"La cocinera de Himmler" - Franz-Olivier Giesbert

Me fijé en este libro nada más verlo entre las novedades de Alfaguara. Por el título, básicamente, aunque luego, una vez leída la sinopsis, me llamó aún más la atención. Así que lo apunté en mi larga lista de deseos

Pero luego salieron un par de reseñas no muy positivas. Tampoco es que fueran negativas pero ambas decían que les había decepcionado. Así que me desinflé un poco pero, aún así, seguí con las ganas de leerlo. Ya no con la cosa de ir corriendo a buscarlo pero sí con la de “si cae en mis manos”…. Y cayó, vaya si cayó. María del blog de De todo un poco, en colaboración con la editorial, nos ofreció a varios blogs la posibilidad de organizar una lectura conjunta. Ni qué decir que me apunté de cabeza.

Éstas son mis impresiones

Franz-Olivier Giesbert

Franz-Olivier Giesbert nació en Wilmington, Delaware (Estados Unidos) en 1949. 
Su familia paterna, de origen escocés, alemán y judío, emigró a la Costa Este estadounidense durante la Primera Guerra Mundial. A los tres años, Giesbert se instaló junto a sus padres en Normandía.

Periodista, biógrafo, novelista y presentador de televisión, es una de las grandes figuras del actual panorama cultural francés.

Con tan sólo dieciocho años publicó su primer artículo en el periódico normando Liberté-Dimanche.

Fue corresponsal de L’Express en Estados Unidos y trabajó en Le Nouvel Observateur y Le Figaro.

Actualmente dirige el prestigioso semanario Le Point.

Ha escrito numerosas novelas entre las que destacan L’Affreux (Gran Premio de Novela de la Academia Francesa, 1992), La Souille (Premio Interallié, 1995), L’Immortel (2007, adaptada al cine por Richard Berry) y Un très grand amour (Premio Duménil, 2010).

La cocinera de Himmler, su última novela, ha tenido un resonante éxito de ventas y de crítica en Francia, y los derechos de traducción se han vendido a las principales editoriales europeas.

Además de su faceta como novelista, destaca como autor de diferentes ensayos políticos sobre Jacques Chirac, François Mitterrand o Nicolas Sarkozy.

Ficha técnica

Título: “La cocinera de Himmler”
Auotr: Frabz. Olivier Giesbert
Traductor: Juan Carlos Durán Romero
Editorial: Alfaguara
Edición: tapa blanda con solapas
Fecha de publicación: 15 de enero de 2014 
344 páginas
ISBN: 9788420415901
Precio: 18,50 euros / ebook: 9,99 euros

Argumento

La historia de Rose empieza pronto: a las ocho años de edad, su familia sufre el genocidio armenio y ella es la única que sobrevive.

De Armenia a un harén turco, de allí a Francia, la vida de Rose transcurre de forma paralela a la del propio siglo XX: convulsa, peligrosa, llena de amenazas y venganzas. Rose va a ser testigo de primera mano en la Segunda Guerra Mundial e incluso de la política maoísta.

Por suerte, entre todo ello hay espacio para el amor y el humor; eso sí, siempre con la venganza presente pues ése es el motor de su vida

A los 105 años, sigue tan bien como siempre. Al frente de su restaurante de Marsella, sigue sintiendo deseo sexual.

Impresiones

El hecho de que las primeras reseñas que leí de este libro me bajaran las altas expectativas, me vino bien pues empecé el libro un tanto escéptica y sin esperar nada concreto. No sé si por eso o qué, el caso es que el libro me ha gustado mucho más de lo que esperaba.

Creo que los fallos que la mayor parte de la gente ha encontrado en este libro, se reducen a dos. Uno es que la sinopsis lo define como un libro desternillante y no lo es, en absoluto. Sí que tiene un toque de humor pero muy sutil –irónico y cínico- y, desde luego, dudo que nadie se ría a carcajadas con él. Esbozar alguna sonrisa seguramente sí; al menos, yo lo he hecho imaginándome a Rose en ciertas ocasiones (por ejemplo, cuando al principio se defiende de un robo sacando una pistola –tened en cuenta que tiene entonces 105 años-) o con algunas de las cosas que dice como: «A punto de cumplir los ciento cinco años, no me queda más que un hilo de voz, cinco dientes hábiles, una cara de búho, y no huelo precisamente a rosas.» No me negaréis, que tiene cierta gracia pero no es para partirse de risa… Así que, si os esperáis un libro de humor, os podéis ver decepcionados porque no lo es (aunque, como digo, un cierto tono jocoso sí que hay)

La otra es la propia protagonista. Todo el peso de la historia recae sobre Rose lo cual tiene el inconveniente de que si no te gusta Rose, se fastidió el invento. Pero a mí sí que me ha gustado Rose…; luego os cuento.

