“La hija del sepulturero” - Ana Rosenrot

La primera vez que me fijé de verdad en esta autora fue a raíz de la reseña que albanta del blog Adivina quién lee hizo de “Las hadas sin corazón”. Cuando al poco la propia autora me ofreció alguno de sus libros, éste fue en el que más me llamó la atención. Me dio buenas vibraciones y, ya os lo adelanto, estaban totalmente justificadas

Éstas son mis impresiones


Ana Rosenrot

Nació en Madrid en 1971. Se licenció en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid.
Lectora empedernida desde niña de novelas policíacas y de intriga, se interesó muy pronto por la escritura.
Además de dotar a sus historias de una atmósfera inquietante y misteriosa, también es apreciable la convivencia de leyendas y costumbres ancestrales con la realidad actual. El paisaje misterioso y nebuloso del norte se materializa en muchas de sus novelas creando ambientes llenos de inquietantes encantos.

Ha escrito:

.- La Trilogía Aeternum compuesta por Aeternum, A Divinis y Ab Initio

.- La hija del sepulturero

.- Secretos en Venecia

.- Las hadas sin corazón



Datos técnicos

Título: “La hija del sepulturero”

Autora: Ana Rosenrot

Editorial: CIMS editorial 

Publicado por primera vez en marzo de 2013

Encuadernación: Tapa blanda con solapas

ISBN: 9788484110514

Páginas: 360

PVP: 18,00 Euros en papel



Argumento

Soledad siempre ha sido retraída, solitaria y extraña. Desde que nació tuvo que soportar los desprecios y las crueles burlas de los niños por ser la hija del sepulturero, pero ella tiene un secreto: sabe siempre quién será el siguiente en morir en el pueblo.

Entre los bosques, montañas y brumas se ocultan los secretos y mentiras de Santa Mariña d’Osbes, un pequeño pueblo del interior de Galicia de principios del siglo XX. Sus habitantes viven aislados en su propio mundo, aferrados a creencias ancestrales y conviviendo con las leyendas y costumbres que rigen sus vidas, preocupados por mantener las apariencias en un lugar donde todos tienen algo que ocultar.

Rodeada por una familia encerrada en sus propias miserias, Soledad se refugia en el cementerio donde se encuentra más acompañada. Allí conoce los secretos que los vivos se han llevado a la tumba y contempla sus espíritus que pasean de noche por el cementerio. Su vida cambia cuando inicia una tormentosa relación con el hijo del cacique local que saca a flote los conflictos internos de ambos jóvenes.

Soledad vive entre el mundo de los vivos y el de los muertos confundiéndose entre ambos hasta que llegará un momento en que ni ella misma sabrá a cual pertenece.



Impresiones

Soledad es una niña. Pero Soledad no es como cualquier otra niña: Soledad es la hija del sepulturero de Santa Mariña d’Osbes y eso marca. Su familia está en el estrato más bajo de la población y ella es poco menos que una apestada. En el colegio los chicos se ríen de ella, incluso se han inventado una canción muy ofensiva sobre que huele a muerto

Pero no es eso lo único que le hace especial. Soledad nació la noche de difuntos y, quizás por eso, quizás por otra cosa, tiene una capacidad especial: por las noches ve las almas de los muertos enterrados en el cementerio. Pero eso no es algo que le asuste; al contrario, sabe que los muertos no hacen daño a nadie (no como los vivos) y suele salir de su casa y vagar entre las tumbas, como si estuviera entre amigos. Especialmente le llama la atención una bella mujer vestida de blanco y una niña que lleva un muñeco en brazos y un niño pequeño agarrado a sus faldas.

La historia transcurre a principios del siglo XX en un pequeño pueblo gallego: un pueblo ficticio llamado Santa Mariña d’Osbes; las poblaciones importantes más cercanas son Santiago y A Coruña.

Cuando he comentado en las redes que estaba leyendo este libro, son varias las personas que se han extrañado porque hay una novela de Joyce Carol Oates que lleva el mismo título. La conozco pero no la he leído así que no sé si tiene alguna similitud. Realmente lo dudo, porque esta novela es como muy “gallega” y no me la imagino situada en ninguna otra parte del mundo (salvo, quizás, en Asturias o, con algunas variantes, en algunas zonas de Cantabria o del País Vasco). Y es que la tradición y las leyendas gallegas tienen mucho que ver en la historia. Las meigas, la santa compaña, los espíritus…, son parte importante de esta novela. Y, no, no es una novela de fantasía ni mucho menos pero está claro que en la vida rural gallega (y más de hace un siglo) este tipo de leyendas y costumbres ancestrales tenían mucha presencia y había mucha gente que creía en ellas.

