“Perversidad” - Javier Sagsstiberri

El año pasado os hablé de “El asesino de reinas”, primera novela de Javier Sagastiberri y de la serie policíaca protagonizada por Itziar Elcoro y Arantza Errentería. Hoy os hablo de la segunda entrega y en breve os hablaré de la tercera, que ya aguarda su turno

Éstas son mis impresiones 

Javier Sagastiberri

El autor es licenciado en Ciencias Económicas por la Universidad del País Vasco y en Filología Hispánica por la UNED. Desde 1987 trabaja para la Hacienda Foral de Bizkaia. Ha actuado siempre en el ámbito de la Inspección, primeramente como Subinspector de Hacienda y desde hace diez años como Inspector de Finanzas.

Su experiencia laboral le ha ayudado en la redacción de su primera novela, El asesino de reinas, aunque por fortuna no ha tenido que presenciar ningún asesinato. Es importante destacar que la inspiración principal de la novela proviene de su amistad, casi incomprensible teniendo en cuenta su origen guipuzcoano, con la gran cantidad de aficionados del Athletic que pueblan las dependencias de la Hacienda Foral de Bizkaia.

Datos técnicos

Título: “Perversidad”

Autor: Javier Sagsstiberri

Editorial: Erein

Páginas :256

ISBN: 978-84-9109-226-1

PVP: 18 € en papel /10,50 en digital 

Argumento

Un cadáver salvajemente torturado aparece una mañana de primavera en la playa de Azkorri. No se trata de una víctima cualquiera, ya que viste el uniforme de los marines norteamericanos. Pero nada es lo que parece. La investigación del asesinato embarcará a Itziar Elcoro y a su compañera Arantza Rentería en un peligroso viaje que se inicia en Neguri y que termina de forma sorprendente en un siniestro chalet de Plentzia. Allí, los monstruos se arrancarán su máscara e Itziar Elcoro sufrirá una de las experiencias más perturbadoras de toda su carrera en la Ertzaintza.


Impresiones

En la playa vizcaína de Azkorri ha aparecido el cadáver salvajemente torturado y asesinado de un marine. Bueno, en realidad no es de un marine sino de Jacobo McAllister Olarizu, perteneciente a una de las familias más ricas de Vizcaya. Jacobo es muy conocido porque hace pocos años salió del armario de una forma espectacular. Desde entonces no se habla con su poderosa familia

Serán Itziar Elcoro y Arantza Errentería, ertzainas guipuzcoanas destinadas en Bilbao, las encargadas de llevar a cabo la investigación.

La novela negra española en general y la vasca en particular están viviendo un momento de gloria, qué duda cabe. Cada vez son más los autores que se decantan por este género -que a mí tanto me gusta- y que están demostrando que no son flor de un día. Son ya varias las series policíacas españolas y vascas que tengo empezadas y que disfruto un montón. Javier Sagastiberri ya va por su tercera novela y se ha hecho un hueco en este género. Con motivos.

“Perversidad” es una novela que me ha sorprendido, por varios motivos. La trama policial al principio parece bastante sencilla; por lo que, cuando se complicó y me llevó por unos derroteros que no  esperaba, me sorprendió mucho. Punto para Javier.

También me sorprendió una especie de inciso que hay a mitad de la novela. En plena investigación del asesinato de Jacobo, otro hombre muere y la investigación será llevada por el mismo equipo policial. Pero, por más que una tiene una imaginación tremenda, era incapaz de imaginar una manera de que esa investigación pudiese confluir con la principal pues no tenían nada en común. En este segundo caso, un baserritarra muere de un hachazo en la nuca. Javier aprovecha para hablarnos de la troncalidad, una institución que no se puede encontrar en más lugares que en ciertas zonas del País Vasco (no en todo él). Yo ya la conocía pues, aunque aquí no he tenido ocasión de aplicarla nunca, lo estudié en la carrera y, más adelante, en un curso de Derecho Foral Vasco que organizaba la Universidad de Deusto. Y, la verdad sea dicha, me ha gustado verla en la novela en vivo y en directo; porque una cosa es estudiar la teoría y otra ver las consecuencias que tiene en la práctica. Este caso podría considerarse una especie de relato corto; realmente, no daba para una novela entera, supongo que ese es el motivo por el que el autor lo ha incluido aquí (aunque en una antología de relatos de novela negra hubiera hecho también un buen papel), pero es una opción arriesgada porque corta un poco el ritmo de la trama principal. Cuando estamos en plena investigación del caso Jacobo, las ertzainas tienen que centrarse en un caso distinto y esto puede hacer que el lector se despiste un poco. Por eso, no estoy segura de que este inciso convenza a cualquier lector teniendo en cuenta que está situado más o menos en la mitad de la novela, pero a mí sí que me ha gustado.

