“La sacudida” - Fernando Goitia

“La sacudida” fue uno de los libros que más me atrajo del catálogo de novedades de septiembre de Ediciones B. Al final, la novela no ha resultado ser exactamente como yo me la había imaginado pero, aún así, ha sido una buena lectura

Éstas son mis impresiones

Fernando Goitia

Fernando Goitia es periodista. Sus reportajes sobre el huracán Mitch para El País fueron galardonados con el Premio Lázaro Carreter. En la actualidad trabaja como jefe de actualidad en XL Semanal.

La sacudida es su primera novela.

Datos técnicos

Título: “La sacudida”

Autor: Fernando Goitia

Editorial: Ediciones B

Edición: tapa blanda con solapas

Publicado en septiembre de 2016

Páginas: 360

ISBN: 978-84-666-5983-3

PVP: 19,00 €



Argumento

Un volcán se desploma y sepulta a tres mil personas mientras el huracán Mitch devasta Centroamérica. Un periodista vasco acude al lugar de la tragedia para hacer un reportaje y desentierra a un individuo sin identidad que agoniza entre los escombros.

Pero el hombre a quien acaba de salvar la vida no es un completo desconocido. Pronto descubrirán que tienen muchas cosas en común: ambos se ocultan tras una identidad falsa y tienen numerosas muertes a sus espaldas. Y aún hay más: uno de ellos es un sicario que tiene la orden de matar a quien ahora se ha convertido en su compañero.

Emprenderán un largo viaje por un escenario desolado, destruido por el Mitch, en el que deberán enfrentarse a sí mismos, descubrir quién es el otro y, finalmente, resolver el enigma final: ¿es esta una historia de víctimas y verdugos?



Impresiones

El desgraciadamente famoso huracán Mitch devasta Centroamérica, ensañándose especialmente en Honduras mientras que, como consecuencia, el volcán Casita explota sepultando a tres mil personas bajo la lava

Miguel, un periodista vasco, es el encargado de acudir al lugar para dar parte de la tragedia. Entre los escombros, adivina el cuerpo de un hombre que, aunque en muy malas condiciones, resulta estar vivo. Es Julio y los servicios de emergencias consiguen salvarle la vida con la única pérdida de un brazo. Desde ese momento, Miguel, su salvador, se convierte en su valedor y ambos hombres emprenderán un viaje a través del país. Un viaje que es, en realidad, una huída pues ambos tienen de qué esconderse. Y es que ambos hombres no son quienes dicen ser, ambos huyen de algo, de gente que les persigue para matarles o encerrarles. Y es que ambos tienen un pasado sangriento a sus espaldas.

La novela parte de un hecho real: el paso del huracán Mitch por Centroamérica que provocó el estallido del volcán Casita. Ambos hechos supusieron la muerte para muchas personas y para muchas otras quedarse sin casa y sin medios para subsistir. A partir de ahí, Fernando Goitia crea una historia de ficción basada en dos personajes que el destino une y a los que les unen muchos puntos en común

La novela comienza cuando Miguel, fotógrafo vasco en Nicaragua, haciendo fotografías del desastre del Casitas encuentra a quien resulta ser Julio enterrado en el lodo. Consigue salvarle la vida aunque perderá un brazo. Dicen que quien ha salvado la vida a alguien estará unido de por vida a esa persona y así ocurre en el caso de Miguel quien decide acompañar a Julio en lo que resultará ser una huida a dos. Porque, al principio no lo saben, pero ambos tienen delitos de sangre en su haber y a ambos les persigue alguien. En el brazo que perdió Julio había una esposa. Y es que Julio fue guerrillero y luego sicario. Pero también Miguel tiene un pasado sangriento derivado de su pertenencia a ETA. Huye de alguien y se ha refugiado en Centroamérica pero quienes le persiguen están detrás de su pista, dispuestos a matarlo. Como veis, ambos son personajes que, en principio, no resultan precisamente adorables para el lector pues ambos tienen delitos de sangre a sus espaldas. Pero, a medida que vamos conociéndoles y sabiendo de su pasado, quizás nuestra percepción comience a cambiar.

En su viaje o huida, Fernando Goitia nos lleva por unos parajes desolados por el huracán. Con unas descripciones precisas, podremos hacernos una idea de lo que aquél desastre supuso para miles de personas que se quedaron sin hogar, sin familia, sin nada en el mundo. Fernando sabe bien de lo que habla pues él mismo fue testigo ocular de aquella devastación; cubrió como periodista para EL País la catástrofe del Mitch y recibió por sus reportajes el Premio Iberoamericano de Periodismo Fernando Lázaro Carreter.

La historia se irá contando desde el presente y de una forma lineal pero con continuos flashbacks al pasado que nos permitirá conocer la vida de sus dos protagonistas hasta saber quiénes son y quiénes fueron y por qué se metieron en las organizaciones que les llevaron a matar. Es una historia contada a dos voces por Miguel y Julio, en ambos casos en primera persona, dando su visión particular de los asuntos que se tocan. Julio habla en “sudamericano”. Sin duda, el autor conoce la forma de expresarse en Sudamérica y, más particularmente, en Nicaragua y Honduras, y hace hablar a Julio tal y como lo haría alguien de allí. Eso supone el uso continuo de localismos, el hecho de que algunas palabras tengan un significado diferente del que tienen aquí y que algunas expresiones nos resulten raras. Si queréis que os diga la verdad, cuando alguna bloguera que lo empezó a leer antes que yo comentó este particular, me dio miedo. No me suele gustar leer libros con un lenguaje tan de su tierra porque se me hace difícil y cuesta arriba, especialmente el de algunos países. Y me dio mucha pereza empezar el libro. Pero, cuando lo hice, ya me había hecho a la idea de lo que me iba a encontrar y, quizás por eso, no me costó tanto como había pensado. Enseguida me hice con el lenguaje, no me costó demasiado “aprender” los diferentes giros idiomáticos y, en definitiva, empecé a disfrutarlo. También he de decir que cuando más cuesta es cuando habla Julio porque Miguel normalmente habla en castellano de España aunque sí que es verdad que en otras ocasiones tiene un cierto deje adquirido. Pero, en definitiva, esta forma de hablar consigue una ambientación fantástica, nos traslada al lugar y nos introduce entre sus gentes.

"La sacudida” es un libro de personajes. La devastación del huracán Mitch sirve de escenario para que estos dos personajes tan sui generis se encuentren y se descubran el uno al otro. Por eso, Miguel y Julio, Julio y Miguel, están caracterizados con mucho mimo. Son personajes muy complejos y su elección un poco arriesgada porque, como os he comentado más arriba, al principio no van a gozar de nuestras simpatías. Pero iremos conociéndolos, sabiendo sus motivos y el poso que los crímenes cometidos les ha dejado y, creedme, quizás vuestra opinión sobre ellos vaya cambiando a medida que la novela avanza. En este sentido, más que como el thriller con el que la editorial cataloga esta novela, yo casi la calificaría más de novela intimista, de viaje personal por el interior de sus protagonistas.

El autor escribe muy bien, metiéndose en la piel de los personajes, asumiendo su condición, su idioma, su forma de pensar. Describe los escenarios de forma muy visual y hace partícipe al lector de lo que cuenta



Conclusión final

“La sacudida” es una novela intensa, que en ocasiones se hace dura y difícil de leer (por los dejes idiomáticos pero, sobre todo, por su contenido) por lo que requiere una lectura pausada y reflexiva pero que deja un buen sabor de boca.

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