Conocí el libro anterior a éste, “Es raro ser niña”, por una reseña de Kayena en su blog Negro sobre blanco y me llamó inmediatamente la atención. Porque kayena lo ponía por las nubes (y es una lectora exigente) y porque era un libro de ésos protagonizados por niños que tanto me gustan. Luego se publicó lo que podríamos considerar segunda parte de “Es raro ser niña” (aunque se pueden leer independientemente) e igualmente caí rendida ante su preciosa reseña. A posteriori, la misma Kayena, organizó un concurso y resulté afortunada con uno de los ejemplares de “Una niña estadísticamente feliz” que sorteaba.
Hace unos días tuve la ocasión de leerlo y he de deciros que Kayena no exageraba: el libro es precioso y os aconsejo desde ya leerlo.
Mildre Hernández
Mildre Hernández Barrios nació en Sancti Spiritus, Cuba, en 1972. Ha dedicado toda su obra a niños y adolescentes.
Galardonada en su país con los premios Eliseo Diego, Pinos Nuevos, Abril (en tres ocasiones), La Rosa Blanca, Regino Boti y Hermanos Loynaz. Ha sido finalista en el Hispanoamericano de Poesía Infantil (México, 2004) y Libresa (Ecuador, 2009).
De su amplia obra publicada, los títulos más recientes: Cartas celestes, Cartas de un buzón enamorado y El próximo disparate (poesía) y Cuentos para dormir a un elefante, Memorias de un sombrero, El mundo de plastilina y Recetas de cocina de una gallina (narrativa).
Datos técnicos
Título: Una niña estadísticamente feliz
Autora: Mildre Hernández Barrios
Editorial: Legua Editorial
Fecha edición: Segunda Edición: Febrero 2012
ISBN: 978-84-938841-5-7
Número de Páginas: 101
Autora: Mildre Hernández Barrios
Editorial: Legua Editorial
Fecha edición: Segunda Edición: Febrero 2012
ISBN: 978-84-938841-5-7
Número de Páginas: 101
Precio: 12,50 euros
Argumento
Me resulta difícil hablaros del argumento de esta novela ya que no tiene un argumento definido. Se podría decir que es, simplemente, un relato de parte de las vivencias de una niña de diez años. Pero voy a intentar ser un poco más específica, a ver si lo consigo.
“Una niña estadísticamente feliz” nos cuenta la historia de Cuasi Negrín Blanco, una niña cubana de diez años, que vive con dos madres tras la separación de sus padres.
Cuasi nos cuenta sus cosas: su vida en casa con sus dos mamás, cosas sobre su padre y cuando vivían juntos su padre, su madre y ella, sus vivencias en el colegio, con sus profesores y amigos, la terapia a la que asiste para solventar los problemas que, según los adultos, la separación de sus padres y posterior convivencia de su madre con otra mujer le ha supuesto, etc…
Impresiones
Dejé el libro un poco apartado para leerlo un día que pudiera disponer de una mañana o una tarde libre y así poder leerlo del tirón (y no a trozos, como normalmente suelo hacer) y la verdad es que no hubiera hecho falta pues el libro se lee sólo y en un rato. A ello contribuye, por supuesto, su corta extensión ( se extiende desde la página 13 a la 86 con letra grande) pero también a la facilidad de su lectura. Es un libro terriblemente fácil de leer, entretenido y divertido; de tal manera que, una vez empezado, no podrás parar hasta terminarlo.
Físicamente, el libro es una preciosidad. Es la primera vez que tengo en mis manos un libro de la editorial Legua así que desconozco como serán los demás, pero éste tiene una portada y una maquetación preciosas y muy cuidadas. Es un libro de tapa dura y suave, en tonos tierra. La primera página contiene un ex libris en el que podemos poner que nos pertenece. Hojas gorditas, de calidad, con letra grande con la que no te dejas los ojos y unos buenos márgenes. El libro está perfectamente corregido y, cortesía de la editorial, tenemos unas cuantas notas a pie de página que nos explican las peculiaridades de las palabras cubanas que aparecen en el texto y que nos son desconocidas o tienen un significado diferente del que les damos por estos lares. Chapeau por la labor de Legua editorial, así da gusto.
La narración se divida en veinte capítulos muy cortos, de apenas unas páginas encabezados por un título que hace referencia a su contenido: en casa, en la consulta, conflictos amorosos-infantiles (o viceversa), etc… Cada capítulo casi podría considerarse como un relato ya que en la mayoría de los casos no guardan solución de continuidad los unos con los otros sino que Cuasi va exponiendo en ellos lo que le pasa o lo que piensa, a veces mezclando situaciones, no siguiendo una línea temporal y cambiando de temática según se le ocurre a su ocupada cabecita.
