"La estrategia del agua"

Me gusta mucho la curiosa pareja de investigadores que creó, hace ya 14 años Lorenzo Silva: Bevilacqua y Chamorro, dos guardias civiles que se van a encargar de resolver los casos más difíciles. Los descubrí el mismo año de la publicación de la primera novela de la serie, “El lejano país de los estanques” (1998) y ya no les perdí la pista. He ido leyendo todas sus aventuras a medida que se iban publicando y sólo tenía pendiente la que hoy os comento que, sin embargo, llevaba dos años en casa. Pero mi errático método de lectura desde que no soy yo sino mi blog quien decide qué libro me toca leer, hizo que, a pesar de las ganas que le tenía, se quedara dos años en la estantería cogiendo polvo. Hasta que se alinearon los astros, llegó el mes temático de la novela negra, me puse como propósito leer la última aventura de la parejita (la que ganó el premio Planeta) y me dije: “para una serie que, excepcionalmente, estás leyendo en orden, no lo vamos a fastidiar por un solo titulo”. Dicho y hecho: me impuse al blog, dije que esta vez elegía yo y no él y el lunes después de comer empecé a leer “La estrategia del agua”. La terminé el miércoles a la noche así que ya os podéis imaginar lo que me ha enganchado. Dado el tiempo que hace que he leído las demás entregas de la serie, no las tengo frescas en mi memoria como para comparar en condiciones, pero me da que esta entrega es una de las mejores.

Lorenzo Silva

Lorenzo Silva (Madrid, 1966) ha escrito, entre otras, las novelas La flaqueza del bolchevique (finalista del Premio Nadal 1997), Noviembre sin violetas, La sustancia interior, El urinario, El ángel oculto, El nombre de los nuestros, Carta blanca(Premio Primavera 2004), Niños feroces y la Trilogía de Getafe, compuesta por Algún día, cuando pueda llevarte a Varsovia, El cazador del desierto y La lluvia de París.

Es autor del libro de relatos El déspota adolescente y del libro de viajes Del Rif al Yebala. Viaje al sueño y la pesadilla de Marruecos.

En 2006 publicó junto a Luis Miguel Francisco Y al final, la guerra, un libro-reportaje sobre la intervención de las tropas españolas en Irak, en 2008 un ensayo sobre El Derecho en la obra de Kafka y en 2010 Sereno en el peligro. La aventura histórica de la Guardia Civil (Premio Algaba de Ensayo).

Además, es autor de la serie policíaca protagonizada por los investigadores Bevilacqua y Chamorro, iniciada con El lejano país de los estanques (Premio Ojo Crítico 1998) y a la que siguieron El alquimista impaciente (Premio Nadal 2000), La niebla y la doncella, Nadie vale más que otro (libro de relatos), La reina sin espejo, La estrategia del agua y La marca del meridiano

Como curiosidad, tal y como nos cuenta el propio autor en su página web http://www.bevilacquaychamorro.com la primera aventura de la parejita de la Guardia Civil fue escrita en tan solo 34 días! Tiempo más que aprovechado pues me atrevo a asegurar que le cambió la vida. Recibió el mismo año que la escribió el premio Ojo Crítico. Pero no es la única novela que se ha visto premiada: “El alquimista impaciente” fue galardonada con el premio Nadal en el año 2000 y La marca del meridiano es el más reciente Premio Planeta

Datos técnicos

Título: “La estrategia del agua”
Autor: Lorenzo Silva
Fecha de publicación: 04/03/2010
384 páginas
ISBN: 978-84-233-4225-9
Editorial: Destino, Colección: Áncora & Delfin
Presentación: Rústica con solapas
Precio: 18,50 euros la edición de gran tamaño, 8,95 euros la de bolsillo y 5,99 el ebook

Argumento

Bevilacqua empieza la jornada cabreado: la justicia ha puesto en libertad a un asesino al que había conseguido imputar y extraditar, tras largos años de investigación. Su enfado aumenta cuando le endilgan un asesinato que parece ser el típico que va a ir a engrosar las listas de asesinatos no resueltos: un hombre acaba de ser asesinado de dos tiros en la nuca en el ascensor de su casa. Parece el trabajo de un sicario. Pero la víctima no es nadie: una persona normal y corriente que sólo tiene en su historial una detención por tráfico de drogas, de la que resultó absuelto, y una condena por amenazas a su exmujer; poca cosa para un asesino profesional. Sin embargo, enseguida aparece otra línea de actuación y Vila y Chamorro, ayudados por Juan Arnau, que está aprendiendo con ellos, harán todo lo posible por averiguar la verdad y detener al o a los culpables.

