“A la luz del vino” - Carlos Ollo Razquin

El año pasado, más o menos por estas fechas, leí la primera novela de Carlos Ollo; primera, a su vez, de una serie policíaca. Se trataba de “¿Quién con fuego?”. Hoy os traigo la reseña de la segunda entrega de la serie, “A la luz del vino”

Éstas son mis impresiones


Carlos Ollo Razquin

Licenciado en pedagogía por la Universidad de Navarra y en Neurorrehabilitación por el Instituto Petö de Budapest. Fruto de los años que vivió en la capital de Hungría, publicó El cuaderno húngaro (Meettok, 2014), en el que narra la vida cotidiana en la Europa del Este tras el telón de acero.

Ha trabajado con niños con parálisis cerebral, como lector y traductor y actualmente es profesor de Educación Secundaria en un colegio de Pamplona. 

Datos técnicos

Título “A la luz del vino”

Autor: Carlos Ollo Razquin

Editorial: Erein

Páginas: 256

Precio: 18,00 euros en papel / 10,50 en digital

ISBN: 978-84-9109-273-5


Argumento

La enología está de moda, hay una eclosión en todo lo que le rodea: la reivindicación de la identidad vinícola (suelo, clima, planta de la vid), la renovación y fundación de nuevas bodegas, la ampliación de mercados, pero, sobre todo, la importancia adquirida por los enólogos, el factor humano.

El accidente mortal del enólogo del Señorío de Otazu lleva al inspector Villatuerta y al subinspector Javier Erro hasta Etxauri. Mientras, la agente Nerea se verá envuelta en una complicada investigación sobre narcotráfico. Los caminos de los Villatuerta y Javier Erro vuelven a juntarse con el trasfondo del mundo del vino, en que quizá no sea oro todo lo que reluce. Los tres policías tendrán que dejar de lado, una vez más sus diferencias personales para resolver ambos casos. 

Impresiones

En la bodega Señorío de Otazu (en Navarra) el enólogo ha muerto. Aparentemente, se trata de una muerte accidental pero el inspector Villatuerta y el subinspector Erro se dirigen allí para investigar. Por otro lado, la agente Nerea está investigando en Burlada un asunto de narcotráfico. Al final, ambas investigaciones acabarán confluyendo de la manera más insospechada.

Todo comienza con la muerte del enólogo del señorío, un tal Tomás Aguerri. La uva estaba fermentando y, durante ese proceso, la bodega ha de ventilarse; todos saben que no han de cerrarse las puertas porque la concentración de CO2 es mortal. Tomás Aguerri, obviamente, lo sabía. Pero las puertas de la bodega han aparecido cerradas y Tomás muerto. ¿Alguien las cerró sin darse cuenta? ¿Fue un error del propio Tomás? ¿O alguien quería matarlo? 

Una vez más, Carlos Ollo nos lleva a Navarra; en este caso a la localidad de Etxari y al señorío de Otazu, una bodega que realmente existe (y se puede visitar) aunque en ella no ha ocurrido -ni esperemos que ocurra nunca jejeje- un asesinato. Dado el lugar donde tienen lugar los hechos, el autor aprovecha para darnos unas nociones del mundo de la enología que tanta presencia tiene en Navarra y que interesarán especialmente a los aficionados al vino

Ésta es una de las tramas de la novela, la que podríamos denominar principal y cuya investigación corresponde a Faus y Javier Erro.

La otra es la del narcotráfico. Se desarrolla en Burlada, dentro de una operación en la que Nerea y sus compañeros intentan encontrar pruebas frente a unos narcos que llevan tiempo vigilando. Cuando, en un seguimiento, éstos se dirigen al señorío de Otazu, Nerea se da cuenta de que ambas investigaciones pueden estar relacionadas; aunque no es capaz de imaginar cómo.

Tal y como dijo Carlos Ollo en la presentación de éste y del anterior libro, en la novela tienen mucha importancia los personajes. Además de las dos tramas, se desarrolla toda una trama personal en la que aparecen implicados Faus, Javier y Nerea. Faus es el padre de Nerea y Javier un ex. Trabajando todos juntos, os podéis imaginar que a veces las relaciones pueden ser complicadas. En este caso, además, conoceremos a Irina, la pareja de Faus. Una mujer que prácticamente ha críado a Nerea y a la que ésta adora pero que está pasando una especie de crisis conyugal con su pareja.

Es ésta la segunda entrega de esta serie policíaca. Los casos son totalmente independientes por lo que, en teoría, podría leerse esta novela sin leer la anterior pero lo cierto es que, como acabo de decir, la parte personal es importante así que lo mejor es leer la serie en orden

Al igual que la anterior novela, ésta sigue una estructura de novela negra clásica aunque aderezada con algunos elementos modernos (como la importancia de la trama personal).

Es una novela muy corta y con mucho diálogo lo que hace que se lea en dos ratos. Tiene un ritmo medio que, como casi siempre en este género, se acelera hacia el final. Además, prima el diálogo sobre la narración lo que le dota de mayor agilidad. Algunas cosas son previsibles pero también hay otras que sorprenden.

Es un narrador omnisciente quien, desde fuera y enfocando en los diferentes investigadores, nos cuenta los entresijos de la historia. Con un lenguaje sencillo y coloquial, la lectura no ofrece la menor dificultad.


Conclusión final

“A la luz del vino” es una novela entretenida, muy apropiada para estos meses veraniegos. Una novela en la que profundizaremos en los personajes que conocimos en “¿Quién con fuego?” y gracias a la cual conoceremos un poco más el mundo de la enología.

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