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lunes, 31 de agosto de 2020

"La mujer de la falda violeta" - Natsuko Imamura


Hoy se publica esta novela que varios blogueros hemos tenido ocasión de leer con antelación gracias a la editorial Duomo. Una novela que viene avalada por el hecho de haber sido la ganadora del premio Akutagawa, el más importante de Japón

Éstas son mis impresiones

Ficha técnica

Editorial: Duomo
Páginas: 192
ISBN: 9788417761721


Sinopsis

La mujer de la falda violeta es de una edad indeterminada, vive sola, no se relaciona con nadie, tiene trabajos temporales y es el entretenimiento del vecindario. Probablemente sea por esa falda violeta que nunca se quita y por seguir siempre las mismas rutinas. La gente repara en ella cuando sale de casa y los niños que juegan en la calle la persiguen e insultan. Esta mujer tiene un talento especial: es capaz de pasar entre muchedumbres sin tocar a nadie y son muchos los que han intentado toparse con ella de forma «accidental» sin conseguirlo. Sin embargo, es el objeto de la curiosidad de otra persona. Porque alguien la observa, constantemente, día tras día. Alguien que conoce todos sus movimientos. ¿Quién es? ¿Cómo sobrevive? ¿Qué pretende? Y ¿por qué desaparece de repente? La mujer de la falda violeta es una novela con altas dosis de humor que explora la vulnerabilidad y la dificultad de encontrar un lugar propio cuando se es diferente.

Impresiones

Hay una mujer que siempre se sienta en el mismo banco del mismo parque. Siempre va vestida igual, con una falda violeta. Por eso, todo el mundo la conoce como la mujer de la falda violeta. Siempre hace lo mismo, a las mismas horas. No habla con nadie, no se sabe nada de su vida privada, no tiene familiares ni amistades conocidas. Los niños se ríen de ella y juegan a ver quién se atreve a tocarla.

Hay una segunda mujer que está fascinada por la mujer de la falda violeta. Se suele sentar en el banco de al lado y suele ir vestida con una rebeca amarilla. Quiere saber cosas de esa extraña mujer y por eso la sigue y espía sus rutinas. Así, se entera de que tiene trabajos temporales, a veces de sólo unos días, a veces de varias semanas o meses. Pero tras un período largo de inactividad laboral, decide poner de su parte para que la mujer de la falda violeta entre a trabajar en el mismo hotel donde ella trabaja haciendo las habitaciones. Así podrá hablar con ella y hacerse amiga, lo que siempre ha querido.

La novela es la historia de dos mujeres, a cada cual más extraña. Una que es objeto de fascinación aunque no hace nada por merecerlo: tan sólo seguir constante en sus rutinas y vestir siempre de la misma manera. La otra, la narradora de la historia, es una “voyeur”, que se encuentra fascinada –o más bien obsesionada- por la primera , la sigue y hace todo lo posible por conocerla. Tanto la espía, que apunta todos sus movimientos, los días que trabaja, todo.

Sin duda, es ésta una novela curiosa, original y diferente. Es cierto que no soy lectora de literatura japonesa y, por lo poco que he leído, veo que la mayoría de novelas son diferentes (incluso “raritas”). Ésta, dentro de su originalidad y cierta rareza, lo cierto es que es también bastante normal y apta para un público más occidental no acostumbrado a las especialidades de la literatura nipona. Aun así, hay algunas cosas que me han chocado.

La principal, es la voz elegida para narrar la historia. La narradora es la mujer que espía a la mujer de la falda violeta. Me parece rara la elección porque esa mujer no puede estar en todos los escenarios, es físicamente imposible. A veces cuenta cosas de la mujer de la falda violeta –como conversaciones que ésta ha tenido con ciertas personas no estando la narradora presente o cosas que había hecho en la intimidad- que, la verdad, era imposible que ella conociera. Entiendo por qué la autora ha elegido una narradora en primera persona pero quizás en algunos momentos hubiese sido conveniente un narrador omnisciente para que nos hablase de aquellas escenas en las que la narradora protagonista no puede estar físicamente. No haciéndolo, se dan situaciones un tanto forzadas que, al menos a mí, me han chocado.

