"Una tumba sin nombre" - Javier Sagastiberri

Hoy os traigo la reseña de la cuarta y última entrega de la serie protagonizada por las ertzainas Itziar Elcoro y Arantza Rentería

Éstas son mis impresiones

Ficha técnica

Editorial: Erein
Páginas: 304
ISBN: 978-84-9109-465-4

Sinopsis

Arantza Rentería ha desaparecido. Su compañera, Itziar Elcoro, abandonará Bilbao y viajará a las tierras altas guipuzcoanas, al Goierri, para investigar el asesinato de Ernesto Compson, el líder de una comunidad anarquista nacida al calor de las revueltas ciudadanas que culminaron en el movimiento 15-M.
El Goierri es también la tierra originaria de Arantza y, a medida que Itziar se interesa por su compañera ausente, iremos conociendo episodios oscuros de su pasado, que se remontan a la época franquista de nuestra historia.
El lector asistirá a un final sorprendente, en el que descubrirá que el pasado siempre vuelve, y casi siempre lo hace para perpetuar la desgracia.

Impresiones

Tras los terribles sucesos acaecidos en la tercera novela, “Un dios ciego”, Arantza Rentería ha abandonado la comisaría. Ha desaparecido, literalmente. Nadie sabe nada de ella, no se ha puesto en contacto con sus jefes ni con su amiga y compañera Itziar Elcoro. Y no tiene familia o amigos a quien preguntar.

Itziar es trasladada temporalmente al Goierri para ayudar a la policía de allí a resolver un asesinato. Ernesto Compson, líder de una especie de secta instaurada en el Goierri, ha sido asesinado. Arantza va con la idea, no sólo de resolver el asesinato sino, sobre todo, de indagar sobre el presente y el pasado de Arantza, originaria de la zona.

En esta ocasión, Javier Sagastiberri nos trae dos tramas. Una puramente policíaca que es la investigación de un asesinato y otra más personal: la búsqueda de los orígenes y del paradero de Arantza Rentería. Itziar entra en contacto con el cura del pueblo que fue una especie de tutor y casi padre para Arantza y éste le irá contando cómo conoció a Arantza y cómo fue su infancia.

En esta ocasión, la trama policíaca me ha parecido casi más una excusa para la trama personal que otra cosa. Está muy bien, la verdad, pero es que la personal es mucho más potente y más interesante. Me ha parecido que el asesinato de Ernesto Compson ha sido casi más una excusa para llevar a Beasain a Itziar a investigar allí todo lo relacionado con Arantza. En cómputo total, me da la impresión de que se dedican bastantes menos páginas a la trama policíaca que a la personal (que no deja de ser una trama de intriga también). Aún así, he de reconocer que la parte de la secta es muy interesante, está bien desarrollada y depara algunas sorpresas

Pero la trama personal en busca del pasado de Arantza me ha encantado. Ya en las tres entregas anteriores, Arantza se nos presentaba como una mujer muy especial, distinta a cualquier otra y con ciertas “particularidades”. Aquí descubriremos qué la hace tan especial, de dónde viene, quién es su familia, qué le pasó, etc… Esta trama es muy original y, para mí al menos, la más interesante de las dos. Con un final rotundo y muy adecuado en mi opinión.

Con esta novela Javier pone fin a la tetralogía protagonizada por estas dos ertzainas. Ya lo dijo en su presentación y está claro, por lo que ocurre, que así será. Lo que no quita para que pueda hacer una especie de spin-off con algunos de los personajes (cosa que no me importaría nada)

Como serie que es, mejor leerla en orden. Los casos policiales son independientes y se puede leer uno sin haber leído los anteriores. Quizás en las tres primeras entregas, el orden no importa tanto. Pero esta cuarta novela creo que hay que leerla habiendo leído las anteriores porque en ella y como digo, la trama personal es casi lo más importante

La serie ha ido ganando en calidad a medida que avanzaba. Desde el primer momento, ha sido original (ese asesino de reinas de la primera entrega que asesinaba a ritmo de los partidos del Athletic es diferente sin duda) pero sí que al principio había algunos clichés típicos de este tipo de novelas. Clichés que el autor ha ido abandonando, encontrando un estilo propio y cada vez más depurado hasta llegar a esta última novela, para mí la mejor de las cuatro. Un buen colofón a una buena tetralogía

Con un estilo cercano y de fácil lectura, con un ritmo medio que se acelera al final, bastante diálogo y alusiones a algunos de sus compañeros de editorial (algún personaje de Anton Arriola o de Noelia Lorenzo Pino hacen aquí su aparición estelar como ya hicieran los de otros compañeros escritores en “Un dios ciego”), “Una tumba sin nombre” es una novela de fácil lectura que me ha dejado un buen sabor de boca.

Conclusión final

Bien está lo que bien acaba y es de sabios terminar una serie con la mejor de las novelas de la misma. Javier Sagastiberri es un escritor que ha ido creciendo novela tras novela hasta llegar a “Una tumba sin nombre”, la mejor de todas.

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