Una vista del puerto – Elizabeth Taylor

Éste es el primer libro que leo de la editorial Gatopardo (y no será el último: de hecho, tengo ya otro título en espera). Es una editorial bastante nueva, pues nació en el año 2015, cuya intención es recuperar títulos de calidad contrastada de la literatura universal que, o bien nunca se han publicado en español, o bien lo hicieron hace tiempo y están descatalogados.

Éstas son mis impresiones


Elizabeth Taylor

Elizabeth Taylor (1912-1975). Nació en 1912 en Reading, Berkshire (Inglaterra). Tras finalizar sus estudios, trabajó como institutriz y bibliotecaria. A los veinticuatro años contrajo matrimonio con un hombre de negocios y se instaló en Penn, un pequeño pueblo de Buckinghamshire. Escribió doce novelas (La señorita Dashwood, Ángel, En el verano, El hotel de Mrs. Palfrey entre otras). Una vista del puerto fue publicada en 1947. Escribió, además, cuatro libros de cuentos.

La escritora Anne Tyler ha dicho de ella que es la Jane Austen contemporánea. Junto a Barbara Pym está considerada una de las escritoras inglesas más importantes de la segunda mitad del siglo xx.



Datos técnicos

Título: “Una vista del puerto”

Autora: Elizabeth Taylor

Traducción de Carmen Francí Prensa

Editorial: Gatopardo

Edición: tapa blanda con solapas, tamaño bolsillo

Fecha de publicación: enero de 2016

350 páginas

ISBN: 978-84-944263-5-3

Precio: 19,95 €



Argumento

En un pequeño pueblo de la costa inglesa, durante los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, Robert, el marido de una escritora de novelas, se siente atraído por Tory, una divorciada con un hijo. Éste es el punto de partida del que se sirve Elizabeth Taylor para construir una novela coral sobre la vida de un pueblo costero y los sentimientos de sus gentes. Taylor describe con destreza, y de manera implacable, las relaciones familiares y afectivas de las clases media y alta británicas. Fue amiga de la escritora Ivy Compton-Burnett y del novelista y crítico Robert Liddell. El escritor Kingsley Amis la consideraba una de las mejores escritoras del siglo xx.



Impresiones

Nos encontramos en un pequeño pueblo de la costa inglesa, poco tiempo después de la Segunda Guerra Mundial. La novela nos va a contar retazos de la vida de algunos de sus habitantes. Por ejemplo, de Robert, médico de la comunidad y marido de Beth, una reconocida escritora. O de la vecina de éstos, Tory: divorciada, amiga de Beth y por la que Robert se siente atraído. O Bertram, el pintor que ha llegado hace poco al pueblo y que, por lo tanto, es visto como “el forastero”. O Lily, viuda que se encuentra muy sola. O la siguiente generación: como la hija mayor de Robert y Beth, Prudence. O la generación anterior representada por la señor Bracey, una mujer de mal carácter, enferma, que quiere que todo el mundo esté siempre pendiente de ella, especialmente sus pobres hijas Iris y Masie y el propio doctor Robert que la tiene que visitar día sí y día también.

Sin duda, lo primero que llama la atención cuando ves este libro, es el nombre de la autora: Elizabeth Taylor. No puedes evitar pensar en la famosa actriz. Pero, obviamente, no es la misma. Esta Elizabeth es escritora e inglesa. Reconozco mi ignorancia pues no había oído hablar de ella y, sin embargo, está muy bien considerada entre los escritores ingleses de la segunda mitad del siglo pasado
Como es el primer libro de Gatopardo que reseño, permitidme hablar un poco de la edición. Este libro, como los demás de la editorial (al menos las novelas), tiene un tamaño de bolsillo. Utiliza materiales de calidad. Tanto la portada como la edición en sí gozan de la belleza y elegancia de la simplicidad: nada más cogerlo entre tus manos, ya notas que estás ante un buen trabajo. El tamaño es el más adecuado para sostenerlo entre las manos. Tras haberlo leído, está como nuevo: sin arrugas en el lomo que tanto afean muchos de los libros de tapa blanda o edición de bolsillo. Eso en cuanto al exterior. En cuanto al interior, además de que eligen las obras que publican con mucho cuidado, buscando narrativa de calidad, la labor de traducción y corrección que han hecho es magnífica: da gusto encontrarse un libro tan bien editado, con tanto cuidado.