A lo largo de la novela, también me resultaba sorprendente el título, “Perversidad”. Sabía, además, por la presentación de esta novela y de la tercera que el título no estaba escogido al azar y que, realmente, hablaba de crímenes perversos. Pero, de primeras, no veía yo tanta perversión. Una ha leído mucha novela negra y algunos crímenes realmente abyectos (soy fan de Thilliez, Lemaitre…), el asesinato de Jacobo, aún siendo cruento por la tortura a la que fue sometido, no me parecía especialmente espeluznante teniendo en cuenta otros asesinatos literarios que he tenido ocasión de leer. Pero, una vez terminado el libro y, sobre todo, el último capítulo no tengo dudas en afirmar que en algunos personajes hay realmente una perversión atroz. El último capítulo me ha revuelto un poco las tripas, la verdad.

En la novela podemos encontrar rasgos de la anterior “El asesino de reinas”, por lo que puedo afirmar que Javier Sagastiberri ha encontrado un estilo propio. Por ejemplo, hay alguna referencia al fútbol que fue núcleo central de la primera novela. A este respecto, un personaje secundario muy interesante es La Marty. Una vez más, el autor se fija en la sociedad bilbaína más rica, los de la margen derecha, los neguríticos. Ya dijo en la presentación del tercer libro que él conoce bien la riqueza bilbaína (aunque, desgraciadamente para él, supongo, desde fuera pues es inspector de Hacienda). Aquí, de nuevo, nos vuelve a hablar de una familia rica: los Olarizu, a la que pertenece un personaje que ya salió en la primera entrega y que vuelve a aparecer en ésta. También nos habla de la vinculación de algunas de esas familias con el Opus, de los paraísos fiscales (que no tienen por qué ser paraísos físicos, sino que pueden estar en la misma City londinense), de las sociedades y más sociedades hechas para evadir impuestos, etc… Se nota que conoce muy bien ese tema y a mí, la verdad, me ha gustado mucho esa parte.

Las dos protagonistas principales siguen siendo Itziar y Arantza. Ya dije en la primera entrega que no se hablaba apenas de su vida privada por lo que, en principio, esta serie podría leerse en desorden. Me reafirmo en ello: puede leerse “Perversidad” sin haber leído “El asesino de reinas” (aunque siempre sea recomendable leer las series en orden). Sigue el autor sin dar demasiados datos personales de las ertzainas aunque en esta entrega nos hace surgir la duda sobre el pasado de Arantza. Espero que en la tercera o cuarta entrega lleguemos a conocerla mejor porque tiene que tener una historia interesante detrás.

Una de las cosas buenas de las series es que, a medida que avanzas en ellas, vas haciéndote con los personajes y cogiéndoles cariño. Es lo que me ha pasado: me han gustado más Itziar y Arantza en esta ocasión que en la primera. El autor potencia las “salidas” de Arantza dándole un toque de humor que me ha gustado. Hay momentos protagonizados por ella que son realmente graciosos como cuando intenta enterarse de qué es la troncalidad. En la reseña del libro anterior decía que ambas policías me habían parecido un poco exageradas; en esta las veo más asentadas, más en su papel; y a mí me han gustado más.

Como en la anterior novela, Javier hace gala de un estilo directo y sencillo. Utiliza un lenguaje cotidiano, con un toque de humor muy del norte, que he reconocido fácilmente. Javier ha crecido como autor; “Perversidad” me ha parecido mejor novela que “El asesino de reinas” y me ha gustado más.

El caso policial está bien llevado; la trama tiene ritmo, tensión e intriga y el final depara algunas sorpresas. Quizás hay cosas que suceden demasiado rápido y fuera de desear mayor profundidad en algunas cuestiones puesto que hay momentos en los que parece que las protagonistas se mueven por impulso o por intuición pero no dejan de ser “peros” puntuales y pequeñitos porque, en líneas generales, la novela está muy bien. Se lee rápidamente por la facilidad de lectura y por lo corta que es (250 páginas) y deja buen sabor de boca.


Conclusión final

Con “Perversidad” conoceremos las mayores bajezas que puede cometer el ser humano en una trama policíaca bien llevada y con unas protagonistas cuyas andanzas seguiré.

 1/2

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