Mi afición a la novela negra viene de la novela negra nórdica. Empecé por ella y luego ya leí de otros países. Hay autores como Henning Mankell, Jo Nesbo o Arnaldur Indridason que fueron mis maestros, que me hicieron descubrir el placer (y a veces el horror) de leer este género.Hacía tiempo que no leía a Arnaldur Indridason. Después de novelas tan buenas como “Las marismas” o “La mujer de verde”; no sé bien por qué, no había vuelto a encontrarme con su protagonista Erlendur desde hacía muchos años. El reencuentro ha sido posible gracias a “Noches de Reikiavik”, la última novela publicada por RBA en su serie novela negra que, sin embargo –y como luego os contaré- nos presenta a un Erlendur muy jovencito.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: RBA
Páginas: 304
ISBN: 9788490569351
Sinopsis
En una antigua zona de marismas de la capital islandesa, aparece flotando en un estanque el cadáver de un vagabundo. Como a casi nadie le importa su muerte, la policía archiva rápidamente el caso. Un problema menos. Sin embargo, un joven agente llamado Erlendur, que conocía al mendigo de sus rondas por el corazón de la ciudad, empieza a obsesionarse con las circunstancias del trágico suceso. Hay varios detalles que indican que no se trató de un simple accidente y Erlendur tiene la firme convicción de que todos merecen justicia.
Impresiones
Erlendur es un joven agente destinado en tráfico. Junto a él y a sus dos compañeros patrullaremos las calles de Reikiavik durante las noches. Peleas, accidentes de tráfico, pequeños robos, violencia doméstica…, esos son los delitos típicos a los que tienen que enfrentarse los tres policías.
Pero a Erlendur no le basta. Por un lado, por cuestiones personales está obsesionado con las desapariciones no resueltas. Suele leer los periódicos para enterarse de quiénes desaparecen e intenta seguir la pista a la noticia. Así se encuentra con la noticia de la desaparición de una mujer hace un tiempo. Fue a cenar y de fiesta con sus compañeros de trabajo y volvió sola a casa, andando. Nunca más se supo de ella y aunque la investigación sigue abierta, no parece que haya hilo del que tirar.
Por otro lado, hace poco ha muerto ahogado un mendigo. Parece un accidente: iba borracho, como solía, y de alguna manera se cayó y se ahogó. El caso está cerrado. Si a Erlendur le llama la atención es porque, de sus rondas por la ciudad, conocía al mendigo. Quiere investigar un poco más su muerte así que empieza a hacer preguntas a sus conocidos, sus familiares, para saber quién era el fallecido y por qué había llegado a esa situación.
“Noches de Reikiavik” hace el número trece de la serie protagonizada por Erlendur. Y, sin embargo, sucede en un tiempo anterior al resto de novelas de la misma. Supongo que podríamos considerarla una precuela. Mientras en las otras novelas que he leído Erlendur era inspector (o el equivalente islandés) de homicidios, aquí es un simple agente de tráfico, muy joven, con apenas experiencia. Conoceremos a Erelendur en sus inicios cuando no estaba casado ni trabajaba en homicidios. Así sabremos quién es y cómo llegó a convertirse en inspector (lo intuiremos más bien)
Al principio la novela me desconcertó un poco porque eran escenas un poco inconexas. Me explico: Erlendur y sus compañeros patrullan la capital por la noche y acuden donde les llaman para atender a pequeños delitos: normalmente accidentes de tráfico pero también algún robo, pelea, etc… Así, vemos varias actuaciones del equipo. Actuaciones que, en principio, no tienen nada que ver las unas con las otras más allá del trabajo rutinario de un agente raso. Sí que se entrecruzan otras historias que interesan personalmente a Erlendur pero que no puede investigar oficialmente por carecer de competencia para ello. Me refiero al caso de la mujer desaparecida y al vagabundo muerto. Al principio no son más que escenas intercaladas pero luego van cogiendo cuerpo e importancia y ya es cuando cogí el hilo a la historia y me di cuenta de qué era lo que Indridason realmente quería contarme. A partir de entonces fue cuando más disfruté de la novela.
Me ha gustado conocer a Erelendur en sus inicios. Es verdad que esta no es una novela tan redonda como las que he citado antes (“Las marismas” o “La mujer de verda” que eran auténticos novelones) pero es una novela interesante que nos presenta a un protagonista muy querido por todos. Para conocer bien a alguien hay que conocer sus orígenes y eso es lo que conseguimos con esta novela. Por otro lado, el caso que al principio no parece gran cosa, acaba ganando en complejidad y suscitando el interés del lector.
Como siempre, la ambientación muy buena. Islandia es un país muy tranquilo donde apenas se cometen delitos graves. Un país que a nosotros nos resulta bastante exótico, tan alejado en el espacio, tan frío, con costumbres tan diferentes. Lo bueno de este tipo de novelas es que nos acercan a esas realidades y culturas tan diferentes.
Conclusión final
Me ha gustado reencontrarme con Erlendur y conocerlo de jovencito. Si no habéis leído ninguna novela de esta larga serie, esta podría ser una buena opción para iniciarse pues, aunque sea la última publicada, es la primera en el tiempo.
Si os ha gustado mi reseña podéis haceros con el libro en papel o en digital
Hace años que no leo nada de este escritor desde La mujer de verde. Me apunto la novela para conocer a Erlendur desde sus comienzos. Besos.
ResponderEliminarYo también empecé con la nórdica. Me apunto al autor, que todavía no lo he leído.
ResponderEliminarUn beso.
Últimamente estoy leyendo menos thriller e histórica, creo que voy por temporadas, pero este no lo conocía, y lo anoto.
ResponderEliminarBEsos.
Me gusta mucho este autor, así que caerá seguro.
ResponderEliminarBesotes
Como ya te comenté debe ser curioso encontrarlo tan jovencito. Me gustaría leerlo. Besos
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