Impresiones

Como he dicho al principio, sigo desde el principio las andanzas de estos dos guardias civiles y creo que cada vez me gustan más. En esta ocasión no me han decepcionado; ni mucho menos, yo diría, incluso, que me han gustado más que nunca. No sé si es que porque ha pasado mucho tiempo desde que leí su última aventura o qué, pero he disfrutado de esta novela como una enana. La pena es que más que leerla la he devorado y no ha durado ni tres días en mis manos. Lo bueno es que tengo La marca del meridiano esperándome…

Así como en otras ocasiones nuestros amigos se desplazaban a alguna localidad del país a intentar esclarecer un crimen, en esta ocasión permanecen en su centro de trabajo, en Madrid. Eso nos permitirá, aunque de refilón, conocer algo del barrio en el que Vila vivió de pequeño.

El caso a investigar me ha resultado muy interesante pero no tanto por la intriga de averiguar quién era el asesino –que ya me lo olí casi desde el principio y esta vez sí, acerté- sino por asistir como espectadora de primera mano a una investigación policial llevada al detalle, con todo mimo. Ciertamente, al principio se les ofrecen a nuestros guardias civiles dos líneas posibles de investigación: el asesinato ha sido realizado por un profesional, o bien por líos de drogas en los que se supone que la víctima andaba metida, o bien por orden de su exmujer. Pero pronto me decanté por una de las posibilidades; eso no le quitó ningún interés a la historia porque, como digo, el asistir de primera mano a la investigación policial, el ver cómo iban tirando del hilo, asegurando sus sospechas y, sobre todo, encontrando pruebas para empapelar a los culpables, me ha resultado tanto o más interesante.

No sé mucho –más bien nada- de investigación policial pero da la impresión de que el autor sí que conoce sus entresijos y ha sabido trasladarla hábilmente al papel. De lo que sí sé un poco es del trabajo en un juzgado –uno de los temas que toca la novela- y he de deciros que transmite a la perfección cómo es: cómo es el trabajo del juez de instrucción, el levantamiento de un cadáver, la imputación de delitos… Me encantan los thrillers jurídicos –masoca que es una- pero a veces me llevo cabreos al ver que el autor no se ha documentado en lo más mínimo y comete errores de bulto (como, por ejemplo, considerar que el Secretario Judicial es, prácticamente, el que lleva el café al juez –lo he visto en una novela-) cuando no tendría que ser muy complicado documentarse mínimamente con alguien que sepa del tema. No es el caso, como digo, y, encima, me ha encantado la visión de Vila de la labor judicial. Como he dicho en el argumento, Vila empieza la novela muy desencantado con la justicia pues ha dejado en libertad a un criminal al que él llevaba persiguiendo desde hacía más de una década y lo ha hecho echando mano de un subterfugio legal. Su idea de los jueces en ese momento no es nada halagüeña y, claro, al conocer a la jueza de instrucción a la que le ha tocado su asesinato, no comienza con buen pie, mostrándose bastante borde. A lo largo de la novela va a cambiar radicalmente de opinión pues, si bien mantendrá que algunos jueces se dejan llevar al poner sus sentencias por consideraciones que poco tienen que ver con la justicia, también acaba reconociendo que hay otros que empuñan la espada de la justicia y van a por el culpable, sea quien sea, y pese a quien le pes. Como la jueza del caso, una mujer de armas tomar, que no se arredra ante nada y que toma decisiones de forma expeditiva porque, como ella misma dice, no le dieron poder de decisión para no ejercerlo.

El tema judicial, como digo, me ha resultado fascinante. Igualmente interesante me ha parecido otro de los temas que subyacen en la novela, un tema de muy actualidad: las denuncias falsas por violencia de género como vía rápida para conseguir quedarse con el domicilio familiar y las peleas por la custodia de los hijos. El maltrato a las mujeres es una de las lacras de nuestra sociedad, qué duda cabe. La ley ha previsto unos mecanismos de protección que, buenos o malos (en mi opinión no acaban de proteger y a los hechos me remito…), son muchas veces utilizados con fines espúreos. Imaginaos el caso: matrimonio que se pelea continuamente, mujer con no demasiados escrúpulos y ningún amor por su pareja, insultos quizás pero no golpes ni maltrato. Tener una sentencia de divorcio, si no es de mutuo acuerdo, lleva unos meses y nunca se sabe cómo va a salir, así que se me ocurre algo: denuncio a mi pareja diciéndole que me ha pegado y pido una orden de alejamiento. Si me la dan, la consecuencia inmediata es que él tendrá que salir del domicilio familiar y buscarse la vida como buenamente pueda; yo me quedaré con los hijos, la casa y el “hay pobrecita”. No digo que siempre se utilicen estas órdenes para estas cosas –por supuesto, no es así- pero muchas veces, desgraciadamente, sí. Y no es lo más difícil del mundo engañar al juez, al fiscal y al psicólogo que me hará un perfil, ni mucho menos. Por otro lado, los hijos son pieza de artillería en las separaciones: con ellos intentamos hacer daño a la otra parte: o bien no dejándoselos ver todo lo que él o ella quisiera, o bien poniéndolos en su contra o bien simplemente queriendo su custodia para quedarse con el piso (hijos + piso es un binomio ineludible). Sé que todo esto suena fatal pero, creedme, hay muchos casos así: en los divorcios salen a relucir todos los trapos sucios y yo he llegado a ver discutir a los letrados por una mantelería. ¡En fin! Este es un tema que se plantea también en la novela y en una forma muy similar a la que yo os he expuesto; me ha resultado de lo más interesante.