La protagonista absoluta es Cuasi. Cuasi Negrín Blanco. Ya su nombre dice mucho de ella: casi negra, casi blanca, Cuasi o Casi es mulata y vive en Cuba. Sus padres están separados y ella vive con su madre y la pareja de ésta: una mujer. Algo que ella ve perfectamente normal, eso de vivir con dos mamás, pero que no es compartido por los adultos. Por eso va a terapia, para superar el trauma que se supone le ha supuesto la separación de sus progenitores y el hecho de que su madre haya entablado una relación con otra mujer. Cuasi no va nada raro en ello sino todo lo contrario: mientras sus padres vivían juntos no paraban de discutir y todos eran infelices, ahora en la casa se respira amor y todos viven mejor. Cuasi nos enseña, de forma inocente, como todos los niños que en la mayoría de los casos somos los adultos los que nos complicamos la vida sin necesidad.
La historia se narra en primera persona por Cuasi. El lenguaje es sencillo, totalmente adecuado a la edad del protagonista. La verdad es que podría pensarse que la novela está escrita por una niña viendo la manera tan natural en la que la autora se mete en la manera de pensar infantil. El lenguaje y la manera de expresarse es la apropiada para una niña de diez años y por ello pienso que es un libro que perfectamente pueden leer los más pequeños de la casa. También lo podemos leer –y disfrutar- los adultos, además, con una gran sonrisa en los labios.
Una niña estadísticamente feliz es una novela –o un relato más bien- dulce, tierna y conmovedora. Una conecta enseguida con la pequeña, tan inocente y natural y te dan ganas de abrazarla y achucharla.
No hace mucho, en la reseña de “La rebeldía del alma” de Armando Rodera, comentaba que no había leído nunca una novela que tocase el tema de la homosexualidad femenina y he aquí que, sin pretenderlo y sin saberlo, ha acabado leyendo dos en el espacio de tres meses. En ambos el tema del lesbianismo se toca de forma muy natural, sin aspavientos ni justificaciones; como lo que es, una relación de amor entre dos mujeres. Cuasi lo ve totalmente normal y está encantada de que su mamá primera haya encontrado a su mamá segunda porque mamá primera es ahora muy feliz, sin los disgustos que le provocaba la convivencia con el padre de Cuasi. Pero los adultos que rodean a Cuasi no lo ven tan normal; por eso, cuando Cuasi se comporta mal en clase, en lugar de pensar que se trata de una niña traviesa que hace trastadas, piensan que es su manera de plasmar la frustración que su situación familiar le causa y aconsejan a su madre llevarla a terapia. Allí van también algunos de sus amigos, también “traumatizados” en mayor o menor medida por problemas familiares: abandono de alguno de los progenitores, alcoholismo y otras circunstancias varias. Está bien que haya libros que toquen estos temas de forma tan natural como lo hace éste, máxime cuando se supone que es un libro destinado a los lectores más jóvenes.
El relato está cargado de humor (especialmente graciosos son los diálogos entre Cuasi y la terapeuta infantil) y no podremos evitar sonreir repetidas veces ante las ocurrencias de esta pizpireta niña. Pero también de una fina ironía y crítica social
Está cargado de frases preciosas, dignas de ser apuntadas. Os dejo algunas cuantas:
"Creo que ese problema de no entender la felicidad es porque las personas no entienden las matemáticas. Porque el amor es como los números: infinito. Y eso es lo que debe importar."
" La humanidad es así de testaruda. Y la culpa la pagamos nosotros los niños que nos importa un comino si hay monedas diferentes, gentes diferentes, sentimientos diferentes y pescados diferentes. Para nosotros todo es lo mismo, si eso mismo es con amor."
“Por eso a mi madre le caían mejor los números fraccionarios. Ella fraccionaba las cosas con mi papá. A mi madre segunda le gustan los números naturales. Para ella es muy natural vivir con mi madre, cosa que no sucede en la mayoría de la población”
Conclusión final
Por lo que he venido diciendo, podéis imaginaros que la novela me ha gustado mucho y que, por supuesto, la recomiendo. Es una novela fresca, divertida, enternecedora, que se lee en un suspiro y que, una vez terminada, te dan ganas de volver a la primera página y leerla de nuevo.