Metiéndome ya de lleno en la reseña en sí, no os puedo contar gran cosa del argumento porque, en cierta forma, es como si no lo tuviera: simplemente, la novela cuenta la vida de algunos de los habitantes del pueblo durante el escaso tiempo que ocupa la acción. También porque es de esas novelas en las que no pasa nada y pasa todo: simplemente, pasa la vida. Así, conoceremos a varios de los habitantes del pueblo; ya os he hablado antes de algunos de ellos. Les conoceremos personalmente, a sus familias, las relaciones con sus vecinos, sabremos de sus ideas y aspiraciones, sus frustraciones y sus deseos. Es una novela coral en la que todos ellos tienen una importancia similar aunque al final algunos acaban destacando sobre los otros por lo que en esos momentos están viviendo. Es el caso de Tory, sin duda, uno de los personajes más interesantes de la novela y a la que más cosas le van a pasar. Y es que su situación es de lo más atractiva para una novela costumbrista: mujer divorciada, aún joven y atractiva, hijo adolescente que se ha ido a estudiar fuera, admiradores con los que puede (o no) mantener una relación… A pesar de que son bastantes los personajes, la autora dota de personalidad a todos ellos y al final acabamos conociéndoles bastantes bien. Junto a la prosa de la autora, la caracterización de personajes es el punto fuerte de la novela y, sobre todo, las relaciones entre ellos, algunas de las cuales tienen mucha más enjundia de lo que se ve externamente. Son, precisamente, estas relaciones las que nos van a deparar alguna que otra sorpresa. Y es que algunos de ellos van a sufrir un vaivén emocional que les incita a tomar decisiones transcendentales.

El otro punto fuerte es la forma en la que la autora nos cuenta la historia. Su prosa es muy elegante y cuidada, llena de descripciones minuciosas que nos permiten hacernos una idea clara del escenario, de los personajes y de su forma de actuar. Taylor sitúa la historia en un pueblo pequeño o, más bien, en una parte de él: las dos casas de los principales protagonistas, situadas una enfrente de la otra, y algunos negocios cercanos. Las descripciones son muy visuales y nos permiten ver lo que la autora nos narra. Taylor se sirve de un narrador omnisciente, absolutamente necesario en una novela como ésta en la que todos son protagonistas y el narrador tiene que ser testigo de todas las conversaciones entre ellos y de todo lo que ocurre. Pero, no os asustéis, no todo es narración; de hecho, aunque hay muchas descripciones son nada más y nada menos que las necesarias, la autora no abruma con datos innecesarios. Y las combina con abundantes diálogos que, en la mayoría de los casos, no tienen desperdicio. El ritmo es medio. Es una novela para leer poco a poco, degustándola a sorbitos y disfrutando de todos los elementos que la componen

En mi caso, ha sido una novela que me ha conquistado poco a poco. Al principio me estaba gustando por la forma que tiene Elizabeth Taylor de contar las cosas pero, poco a poco, una vez que me hice con los personajes (que, al ser tantos, cuesta un poco ponerles nombre) ha resultado una delicia. Y he de reconocer que cuesta un poco hacerse con todos los personajes. Una vez que me metí en la historia,  acabé disfrutando mucho también con lo que contaba, no sólo con cómo lo contaba.

Conclusión final

“Una vista desde el puerto” cuenta las historias normales de una serie de personajes también normales. Unos personajes que se relacionan entre sí y que, algunos de ellos, van a tener que tomar una serie de decisiones transcendentales. Una historia coral y costumbrista contada de forma deliciosa

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