Personajes

Por si no habéis leído ninguna de las novelas de la serie, permitidme presentaros a los protagonistas:

.- Rubén Bevilaqua: ha sido ascendido y es ya brigada. Su raro apellido hace que se le conozca como Vila. Está en la cuarentena, divorciado, con un hijo adolescente con el que se lleva bastante bien. Forma parte de la Unidad Central Operativa, un grupo especial que ayuda a los demás grupos o cuerpos allá donde lo necesitan, por lo que suele trasladarse a lo largo y ancho de la geografía española.
Es un hombre culto, con una carrera universitaria (psicología), que lee libros y se plantea mucho todo lo que ve. Es escéptico, sincero, no se casa con nadie, amigo de sus amigos, buen jefe, socarrón…, nada que ver con el prototipo que todos tenemos en la cabeza de un guardia civil (supongo que esta imagen nos viene de las películas)

En esta entrega me ha parecido más socarrón que nunca, está sembrado, sobrado y sus reflexiones son como para subrayarlas en fosforito

.- Virginia Chamorro: ha sido ascendida a sargento. Lleva más de diez años formando pareja (profesional, que no personal) con Vebilacqua. Seria, serena, formal, es el complemento perfecto de aquél. Sabe llevarle perfectamente y él la admira y respeta profundamente.

.- Juan Arnau: recién llegado, es el pipiolo de la oficina. Está con Vila y Chamorro para aprender y Vila se mete mucho con él. En plan bueno, no creáis, que su intención siempre es ayudarle a que aprenda y piense por sí mismo, pero hay que conocer a Vila porque si no parecería cualquier otra cosa. En concreto, no para de meterse con su nombre, llamándole por diferentes versiones del mismo, en cualquier idioma conocido. Pero el chaval vale y poco a poco lo va a ir demostrando.

En cuanto al estilo, Lorenzo Silva escribe muy bien. Utiliza un lenguaje sencillo, claro, directo, sin circunloquios ni palabras innecesarias. Hay mucho diálogo lo que hace que la narración sea muy fluida, resultando un libro muy fácil y rápido de leer. La investigación se realiza al modo tradicional, poco a poco, interrogando a mucha gente, visitando el lugar del crimen, pensando mucho… y utilizando los métodos más modernos que el avance tecnológico ha proporcionado. La historia está narrada en primera persona por Bevilacqua, lo que lo convierte en absoluto protagonista.

Como he dicho, Bevilacqua está sembrado y suelta unas perlas que son dignas de recordar. Para muestra un botón:

“Las tertulias de la tele me parecen estupendas. No sé lo que cobran los tertulianos, pero todo lo que les paguen me parece poco. Porque ellos solos cubren, en una labor casi heroica, la cuota de sandeces de toda la población. Les someten cualquier cuestión, y todas las abordan con esa mezcla fascinante de ignorancia, demagogia e irresponsabilidad que los convierte en una encarnación perfecta de la estupidez colectiva. Verlos durante media hora es una especie de anestesia. A mí me deja con un encefalograma casi plano, en el colmo de la placidez. Ninguna benzodiacepina es la mitad de potente que sus majaraderías”

O este párrafo en el que compara a un narcotraficante con un banquero: “Son dos seres cuya vida y cuya conducta se explican en torno a una única pulsión: la codicia. Para impedir que el flujo de pasta se detenga, , cuando hay algún riesgo el banquero ejecuta hipotecas, o soborna al político financiándole la campaña o cualquier otro de sus caprichos. El narco, si puede, una también a políticos, a polis o a lo que se le ponga a tiro; pero como no puede ejecutar ninguna hipoteca, rompe piernas, pincha barrigas o destapa sesos. No hay, ni en la violencia legal del banquero, ni en la ilegal del mafioso, nada de los nobles y naturales impulsos que mueven a un animal a meterle una dentellada o una cornada a otro. Es sólo el puto dinero, y la red de pasiones miserables que se tejen alrededor de él. Desentrañar una muerte en este contexto es algo tan fascinante cy tan emocionante como hacer una auditoría de las cuentas de una sucursal”

Conclusión final

¿A alguien le queda alguna duda de que me ha encantado este libro? Si no lo habéis leído, lo recomiendo sin reservas. Como recomiendo los otros títulos de la serie. Aunque siempre es interesante leer las series en orden, tampoco pasa nada por no hacerlo asi en este caso pues las investigaciones son independientes y, aunque los personajes son los mismos, se dan en cada novela algunos datos personales para los que no los conozcan, así que no es problema empezar por las últimas entregas.

Y vosotros, ¿habéis leído alguna de las historias de esta parejita?

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