxito tremendo; en nada, ya superaba el medio millón de fans. Posteriormente, hubo un blog que ganó los premios Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Público en los Premios Bitácoras, y Mejor Blog Personal y Mejor Blog del Año en los Premios 20Blogs.
Empezando por lo que se ve a primera vista: su estética. Plaza y Janés, de nuevo, nos viene a sorprender con una portada y una edición que entran por los ojos. Es un libro de tapa dura que recuerda un tanto a esos cuadernillos escolares de cuadraditos. El título, está escrito (a mano) con letras mayúsculas, pintadas por dentro, como si lo hubiera hecho un escolar. Y, como solíamos (y suelen hacer) los escolares, alrededor hay dibujitos que, quizás, yo misma podría hacer hecho cuando cursaba la EGB (si hubiera sido buena dibujante, que no era el caso). Podemos ver, así, un dibujo de Heidi, la bruja avería, David el gnomo y los comecocos. En la parte de atrás, hay otros dibujos como John Travolta y Olivia Newton John bailando en Grease, Mr potato o la famosa calabaza del 1, 2, 3.
El interior está igualmente cuidado. Con hojas de calidad, fotos muy evocadoras y el texto que la acompaña, que muchas veces me ha hecho dibujar una gran sonrisa en mi cara.
En el interior vemos un montón de fotos (fotos personales de seguidores de los autores en las redes que las han cedido muy amablemente), diferentes tipografías, letras y colores, que hacen de él un libro para ser hojeado y ojeado: sí, tanto para pasar hojas y leer una frase aquí y otra allá como para, simplemente, echarle un vistazo.
El libro está dividido en diez capítulos, cada uno dedicado a una temática: Maneras de vivir, Horror en el ultramarinos, La tecnología EGB, Mi casa, Tecnología EGB, Echamos un partido, Me paso el día bailando, Vaya vaya aquí no hay playa, Mirando la programación, Vuelve a casa por Navidad
En el primer capítulo, que lleva por título “Maneras de vivir” (una referencia nada velada a la famosísima serie de los ochenta, “Sensación de vivir”, los autores nos presentan a los dos protagonistas, un niño y una niña llamados Lucas y Nancy (bueno, en realidad no son niños sino los muñecos más famosos de la época). Nos cuentan cómo era la vida de un niño de la EGB: desde que nos despertábamos a las 9 (yo diría que bastante antes pues entraba al cole precisamente a esa hora), pasando por el desayuno, el camino al cole con los amigos, las clases, juegos, interés por el sexo contrario y primeros acercamientos, etc… En las fotos podréis ver posters, estuches, material escolar que, casi seguramente, habéis tenido también vosotros (me ha hecho especial ilusión ver el bolígrafo rosa con unos aros en la parte inferior que usé durante años; de hecho, lo convertí en mi bolígrafo de la suerte e incluso los exámenes de la universidad los hice con él)
El segundo capítulo se titula “Horror en el ultramarinos” (título de una canción, ¿os acordáis de ella?). En él podremos recordar el tipo de tiendas en el que solíamos comprar. Fueron aquellos años en los que, en todas las ciudades, se erigieron los primeros hipermercados. Ahora los vemos como algo normal pero en aquél entonces unos centros tan grandes con todo lo que puedes desear para comprar fueron un acontecimiento. Aún me acuerdo yo del primero que se inauguró por aquí. Se llamaba Mamut y regalaban unas pegatinas redondas blancas, con un mamut dibujado en negro, que adornaron durante años muchos coches guipuzcoanos.
Nos refresca la memoria este capítulo con las chuches que solíamos comprar (los famosos barriletes, los maskys, los fresquitos…) ; algunos aún se venden. Lo mejor de mucho de estos productos para niños es que venían con regalo incluido. Entre éstos recuerdo yo unas muñecas recortables preciosas que regalaban con unos chicles de sandía o melón que vendía en la única tienda del pueblo de mi madre. Costaban un duro y podíamos comer miles pues, además de esta bueno, las muñecas eran preciosas.
El tercer capítulo se titula “Un tambor lleno de juguetes” y hace referencia al famoso tambor de Dixan, el que contenía los polvos para la lavadora y que en todas las casas reciclábamos para usar de contenedor, normalmente de juguetes.
En este capítulo nos muestran los juguetes con los que solíamos jugar. Normalmente eran juguetes sencillos, de plástico, que no pasaban ningún control de calidad pero con los que jugábamos las horas muertas. Un papel destacado lo tienen las colecciones de cromos; las fotos me han hecho recordar algunas que me encantaban como la de “El amor es…”
El cuarto capítulo, en clara referencia al famoso ET, se titula: “¡Mi casa!”
Un capítulo en el que podemos ver la casa de nuestros padres o una muy similar. Porque, ¿a qué vosotros también teníais las paredes empapeladas con esos horribles estampados de figuras enormes, la mar de coloridos? O el mueble del salón, yo diría que el de la foto es clavadito al de mi abuela jajaja. También de mi abuela es el sofá de eskay que vemos en este capítulo. De hecho, sigue estando en la casa familiar, todos los años me siento allí, por Dios qué incómodo es, sobre todo en verano
El capítulo 5º se titula “Tecnología EGB” y está dedicado a todos esos artículos que entonces nos parecían lo más y ahora nos parecen auténticos dinosaurios. En aquella época no había móviles y, sí, sobrevivíamos; es más, no pasaba nada de nada. Si alguien te llamaba a casa y no estabas, pues llamaba más tarde y sanseacabó. ¿Qué tú tenías una urgencia y debías llamar? Pues para eso estaban las socorridas cabinas de teléfono (que hoy son ya, casi, piezas de museo)
Aquí nos habla de los walkie talkies, de los vídeos (madre mía qué revolución supuso la aparición del video! Y los videoclubs; cuántos se abrieron y cuántos cerraron luego!
“Echamos un partido” es el capítulo 6 y con éste me siento menos identificada porque yo no jugaba al futbol, ni siquiera me gustaba. Y el único momento en el que me interesé un poco por él es cuando el equipo de mi ciudad ganó por dos veces la liga. Me aprendí el himno de memoria, incluso me regalaron una casette con la cancioncita.
Pero, claro, hay acontecimientos que hasta los no aficionados al deporte rey vivimos intensamente como el mundial que se jugó en España con Naranjito como mascota oficial.
Además, no sólo de fútbol vive el hombre y este capítulo incluye otros deportes como el baloncesto, la bicicleta…
“Me paso el día bailando” es el capítulo 7. ¿Os acordáis de Alaska (y Dinarama o los pegamoides, que no sé con cuál de sus grupos cantó esta canción? Aún me acuerdo de casi toda la letra.
Aquí aparecen aquellos grupos cuyas canciones nos sabíamos de memoria. Hombres G (vaya, vaya, aquí no hay playa), Mecano, Miguel Bosé, Bruce Springsteen… Al hilo de la música salieron las diferentes tribus urbanas: rockeros, pijos, heavys o punkis; ¿os identificabais con alguna?
No puede faltar en este apartado Eurovisión. Por aquel entonces no quedábamos del todo mal (se ve que teníamos más amigos que ahora), incluso ganábamos o quedábamos en los primeros puestos. Mocedades, La década prodigiosa (me encantaba), Remedios Amaya (¡ay)…
Capítulos 8: Vaya, vaya, aquí no hay playa. Si antes lo menciono…
Los domingos las familias de los 80 cogían la fiambrera y la sombrilla y se iban a pasar el día a la playa o el monte. Íbamos cargados como si nos fuéramos a pasar un año fuera de clase con mesa plegable, tumbonas y sillas varias, toallas, flotadores, juguetes, la radio para que el padre no se perdiese la retransmisión del partido…
Capítulo 9: Mirando la programación. ¿os acordáis aquellos lejanos tiempos en que nos sabíamos la programación de memoria y todos los de clase veíamos lo mismo? No creáis que todos teníamos un memorión impresionante; es que no era realmente difícil pues sólo había dos cadenas y una de ellas no la veía nadie aunque daba mucho empaque decir que sí. De aquellos años son La bola de cristal, Anillos de oro (serie que me debió marcar tanto que con catorce años decidí que de mayor estudiaría Derecho, y así fue), Corrupción en Miami, Un dos tres, Juego de niños, Verano azul (¡ay, cómo me gustó –al menos, hasta la cuarta o quinta vez que la ví-), Mazinger Z, Los payasos de la tele…
Capítulo 10: vuelve a casa por Navidad. La Navidad comenzaba el día que nos daban las vacaciones en el cole y cogía carta de naturaleza con los niños de San Ildefonso, la lotería y sus “ciento cincuenta mil peseeetaaassss” Poníamos el árbol y/o el belén, teníamos una pandereta, íbamos por las casas el día de Nochebuena diciendo “se puede cantar” y juntábamos una importante cantidad de dinero y, por supuesto, comíamos turrón. Duro o blando, que entonces no había las dos mil quinientas variedades que hay ahora. Y luego venía Nochevieja y nos liábamos con los cuartos del reloj de la plaza del sol. Y veíamos los programas especiales de Nochevieja; probablemente, aprovechábamos para grabar las canciones de aquellos artistas invitados que la única cadena de televisión había contratado. Y también solía haber programas de humor. Martes y trece estaban abonados y ojalá siguiesen aún pues me encantaban. Su Enncanna y la empanadilla de Móstoles me hace aún reír a lágrima viva (llamadme friki si queréis pero os confesaré que he visto el vídeo en youtube en un montón de ocasiones). Y luego llegaban los Reyes, el mejor día del año. Nos traían el juguete de moda y en cuanto salíamos a la calle descubríamos que se lo habían traido también a la mitad de los niños del vecindario. ¡Ay, qué tiempos aquéllos!

