Mis amigos invisibles

Como ya os comenté el año pasado (cómo suena eso, parece que ha pasado un montón y, sin embargo, sólo han transcurrido unos días...), me apunté a la genial iniciativa del amigo invisible que tuvo Kayena, del blog Negro sobre blanco. La idea era muy sencilla: organizar el famoso amigo invisible a nivela blogueril. Se podía apuntar quién quisiera ofertando un libro que tuviese: nuevo o leído pero siempre en buenas condiciones. La administradora del blog, una vez terminado el plazo para apuntarse, emparejaría a los participantes mediante Random. Así todos ellos recibiríamos un libro. ¿Todos? No, algunos hemos tenido la inmensa suerte de recibir dos libros. Y es que, además de muchos bloggers, se apuntaron también muchos escritores: algunos como amigos invisibles propiamente dicho, entregaron sus libros y recibieron otros a cambio; otros, más que como amigos invisibles, como una especie de Reyes Magos, porque simplemente regalaron sus libros. Por lo tanto, nos encontramos con más libros que participantes y, consecuentemente, a algunos nos tocaron dos libros.

Yo fui una de las afortunadas (sí, sí, ya sé lo que me vais a decir: qué morro, vaya suerte tienes... y, qué voy a decir? Que es verdad!).

Primero me llegó "Eva desnuda" de Julia Montejo. Me hizo mucha ilusión porque hace unos meses leí su última novela "Violetas para Olivia" que me encantó (le dí la máxima puntuación) así que , lógicamente, me atrae cualquier otra cosa que haya escrito o que escriba en el futuro. Además, venía con una bonita y personalizada dedicatoria.

Al día siguiente tuve la sorpresa de recibir otro paquete y, dentro de él, me encontré con "El día que fuimos dioses" de Francisco Rodríguez Tejedor, libro que había conocido hace poco a través de facebook. También venía con una preciosa dedicatoria  y con una sinopsis que promete muchas emociones.

Como comprenderéis estoy encantada: con mis dos libros (que, como todas las que habéis hecho un post como éste habéis comentado, me servirán también para mi reto de los 25 españoles), con las preciosas dedicatorias, con las sorpresas que me he llevado con ellos y con todo.

Sólo me queda agradecer a Kayenna, a Julia y a Francisco lo feliz que me han hecho sentir estos días.