Otra cosa que me ha chocado un poco es el final. Me ha gustado pero, al mismo tiempo, me hubiesen gustado más explicaciones o más profundización.

Lo que sí me ha gustado mucho es la propia mujer de la falda violeta. Como parecía una cosa y, sin embargo, ha ido evolucionando para mostrarnos una cara muy distinta. Y eso en una novela tan corta es un logro.

La historia, como he dicho más arriba, la cuenta la mujer de la rebeca amarilla (que hasta el final no sabremos quién es) pero ella siempre se pone en un segundo plano; la importante es, sin ninguna duda, la mujer de la falda violeta que es la que mejor desarrollada está. La autora utiliza un lenguaje sencillo, en el que predomina la narración sobre el diálogo. La historia transcurre a un ritmo medio y la lectura resulta sencilla.

Me ha gustado encontrarme referencias al mundo laboral, algo que me suelo encontrar en casi todas las novelas niponas que he leído (o las escritas por autores europeos que han vivido en Japón como Amelie Nothomb) lo que da idea de la importancia que tiene el mundo laboral en Japón. El hotel donde trabajan las dos protagonistas está organizado de manera sumamente eficiente, casi militar (lo que no impide que haya ciertas “cosillas” que se desvían del ideal laboral)

Conclusión final

“La mujer de la falda violeta” es una novela curiosa y diferente que nos habla de dos mujeres muy diferentes entre sí y que nos lleva por unos derroteros inesperados.


Si os ha gustado, podéis comprarla en los siguientes enlaces de Amazon:


jueves, 1 de marzo de 2012

"La fórmula preferida del profesor" - Yoko Ogawa



El mes pasado leí mi primer libro de esta aclamada escritora japonesa (“La residencia de estudiantes”). Si recordáis, comenté que me había gustado mucho su estilo narrativo –aunque el libro en sí no me había acabado de convencer ya que había cosas que no había acabado de entender del todo, especialmente el final – y que tenía la intención de leer algo más suyo para ver si, definitivamente, apuntaba a Yoko Ogawa como alguien a seguir. Pues dicho y hecho, a los pocos días a Isi se le ocurrió convocar una lectura conjunta sobre la novela más aclamada de Ogawa, “La fórmula preferida del profesor”, por lo que no dudé en apuntarme y a los pocos días ya tenía leído el libro.

A continuación, podréis leer mis impresiones aunque ya os adelanto que me ha gustado mucho, más que “La residencia de estudiantes”

Yoko Ogawa

Yoko Ogawa nace en Okayama en 1962. Estudia en la Universidad Waseda de Tokyo. En 1986 inicia una carrera de escritora, inspirada por sus lecturas de los clásicos nipones, El diario de Ana Frank y las obras de Kenzaburo Oé. Ya con su primera novela, Cuando la mariposa se descompone, obtiene en 1988 el prestigioso Premio Kaien. En 1991, logra el gran premio Akutagawa por El embarazo de mi hermana, publicado por Editorial Funambulista, que se convierte inmediatamente en un best-seller en su país. A partir de entonces todas sus obras son grandes éxitos de crítica y de público en Japón, donde es indiscutiblemente la escritora de más ventas.

Ha escrito:

.- En 2003 publica  ”La fórmula preferida del profesor”, que obtiene varios premios (el Premio Yomiuri, el Premio de las Librerías Japonesas y el de la Sociedad Nacional de Matemáticas).

.- “Perfume de hielo”

.- “La niña que iba en hipopótamo a la escuela”.

.- “La residencia de estudiantes”

 Actualmente vive con su familia en la antigua ciudad mercantil de Kurashiki y se dedica exclusivamente a la literatura.

Datos Técnicos

Editorial: Funambulista
Número de páginas: 298
Encuadernación: Tapa blanda
ISBN: 9788496601376
Año de edición: 2008. Mi ejemplar pertenece a la duodécima edición, lo que dice mucho de su éxito
Precio: 13,95€

Argumento

La protagonista es una mujer de la limpieza. En el año 1992 la envían a trabajar a casa de “el profesor”, un cliente complicado pues en la ficha de cliente que sobre el mismo se llevaba en la agencia para la que trabaja nuestra amiga, tenía ya nueve estrellas azules, lo que significaba que, a solicitud suya, la agencia había tenido que enviar a nueve asistentas diferentes.