En cada capítulo hay texto y un montón de fotos que lo ilustran. El texto es ameno, muy entretenido de leer, divertido en muchas ocasiones; seguro que os arranca un montón de sonrisas cuando no alguna risa. Debido a su estructura y a su contenido, es un libro que lo mismo puede leerse de corrido, como a pocos, a ratos sueltos. Yo he elegido la segunda opción, alternándolo con otras lecturas. Así, he podido disfrutar de sus anécdotas durante dos semanas. De todos modos, se lea de una forma o de la otra, es un libro para coger de vez en cuando y leer frases o páginas sueltas y echarse unas risas.
Creo que lo mejor de este libro es que consigue retrotraerte a tu infancia. Recordar cosas que en muchos casos hemos olvidado y que, sin embargo, hemos compartido casi todos. Desde los programas de televisión, hasta los juguetes, la ropa o las chucherías que comíamos, antes había mucha más uniformidad que ahora y casi todos hacíamos prácticamente lo mismo. Ahora, con tantas cadenas de televisión, cada niño ve lo que más le apetece; entonces todos veíamos lo mismo, lo que echaban en la única cadena que había (bueno, vale, también estaba la 2, pero ¿quién la veía?. Los fines de semana, tras el parte (telediario), echaban media hora de la serie de dibujos animados que entonces emitieran: la abeja Maya, el inspector Gadget, El osito Jackie…, todos veíamos lo mismo y luego lo comentábamos con los amigos o en la calle. Porque sí, entonces se salía a la calle mucho más que ahora. Después del colegio, al menos cuando éramos pequeños, íbamos a la plaza a jugar mientras merendábamos.
En fin, que una vez más, he disfrutado muchísimo retrotrayéndome a mi infancia. Es éste, sin duda, un libro para tener y hojear de vez en cuando

