Tras “Mil cosas que no te dije antes de perderte”, “La tragedia del girasol” y La maniobra de la tortuga “, hoy reseño el cuarto libro de Benito Olmo que leo. Como veis, no incluyo entre los leídos “El gran rojo”, primero de la serie protagonizada por Mascarell y Ayla del que “Los días felices” es continuación.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: AdN
Páginas: 296
ISBN: 978-84-1148-160-1
Sinopsis
El detective Mascarell y Ayla vuelven a verse envueltos en los negocios más turbios de Frankfurt
Ayla lo tiene todo en contra. Tiene dieciséis años, es inmigrante, se gana la vida boxeando y, por si fuera poco, debe cuidar a su padre enfermo de alzhéimer. La irrupción de alguien de su pasado la obligará a tomar parte en un peligroso juego de favores, deudas y engaños. Además, propiciará el reencuentro con Mascarell, un desastroso detective embarcado en un encargo de lo más peculiar. Mientras tanto, se desarrolla una lucha de poder por manejar los hilos del lado más oscuro de Frankfurt que acabará salpicando todo de sangre.
Benito Olmo regresa con una novela negra de muchos kilates que pone el foco en el negocio de las peleas clandestinas y en las redes de explotación de mendigos.
Impresiones
La historia se sitúa en Frankfurt am Main. El Frankfurt más oscuro y peligroso en el que una organización criminal, conocida como el Gran Rojo, domina todos los negocios turbios que se desarrollan en la ciudad. Como el de los días felices, que hace referencia a un lugar. Con ese escenario de fondo y una pistola Luger, antigua, como hilo conductor, Benito Olmo recupera a los dos protagonistas de la novela anterior. Mascarell es un detective español que sobrevive como puede en la ciudad alemana. Recibe el encargo no deseado de hacerse con la citada pistola. Ayla es una adolescente que vive con su padre prematuramente enfermo de Alzheimer y que acaba de recuperar a una persona de su pasado: una amiga de su fallecida madre llamada Tia. Un personaje oscuro metida en los fangos más sucios de la ciudad. Ayla y Tia se van a cruzar en el camino de la pistola por determinadas circunstancias. Con estos protagonistas y oscuras organizaciones criminales en la base de todo, “Los días felices” no hace honor a su título ya que es una novela oscura, sucia, que nos lleva a lo peor del ser humano.
Como he dicho en la introducción, no he leído la novela anterior, la primera de la serie. Esto no me ha supuesto ningún problema para entender y disfrutar esta. Sí que hay referencias a esa novela (que, por lo que yo he entendido, puede estar situada siete años antes) y a hechos que ocurrieron en ella. Me ha dejado con ganas de leerla pero no me ha supuesto ningún problema porque “Los días felices” se entiende y se disfruta plenamente si necesidad de leer previamente “El gran rojo” (aunque no dudo que sea recomendable).
Me han gustado los dos personajes. Especialmente Ayla pero también Mascarell. Por lo que se ve al final de la novela, la historia tendrá continuación y me gustará encontrármelos en lo que parece serán sus nuevas aventuras. Menos me han gustado los personajes secundarios: todos los pertenecientes a las organizaciones criminales que se disputan el poder en la ciudad de Frankfurt (el gran rojo, el clan Niessen, los Popescu y los guineanos), con personajes tan curiosos como la vieja Baobab o la señora de la Fuente.
Al principio parece que no hay una trama definida. Hay como subtramas que nos presentan los diferentes personajes que dan lugar a sus propias historias. Más o menos –más menos que más- relacionadas entre sí pero es difícil verles una conexión global. Pero, poco a poco, todo va confluyendo y acabas viendo el plan que Benito Olmo tenía al empezar a escribir el libro. Y, sí, al final todo queda resuelto, atado y bien atado.
“Los días felices” es una novela curiosa que admite dos lecturas. Una tradicional: empezar por el principio y seguir hasta llegar al final. Otra alternativa que es leer primero las páginas que señala el autor en su nota inicial y que, si optamos por la lectura lineal, encontraremos también dentro de la lectura pero desperdigadas a lo largo del libro. Yo, como soy más bien tradicional, he optado por leerla tal y como está escrita, página tras página hasta llegar al final.
