John le Carré era uno de esos autores eternamente pendientes, de esos autores que tenía la intención de leer algún día pero que nunca encontraba el momento. Y no será porque no tuviese la posibilidad ya que, con ocasión de una colección que se vendió en quioscos hace unos años, compré unas cuantas novelas; pero ahí se quedaron, cogiendo polvo en las tonterías. Obviamente, conocía a este autor, el maestro del subgénero de novelas de espías e incluso había visto en el cine o en la televisión algunas de las películas basadas en sus novelas. Pero tuvo que ser Plaza y Janés la que me diera el empujón definitivo para leerle, gracias al ofrecimiento de su última novela, ésta que hoy os reseño.
Éstas son mis impresionesJohn le Carré
Trabajó de profesor en el colegio de Eton y durante la Guerra Fría en los servicios británicos de inteligencia.
Durante los últimos cincuenta años se ha dedicado a la escritura. Vive en Londres y en Cornualles.
Con tan dilatad carrera, no es de extrañar que su obra literaria sea muy extensa. No os voy a recoger todas ellas porque me saldría un post enorme, pero sí haré mención a algunas de ellas, aquellas cuyos títulos más os sonarán, porque han sido llevadas al cine:
.-El espía que surgió del frío
.-La chica del tambor
.- La casa Rusia
.- El sastre de Panamá
.- El jardinero fiel
.- El topo
Datos técnicos
Título: Una verdad delicada
Autor : John Le Carré
Traductor: Carlos Milla Soler
Precio : 22,90 €
Editorial: PLAZA & JANÉS
Fecha de publicación Octubre de 2013
Formato Tapa dura con sobrecubierta
Páginas 368
ISBN: 9788401354793
Autor : John Le Carré
Traductor: Carlos Milla Soler
Precio : 22,90 €
Editorial: PLAZA & JANÉS
Fecha de publicación Octubre de 2013
Formato Tapa dura con sobrecubierta
Páginas 368
ISBN: 9788401354793
Argumento
En 2008 tuvo lugar una operación secreta antiterrorista en Gibraltar. La versión oficial fue que todo salió bien: años después se descubre que no fue exactamente así.
La novela comienza con una extraña operación que transcurre en la colonia inglesa de Gibraltar, hace unos años. Supuestamente, una operación contraterrotista, a la que se le llamó Fauna en nombre clave, cuya finalidad era detener y secuestrar a un peligroso terrorista musulmán.
El espía inglés encargado de llevarla a cabo no se entera mucho del asunto y cree que todo salió bien.
Años después, tirando del hilo, el citado espía y el que entonces era ayudante personal del ministro de asuntos exteriores, Toby Bell, van a descubrir que algo salió estrepitosamente mal.Impresiones
Al poco de recibir el libro, comenzaron a salir reseñas. En general, eran positivas pero avisaban de que la primera parte del libro –unas cien páginas, decían- eran complicadas, que no enganchaban. Así que, cuando le llegué el turno, me armé de paciencia. Tenía la ventaja de que sabía que al principio no me iba a enganchar pero pensaba que luego, como a los demás, sí. Y no me importaba esperar cien páginas si luego el resultado merecía la pena.
Y, efectivamente, las primeras páginas me resultaron duras. No sólo no me enganchaban; de hecho, me resultaba cuesta arriba leerlas. Y es que, además del ritmo tirando a lento, no me aclaraba de nada. Y no le cogía el truco al estilo, tan peculiar del autor.
Pero, como todos decían que luego cogía ritmo, enganchaba y terminabas la novela con una buena sensación, seguí adelante. Sin embargo, debo confesar que no ha sido así en mi caso. Ciertamente, al final coge un poco más de ritmo; pero poco, al menos para el ritmo que yo considero que debe tener una novela de espías que no deja de ser- o debería ser- un thriller, o una novela de aventuras. Es un libro cuya lectura me ha resultado muy lenta y que ha requerido esfuerzo y constancia por mi parte. Ya veis que no es largo –apenas 350 páginas- ; en condiciones normales, lo hubiera leído en cuatro o cinco días. Sin embargo, me costó casi dos semanas leerlo. Lo leía por compromiso, porque había que leerlo, pero no por ganas de hacerlo, por interés por descubrir qué había pasado…
¿Y por qué me ha pasado esto? Porque, la verdad sea dicha, no puedo decir que sea un mal libro. No es que esté mal escrito o que la historia carezca de interés. No es eso, para nada. Pero para cada lector hay un libro, cada libro tiene sus lectores e, incluso, cada libro tiene su momento. Y este libro y yo no hemos congeniado, no nos hemos entendido. Creo que gran parte de esa falta de conexión se debe a que no he llegado a pillarle el punto al estilo del autor. Además de ese ritmo lento, el autor, sobre todo al principio, da muchas cosas por supuesto. A veces, me daba la impresión como si hubiera hablado de ciertas cosas en otra novela anterior (que no es el caso) y en ésta las diera por supuesto, así que yo andaba completamente perdida, sin enterarme de la misa la mitad.
El libro tiene buenas cosas, no lo voy a negar. Me gusta esa parte en la que el autor nos muestra cómo actúan los gobiernos, muchas veces a espaldas de la realidad, cómo manipulan la realidad y al pueblo, y cómo nosotros no nos enteramos de gran cosa. El libro no deja de contener una crítica hacia el laborismo de Tony Blair y su política de exteriores.
También resulta interesante ver la lucha que tienen algunos personajes entre sus creencias y la forma en la que, según su trabajo o su situación social, se supone que deben actuar. ¿Qué elegir cuando lo que debes hacer y lo que crees que debes hacer son totalmente contradictorios? ¿Y si encima tu vida o la de tu familia puede correr peligro, viniendo el riesgo de quién debería ser tu garante?
La historia transcurre en dos tiempos. El pasado, situado unos cinco años atrás. En Londres, una persona es reclutada para realizar una misión secreta en Gibraltar. La realiza pero no se entera de gran cosa. Menos nos enteramos nosotros aún. En la actualidad, aquel asunto, que ya parecía que estaba cerrado y olvidado, vuelve a salir a la palestra. Uno de los que intervinieron en la operación tiene remordimientos por su resultado y llama la atención de otros que, si bien también intervinieron, no se enteraron de ello. Toby Bell, el entonces asistente personal del ministro de asuntos exteriores y Christopher Probyn, un diplomático retirado que estuvo en la operación, son los encargados de averiguar si tras la operación hubo algo oscuro.
La trama es buena, también su finalización y realmente están todos los elementos que suele haber en las novelas de este tipo, incluida la crítica política. Pero, ya os digo, a mí no me ha convencido. No me ha llegado el estilo del autor y su lectura se me ha hecho muy cuesta arriba. Al final, la historia remonta, lo reconozco, pero ya era muy tarde para mí.
Conclusión final
“Una verdad delicada” no es mala novela, pero no ha sido mi novela. No me ha convencido el estilo del autor; me ha resultado confuso y por momentos aburrido. Pero es mi opinión, contraria a la mayoritaria así que, antes de decidir si la leéis o no, investigad un poco…
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