A principio de año tuve el placer de conocer a la señora Harris en la primera de las novelas de esta serie, “Flores para la señora Harris” (reseña). Una novela muy divertida y llena de encanto que disfruté de principio a fin. No me quedó duda de que tenía que leer la segunda de las novelas, la que hoy os comento. Ya os adelanto que me ha gustado tanto como la primera.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: Alba
Páginas: 232
ISBN: 978-84-9065-430-9
Sinopsis
Paul Gallico introduce en esta nueva aventura de la señora Harris y su inseparable amiga, la señora Butterfield, el caso del pequeño Henry, a quien su madre dejó a cargo de una familia a cambio de una libra semanal por su manutención y con los años desapareció. Desde entonces, y sin paga, para la familia el niño es una despreciable carga y lo maltratan sin cesar. Habiendo averiguado que su padre fue un soldado de Alabama llamado George Brown, las dos amigas «secuestran» al pequeño, lo cuelan como polizón en un transatlántico y se lo llevan a Nueva York. Están convencidas de que encontrarán al «señor Brown» y de que este se alegrará de la buena nueva. La señora Harris en Nueva York (1960) sigue la línea de cuento de hadas de Flores para la señora Harris (1958), con sus observaciones realistas sobre el sistema de clases y la doble cara de todo sueño, pero cuenta con la novedad de un punto de partida no tan ligero como el deseo de comprarse un vestido de Dior. En todo caso, su humor y su confianza en la amistad y la simpatía son los mismos y dan pie a otra sátira amable y distinguida, que esta vez se ambienta entre diplomáticos, millonarios de Park Avenue, estrellas de cine y cantantes de hillbilly.
Impresiones
La señora Harris y la señora Butterfield están preocupadas por el pequeño Henry Brown. Un niño de ocho años que vive con una familia de acogida, justo en el piso que queda en medio de los apartamentos de las dos amigas y vecinas. Las paredes son como de cartón y ambas mujeres pueden oír como maltratan al pequeño, un niño encantador. El niño es hijo de un piloto americano destinado en Londres durante la guerra y de la chica inglesa con la que se casó y de la que después se divorció al no querer esta instalarse en Estados Unidos. La chica volvió a casarse y ni ella ni el nuevo marido quieren saber nada del pequeño por lo que lo han dejado en acogida en casa de la familia que vive en el mismo edificio que la señora Harris y la señora Butterfield, a cambio del pago de una pequeña cantidad de dinero.
Queriendo solucionar la situación del pequeño, a la señora Harris se le ocurre buscar al padre. No puede ser tan difícil encontrar a un tal George Brown que sirvió como piloto en Inglaterra durante la Segunda Guerra Mundial, ¿no? La ocasión le resulta propicia pues el marido de una de las mujeres para las que limpia la señora Harris consigue un puestazo en Nueva York y le ofrecen irse con ellos una temporada para organizar el servicio. Y es que las señoras de la limpieza americanas no están a la altura de una buena señora de la limpieza inglesa como es, por supuesto, la señora Harris. Esta acepta con la condición de que vaya la señora Butterfield como cocinera y con la intención de colar al pequeño Henry en el barco que les lleva a América y luego, por supuesto, en el país. ¿Qué puede salir mal?
Por lo que os he contado de la trama, ya os imaginaréis que estamos ante una historia divertida y llena de “buenrollismo”. La señora Harris es una mujer de mediana edad, trabajadora infatigable, buena, empática y generosa. En el primer libro cambió la vida de todos los franceses que se relacionaron con ella. Como si fuera un hada madrina y sin casi darse cuenta, hizo a todos un poco más feliz. Por supuesto, en esta segunda novela va a hacer lo mismo. Empezando por el pequeño Henry Brown y acabando por un montón de gente más.
Estos dos libros son un claro ejemplo de literatura feel-good: de libros entrañables, encantadores, bonitos, que lees con una sonrisa en los labios, que te hacen sentir bien mientras los estás leyendo y después, cada vez que los recuerdas. Es un libro tan British y tan encantador que da gusto. La portada es todo un acierto con ese Nueva York en segundo plano y esa silueta de una señora con paraguas, bolso y sombrero que recuerda a la misma reina de Inglaterra (la reina Isabel, of course) pero que es la señora Harris en todo su esplendor.
¿Conquistará la señora Harris Nueva York? Por supuesto, nadie lo duda. Y eso que es un país muy diferente en el que una señora de la limpieza inglesa es tan propia como un pingüino en el Sáhara. Pero ellos, esos pobres y zafios norteamericanos, no saben con quién se han topado. Y si una típica señora de la limpieza inglesa quiere algo, lo conseguirá seguro. ¿Qué importa que en el mismo Nueva York haya más de cuatrocientos hombres llamados George Brown? Si hay que ir visitándolos uno a uno se va, faltaría más.
La novela está llena de enredos que dan lugar a situaciones divertidas. No es para reírse a carcajadas pero sí para tener una sonrisa perenne en la boca. De verdad os digo que no he podido disfrutarlo más. Os recomiendo muchísimo su lectura.
Conclusión final
He disfrutado muchísimo de estos dos libros protagonizados por la señora de la limpieza más dicharachera de Inglaterra. Dos libros divertidos y encantadores que pueden hacer las delicias de cualquier lector.
Nota: Si no me equivoco, hay dos libros más de la serie. Espero que los traduzcan pronto al español porque necesito más señora Harris.
Tengo que leer esta saga! Besitos.
ResponderEliminarHola, aún no he leído el anterior, pero tengo los dos muy bien apuntados. Besos.
ResponderEliminarMe encantó el de Flores para la señora Harris, y me daba un poco de miedo que este decayera... lo tendré en cuenta.
ResponderEliminarUn besazo
Creo que este es un libro que me encantaría. Hace poco me anoté el primero para leer, pues no conozco a este autor. ¡Besos!
ResponderEliminarLa primera novela me resultó encantadora y tengo claro que esta segunda la leeré tarde o temprano. Me encantan estas lecturas que te dejan tan buen sabor de boca.
ResponderEliminarSaludos.