Sigo con mi género preferido: el misterio. Pero, en esta ocasión, se trata de un misterio más inocente, “naif”. La novela que hoy reseño se encuadra dentro de esta subrama de la novelas de intriga que se ha dado en llamar cozy crime.
Éstas son mis impresiones
Ficha técnica
Editorial: Contraluz
Páginas: 480
ISBN: 978-84-18945-52-6
Sinopsis
Finlay Donovan es una escritora de muerte... pero no es que le vaya muy bien. Es madre soltera y estresada de dos hijos y novelista en apuros, y su vida, un caos: el nuevo libro que le prometió a su agente literaria aún está por escribir, su exmarido ha despedido a la niñera sin consultarlo con ella y esa misma mañana ha tenido que llevar a su hija de cuatro años a la escuela con el pelo pegado a la cabeza con cinta adhesiva después de un incidente con unas tijeras.
Cuando alguien escucha en un restaurante la conversación de Finlay con su agente sobre la trama de su nueva novela de suspense, la confunden con una asesina a sueldo, y Finlay acepta sin darse cuenta una oferta para deshacerse de un marido tóxico, cuya recompensa le permitiría llegar a fin de mes. Pronto Finlay descubre que los crímenes de la vida real son mucho más complejos que en la ficción, especialmente cuando se ve implicada en la investigación de un caso real de asesinato. Ágil, deliciosamente aguda y con una autenticidad incondicional, "Finlay Donovan: una escritora de muerte" es un cozy crime que lleno de suspense que te hará, al mismo tiempo, reír a carcajadas.
Impresiones
Finlay Donovan es una escritora a la que apenas nadie lee. Sus novelas no tienen demasiada calidad, no vamos a negarlo, y apenas se venden. Su vida personal es igualmente un desastre. Su marido le ha dejado hace poco por una agente inmobiliaria y vive a poca distancia de la que fuera casa familiar donde permanece ella con sus dos hijos pequeños. Apenas subsiste con la pensión que le pasa Steven y, encima, parece que este va a solicitar la custodia de los dos niños. Las facturas se amontonan en el mueble de la entrada y Steven ha dejado de pagar a la niñera que ocasionalmente le ayuda y le permite escribir. Ya no puede pedir más adelantos a su agente literaria y esta la presiona para que le entregue un adelanto de su nueva novela que se supone que está a medio escribir (aunque no la ha empezado).
Parece que las cosas no pueden irle peor. Pero sí que pueden, como no. En una comida con su agente literaria, hablan de asesinatos (literarios, por supuesto) y de dinero. Finlay nota como una mujer que está sentada a la mesa de al lado no para de mirarla con extrañeza. Cuando sale del restaurante encuentra una nota en su bolso con un número de teléfono y una petición “llámame”. Acaba llamando a ese número de teléfono –que era de la mujer que se sentaba a su lado- y esta, habiéndola confundido con una asesina a sueldo, le encarga que mate a su marido. Obviamente, Finlay no es una asesina, tan solo mata en la ficción, pero lo cierto es que ese dinero le permitiría pagar todas las facturas pendientes e incluso un buen abogado si finalmente Steven y su nueva novia llevan a cabo su amenaza y solicitan la custodia de sus dos hijos.
Finlay y su antigua niñera, una joven estudiante, se van a meter en un lío que no os podéis imaginar...
Me gusta la novela de misterio, suspense, intriga, negra…, como queráis llamarla. Es mi género preferido y raramente me decepciona. Leo novelas muy oscuras, a veces hasta demasiado bestias. Y me gustan. Pero hay veces que me gusta leer cosas más ligeras y amables y en esos casos suelo elegir una novela feel-good. Necesito contrarrestar tanta sangre y vísceras. Novelas como esta, cozy crime, son una buena alternativa. Es verdad que no he leído demasiadas aunque, casualmente, esta semana os hablaré de dos: ésta y “La camarera”.