Su  misión es atender al profesor: limpiar la casa, prepararle la comida, ocuparse de las compras y prepararle la cena antes de marcharse a las 7 de la tarde.

Nuestra amiga se va a encontrar con un hombre entrado en años, afable, educado… y con una rara enfermedad: tiene un curioso trastorno de la memoria. Tras un accidente de tráfico ocurrido hace diecisiete años,  no puede acumular recuerdos. Recuerda perfectamente lo ocurrido hasta entonces; entre ellos, miles de teoremas y fórmulas matemáticas (pues fue profesor de esta especialidad), pero no puede acumular recuerdos nuevos pues su memoria dura, exactamente ochenta minutos. Así que, cada ochenta minutos, es como si la cinta que tiene en la cabeza rebobinase y volviese a grabar sobre lo grabado con anterioridad. Para intentar recordar algo, lleva prendidos mediantes alfileres por todo su traje, papelitos con notas.

Curiosamente, entre el profesor, la mujer y el hijo de ésta, Root, se va a formar una extraña y preciosa relación de amistad.


Impresiones

Esta segunda aproximación a la prosa de Yoko Ogawa me ha gustado muchísimo más que la primera. Y es que conserva todo lo que de positivo encontré en La residencia de estudiantes y nada de lo negativo.
Decía en aquella ocasión que: “Me ha gustado el estilo de la autora: sencillo, intimista, un tanto poético. Escribe bien, con una prosa bella y pausada, descriptiva e intimista pero, al mismo tiempo, de lectura asombrosamente fácil. Una se sumerge en sus páginas y no puede parar de leer hasta terminar la novela. Me ha parecido una novela elegante, delicada, escrita con una prosa bonita y amena, sutil, cercana y lejana al mismo tiempo.” Pues me ratifico en lo dicho: el estilo narrativo de Yoko Ogawa es realmente bello, te envuelve con sus palabras y sus frases y hace que la lectura de una de sus obras sea un placer para los sentidos.

Si recordáis, de la otra novela no me había gustado el final, muy abierto, y el hecho de que me dejó la sensación de no haber entendido algo, que había cosas que se me escapaban. Lo achacaba a la diferencia de mentalidad oriental / occidental. Pues bien, estos aspectos negativos brillan por su ausencia en La fórmula preferida del profesor. El final es completamente cerrado, no deja nada a la imaginación del lector sino que lo deja todo resuelto y bien resuelto. Incluso, como a mí me gusta tanto, con unas frases finales en las que te cuenta qué ha sido de los personajes principales unos años después de finalizada la acción. Y, por otro lado, no he encontrado nada medianamente confuso, filosófico, medio apuntado, sugerido… ; todo se entiende a la perfección, sin interpretaciones posibles. Es, en mi opinión, una novela japonesa “occidentalizada”, muy del gusto lector que nos gastamos por aquí.

La fórmula preferida del profesor es una historia de amor y de amistad, una historia de aprendizaje y de crecimiento personal. Parte de tres personajes –cuyo nombre no llegamos a conocer-: la asistenta, su hijo (al que el profesor apoda Root “porque su coronilla era tan plana como el signo de la raíz cuadrada”) y el Profesor. El Profesor tiene un gran hándicap: su prodigiosa mente no es capaz de recordar más que lo que ocurre en un plazo de 80 minutos. Sin embargo, todo lo que aprendió de joven, sigue fresco en su cabeza por lo que sigue siendo un crack en lo que mejor se le daba: las matemáticas. Le gustaba enseñar y se pasa todo el día entre teoremas y problemas matemáticos, cuya solución suele enviar a las revistas matemáticas. Tanto es su querencia por las matemáticas que va a transmitir su hobbie a la asistenta y a su hijo. El niño creo recordar que tiene 9 años y, tras el colegio, va a casa del profesor a esperar que su madre termine de trabajar. El Profesor es un hombre afable al que le encantan los niños y, en cuanto supo de la existencia del niño, de Root, obligó a la madre a que tras el colegio fuese a su casa y la esperase allí haciendo los deberes, jugando, etc… Un día, el Profesor le ayuda a resolver un problema matemático de la mejor forma: no dando la solución sino explicando el camino que le llevará a encontrarla. Al final logra enganchar al tema no sólo a Root sino también a su madre, a quien le plantea cuestiones matemáticas que ella se va a afanar en intentar resolver, incluso investigando en las bibliotecas.