Conclusión final

Si no sabéis qué regalar estas navidades a ese amigo o familiar con el que siempre os surge la duda, ésta puede ser una buena opción. Y si queréis haceros un autorregalo, con éste sin duda acertaréis. Un libro para recordar, para reírse y disfrutar. Y, además, no es un libro de una sola lectura sino que, seguro, sentiréis de vez en cuando la necesidad de cogerlo de la estantería para leer frases sueltas, o un capítulo, o ver las fotos…

Podéis comprarlo en Popular libros



21 comentarios:

  1. Es muy divertido y trae muy buenos recuerdos

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  2. Tengo el primero y seguro que éste también caerá,besotes

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  3. Tengo pendiente el primero pero tengo ya ganas de leerlo.
    Un beso :D

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  4. Me quedé con ganas del primero, pues yo también soy "egebera", a ver si consigo que me regalen este para Navidad :)
    Besos!

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  5. Aún no tengo el primero ni el segundo jejeje. A ver si caen pronto. También fuí de las que le tocó EGB . Un besote

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  6. No me importaría nada leer este libro. Me encantó el primero. Besos.

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  7. Este libro le "va a caer" a alguien de casa, seguro, igual que ocurrió con el primero, jajaja !!!
    Besos !

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  8. Me lo pasé muy bien con el primer libro, así que este también lo leeré. Para seguir con la nostalgía y eso :-)
    Besos!

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  9. Me haré con él segurísimo, ¡qué recuerdos! :D

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  10. Perfecto para nostálgicos entre los que me incluyo :)
    Besos!

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  11. Y no me extraña que sea un fenómeno entre los lectores. Cuando tú naciste yo ya tenía mis trece años pero recuerdo muy bien aquella época. No fui a la EGB, pues en mi época se estudiaba el Bachillerato. Por eso, hasta no hace mucho, era un friki del Cuéntame y aún veo algún vídeo en You Tube del Un,dos, tres y sus famosos "tacañones". Besos.

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  12. Yo soy de EGB, asi que tanto este libro como el anterior son dos de mis deseos...Besos

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  13. Tiene muy buena pinta, estoy deseando de leer el primero.
    Un beso :D

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  14. Y yo sin leer aún el primero... :(
    Besos.

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  15. Yo también dibujo fatal. Qué ganas de leerlo, besos!

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  16. Creo que para los que tenemos cierta edad es obligatoria echar una mirada a este libro, y al 1º. Que buenos recuerdos traen.
    Besotes

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  17. Lo he leído hace unos días y también me ha gustado mucho, te trae tantos recuerdos de esa época :)

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  18. Aún no he leído el primero, pero seguro que los dos me encantarían.
    ¡Un abrazo!

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  19. Pues nada, a ver si me estreno con los dos que ya va siendo hora.

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  20. Yo aún no he leído el primero pero me gustaría hacerlo, tienen pinta de nostálgicos
    Besos

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  21. Es chulísimo! Igual que el primero =)

    Besotes

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