La historia de Rose es la historia del siglo XX. Ella vive muchos de los acontecimientos que tiñeron de sangre dicho siglo (el genocidio armenio –que yo desconocía-, el nazismo, el maoísmo) y nos lo va a contar desde su particular punto de vista. El libro, de forma muy resumida, nos da unas nociones de historia, la que ella vivió:

La Historia entra siempre sin llamar y, a veces, ni siquiera nos damos cuenta cuando pasa. Salvo que nos pase por encima

La novela empieza cuando ella era una niña pequeña (ocho años tenía, si mis recuerdos no me fallan). Feliz un día, con sus padres, sus hermanos y su abuela; infeliz al siguiente, ella sola en el mundo. Y es que el genocidio judío por parte del nazismo no fue el primero del siglo XX. Aunque yo lo desconocía, unos años antes, los armenios corrieron parecida suerte. Así lo expresa Rose:

Nosotros, los armenios, estábamos seguros de nuestros derechos. Para sobrevivir pensábamos que bastaba con ser buenos. Con no molestar. Con pasar desapercibidos. Ya hemos visto el resultado.

Si creemos a Byron y a muchos otros, fue en la tierra armenia donde nació Adán, el primer hombre, y es también allí dónde hay que situar el Paraíso de la Biblia

A Rose le van a pasar muchas cosas, malas: el asesinato de su familia, la delación como judío de su marido, etc… y ella siempre va a encontrar un culpable. Y ése culpable será objeto de su venganza un plato que, como buena cocinera, servirá frío.

No sólo para el horror hay espacio en la vida de Rose, también para el amor. Aunque un amor de aquella manera porque Rose es muy suya hasta para amar, aparte de tener una visión del sexo que le permite hacer cosas que no despiertan nuestras simpatías.

Realmente no he empatizado con Rose porque no comparto ni apruebo muchas de las cosas que hace. No obstante, me ha caído en gracia. Y creo que por dos motivos: primero, por haberla conocido de niña en una situación dolorosa, de las que hacen que desees abrazarla y ayudarla. Por otra, porque mi segunda visión de ella fue una anciana muy pero que muy anciana, sin pelos en la lengua, que se pone el mundo por montera y, en definitiva, de armas tomar. Y me hace gracia. Por lo que, en definitiva, sin aplaudir todo lo que hace ni mucho menos, me ha gustado como personaje. Tiene garra y fuerza, no pasa desapercibida. Te gustará o no, pero es de ésos personajes que dejan huella. Lo único que no me gusta es una cierta frialdad ante muchas cosas que le pasan; da la impresión de que su dolor se queda en la superficie, sin llegar a afectarle nada realmente. Frialdad que se da también en su relación con las personas, pudiendo llegar a tener sexo con personas a las que desprecia o incluso a las que considera enemigas.

De la parte que sí me gusta de la personalidad de Rose, destaco su amor por los libros y por la lectura. Sin saberlo ni pretenderlo, me he encontrado con una novela que, además de en otros, podemos encuadrar en el género de la metaliteratura. Se habla de libros –incluso nuestros amigos don Quijote y Sancho Panza salen a relucir- y de escritores; de hecho, dos de ellos, la pareja formado por Jean Paul Sartre y Simone de Beauvoir, son dos personajes secundarios de la novela.

En cuanto a personajes, la protagonista absoluta es Rose. Es la única a la que realmente conoceremos, la única que está bastante desarrollada. Los demás personajes están apenas esbozados y giran alrededor de ella. La mayoría son personajes ficticios pero también tenemos algún personaje real, como el Himmler del título (y algún otro nazi que se menciona), Mao, o los escritores Sartre y de Beauvoir.

La novela está dividida en capítulos cortos, de ésos que se leen en unos pocos minutos e incitan a leer otro más. No es una novela con ritmo trepidante, pero transcurre de forma rápida y ágil y a mí ha conseguido engancharme. El lenguaje utilizado es sencillo y contiene bastantes frases de ésas que dan ganas de subrayar (algunas os las he copiado más arriba).

Conclusión final

Sin duda, a mí me ha gustado. Me ha resultado una lectura entretenida, que hace un repaso somero a algunas de las atrocidades que se cometieron el siglo pasado; instructiva incluso (porque no conocía el genocidio armenio). Y todo ello desde el punto de vista de una protagonista muy peculiar; que te gustará o no pero a la que difícilmente olvidarás.

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