Y es que el Profesor - y Yoko Ogawa – tienen una forma de hablar de las matemáticas que hace que en la madre y el hijo y en nosotros los lectores crezca el interés por el tema (sí, incluso en mí, que, si bien en su momento me gustaban también mucho, reconozco haber sido de Letras convencida toda mi vida). Hace parecer las matemáticas como algo divertido y nos plantea cuestiones curiosas que, si prestamos un poco de atención, van a resultar, además, muy instructivas: los números primos (que ya conocemos la mayoría por la preciosa novela “La soledad de los números primos” de Paolo Giordiano), los números amigos, la serie de Fibonacci, etc…

En la novela hay matemáticas, muchas. ¿Quiere esto decir que no es apta para quienes no les gusten “las mates”? En absoluto: las matemáticas son un complemento a la verdadera historia, que es la relación de amistad forjada entre los tres protagonistas. Las referencias matemáticas encandilarán a los más o menos aficionados al tema, dándoles pie –si lo desean- para profundizar. Y a los que no nos atraen especialmente, nos dan datos curiosos, que se leen a gusto, sin apabullar. En algún momento, sí que ha habido alguna explicación que se me ha hecho excesiva pero, si os pasa lo mismo y no os apetece leerla, no hay más que pasar al siguiente párrafo porque no os perderéis nada (aunque, ya digo, sólo me ha pasado de forma infrecuente; generalmente, las referencias matemáticas me han resultado de lo más interesantes y me han descubierto cosas que no sabía).

Es una novela casi sin argumento, en la que apenas pasa nada. La autora coge unos cuantos meses de la vida de unas personas y nos la cuenta. No pasan grandes cosas, no hay ningún tipo de acción… y, sin embargo, la novela resulta interesantísima. No tiene un ritmo apabullante y, no obstante, se lee casi de un tirón. El estilo fluido de la autora y la facilidad de la lectura lo consiguen. Es una historia muy dulce, tierna, sencilla y optimista contada con mucho cariño y delicadeza. El lector no puede sino implicarse en la historia y coger cariño a los personajes, a los que llega a sentirse muy cercano.

Conclusión final

La fórmula preferida del profesor es una novela muy recomendable. Una novela que nos reconcilia con el placer de leer por mero placer, por gusto, por disfrutar de una bella prosa que narra una bonita y sencilla historia. Es un libro muy especial, tierno, entrañable, dulce, bonito. Más que la historia en sí, lo que gusta es cómo la cuenta Yoko Ogawa, con esa prosa tan elegante, fina y delicada.

Una preciosidad.

Podéis comprarla en Popular libros

Otras reseñas de la lectura conjunta

miércoles, 13 de octubre de 2010

"La sombra del kasha" -


Tengo que empezar esta reseña dando las gracias a la editorial Quaterni, que me ha enviado este libro. Es la primera vez que una editorial se fija en mi blog y me envía un libro así que, al hecho siempre maravilloso de que te regalen algo, se aúna el que sea la primera vez que alguien reconozca que mi blog pueda ser interesante como para merecer el envío de un libro para su reseña. Así que, muchísimas gracias, de todo corazón!

Editorial Quaterni

Era una editorial prácticamente desconocida hasta que un día, hace unos meses, vi algún anuncio en internet y me suscribí a sus newsletter. Desde entonces, períodicamente, me envían un mail informándome de las novedades editadas.

Si bien sus creadores ya tienen una larga experiencia en el mundo editorial, Quaterni es una editorial independiente, bastante nueva. Su intención es rescatar del olvido algunos de los títulos más leídos de la literatura universal y dar cabida a nuevos autores.

