"Una del oeste" - José Javier Abasolo

Hace unos meses os hablé de “La última batalla”, de este mismo autor, Javier Abasolo y os comenté que me había sorprendido para bien, por lo que tenía intención de leer más libros suyos. No he tardado mucho, como veis, en hacerlo. Hace unas semanas me invitaron desde la editorial Erein a la presentación de su último libro, “Una del oeste”, fui, me encandiló lo que contó el escritor y salí con ganas de leerlo inmediatamente. Hubo de esperar aún diez días más porque se coló otra novela entre medias pero la semana pasada, en un par de días libres me la leí. Os adelanto que, aún cambiando bastante de registro respecto a la anterior novela, me ha gustado igualmente.

Éstas son mis impresiones

José Javier Abasolo

Es Licenciado en Derecho por la Universidad de Deusto. Ha trabajado como abogado y desempeñado varios puestos en las administraciones públicas, desempeñando sus funciones en la actualidad en el Departamento de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno Vasco.

En el campo de la literatura tiene una larga trayectoria como autor de novela negra, habiendo publicado los siguientes libros:

.- Lejos de aquel instante (1997, Premio de Novela Prensa Canaria 1996 y finalista del Premio Hammett 1997, traducido al francés),

.- Nadie es inocente (1998, traducido al francés e italiano),

.- Una investigación ficticia (2000),Hollywood-Bilbao (2004),

.- El color de los muertos (2005),

.- Antes de que todo se derrumbe (2006, Premio de Narrativa García Pavón 2005),

.- El aniversario de la independencia (2006, Premio Farolillo de Papel del Gremio de Libreros de Bizkaia) y

.- Heridas permanentes (2007).

.- “La última batalla” (2013)

.- “Una del oeste” (2014)

El autor no sólo escribe novela negra sino que también lee-y mucho- novela negra Y la reseña en su blog, titulado como una de sus novelas: Nadie es inocente. Os invito a que os paséis por allí, comprobaréis que es un experto conocedor del género.

http://elblogdeabasolo.blogspot.com.es/



Datos técnicos

Título: “Una del oeste”

Autor: José Javier Abasolo

Editorial: Erein
Colección: Cosecha roja, 13

Formato: rústica, con solapas

Páginas: 384

Fecha de publicación: 11 de abril de 2014

ISBN: 978-84-9746-892-3

Precio: 19,80 euros



Argumento

Un comerciante bilbaíno es asesinado en su tienda de ultramarinos. Un yonqui entra, pistola en mano, en su establecimiento y le dispara. Algo realmente triste pero, desgraciadamente, habitual. Al acudir la policía, el asesino sale de la tienda, pistola en mano, en actitud atacante, y uno de los dos agentes le dispara, resultando muerto.

La cosa es que detrás de ese comerciante anodino, sólo conocido por sus clientes, se esconde un famoso escritor de novelas del oeste.

Estepan Azkárate, nuevo juez de instrucción de la ciudad, es el encargado de la instrucción del caso. Todo parece abocar a un archivo inmediato de las actuaciones: un robo que salió mal, convirtiéndose en asesinato, y un culpable fallecido. Pero Estepan es muy meticuloso y encuentra una discrepancia en los horarios que le resulta raro por lo que decide investigar un poco más, a pesar de la oposición de su superior, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco.

Por otro lado, desde la editorial donde el fallecido publicaba sus novelas, creen que puede haber un último manuscrito, el que el escritor se encontraba escribiendo. Encargar a un profesor de la universidad, también escritor, que encuentre ese último manuscrito que, de existir, se cotizará a precio de oro.

El juez por un lado, el profesor por otro, van a realizar una investigación paralela

Al mismo tiempo, podremos leer la última aventura de Colt Duncan, el pistolero más famoso del lejano Oeste.

Si os ha interesado lo que os he contado y queréis leer el primer capítulo del libro –para ver si os gusta el estilo del autor- pasad por aquí

Impresiones

“La última batalla” me dejó muy buen sabor de boca y ganas de seguir leyendo al autor y “Una del oeste”, aún no teniendo nada que ver con la anterior, me ha dejado las mismas sensaciones. Conclusión: seguiré, sin duda, leyendo a Javier Abasolo.

Es ésta una novela curiosa y original. Es novela negra pero con un toque de humor y, además, dentro de ella tiene otra novela, lo que la convierte en metaliteratura. Pero la novela que tiene en su interior es de un género de lo más curioso: una novela del oeste

Jamás he leído una novela del oeste. Las conozco, claro. A mi padrino le encantaban y tenía novelas de Estefanía y Silver Klane, creo recordar. Novelas pequeñitas, finitas, siempre amarillentas (no sé si es que sus portadas eran amarillas o él las tenía desde hace tantos años, tan sobadas, que se habían quedado con ese color). A mí nunca me atrajeron pero sí que, en mi infancia, me tragué bastantes películas del oeste porque a mi padre le gustaban y eran las únicas películas que se veían en la tele… Por ello, no estaba yo convencida de que me fuese a convencer la parte que de novela del oeste tiene este libro, pero no ha sido así en absoluto, pues me lo he pasado genial leyéndola.

Hace unas semanas asistí a la presentación ante los medios de la novela. Os lo conté aquí

Nos dijo allí el autor que de joven leyó muchas novelas de Estefanía Lafuente, Silver Kane, etc... y, como homenaje a este género, se le ocurrió introducir una novela del oeste dentro de una novela policíaca. Eso sí, desde el punto de vista del humor.

