Mi amigo invisible

El viernes, por fin, llegó mi regalo del San Jordi bloguero invisible. Por las fechas, entenderéis que ha sido toda una odisea... Os cuento

Me encanta esta iniciativa que organiza todos los años Kayena de Negro sobre blanco tanto por Navidad como por el Día del libro. Me encanta a pesar de que en las últimas ediciones, Correos me lo ha hecho pasar muy mal. Sin embargo, soy y seré fiel a esta iniciativa desde su primera edición 

Este año, como todos, me apunté y le dí unas cuantas vueltas al libro que yo enviaría. El elegido fue el último de John le Carré, que tan buenas críticas ha cosechado (pero que yo no pude disfrutar del todo, por lo que me parecía justo que tuviera una segunda oportunidad). 

Al poco de apuntarme, me di cuenta de que el día que Kayena tenía previsto enviarnos los mails con nuestro amigo invisible, yo ya estaría de vacaciones de Semana Santa. ¡No problem! Rápidamente miré por internet una oficina de correos donde poder llevar mi paquete. Así que preparé el libro y la rosa (muy dulce, como podréis comprobar si leéis el post de mi amiga) y los metí en la maleta. Sólo faltaba el sobre, pero en el lugar al que iba, sabía que había muchas tiendas de "chinos" por lo que ya cogería uno allí.

Así que llegó el mail, apunté la dirección y el mismo lunes, tras comprar un sobre y meterlo todo allí, me fui directa a la oficina de correos. Al llegar, sorpresa desagradable: era una oficina interna y no admitían envíos Pregunté dónde estaba la oficina más próxima y resultó estar bastante lejos. En casa había dicho que sólo estaría fuera media hora, por lo que tuve que dejarlo para el día siguiente.

El martes estuve allí, puntual, y ya sin problemas, hice el envío. Ahora sólo tocaba esperar que llegase (a tiempo ya sabía que llegaría pues daba tiempo de sobras, pero es que últimamente no me fío mucho de correos...)

No hubo problemas y el libro llegó. Mi amiga invisible resultó ser la misma que en Navidad, Xula de Caminando entre libros. Aquí podéis ver su post.

Primer tramo de la ecuación resuelto, sólo faltaba el segundo: recibir mi regalo. Ya sabía que a tiempo no lo recibíría porque el día 23 yo seguiría de vacaciones. Pero me hice la ilusión de que, cuando volviese a casa, me estuviera esperando el aviso de Correos para ir a recogerlo. No fue así, por lo que tocaba esperar. Y esperar, y esperar, y esperar...

Como no llegaba, acabé avisando a la pobre organizadora del evento. Kayena, muy amablemente se puso en contacto con mi bloguera invisible, la cual supongo se llevaría un disgusto impresionante pues me lo había enviado hacía siglos. Le dijo que me enviaría otro libro, yo le dije que no hacía falta (la culpa no era suya, evidentemente, y ella ya había hecho lo que tenía que hacer), pero se empeñó y lo hizo. No sólo un libro sino también una rosa. Éstos:

El libro es "EL misterio de la cripta embrujada" de Eduardo Mendoza. Da la casualidad de que lo leí hace años. A mi profesor de Literatura de COU le encantaba leer y fomentar la lectura y en mí vio un filón. Me pasaba libros que creía que me iban a gustar y, gracias a él, descubrí a Eduardo Mendoza, tanto en su versión cómica como en su aspecto más serio ("La ciudad de los prodigios"). Este libro me gustó mucho y, como ya lo tengo olvidado, me ha hecho mucha ilusión que fuese mi regalo del amigo invisible. La rosa es una hoja que mi amiga ha doblado con esmero para crear una tarjeta postal

¿Y quién es mi amiga? Pues Ana de A place for your dreams blog que no conocía pero del que ya me he hecho seguidora. Muchas gracias por tus regalos y mi disculpas -en nombre de correos, supongo- por el disgusto que te hemos dado. Y gracias, por supuesto, a Kayena. Deseando estoy que llegue Navidad para sufrir de nuevo con el amigo invisible.