Unas finalidades ambas muy loables. Respecto a la primera, a todos los que amamos los libros nos ha dado rabia, en un determinado momento, buscar un libro que nos han recomendado y encontrarnos con que está descatalogado por haberse editado hace unos años. El mundo de los libros, como todos, depende de las modas y, salvo los clásicos, o los libros muy vendidos que se reeditan una y otra vez, es difícil en muchas ocasiones encontrar determinados libros. Respecto de la segunda de las finalidades, siempre es interesante encontrar nuevos escritores; para muestra, un botón: la escritora japonesa Miyuki Miyake, de la que hoy os voy a hablar.

Si queréis ver los títulos que os pueda ofrecer la editorial Quaterni, no tenéis más que entrar en su página web: www.quaterni.es

En el folleto que me han enviado junto al título, se cuentan títulos que fueron auténticos best-sellers en otro tiempo, como diferentes novelas de Harold Robbins, Robert Traver, Jacqueline Susann, etc...

Miyuki Miyabe

Nació en Tokio en 1960. En su país, es una de las escritoras más reconocidas.

Ha escrito más de 40 novelas, en las que ha tocado casi todos los géneros: ciencia ficción, intriga, novela histórica, fantasía y ficción juvenil.

Sus libros han sido traducidos a más de 11 idiomas y 15 de ellos han sido convertidas en películas, en su país, siendo éxitos de taquilla.

Por esta novela que hoy comento, recibió el premio Shugoro Yamamoto en 1993.

De momento, en España sólo se ha publicado (bueno, se publicará el lunes 18 de octubre) "La sombra del Kasha" pero editorial Qaterni tiene previsto publicar también otras tres novelas, Crossfire, The devil's whisper y Shadow family.

Datos técnicos

He sido la afortunada en poder leer esta novela antes de que se haya publicado ya que no podéis encontrarla en las librerías hasta el 18 de octubre de 2010.

Pùblicada por editorial Qaterni en edición de gran tamaño y tapa blanda.

Tiene 352 páginas.

Su precio: 19,50 euros.

Argumento

Shoko Sekine es una joven que ha desaparecido. Su prometido, Jun Kurisaka, está deseperado. No quiere acudir a la policía y, sabiendo que un tío de su mujer, es policía pero en estos momentos está de baja, decide pedirle que investigue la desaparición de forma discreta. El policía se llama Honma y se va a tomar muy en serio la investigación.

Todo empezó cuando, haciendo los preparativos para la boda, Jun solicita una tarjeta de crédito para Shoko. En el banco no se la dan porque consta que hace unos años fue declarada en quiebra. Entonces Shoko desaparece. ¿Voluntariamente?

Honma empieza a tirar del hilo y pronto descubre que tras la aparentemente inocente desaparición hay todo un entramado de intrigas financieras. Y que Shoko no es quien dice ser...

Impresiones

Es la primera novela japonesa que leo. Así que tenía muchísima curiosidad porque siempre me ha gustado leer sobre culturas diferentes y la japonesa es, además, una de las que más me llaman la atención.

A eso se añadía el hecho de que fuese una novela negra, género que me encanta.

La experiencia ha sido muy buena. Tanto que no dudaré en leer las siguientes novelas de esta escritora a medida que se vayan publicando en España.

Os cuento un poco.

Primero, más que novela negra, yo hablaría de thriller o novela de suspense. Me parece un poco light para calificarla de negra. Los japoneses tienen pinta de tan civilizados, tan educados, tan avanzados... que, según esta novela parecen serlo: por lo que sus crímenes, también son en cierta forma igualmente civilizados. Al menos es lo que parece derivarse de esta novela. No resulta tan oscura, tan claustrofóbica como puedan serlo, por ejemplo, algunas de las novelas nórdicas que tan de moda se han puesto últimamente. Se trata, sin más, de una investigación, realizada un poco al estilo clásico: de forma pausada, tirando del hilo poco a poco, de ésas que una pista nos lleva a la siguiente, sin sobresaltos, sin sorpresas sacadas de la manga. El policía y nosotros con él vamos conociendo, muy poco a poco, los entresijos del asunto. Como si de una labor de punto se tratara. No es una novela vertiginosa, de ésas que continuamente pasan cosas, sino una novela bastante pausada. Lo cual no quiere decir, ni mucho menos, aburrida: al contrario, está tan bien narrada la historia, que te atrapa y deseas continuar hasta llegar al final.

