"El aroma del crimen" - Xabier Gutiérrez

Por el norte estamos de enhorabuena. Parece que la novela negra se está descentralizando y ya podemos encontrar como escenarios de crímenes ciudades pequeñas, no las típicas Madrid y Barcelona. A mí me encanta encontrarme mi ciudad, San Sebastián, en una novela (aunque sea como escenario de cruentos crímenes…). Por lo que en cuanto vi que Xabier Gutiérrez, donostiarra, publicaba una novela situada en mi/su ciudad, de mi género favorito, os podéis imaginar que no pude ni quise resistirme. Se publicó la semana pasada y aquí os la presento hoy

Éstas son mis impresiones

Xabier Gutiérrez

Xabier Gutiérrez, de profesión: psicólogo-cocinero-pensador

Vive en Donostia-San Sebastián. Trabaja en el Restaurante Arzak de San Sebastián

Sus intereses: cocinar, cocinar y cocinar,... y escribir. Autor de 17 libros, la mayoría de gastronomía, como Renueva tus recetas de siempre, Abre la nevera y cocina con lo que encuentres o Cocinar de cine.

Foto extraída de su página web http://xabiergutierrezcocinero.com/sobre-mi/

Xabier es cocinero, asesor de varios restaurantes pero sobre todo del Arzak, el mejor restaurante de la ciudad y uno de los mejores del país

Gutiérrez gestiona un blog donde hablar, obviamente, de cocina y también de sus libros

Es éste: http://xabiergutierrezcocinero.com/sobre-mi/

“El aroma del crimen” es la primera entrega de una serie de cuatro novelas. La segunda ya está escrita; se encuentra escribiendo la tercera y ya tiene pensada la idea general de la cuarta.

Datos técnicos

Título: “El aroma del crimen”
Autor: Xabier Gutiérrez 
Editorial: Destino, colección Áncora & Delfín
Publicado por primera vez el 24 febrero de 2015 
Encuadernación: Tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-233-4905-0
Páginas: 395
PVP: 18,50 Euros en papel /9,99 el ebook

Argumento

A Vicente Parra, oficial instructor de la Ertzaintza, con sede en el barrio del Antiguo de San Sebastián, le son asignados dos casos aparentemente muy diferentes. La diseñadora de moda Elena Castaño ha sido salvajemente apuñalada en su mansión y aunque los indicios apuntan a un robo, pronto queda claro que se trata de un crimen personal disfrazado de asalto. El otro caso es la muerte por insuficiencia renal y hepática de un joven llamado Cristian José, bedel en la universidad. La madre del joven sospecha que la muerte no fue natural pues ha encontrado importantes cantidades de dinero en efectivo en su casa y además llevaba últimamente un tren de vida que no se correspondía con su sueldo. Vicente pronto descubre que los sospechosos están todos relacionados con el mundo de la gastronomía, y más cuando la autopsia del cadáver de Cristian no ofrece dudas sobre las causas de su muerte.

Impresiones

Que la novela negra (o de misterio, o suspense, policíaca…) está de moda es un hecho. Los aficionados al género estamos de enhorabuena pues, además de autores extranjeros consagrados en sus países y en el nuestro desde hace años, se van sumando autores patrios que sitúan sus novelas negras en diversas ciudades de nuestro país. Siempre hace ilusión conocer –aunque sea de oídas- los escenarios. Y que, en cierta forma, los hechos y los personajes tengan nombres y caracteres que nos resultan conocidos. Al final, tras tanto leer novela negra nórdica yo me he acostumbrado pero, vamos a ver, siempre es más fácil empatizar con el inspector Martínez que con un tal Indrigustavson o algo similar, ¿o no?

Hay muchísima novela negra y uno podría pensar que todo está escrito. Pero no es así y los autores patrios se empeñan en demostrárnoslo sazonando sus novelas con referencias mitológicas (la trilogía del Baztán), históricas (“El asesinato de Pitágoras”…) o, en este caso, culinarias. Curiosa mezcla la de la cocina y la investigación de un asesinato pero, si está en su punto justo, funciona.

El autor de “El aroma del crimen” es cocinero; yo diría más, un virtuoso de la cocina. Cocinar es lo que hago yo en casa, lo que él hace es un arte. Y mira que hablo de oídas porque no he tenido nunca el placer de comer en el restaurante donde él demuestra todo su buen hacer culinario. Mi presupuesto no me permite pagar tantos euros por una comida jajaja, aunque ganas no me faltan pues he oído maravillas sobre ese menú degustación del Arzak (que mira que cuesta doscientos euros pero no he oído a nadie salir de allí y quejarse, pues todo el mundo los considera bien pagados por la experiencia que acaba de vivir). Y como cocinero que es, traslada al papel sus conocimientos dando lugar a una novela negra la mar de sabrosa. No es la primera novela de este tipo de la que tengo conocimiento; sé que hay algunas otras que mezclan misterio y cocina (recuerdo ahora mismo “Un cadáver entre plato y plato”, pero me consta que hay más), pero ésta es la primera que yo he leído. Y la experiencia ha sido muy positiva. Así que repetiré; probablemente con este mismo autor pues en su página web he leído que habrá cuatro novelas. Me imagino que mantendrá al mismo investigador, al que enfrentará a otros casos, porque lo que es éste está completamente cerrado en la novela. Vamos, que se trataría de una serie de novelas independientes, y no de una saga en la que la historia fluye a través de las diferentes entregas.