Soledad es la protagonista de la novela. Pertenece a la familia más baja del pueblo: la del sepulturero. No sólo por ser pobres sino por ese oficio tan peculiar que tiene su padre y, antes de éste, su abuelo. Y, además, porque la abuela de Soliña era una auténtica bruja (y para verlo no hace falta creer en brujas y fantasmas) que conocía secretos de todos los habitantes del pueblo y los utilizaba en su propio beneficio. Por ello, todo el mundo la temía y a su entierro acudió todo el pueblo, más que para despedirle, para asegurarse de que estuviera muerta y bien muerta. Lo malo es que su relevo lo va a tomar Amalia, la madre de Soledad.

Los personajes están muy bien definidos en esta novela y algunos de ellos son muy especiales. La que más destaca es Soledad, Soliña, una niña cuando empieza la novela y una jovencita cuando termina. Soledad es un personaje que fácilmente se hace hueco en nuestro corazón. Quizás porque nadie la ha querido nunca y la vemos tan necesitada de unos mimos. O quizás por lo especial que es. Como ya os he comentado al principio, tiene una capacidad especial para ver las almas de los muertos; una de ellas le avisa el día anterior de quién va a morir pronto.

A su lado tenemos a Amalia, su madre. Una mujer fría y dura, con un corazón como un témpano de hielo. No siempre fue así, hubo una época en la que fue una mujer amable, feliz y enamorada, pero el trabajo de su marido y una serie de cosas que ocurrieron al poco de casarse le han amargado y le han secado el corazón. Si bien se nos explica el porqué trata tan mal a su hija y hasta cierto punto podemos llegar a entender su amargura, acaba portándose tan tan pero tan mal, que conseguirá que la odiemos profundamente. (de verdad, lo que hizo casi al final de la novela me dejó muy tocada y eso que nada bueno de ella podía esperarse)

El padre, por el contrario, es un buen hombre pero está anulado entre su mujer y su madre y no es capaz de plantarse y darle un poco de cariño a Soliña

Como elemento típico gallego, está el pazo, donde viven los más ricos del pueblo y, en concreto, los dos hijos de la familia: una niña que parece de origen casi divino y Xaime, el señorito, que siente un extraño apego a Soledad pero no va a ser capaz de demostrarlo cuando primero sus amigos le atacan, y luego su familia se opone a que se relacione con ella. A través de la relación de Xaime y Soliña vamos a ver las diferencias de clases, tan presentes hace un siglo

También hay otros personajes más secundarios pero con un papel muy emotivo, como el horrible Xaquín y su hija, Neves, don Lois, el cura don Benvido, Artur, etc… Todos ellos forman un elenco de personajes de lo más variopinto, algunos realmente curiosos, pero fácilmente reconocibles como posibles personas reales, especialmente en aquella época-

Uno de los aspectos más positivos de esta novela es lo bien que la autora dibuja los escenarios donde transcurre la novela. Es fácil imaginarse el pazo y a la hija de los señores tocando el piano con su cabellera rubia y su andar etéreo; o a Soledad mirar el cementerio desde la ventana de su casa y pasearse entre las tumbas; o los bosques, la lluvia, el frío, la oscuridad… Es una novela muy visual, es muy fácil “ver” lo que ocurre y dónde ocurre.

La autora hace gala de una prosa sencilla y amena, muy fácil de leer y, sobre todo, muy entretenida. En la novela pasan muchas cosas, muchísimas. En algunos momentos me hubiera gustado que se hubiera parado más en algunas escenas puntuales (es difícil explicar esto sin soltar ningún spoiler pero, por si alguien lo ha leído o lo va a leer, me refiero a que me hubieran gustado más detalles y explicaciones de algunas muertes…) Pasan tantas cosas que las páginas pasan igualmente rápidas entre las manos. Y permite a la autora introducir diversos géneros de tal manera que, si me lo preguntáis, soy incapaz de deciros a qué género pertenece esta novela. Hay algunas historias de amor, una historia familiar, traiciones, misterio, un toque mágico (por la posibilidad de Soliña de ver a los muertos), mucho de costumbrista… Por ello, no es una novela enfocada a un lector concreto sino casi a cualquier tipo de lector.

Por ponerle algún “pero”, sería necesario un pequeño proceso de corrección porque se ha colado alguna errata. No es algo que perjudique la lectura porque la historia es tan interesante que llegas a olvidarlas pero bueno, quedaría mejor sin ninguna eso está claro.



Conclusión final

He disfrutado mucho leyendo esta novela que me ha resultado la mar de entretenida e interesante y que me ha trasladado por unos días a la Galicia más oscura y mágica.

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