"Los crímenes del abecedario" - Estaban Navarro

Hace poco más de un mes me estrené, por fin, con un autor al que hacía tiempo que le tenía ganas. Tanto verle y ver sus obras por facebook y twiter hacían que para mí fuese casi un viejo conocido. Mi primera incursión en su obra fue con “Los fresones rojos”, que ya sabéis que me gustó mucho; por lo que no tardé en hacerme con su obra más recientemente publicada en papel, la que hoy os comento. Se trata de “Los crímenes del abecedario” y en esta ocasión ha sido publicada en edición de gran tamaño.

Os adelanto que también me ha gustado mucho por lo que no habrá dos sin tres

Éstas son mis impresiones

Esteban Navarro

Esteban Navarro Soriano nace en Moratalla (Murcia) en el año 1965. 
En la actualidad vive en Huesca, lugar al que se siente muy vinculado. 
Ha sido el organizador de dos primeras ediciones del concurso literario Policía y Cultura a nivel nacional y ha escrito numerosos artículos de prensa.

En su currículum se encuentran numerosos premios literarios de relato corto. También ha recibido el I Premio de novela corta Katharsis por la novela 'El Reactor de Bering' y el I Premio del Certamen de Novela San Bartolomé - José Saramago, con la obra 'El buen padre'.

Su novela 'La casa de enfrente' se situó en los primeros puestos de las listas de más vendidos de Amazon desde su publicación.

Ha escrito:

.- Los crímenes del abecedario, 
.- La noche de los peones, 
.- La casa de enfrente, 
.- Los fresones rojos.
.- El buen padre
.- Diez días de julio
.- Los ojos del escritor

Podéis saber más cosas de él y su obra en su página web: http://www.estebannavarro.es/

Datos técnicos

Título: “Los crímenes del abecedario”
Autor: Esteba Navarro
Editorial: Ediciones B
Edición: rústica con solapas
Páginas: 368
ISBN: 978-84-666-5564-4
Año: octubre de 2014
Precio:19 €

Argumento

Una extraña serie de crímenes tiene en jaque a la policía. El asesino parece inspirarse en la novela Justine, del Marqués de Sade, para acabar con la vida de sus víctimas: siempre parejas de chicas cuyos nombres empiezan por la misma letra.

El revuelo mediático es cada vez mayor y la investigación parece haber llegado a un callejón sin salida, al menos hasta que la inspectora Arancha Arenzana y la joven y ambiciosa agente Diana Dávila toman las riendas del caso. Ambas deberán atrapar al culpable antes de que siga matando aunque para ello tengan que arriesgar sus propias vidas.

El novelista y policía Esteban Navarro nos atrapa en esta historia adictiva y llena de giros insospechados que muestra al lector cómo las redes sociales pueden ser una herramienta clave a la hora de atrapar a un criminal. Los crímenes del abecedario supone la definitiva consagración del autor como uno de los grandes nombres de la novela negra actual.

Impresiones

Esteban Navarro es uno más de esos escritores que podríamos llamar de la generación Kindle. Autores que empezaron autopublicando en Amazon sus novelas, hartos de que las editoriales convencionales no creyeran en sus trabajos y que, tras recibir múltiples lecturas y buenas críticas de los lectores, han sido “captados” por esas mismas editoriales. Tengo que felicitar –de nuevo- a Esteban, que ya ha visto publicadas en papel buena parte de sus novelas y a Ediciones B por dar una oportunidad a estos autores.

“Los crímenes del abecedario” es una novela policíaca. Esteban Navarro es policía. Así que, dos más dos: Esteban sabe de lo que habla, conoce el trabajo policial desde dentro por lo que no ha tenido que documentarse para escribir una novela policíaca creíble. La trama urdida es creible, como creíbles son los personajes. Interesante cómo trata el tema policial y, más interesante aún, las relaciones entre los policías y las demás personas que desarrollan su trabajo en el ámbito del delictivo (más concretamente, los pertenecientes al mundo judicial –jueces, secretarios y forenses). Aunque la mayor parte de la acción se sitúa en Huesca y su comisaría, algunos de los crímenes han tenido lugar en otros lugares por lo que algunos de los policías que investigan el crimen de Huesca tendrán que trasladarse a Barcelona, Teruel…, teniendo que relacionarse con otras policías: guardia civil y mossos de squadra. Es lo que tiene vivir en un estado con un montón de cuerpos policiales. En la anterior novela que leí – Los fresones rojos- este tema ya se tocaba y fue uno de los que más me interesó por lo ilustrativo; en esta ocasión se toca un poco más de refilón pero sigue siendo igualmente interesante. Y es que cuando el criminal actúa en una Comunidad Autónoma, vive allí y se queda allí tras cometer el crimen, no hay mayor problema. Pero cuando actúa en lugares pertenecientes a diferentes Comunidades, con policías distintas, cada una con sus competencias, los diversos cuerpos policiales tienen que relacionarse y eso no es tarea fácil pues es posible que surjan roces sobre lo que corresponde a cada cuál. En fin, que es un tema que me interesa, ya lo veis claramente.