Van a ser dos los casos que investigará el protagonista de esta novela, el ertzaina Vicente Parra. El primero es un caso claro de asesinato. Una mujer ha aparecido muerta, apuñalada, en su casa. Ella era Elena Castaño, una diseñadora de moda muy conocida en la ciudad. Las cosas están revueltas pero rápidamente la policía llega a la conclusión de que el autor o autores del crimen ha intentado hacer ver que se trataba de un robo, pero que no lo es realmente. El segundo caso es más complejo porque ni siquiera están seguros de que sea un caso criminal. Hace dos meses un hombre murió en el hospital de una enfermedad renal. Pero su madre considera que hay algo sospechoso en la muerte, máxime cuando descubre que su hijo escondía una cantidad considerable de dinero –que en ningún caso podría haber ahorrado con su exigüo sueldo-. Consigue convencer al subcomisario y a Vicente de que investigue su muerte. Aunque en el momento de la muerte el joven era bedel, estudió cocina y las investigaciones de Vicente le llevan rápidamente a este mundillo culinario.

Así, de forma más o menos paralela, Vicente Parra va llevando a cabo las investigaciones de ambas muertes. Y digo más o menos porque la verdad es que investiga más la muerte del joven bedel que la de la diseñadora; y es algo que resulta extraño cuando ésta es claramente un asesinato mientras que aquélla parecía ser muerte natural. Pero también es cierto que la investigación del segundo asesinato le permite al autor llevarnos “de restaurantes”; y en este tema hará de buen cicerón paseándonos por unos cuantos restaurantes de la ciudad (ficticios, aunque similares hay muchos) y presentándonos diferentes tipos de cocina, desde la más tradicional, hasta la que investiga platos de otras culturas, la cocina de fusión y la alta cocina.''' El autor quiere trasladarnos su pasión por la cocina y lo consigue''', sin duda. Aviso para navegantes: no leáis este libro con el estómago vacío. 
Describe los platos y el placer de comerlos de tal manera que al lector se le hace la boca agua. Nos demuestra como comer no es sólo alimentarse sino mucho más cuando lo que se come ha sido cocinado con mimo y arte. Hay algunos platos que, madre mía, os harán salivar. Están descritos con tanta pasión y son platos tan diferentes, tan artísticos que…, en fin, que tenéis que leerlo para saberlo.

Realmente el tema culinario es el que destaca en esta novela por cuanto que la parte de novela negra es más normalita. No son dos investigaciones particularmente difíciles ni la resolución de los casos ha supuesto una gran sorpresa; aún así, me han resultado interesantes de leer.

El protagonista de la novela es un ertzaina, Vicente Parra, que trabaja en la comisaría situada en el barrio del Antiguo de San Sebastián. El servicio de policía está descentralizado y aquí quien investiga los casos de asesinato es la Ertzantza. De momento, su personalidad está dibujada lo justo. Conoceremos algo de su vida, de su familia, de su forma de trabajar y de su forma de ser; supongo que en las posteriores entregas, todo se desarrollará con más profundidad. Junto a él tenemos un buen número de secundarios: las dos víctimas, por supuesto, en cuya vida y caracteres la policía tendrá que ahondar para ver quién pudo estar interesado en sus muertes. Y una serie de personas con las que se relacionaban uno u otro, ya sean familiares, amigos o compañeros de profesión; entre ellos, muchos cocineros.
Xabier Gutiérrez utiliza una prosa sencilla y directa que, sin grandes circunloquios, nos presenta los hechos y nos lleva a la solución. Se explaya más cuando toca el tema que más le apasiona: la cocina. En este tema, sus descripciones son muy visuales y en algunas ocasiones casi me ha parecido ver e incluso oler los platos que describe. Con una acertada combinación de prosa y diálogo, la lectura resulta amena y entretenida en todo momento. Sin llegar a ser un libro “page-turner” mantiene un ritmo e interés constante y nos va dando pistas que nos permiten imaginar, más o menos, cómo ocurrieron los hechos investigados. Se para más en la investigación del asesinato del joven que en la de la diseñadora, eso sí; eso hace que la conclusión de este último me haya parecido un tanto precipitada, me hubiese gustado ver cómo la investigación avanzaba poco a poco

Conclusión final

“El aroma del crimen” ha resultado ser una novela entretenida e interesante que mezcla adecuadamente la investigación de dos asesinatos y el mundo de la alta cocina.

 1/2

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