Hoy os traigo la reseña de una novela que va a estar entre mis mejores lecturas del año
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: AdN
Páginas: 528
ISBN: 978-84-10138-54-4
Sinopsis
A primera hora de una mañana de agosto de 1975, un monitor de un campamento de verano descubre una litera vacía. Barbara Van Laar, la hija de los dueños del campamento, ha desaparecido. Pero no es la primera vez que sucede algo así en esa familia: hace quince años, el hermano de Barbara también desapareció sin dejar rastro. ¿Cómo es posible que haya vuelto a pasar?
A partir de este inquietante comienzo, Liz Moore urde un drama lleno de matices emocionales e impulsado por un doble misterio. Persiguiendo los muchos secretos de la familia Van Laar y de la comunidad que trabaja a su sombra, las múltiples tramas dramáticas de Moore llevarán a los lectores hasta los corazones de unos personajes cuyas vidas cambiarán para siempre a raíz de este verano lleno de acontecimientos.
Impresiones
Estamos en agosto de 1975. Bárbara Van Laar, es una joven de 13 años que está pasando el verano en un campamento. Una mañana la monitora encargada de su grupo se da cuenta de que ha desaparecido. El problema es que Bárbara es la hija de la familia propietaria de los terrenos donde está el campamento. Y que hace quince años, Bear el hermano de Bárbara –que entonces tenía ocho años- también desapareció. En su caso, nunca más se supo de él.
“El dios de los bosques” es una novela difícil de definir o de encuadrar en un género. Es un drama familiar a dos bandas pues trata de la desaparición de dos menores. Su familia es rica y poderosa pero el niño no apareció nunca. La parte de Bárbara se cuenta a tiempo real (en el presente del año 1975) mientras que a la parte de Bear se dedican los capítulos situados en el pasado (años 60). Llegaremos a conocer bastante bien a la familia Van Laar, alrededor de la cual gira todo. También es un thriller. Es cierto que no tiene un ritmo endiablado y que en momentos llega a ser pausado pero para mí sigue siendo un thriller pues me enganchó de mala manera y lo devoré en cuatro días pese a sus más de 500 páginas. Igualmente, es una novela policíaca pues hay una investigación de tal carácter y, para más inri, un asesino en serie que llevaba años encerrado, se ha fugado de prisión y podría estar por la zona. Con tantos ingredientes, imposible aburrirse.
He de reconocer que el principio me costó. Quizás por el continuo cambio de personajes protagonistas de capítulos o por el cambio de tiempos (no sólo entre el presente de 1975 y el pasado de 1961, si no también dentro del “presente”, unos meses adleante y atrás). Me dio la impresión de que no me estaba enterando y, cuando llevaba unas 30 páginas, decidí empezar a leer de nuevo y hacerlo con más atención y tomando algunas notas de los personajes. Ahí ya me hice enseguida con ellos y con la historia y a partir de ahí fue un disfrutar continuo.
No sé bien qué es lo que me ha gustado tanto de esta novela. Tenía las expectativas altas con ella pero la verdad es que me ha gustado aún más de lo esperado. Quizás la forma tan pulcra de escribir de Liz Moore, quizás los personajes tan trabajados e interesantes, quizás la misma historia. Lo cierto es que me ha atrapado en sus redes, me ha mantenido en vilo y, por si fuera poco, el final me ha sorprendido y emocionado.
La autora ha conseguido crear un escenario que a mi me ha resultado claustrofóbico a pesar de que casi toda la historia se desarrolla al aire libre. Ese campamento al lado de un bosque y un lago, esa mansión en lo alto de la colina rodeada por bosques y con ellos al pie. Ese asesino en serie que quizás pulula por ahí y que tiene mil escondrijos a su disposición…. Me ha resultado un escenario casi de pesadilla: sentía que cualquier cosa podía pasar y he leído con el corazón en un puño.
Me han gustado mucho los personajes. No son demasiados para una novela que podemos considerar larga. Me ha gustado mucho el personaje de Alice, la madre de Bear y Bárbara. También la joven policía Judyta que tiene que arrear con el hecho de ser joven y mujer (una rareza en la policía en aquellos momentos) pero que demuestra ser la mejor. O la monitora Louise, un personaje muy interesante.
Conclusión final
He disfrutado muchísimo leyendo “El dios de los bosques”. Ha superado con creces mis expectativas y se ha convertido en una de mis mejores lecturas del año. Me ha atrapado, me ha entretenido, me ha sorprendido y me ha emocionado. ¿Se puede pedir más?