Hoy os traigo la reseña de una novelita corta y curiosa. Curiosa porque es la primera novela de detectives escrita por una mujer española. Y no una mujer cualquiera, no: la escribió doña Emilia Pardo Bazán. Cuando la vi me sorprendió mucho porque no sabía que esta escritora hubiese escrito nada del estilo. Por eso decidí leerla y, dado lo corta que es, no tardé en encontrarle hueco.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: Siruela
Páginas: 88
ISBN: 978-84-19553-93-5
Sinopsis
Emilia Pardo Bazán se adelantó a todas las grandes damas del noir y fue pionera en nuestro país en el cultivo de la literatura detectivesca: antes de la publicación de La gota de sangre en 1911, no había en España referente alguno de un género que ya triunfaba en otras latitudes.
Como certeramente señala Alicia Giménez Bartlett en el prólogo a esta edición: «Sin duda el trazo principal de este texto es la originalidad. Nos encontramos frente a una doña Emilia que subvierte todos y cada uno de los estereotipos del género. Se las compone para que el detective ocasional sea al tiempo un sospechoso de cara a los agentes de la ley: policías y jueces. Pero no solo eso: suplanta a la policía, les da órdenes, les escamotea información y es él quien impone el ritmo y las pausas de las pesquisas. Finalmente, sin despeinarse demasiado, toma las riendas de la investigación, participa en ella activamente y, a escondidas de los agentes del orden, resuelve el crimen. Justamente en la resolución del crimen es cuando la autora ejecuta la pirueta más llamativa. ¿Resolución del caso implica detención del culpable? No pienso destriparles el desenlace. Solo les diré que, tal y como es prescriptivo, todo cuadra y, a su modo, la justicia resplandece».
Impresiones
En Madrid se ha encontrado el cadáver de un caballero. Quien lo encuentra es otro caballero llamado Selva. Es un señorito que vive al lado del solar donde el cadáver ha aparecido. Quizás por eso es el primer sospechoso. Él lo sabe por lo que decide investigar por su cuenta y descubrir quién es el culpable para así dejar inmaculada su honra.
Hay detectives y detectives. En las novelas de misterio encontramos de todo: desde los diferentes cuerpos policiales, pasando por detectives “oficiales”, detectives aficionados, periodistas… De todo hemos visto en la viña del Señor. En este caso, el detective aficionado es de lo más curioso porque “no es nadie”. Es, simplemente, un señorito curioso que tuvo la suerte o la desgracia de encontrarse con el cuerpo. Más curioso es que el policía y el juez encargados del caso le dejen investigar aunque, conociéndolos, tampoco nos extraña tanto porque no saben por dónde coger el asunto.
La novela se sitúa en Madrid en el año 1911. El protagonista es Selva, un señorito bien con una gran casa y servicio a su disposición. Un tanto sabelotodo, se cree que sabe más que nadie y, la verdad, es que llega al conocimiento de la verdad así que igual es así. Él mismo es el narrador de la historia, en primera persona por lo tanto.
La novela es muy corta. En realidad, antes que Siruela, varias editoriales la publicaron como relato largo dentro de una colección de relatos. Y es que sus menos de cien páginas permiten tenerlo por tal. Aunque también por novela corta y, desde luego, completa: con su planteamiento, nudo y desenlace. Y con todo lo que tiene que tener una novela de detectives. Incluido en este caso un dilema moral que se plantea al final de ella.
La historia está bien pero no es para echar cohetes: interesante, entretenida y agradable de leer, como tantas otras. Lo que la hace destacar sobre las demás del género es la pluma de la autora. Con doña Emilia hemos topado. Su prosa no es la habitual en este tipo de novelas (y menos en las actuales). Es una prosa abigarrada, un tanto barroca, profusa en adjetivos. Una prosa muy culta que eleva la novela por encima de lo típico en este género. Algún ejemplo:
“Mientras me aporreaba los oídos la enervante y estrepitosa música de matchicas y tangos, mi fantasía galopaba, como suelto, ardiente potro”
Conclusión final
“La gota de sangre” es una novela corta o un relato largo escrito por una de las mejores escritoras españolas que, además, tiene el curioso atributo de ser la primera novela de detectives escrita por una española. Recomendable.
Si os ha gustado mi reseña podéis haceros con el libro a través de los siguientes enlaces:
Uys, pues no la conocía. Apuntada me la llevo, que con esta autora siempre se disfruta.
ResponderEliminarBesotes!!!
Yo tampoco la.conocia hasta verla en el catálogo de novedades de Siruela
EliminarAntes se había publicado en colecciones de relatos y creo que había pasado más desapeecibida
La leí hace años en una antología y no la recuerdo especialmente interesante, eso sí, su prosa es inigualable. Besos
ResponderEliminarSi, la trama sin más. Pero la forma en la que está escrita...
EliminarNo he leído nada de esta señora, pero ya estoy tardando mucho en hacerlo ^^
ResponderEliminarHa sido mi estreno con ella
EliminarTomo muy buena nota. Si las novelas de doña Emilia son muy buenas, los relatos no le van a la zaga. Y, por encima, pionera en esto de lo negrocriminal en España. Besos.
ResponderEliminarSi, me ha resultado curioso
EliminarHola,
ResponderEliminarTomo nota del libro; hasta ahora no sabía que doña Emilia escribiera algo parecido a una novela negra, así que le tengo que dar una oportunidad sobre todo por lo cortito que es.
Besos 😘
Pues igual que tu, no me encaja Pardo Bazán con la novela negra. Habrá que leerla. Besos
ResponderEliminar¡Hala! Sin duda, a tenerlo en cuenta. Besos
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