Pero, ¿qué es un cozy crime? Pues son novelas de misterio en las que hay asesinatos pero en las que todo está contado de una forma más ingenua, amable e inocente. En otros países parece que están teniendo un éxito tremendo. En España aún no demasiado pero van llegando poco a poco y, si son tan buenas como esta que hoy reseño, les auguro un gran futuro. Normalmente son novelas no protagonizadas por policías o detectives, sino por personas normales que, por uno u otro motivo, se ven envueltos en la investigación de un crimen. Aquí tenemos una escritora, en “La camarera” de Nita Prose una camarera de habitaciones. Otro ejemplo por todos conocidos sería la angelical Miss Marple de Agatha Christie o la televisiva Jessica Fletcher.
El punto de partida de esta novela es un tanto absurdo, no vamos a negarlo. ¿Cómo es posible que una mujer oiga a otras dos hablar de crímenes y pagos y se monte la película de que está ante una asesina a sueldo? Porque si algo parece la pobre Finlay Donovan es un ama de casa un poco desastrada y desastrosa. Vamos, que su imagen es la opuesta a la que cualquiera tendría si pensara en una asesina a sueldo. También es absurdo que, no siendo eso, se meta en el lío en el que se acaba metiendo. Hay cada escena que da casi hasta risa. Pero, a pesar de eso, lo cierto es que la novela es de misterio y que, contada de otra manera y con otros personajes, podría haber dado lugar a una novela muy negra porque la base de todo, el fondo del asunto, implica asuntos que con otro enfoque darían lugar a un tipo de novela muy distinto. Y así, aunque sea con rulos y zapatillas de estar en casa, vamos a tener una investigación, asesinatos y otros crímenes, policías… y la escritura de una novela como subtrama.
La novela te hace sonreír. Incluso te hace reír imaginándote determinadas escenas. Pero además te engancha con un misterio que va a más y que te tiene pendiente de su resolución. Aunque para llegar a ella, habrá que dar una cuantas vueltas liándose la historia y liándose Finlay cada vez un poco más.
La novela se estructura en cuarenta y cuatro capítulos de corta extensión. Es la propia Finlay la que nos va contando la historia, su historia. En este caso es un acierto completo. Nos habla de una forma distendida y coloquial y nos va enredando en el mismo lío en el que se está enredando ella. Con mucho diálogo y una forma de narrar ágil y llena de ritmo, la novela engancha y llega a devorarse. Es muy entretenida y nos depara algunas sorpresas además de unas cuantas sonrisas.
Es la primera de una serie de novelas protagonizadas por Finlay Donovan. Por cómo acaba, creo que los tiros irán por el mismo sitio que en esta novela aunque no me imagino cómo lo hará la autora para mantener la misma frescura e ingenuidad. Estaré esperando impaciente para comprobarlo.
Conclusión final
Me lo he pasado en grande con esta novela llena de misterio y sonrisas. Una novela realmente entretenida que no dudo en recomendaros.
Si os ha gustado mi reseña podéis haceros con el libro a través de los siguientes enlaces:
No conozco el género pero por lo que cuentas, me podría gustar así que a la lista que va.
ResponderEliminarBesos.
Hola, ayer leí otra reseña de esta novela y creo que este cozy crime a mi me gustaría. De momento ya la tengo apuntada. Besos.
ResponderEliminarHe venido corriendo a leer tu reseña porque desde que vi este título y el de "La camarera" en redes que me tientan porque, como bien señalas son cozy crime. Ya sabes que no soy de novela negra, pero estas con su toque agradable y sin vísceras (jajajaja, soy una floja) sí que me gustan. Me la llevo, que veo que te ha gustado, y me espero a ver que cuentas de la otra. Besos.
ResponderEliminarSe ve entretenida. Creo que me podría gustar así que la tendré en cuenta.
ResponderEliminarBesotes!!!
No conocía la novela, pero me la llevo . Podría gustarme. Un beso
ResponderEliminarCoincidimos en impresiones, me lo he pasado en grande con Finlay y con Vero. Espero que publiquen pronto la segunda entrega. Besos
ResponderEliminarYa le tengo el ojo echado y con las buenas reseñas que estoy viendo le tengo muchas ganas. Que te lo hayas pasado bien leyendolo es otro punto a favor.
ResponderEliminarSaludos
Precisamente ayer, viendo la web de la editorial, me quedé pillada con este título. De entrada me llamó la atención la cubierta pero no ahondé mucho más. Ahora que traes reseña, me hago una idea de lo que esperar. No me importaría echarle uno ojo. Besos
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