Son varias las voces narrativas en esta novela. Tenemos a Mascarell que toma la palabra en los capítulos protagonizados por él. Utilizará por tanto la primera persona y un lenguaje sencillo y coloquial, como si hablase directamente al lector contándole sus cosas. Luego tenemos un narrador en tercera persona que toma la palabra en el resto de la novela, sea quien sea el personaje que protagonice el capítulo. Eso sí, focalizando en ese personaje, especialmente cuando es Ayla –la otra gran protagonista-.
La trama es oscura y hay algunas escenas que ponen los pelos de punta. Empezando por el boxeo: hay unas cuantas peleas muy bien descritas, tanto que parece que estás viendo el combate. No me gusta nada el boxeo y me han resultado escenas duras. Siguiendo por lo que ocurre en los días felices, que en realidad es lo mismo pero más a lo bruto. O unas escenas relacionadas con la explotación de mendigos que, realmente, me han puesto los pelos de punta. Si le añadimos todo lo relacionado con las organizaciones criminales, es evidente que la novela ha de ser oscura, dura y con un punto de denuncia social. No os voy a engañar: no va a estar entre mis novelas preferidas de Benito Olmo. Prefiero las dos protagonizadas por Bianquetti, que asume casos más “normales” y cuya trama personal me resulta muy atractiva. Pero eso son puramente gustos personales: nunca me han atraído las tramas de mafias ni organizaciones criminales; el crimen organizado no es lo mío, prefiero crímenes más “de andar por casa”. Es muy buena novela y leer a Benito siempre es un placer pero me gustan más las investigaciones de asesinatos o secuestros que las relacionadas con drogas, mafias, tratas de blancas, juegos, etc.
Conclusión final
“Los días felices” es una novela oscura que no hace honor a su título. Un título bien elegido pero engañoso porque nadie podría imaginarse lo que hay detrás de él. Una novela curiosa por las dos formas de lectura que ofrece. Y vosotros, ¿la leeríais de forma tradicional o de manera alternativa?
Hola, leí El gran rojo cuando se publicó y me gustaron mucho tanto Ayla como Mascarell, este me apetece también. En cuanto a la forma de leerlo, yo también soy tradicional, aunque me pica la posibilidad de leerlo de forma alternativa. Ya veré cuando lo tenga en mis manos. Besos.
ResponderEliminarYa contarás cómo decides leerlo
EliminarMe fascinaron Ayla y Mascarell en El gran rojo, y tuve oportunidad de hablar con el autor en Cartagena Negra. Es una novela negra, negra, e imagino que esta también lo es. Me encantaría leerla, estoy convencida de que la disfrutaré. Al final, creo que la leería de las dos formas, jejeje. Besos
ResponderEliminarA mí también me gustan más los casos más "normales". Pero hay que reconocer que este escritor sabe hilar muy bien sus novelas y escribe de forma muy entretenida. Me gustó la anterior novela así que tarde o temprano caerá ésta.
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola! Sí que me llama por el tema de que haya dos lecturas que puedes seguir pero más allá de eso, no es el tipo de novela con el que suelo animarme y tengo que reconocer que con lo que nos cuentas sobre las descripciones tan gráficas, no estoy segura de que pudiese disfrutar de ella, así que no creo que me anime.
ResponderEliminar¡Nos leemos!
En esta ocasion lo voy a dejar pasar que no me termina de llamar.
ResponderEliminarSaludos
Tengo demasiados pendientes, así que por el momento no me animo porque tampoco es que me tiente mucho...
ResponderEliminarDe Benito Olmo leí La tragedia del girasol y La maniobra de la tortuga. Es curioso lo del título de esta novela, sin duda. Tengo pendiente de lectura la anterior novela, El gran rojo, por lo que esta la dejo "en el aire". Me llama la atención lo que comentas sobre el orden de lectura de los capítulos: supongo que alguna diferencia habrá, al recomendarlo el autor. Besos.
ResponderEliminarTal vez sea demasiado negra para mi gusto. Esta creo que no me la apunto.
ResponderEliminarSaludos.