"Nos crecen los enanos" - César Pérez Gellida

Los que os pasáis habitualmente por el blog ya sabéis que soy gellidista convencida. Además, desde la fundación del gremio jajaja. Descubrí a César con “Memento mori” y, desde entonces, soy fiel a su cita anual con sus novelas. Hoy os hablo de la última que recién acaba de publicarse: “Nos crecen los enanos”.

Éstas son mis impresiones

Ficha técnica

Editorial: Suma
Páginas: 616
ISBN: 9788491295631

Sinopsis

Dos cadáveres han aparecido en un pinar de Valladolid. Según la autopsia uno de ellos es el principal sospechoso de unos crímenes acaecidos en el municipio de Urueña varios años atrás. Este giro de guion pone en alerta a Bittor Balenziaga y Sara Robles, los policías y guardias civiles encargados de aquel caso, sobre todo cuando empiezan a aparecer otros cadáveres por distintos puntos de la geografía nacional. Y todos con el rostro desfigurado tras practicarles la sonrisa de Glasgow.

César Pérez Gellida construye con maestría una trama escalofriante llena de giros y personajes memorables. Nos crecen los enanos es una novela brutal y afilada que trasciende los límites de lo policial y nos ofrece un fresco de relaciones humanas inquietante.

Impresiones

En un pinar cercano a la Santa Espina han aparecido los restos de dos cadáveres. Uno de ellos corresponde al loco Eusebio, el principal sospechoso de los asesinatos cometidos en la localidad vallisoletana de Urueña unos años atrás. Desde entonces el loco Eusebio estaba en busca y captura pero nunca pudo ser encontrado: lógico dado que estaba muerto. ¿No fue él entonces el responsable de aquellos asesinatos? Y, ¿quién es el cadáver que yace junto a él?

Como ocurrió en el momento en el que se investigaron los hechos acaecidos en Urueña –la trama de “Astillas en la piel”- la investigación va a corresponder a dos cuerpos policiales, los que también investigaron en su día. Por parte de la policía nacional, Sara Robles; por parte de la guardia civil Bittor Balenziaga. Ambos tendrán que colaborar de nuevo para tratar de averiguar de una vez por todas qué pasó hace años en Urueña y quién es el responsable de todas las muertes: las pasadas y las que están ocurriendo en la actualidad.

Vamos por partes. César nos tiene acostumbrados a relacionar de una manera u otra todas sus tramas. Aunque sean novelas independientes o pertenecientes a alguna serie, de algún modo siempre hay un hilo que une a cada novela con las anteriores. En este caso, el propio título ya nos hace pensar que esta nueva novela pueda relacionarse con “La suerte del enano”: Y, sí, está relacionada a través de la inspectora de la policía Sara Robles. Pero con la que más relacionada está es con “Astillas en la piel” pues los hechos de ésta derivan de aquélla. Así que, si aún no habéis leído “Astillas en la piel” os recomiendo hacerlo antes de poneros con “Nos crecen los enanos”.

En esta novela se perciben todas aquellas cosas que han hecho de las novelas de César un género distinto, suyo y muy particular: el género gellidista. “Nos crecen los enanos” es César en estado puro, más incluso que algunas de sus otras novelas. Esta recuerda mucho a ese “Memento mori” con el que nos conquistó a muchos y no podemos evitar comparar al asesino de esta novela con Augusto Ledesma. Aunque hay una diferencia: a Augusto, de alguna manera, acababas queriéndolo o apreciándolo (si es que se puede decir algo así de un asesino en serie. Pero es que Augusto es mucho Augusto y, sin duda, mi malo de novela favorito). El de aquí es diferente, malo malísimo y, sí, imposible cogerle el más mínimo tipo de cariño (en la nota final César nos pregunta si ha conseguido que le cojamos tirria y la respuesta en mi caso es un rotundo sí).

Tendremos a un asesino en serie malo malísimo cuyos asesinatos nos pondrán los pelos de punta. Como las novelas de César son sumamente visuales, no podremos evitar “ver” las escenas del crimen y, sí, se ponen los pelos de punta. César siempre cuida sus personajes y, a pesar del ritmo frenético que impone a sus novelas, estos están bien desarrollados e, incluso, le da tiempo a hacernos partícipe de sus vidas personales. Sara, Bittor y el inefable y barbudo Ramiro Sancho junto a otros como el salado de Peteira nos harán pasar unos buenos (y malos) ratos.

Como siempre también, César suelta anécdotas que los que hemos leído sus anteriores novelas o seguimos en las redes su vida personal cogeremos al vuelo y con gusto. Empezando por esa primera escena en la que la preciosa Roma pasea por un pinar juntos a sus dueños, un hombre sin pelo y una mujer de pelo fuego. No hace falta mucha imaginación para poner caras a los tres jajaja. Y luego están las apariciones estelares de personajes de novelas anteriores, a veces en persona, a veces sólo mencionados como Erika, Carapocha, etc… Esa continuidad entre todas las novelas que ha escrito César a mi personalmente me vuelve loca.

Y luego está su estilo particular de escribir. Esas frases que ya son marca de la casa y que, las oigas donde las oigas, te hacen pensar en él jajaja. Esas “escenas” que acaban con la misma o las mismas palabras con las que empiezan la segunda. Esas tramas enrevesadas que te hacen sufrir (y César no tiene piedad alguna) pero también disfrutar de lo lindo. Ese ritmo frenético que hace que, tengas o no tiempo, devores el libro.

Finalmente los escenarios. Particularmente, siendo mi familia de la provincia de Valladolid, disfruto muchísimo paseando por lugares por los que me he paseado en la realidad como la Santa Espina o Urueña (¿para cuándo una novela en Rioseco?)

En fin, creo que ha quedado claro que me ha gustado mucho “Nos crecen los enanos” y que, un año más, la novela de César estará entre mis mejores lecturas del año. Lo peor es que se devora en un santiamén a pesar de tener seiscientas páginas de “ná”. Lo mejor es que en un año tendremos una nueva novela, ¿con qué nos sorprenderá esta vez?

Conclusión final

Si os gustan las novelas de César ésta os encantará pues es César en estado puro. Imprescindible.

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