Ha intentado con esta propuesta hacer algo diferente y, en mi opinión, lo ha conseguido. No es, evidentemente, la primera novela que contiene dentro otra novela diferente; pero sí, que yo sepa o recuerde, la primera novela que contiene una del oeste.

Si algo destaca en esta novela es el humor. Ya nos avisaba Javier de que se había explayado en esta novela. No es para reirse a carcajadas pero sí para sonreír. No puedo estar más de acuerdo con él. No he soltado la carcajada en ningún momento, pero sí he sonreído e incluso soltado alguna risilla. Es un humor que resulta como muy natural; de esos casos en los que parece que sale solo, como si el autor no lo buscase. Un humor fino que hace la novela francamente divertida. Tanto la parte policíaca como la parte de novela del oeste están impregnadas de ese humor pero, sin duda, es en la del oeste en la que más se explaya el autor.

Una de las cosas que más me han gustado, han sido las continuas referencias y guiños literarios que contiene la novela. Conocidos autores son citados en la novela, normalmente como nota de humor. Algún ejemplo para que os hagáis una idea:

“Si hubiese dominado el español y pudiese haber leído las rimas de su contemporáneo Gustavo Adolfo Bécquer, podría haberle dicho a Susan LaVerne, que cabalgaba junto a él, mientras clavaba su pupila en la pupila azul de la joven, aprovechando no sólo que el Pisuerga pasa por Valladolid sino que sus ojos eran también de ese color, esa cosa tan bonita y cursi de “poesía eres tú”. Pero McFree no era un poeta sino un rudo vaquero que no conocía el idioma de Cervantes y tampoco había leído jamás un libro en la lengua de Shakespeare, ni de poesías ni de recetas de cocina, así que en lugar de ocupar su mente con pensamientos tan líricos como los anteriormente descritos, lo que pensaba era que su acompañante estaba guapísima, es más, que estaba como un tren, en el caso de que esa expresión se usara ya en la época en la que el ferrocarril comenzó a expandirse por el oeste de los Estados Unidos”.

Una de las más curiosas referencias, es al escritor Jon Arretxe. Quizás no os suene pero yo os diré que es, también, un escritor de novela negra, que comparte editorial con Abasolo (Erein) y que, probablemente, sea un buen amigo porque Abasolo aprovecha para “meterse” con él. ;mirad si no:

“… se centró en Arretxe, quizás por su aspecto patibulario. Él nunca había creído en las teorías del criminólogo italiano Cesare Lombroso según las cuales los delincuentes tenían rasgos físicos que les hacían perfectamente identificables y reconocibles, pero aún así el aspecto siniestro del reputado escritor le movía a desconfiar de él” (pag 151)

Así, como las que os he citado, hay algunas referencias literarias; también las hay al mundo del cine, citando a algunos conocidos actores o directores como Clint Eastwood.

En aras a ese aspecto humorístico al que os vengo haciendo continua referencia, Abasolo se permite ciertas incongruencias temporales, que él mismo justifica. En la primera cita ya os he señalado una (“estaba como un tren” e, inmediatamente, “en el caso de que esa expresión se usara ya en la época”). Hay algunas salidas que son francamente divertidas.

Me estoy refiriendo casi todo el tiempo al tema del humor y la parte del oeste porque es lo que más me ha llamado la atención, lo que hace esta novela diferente de las demás. Pero, además, no nos olvidemos que “Una del oeste” es, básicamente, una novela negra (o de intriga, en sentido amplio). Hay una investigación que, en este caso, será doble y por motivos y vías distintas: una llevada a cabo por un juez instructor, otra por un profesor-escritor. Al final, ambas convergerán. La parte de novela negra es, realmente, la que más espacio ocupa en el libro (en la presentación el autor comentó que dos tercios del libro eran negros y un tercio del oeste).

También en esta parte hay sitio para el humor, quizás no tan evidente como en la parte del oeste, pero siempre presente. Me ha encantado el personaje del juez instructor, Estepan Azkárate. Una auténtica lumbrera en el mundo de las leyes pero inocente como un bebé en el mundo de la vida. Pero hay jueces así, de verdad, yo los conozco jejeje. El estar cinco o más años encerrado a cal y canto preparando una oposición brutal te mantiene, como un amigo mío suele decir, “en formol”. Y luego pasa lo que pasa, que, por ejemplo, caen en redes como las de la pérfida Natalia, su novia (cómo me lo pasé en la comida en casa de sus suegros!).

La novela se sitúa en dos escenarios: la parte negra se sitúa en Bilbao y en la actualidad y la parte del oeste transcurre, por supuesto, en Estados Unidos y en el pasado.

La novela alterna capítulos. Uno dedicado a la novela negra, otro dedicado a la novela del oeste, siendo los primeros bastante más largos que los segundos.



Conclusión final

¿Sabéis cuándo se nota que un autor ha disfrutado como un enano escribiendo una novela? Aquí se nota, se ve que Abasolo se lo ha pasado en grande escribiendo “Una del oeste”. Y, en contrapartida, el lector también. Yo he disfrutado muchísimo de una novela la mar de entretenida, que engancha mucho, que me ha hecho sonreir con sus graciosas salidas y que, sin duda, recomiendo

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