"El sanador" - Antti Tuomainen

Vuelvo a la carga con una novela negra, aprovechando el mes temático. Aunque en esta ocasión, como luego comprobaréis, es una novela negra un tanto especial 

Anti Tuomainen

Escritor finlandés, Antti Tuomainen es conocido también por su labor como periodistafreelance, así como por su trabajo como publicista, donde trabajó para una de las más prestigiosas agencias de su país.

En lo literario, Tuomainen ha publicado varias novelas de género negro y criminal, en las que incluye elementos de grandes desastres y cambio climático.

El Sanador (2010) es su primera novela publicada en castellano y recibió en Finlandia el premio a Mejor Novela Criminal del Año.

 
Datos técnicos

Título: “El sanador”

Autor: Anti Tuomainen

Editorial: Random House Mondadori, colección Roja & Negra

Fecha de publicación: 8 de noviembre de 2012

Formato: tapa blanda con solapas

Precio:

15,90 euros

Páginas: 211


ISBN: 9788439726067



Argumento

Dos días antes de Navidad, Johanna desparece. Su marido, Tapani Lehtinen, no sabe qué hacer. Ella es periodista y estaba investigando los crímenes de alguien conocido como “el sanador”, un criminal que se dedica a asesinar familias enteras de empresarios a los que culpa de la situación en la que se encuentra el mundo. Y es que estamos en un futuro no muy lejano en el que las consecuencias del cambio climático se hacen notar: las lluvias son constantes, algunos países ya son inhabitables, las epidemias campan por doquier…. La gente ha ido trasladándose al norte, donde aún se puede más o menos sobrevivir.

La policía no puede hacer nada para detener al culpable y de los demás crímenes mejor ni hablar; investigar la desaparición de Johanna es una utopía así que será el propio Tapani el que, tirando de información proporcionada por la policía y el director del periódico en el que su mujer trabaja, así como del contenido del ordenador portátil de su mujer, el que va a intentar encontrarla y, al mismo tiempo, averiguar quién es ese “sanador”


Impresiones

Esta novela viene avalada como la ganadora del premio a la mejor novela criminal finlandesa en 2011 y, por lo que se refiere a nuestro país, por haber sido publicada dentro de la colección Roja & Negra de Random House Mondadori. Una colección muy cuidada, con buenos títulos, que rezuma calidad por todos sus poros (podéis ver los títulos publicados aquí: http://www.rojaynegra.com/). Son ya varios los libros que he leído de la colección y siempre me he encontrado novelas negra de calidad y, sobre todo, muy negra (nada de grises, lights ni misterio descafeinado). Ahora bien, una cosa es calidad y otra es placer lector: en este caso me he encontrado con la primera –eso es indudable- pero tengo que reconocer que no me ha gustado tanto como en un primer momento pensé.

Helsinki

La novela es negra, muy negra, pero, al mismo tiempo, tiene también bastante de un género que hace ya unos años que se ha puesto de moda: las distopías. Nos encontramos en Helsinki, en un futuro no muy lejano (podrían ser unos diez años, por poner un ejemplo, si el cambio climático sigue adelante…). No es exactamente un futuro apocalíptico pero casi: no es que haya tenido lugar el fin del mundo y los sobrevivientes tengan que hacer frente a una nueva forma de vida, pero parece que no falta mucho para que algo así ocurra. Hace ya unos años que las consecuencias del cambio climático están viviéndose a lo bestia: no para de llover, los túneles de metro se han inundado, en muchos lugares falta la electricida, hay epidemias de Malaria, tuberculosis, ébola o peste… En algunos países, sobre todo del sur, ya no es posible vivir y los países del Norte están a rebosar de refugiados…

Ya hace años que algunos grupos venían avisando de las consecuencias de seguir abusando del planeta como estábamos (estamos haciéndolo) pero los gobiernos y los ciudadanos no hicieron caso, pensando que podríamos vivir así para siempre. El asesino que se hace llamar a sí mismo el sanador es uno de esos ecologistas que, ahora, visto el poco éxito que tuvieron sus consejos, ha decidido tomarse la justicia por su mano y acabar con algunos de los precursores del cambio climático: grandes empresarios cuyas empresas perjudicaron al medio ambiente.

Ya veis que es una novela negra bastante atípica ya que, si bien hay unos asesinatos –estaríamos ante un asesino en serie en realidad- y una investigación para hallar al culpable, el escenario en el que se desarrolla no tiene absolutamente nada que ver con una novela negra al uso. Y esto creo que es la mayor virtud de la novela, su originalidad. Yo sólo he leído otra novela que, más o menos, siga esta línea: “Cuando se vacían las playas” de Eduardo Iglesias (podéis leer aquí mi reseña)

Una de las cosas que más me han gustado, junto a la originalidad del planteamiento y de la mezcla de géneros, es la descripción de escenarios. El autor ha conseguido que me haga perfectamente a la idea de una ciudad en la que no para de llover, gris, oscura, triste… (aunque –y activo aquí el modo irónico- no sé en realidad si es mérito del autor porque no tengo más que asomarme a la ventana para ver una ciudad así, ya que en la mía no ha parado de llover en tooooodo el mes de febrero y casi toooodo el mes de enero…).

Tengo que señalar la dificultad que presentan los nombres fineses; tanto los nombres propios (sólo se salva Johanna) como, sobre todo, los toponímicos. Los nombres de las calles son larguísimos y llenos de consonantes, totalmente impronunciables (y para alguien que “lee en alto en su mente”, eso es una dificultad añadida). Y es que, además, tienen una cierta importancia en la novela pues el protagonista no para de ir a cierta calle en la que desapareció su mujer, de mirar en el mapa las calles donde están situadas las viviendas de los asesinados para, por decirlo de alguna manera, formarse un “mapa del crimen”…. Y a mí da igual cuantas veces me pusieran el nombre de una calle, que todas me parecían iguales! Así que sí había un esquema en las mismas, una forma de a través de ellas intentar encontrar una pauta, yo no la encontré pues al final simplemente “pasaba” de leer los nombres.

El estilo del autor es directo, oscuro y yo diría que descarnado; sin artificios ni adornos, va al meollo del asunto sin medias tintas (he leído en alguna parte, no logro recordar dónde, que su estilo se asemeja al de McCarthy en “La carretera” pero, como no he leído este último, no os lo puedo decir…)

La novela está dividida en cuatro partes tituladas Dos días antes de Navidad, Un día antes de Navidad, Nochebuena y La mañana del Viernes Santo. Las dos primeras son las más extensas del libro y se subdividen , a su vez, en capítulos. Nochebuena ocupa unas pocas páginas y la última parte ocupa tan sólo dos páginas y media y viene a ser un “qué pasó después”. Por lo tanto, todo ocurre en tres días más un epílogo final.

El libro se lee bien, sin dificultad (salvo el tema que ya he señalado de los nombres) pero he de reconocer que no me ha llegado a enganchar. La parte negra, la historia de misterio no me ha parecido para echar cohetes, le falta un poco de ritmo, y lo que más me ha gustado ha sido la parte ecologista, que le da un tono muy diferente a cualquier otra novela negra


Conclusión final

 Sin duda, esta novela, a la que podríamos llamar “la primera novela negra ecologista” es original y diferente. Tiene una planteamiento distinto y nos hace reflexionar sobre las consecuencias del cambio climático, lo poco que estamos haciendo para pararlo, lo poco que hacen los gobiernos y la desinformación y mala información que los medios de comunicación nos ofrece. Una novela negra con contenido; una novela negra que es también una distopía y una novela negra que nos da pie para una profunda reflexión.

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