Se trata de una novela bastante fácil, que alterna los diálogos y la narracción casi al 50%. Las únicas dificultades que me he encontrado, son las derivadas de los nombres. Lógicamente, no estoy familiarizada con los nombres japoneses los cuales, además, no dan pistas sobre el género. Por si os decidís a leer la novela, os hago una breve mención de quién es quién:

.- Honma es el protagonista de la novela. Es un detective de la policía que, debido a un "accidente" en una actuación policial, tiene la pierna mal y se encuentra de baja. Está viudo desde hace pocos años y vive con su hijo de diez años Makoto.

.- Jun Kurisava: el novio de la chica desaparecida

.- Shoko Sekine: si bien su nombre suena a chico, es una chica. Es la prometida de Jun que desaparece sin dejar rastro.

.- Kyoko Shinjo: otra chica, de la que tampoco se sabe nada.

El inspector Honma es un policía un poco atípico. Si lo comparo con los protagonistas de las novelas negras que suelo leer (de Mankell, Jo Nesbo, Arnaldur Indridasson, etc...) Honma resulta ser un tipo de lo más normal. Tiene una vida normal, no bebe, no tiene vicios inconfesables, ni una personalidad atormentada.... Es, simplemente, un hombre trabajador que, como todos los inspectores de novela, se toma muy en serio su trabajo pero sin grandes traumas detrás. La novela nos va contando cosas de su vida privada, pero es una vida muy normalita, como la que pueda tener cualquier persona que conozcamos. Eso sí, en su trabajo es como un perro de presa: como agarre algo, no lo suelta hasta llegar a la solución del enigma.

La novela me ha sorprendido en cuanto al hecho de que me esperaba que la investigación se iba a llevar a cabo con medios tecnológicos. No por nada Japón es uno de los países con tecnología más avanzada del mundo. Sus gadgets tecnológicos invaden el resto del mundo y yo pensaba que en materia de investigación policial estarían avanzandísimos. No digo que no lo estén, pero sí que en la novela no se ve reflejado el tema. También hay que tener en cuenta que, aunque se haya publicado ahora en España, la novela tiene ya unos años, pero es que por no aparecer no aparecen ni móviles. Así las cosas, la investigación se desarrolla de la forma más clásica posible.

Al hilo de la investigación, vamos también descubriendo cosas de la sociedad japonesa, de su forma de vida. Cosas como el registro familiar (siempre he pensado que en Japón la pertenencia a una familia y las costumbres ancestrales tenían mucha importancia), asuntos financieros, etc... Uno de los elementos claves de la novela va a ser la capacidad de endeudamiento de la población. En la época en la que se escribió, parece ser que hubo un montón de bancarrotas, no de empresas sino de particulares. La gente se acostumbró a vivir del crédito: compraba algo a plazos, luego no tenía dinero para pagarlo y pedía un préstamo para pagar el anterior, un tercero para pagar el segundo... y así hasta que llegaba a amasar una deuda impresionante que muchas veces originaba que tuviese que declararse en quiebra personal. Eso con suerte, si la Yakuza (la mafia) no acertaba a hacerse con sus deudas y hacerle la vida imposible. Por lo tanto, y al igual que en las novelas nórdicas, en la novela subyace una crítica social de lo más interesante (sobre todo porque lo que nos está ocurriendo a nosotros, también es en cierta forma derivado del endeudamiento).

Para finalizar, diré que hay una cosa que no me ha acabado de convencer del todo: y es, precisamente, el final de la novela. Me parece demasiado brusco. He echado en falta unas cuantas hojas más, en las que se nos dé la explicación de todo el asunto desde el otro punto de vista. El final es demasiado precipitado, rápido, sin concesiones. Después de tantas hojas de lectura, creo que hubiese estado bien que la autora se hubiese alargado un poco. Yo, al menos, lo hubiese agradecido.

Es por eso, que valoro la novela con un 8/10 y no con un 9/10 que, de haber acabado de otra forma, hubiese sido la nota más adecuada.

Un saludo