A mi también me gustó mucho, y su primera parte que me lo he leído hace unos días, aún más.
ResponderEliminarUn beso!
A mi también me gustó muchisimo. Supuestamente la editorial deberia haberme mandado Es raro ser niña, pero se les agotó (aun estoy esperando que me lo envíen) A mi tambien me gustó la forma en que trata el tema, tan natural como solo un niño puede hacerlo. Adoré a Cuasi, y me reí mucho con las escenas de la terapeuta. Besos
ResponderEliminarPues me ha gustado mucho la reseña y el título es verdaderamente atrayente, así que me lo apunto, y mi lista es ya...
ResponderEliminarUmmm...No dudo que sea tan precioso como todos decís, pero a mí no me termina de llamar...Eso sí, curiosidad me crea...pero es que yo soy muy curiosa! XD
ResponderEliminarVaya, se nota que te ha gustado mucho, mucho =)
ResponderEliminarLo tengo en mi lista de pendientes, qué ganas, y ahora más al ir viendo que gusta tanto!!
ResponderEliminarLaky el libro me tocó en el concurso de Kayena y me encantó, la portada es preciosa y el tacto del libro me emocionó. Ahora he tenido la suerte de que me toque la primera parte Es raro ser niña en el concurso de Lesincele y estoy deseando que mellegue a casa.
ResponderEliminarUn beso.
Qué ganas tengo de leerlo!!
ResponderEliminarTanto este, como el anterior... desde que lo vi en el blog de Kayena quedé prendada =)
Besotes
Unas ganas las que le tengo a esta preciosidad de libro!!
ResponderEliminarBesos,
Leí hace poquito Es raro ser niña y me encantó. Así que éste caerá también, tarde o temprano... Y con tu reseña ya tengo claro que me va a gustar igual que el otro.
ResponderEliminarBesotes!!!
No lo conocía, aunque ahora mismo dudo cogerlo, ya que tengo muchísimos pendientes.
ResponderEliminarSaludos.
Este ya lo tengo ahí apuntado entre los candidatos, jiji. Me alegra que te haya gustado tanto, eso me anima más ;) besillos
ResponderEliminarLei algo, pero no acabé. Estaba bien, sí, pero estas lecturas tan cortas se me atascan.
ResponderEliminarYo tengo aquí pendientes los dos, que uno me tocó en un blog y el otro me lo prestó cay11 (de Ciao!). A ver si me los leo estas vacaciones.
ResponderEliminarQué ganitas que me han entrado... qué tierno!
ResponderEliminarun besote
Este libro hay que leerlo sí o sí. Vamos, que me ha ido quedando claro poco a poco.
ResponderEliminarUna reseña magnífica
Besos
No me había fijado en este libro, quizás lo vi pero las portadas son iguales o muy parecidas al otro no? y lo pasé de largo...tomo nota. Muchos besos
ResponderEliminarNo conocía ninguno de los dos libros y me alegro de que este te haya gustado tanto, aun así, a pesar de tu opinión y la de Kayena, no sé por qué pero ahora no me llama la atención, pero no lo descarto para más adelante. Muchos besos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho la reseña. Lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesos
No he leído Es raro ser niña y tampoco me llama mucho la atención. Por los blog habéis puesto por las nubes esta novela y ahora la segunda parte, pero nada, a mi no me termina de llamar.
ResponderEliminarBesitos.
No conocía el libro y pese a tu buena nota, no me termina de convencer. Tengo mucho pendiente así que me espero :)
ResponderEliminar¡Muchos besos!
No te imaginas lo que me alegra que te haya gustado, porque cuando se recomienda un libro, siempre te queda la cosa de si gustará de la misma manera a otros, en particular cuando se trata de una historia tan original ¿verdad?
ResponderEliminarCon respecto al libro (en su aspecto exterior), tengo que darte la razón, es precioso. A raíz de mi visita a la Feria del Libro de Madrid, conocí a la responsable de las dos portadas de los libros de Mildre Hernández. Resulta que es pintora y que fue el editor el que viendo el cuadro que sirvió para portada "Es raro ser niña", se lo pidió para éste cometido. Luego vino el segundo.
Y bueno, que no me quiero enrollar, pero la reseña es magnífica. Me ha encantado como has plasmado tus impresiones, porque no es fácil.
Un beso.
Todo el mundo habla muy bien de esta novela y veo que a ti también te ha gustado mucho, tengo bastantes ganas de leerla
ResponderEliminarbesos