En “Los fresones rojos” conocí a Moisés Guzmán. En esta ocasión conoceré a otro de los sabuesos de Esteban Navarro; o sabuesa más bien: Diana Dávila. Parece ser que ésta es la segunda novela en la que aparece esta policía jovencita y aún un poco novata. Apareció por primera vez en “La noche de las peones”. Por lo que he leído, en ella era una policía que acababa de aprobar las oposiciones y estaba haciendo prácticas, como policía de calle, en la comisaría de Huesca. En esta ocasión, ya no es la novata que era pero aún tiene muchas cosas que aprender. Además, pide y consigue el traslado a la Brigada de Delitos Informáticos y tendrá que aprender cómo se hacen las cosas allí. Aunque ella no sabe nada del tema, sus características físicas y su edad van que ni pintadas para el caso que la Brigada está investigando y por eso, básicamente, la elige la inspectora Arancha Arenzana, quien será su superiora.

Un asesino en serie está matando a chicas muy jóvenes. Siempre dos a la vez. Para unos años y vuelve a matar a otras dos chicas. Siempre en ciudades diferentes. Los apellidos de las chicas empiezan por la misma letra y parece que el criminal se está inspirando en el libro Justine, del marqués de Sade. El asesino contacta con las chicas a las que posteriormente asesinará a través de las redes y la inspectora Arancha decide ponerle una trampa y hacerse pasar, ella y Diana, por unas jovencitas que intentarás conectar con él a través de Twitter.

La investigación es complicada, siempre lo es cuando se trata de asesinos en serie. Y más cuando éste parece estar dotado de una inteligencia superior e ir siempre un paso por delante de la policía. La trama está bien planteada y muy bien llevada. Engancha desde el principio y te mantiene así hasta el final

Ésta es, como os he dicho un poco más arriba, la segunda novela de una serie policíaca. No obstante, pienso que se puede leer de forma independiente, sin haber leído la anterior. Yo no la he leído y no lo he echado en falta. Obviamente, mejor si se sigue el orden porque así podremos conocer a los personajes desde el principio e ir viendo su evolución. Pero no hay una trama personal que haga imprescindible seguir un orden. Básicamente, lo único que pasó en la novela anterior es que Diana empezó a patrullar las calles y que conoció a un inspector veterano que le enseñará mucho y que tendrá un papel en esta segunda novela. Pero, de verdad, al ser los casos totalmente independientes, cambiar la unidad en la que trabaja Diana y los personajes principales (salvo Diana), no hay esa sensación que a veces se tiene en una serie cuando se empieza por en medio o el final, de haberte perdido algo…

Aunque la protagonista principal es Diana Dávila, comparte buena parte de este protagonismo con su jefe inmediatamente superior, la inspectora Arancha. No sé si será siempre así o ha coincidido en esta ocasión al tener las dos que actúar de una determinada forma para intentar cazar al asesino. Además de ellas, casi protagonista de la misma manera es el inspector Vázquez; un policía muy experimentado que, personalmente, me ha parecido el mejor investigador de todos. No es que los personajes estén excesivamente desarrollados –normalmente no lo están en este tipo de novelas- pero sí lo suficiente para dotarles de entidad y personalidad propia y hacerlos parecer creíbles. Aunque también es cierto que algunos me han parecido más creíbles que otros. El que más, Vázquez. Con las chicas he tenido mis más y mis menos, sobre todo con la inspectora Arancha. No dudo que haya inspectoras que se comporten como ella pero, no sé, había cosas que me chirriaban. Puede ser también que las mujeres se comporten de otra forma en un mundo predominantemente masculino como el de la policía, o puede ser la forma en la que el autor –hombre- ve la forma de comportarse de una mujer policía… O puedo ser yo, que veo las cosas de otra forma. Pero hay algunas cosas, la forma de hablar, la forma de comportarse…, que no me han parecido excesivamente femeninas. Al menos yo no me comportaría así. Claro que hay mujeres de todo tipo y que, según donde estemos, para que no nos pisen, adoptamos comportamientos que no nos son los más naturales… No sé…. El autor dibuja un mundo, el policial, bastante machista, en el que se da mucha importancia al físico de la mujer, al sexo. Aunque suelen decir que los hombres piensan en el sexo cada pocos minutos, no? Entonces quizás sea normal que lo primero que ven de Diana o de Arancha sean sus atributos femeninos. Me parece que me estoy liando, jajaja.

Formalmente, el libro se divide en 55 capítulos de corta duración. El estilo es ágil, con bastante ritmo e interés creciente. El autor conoce la fórmula para mantener al lector pegado a las páginas. El lenguaje utilizado es sencillo, adaptado a los personajes y las situaciones. No escatima lenguaje coloquial cuando hace falta, incluso alguna palabra malsonante; no es que me guste encontrar este tipo de lenguaje en mis lecturas, lo reconozco, pero también que es la manera de hablar en determinados ambientes o situaciones. La novela resulta de muy sencilla lectura; el típico libro que se lee sin esfuerzo, sin darte apenas cuenta.

Conclusión final

“Los crímenes del abecedario ha resultado ser una buena novela policíaca, muy entretenida y fácil de leer, que ha volado en mis manos. Una novela que se adentra en la forma de trabajar de la policía y lo hace desde dentro, desde el punto de vista de quien lo hace en su día a día y, por lo tanto, se sabe al dedillo los procedimientos .En este caso nuestro equipo investigador está a la caza de un asesino en serie, inteligente y despiadado por lo que tendrán que exprimirse las neuronas si quieren adelantarse a sus actos y llegar a detenerlo

Me ha gustado mucho

Podéis comprarla en Popular libros