Me gustaron muchísimo los primeros libros de Julia Navarro. Pero luego llegó “Historia de un canalla” que me pareció tan aburrida que me mantuvo alejada de esta autora hasta su última novela. “El niño que perdió la guerra” tenía una sinopsis atractiva y hablaba tanto de la guerra civil española como de la Segunda Guerra Mundial, temas ambos que me suelen gustar mucho. Así que me decidí a leerlo y, por suerte, me he reconciliado con la autora.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: Plaza y Janés
Páginas: 640
ISBN: 978-8401027970
Sinopsis
Madrid, invierno de 1938
Clotilde, una artista gráfica que dibuja caricaturas para los diarios republicanos, asiste en Madrid a los últimos meses de la Guerra Civil. La caída de la República es inminente, por lo que su marido, militante comunista que trabaja para los rusos, decide enviar a Moscú a su hijo Pablo, de tan solo cinco años, en contra de su voluntad. Clotilde se resiste con todas sus fuerzas, pero no logra evitar que el comandante Borís Petrov emprenda ese arriesgado viaje por una España en llamas para cumplir con el deseo de su camarada de llevar a Pablo a la Unión Soviética, donde Stalin está levantando un nuevo país sobre las ruinas del antiguo régimen.
Moscú, primavera de 1939
Allí es recibido por su nueva familia que, conmovida por su trágico exilio, acoge con afecto a un niño exhausto y enfermo. Anya no duda en cuidar de Pablo como si fuese su propio hijo, sin hacer distinciones con Igor, su hermano de adopción. Hija y esposa de dos orgullosos héroes de la Revolución -su padre luchó junto a Lenin, su marido a las órdenes de Stalin-, Anya ama la poesía y la música, aficiones sospechosas y burguesas a los ojos del poder. Mientras sus ilusiones naufragan en el ambiente cada vez más opresivo del terror estalinista, su espíritu se rebela contra la injusticia, la miseria, la ausencia de libertad y el Gulag.
Pablo crece entre el recuerdo cada vez más tenue de su madre, que no ceja en su empeño por recuperarlo, y el cariño de Anya, quien le transmite su amor por la música, la literatura y sus deseos de libertad. Dos mujeres unidas por el destino de un niño y enfrentadas al mismo espejo: el de las ideologías totalitarias a las que sucumbió el siglo xx.
Impresiones
La historia se articula en dos tramas. Dos países, dos familias, dos guerras.
En la trama española tenemos a Clotilde, su marido y su hijo Pablo. Él es comunista convencido, ella está en el partido por él pero su única pasión es hacer caricaturas y su pequeño hijo. La guerra ya está casi perdida y el marido de Clotilde decide alejar a Pablo, sabiendo cuáles van a ser las consecuencias para gente como ellos. En contra de la opinión de Clotilde, entrega al niño a Boris Petrov, un amigo ruso y le dice que se lo quede en su familia hasta que Clotilde y él puedan huir de España e irse a vivir a Rusia.
En la otra trama nos situamos en Moscú donde llega Boris con un Pablo enfermo y asustado. Su mujer Anya lo acoge como si fuera suyo y, junto a su verdadero hijo Igor, se enfrentan a la guerra. Anya ama las artes, especialmente la literatura y la música.
Me ha gustado muchísimo esta novela. Me han gustado las dos tramas, no me puedo decantar por ninguna de ellas. Normalmente cuando hay dos historias una suele tener más fuerza o interés que la otra y te da pena cuando terminan los capítulos dedicados a tu preferida. No es el caso, las dos tramas están muy equilibradas, el interés de ambas ha sido el mismo para mi y mi afecto por los personajes lo mismo.
La novela está bien situada en el tiempo y en el espacio. Nos habla de dos guerras y de las consecuencias para la población, que es la que siempre pierde. También nos habla de la situación después de la guerra: la represión franquista y el comunismo ruso. En ambos casos, una vida muy dura para quienes no comulgan con los preceptos del régimen. Como es el caso de Clotilde y Anya, dos mujeres cultas e inteligentes que hacen cosas prohibidas: caricaturas en el primer caso, escuchar recitales literarios en otros. Por estos delitos tan graves, ambas familias sufrirán muchísimo
Es esta una novela de personajes. El niño que perdió la guerra, o sea Pablo. Y su hermano Igor así como y sobre todo las dos mujeres protagonistas, Clotilde y Anya. Dos mujeres fuertes, listas, cultas. Ambas me han encantado. Son dos mujeres que buscan la libertad que no pueden encontrar en la sociedad en la que viven pero que no se resignan y luchan por hacer lo que desean aunque sepan que las consecuencias pueden ser terribles. Y sobre todo, ambas son madres. Clotilde nunca dejará de buscar a su hijo a pesar de que guerras, regímenes totalitarios, prisión y miles de kilómetros les separen. Y Anya es madraza hasta de quien no es su hijo de sangre.
Con una prosa cuidada y elegante que combina acertadamente la descripción con el entretenimiento, “El niño que perdió la guerra” es una novela preciosa que, sí, me ha emocionado en algunos momentos y me ha hecho soltar alguna lagrimilla.
Conclusión final
Gracias a esta novela me he reconciliado con una autora que me gustaba hace muchos años. Leeré su próxima novela.
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