"In vino veritas" - Virigina Gasull

Hay libros que llegan a tus manos de forma inesperada pero que, en cuanto los tienes, sabes que están hechos para ti y que vas a disfrutarlos un montón. Así llegó este libro a mí, antes incluso de publicarse. No sabía qué libro era, ni quién era la autora, ni qué clase de libro... Pero fue leer la sinopsis y quedar rápidamente prendida.

Luego resultó que la autora era de mi ciudad y que iba a presentarlo en una de sus librerías por lo que decidí adelantar su lectura. No me iba a dar tiempo a terminarlo antes de la presentación, pues supe de ella tan sólo tres días antes, pero, al menos, tendría una idea de qué iba.

La presentación fue interesantísima y menos mal que ya lo estaba leyendo porque, si no, tras ella hubiera estado obligada a hacerlo, ya que me dejó con muchísimas ganas

Éstas son mis impresiones.

Virginia Gasull

Nacida en Irún en la década de los setenta, comienza su actividad profesional en el sector de la arquitectura y después lo dirige hacia el desarrollo de proyectos relacionados con Internet.Durante la siguiente década mantendrá su actividad en este campo. En paralelo realiza estudios de sexología y en 2009 inicia su labor profesional como formadora impartiendo charlas sexológicas para grupos y asociaciones de mujeres. Su afición por la cultura del vino la lleva también a realizar diferentes cursos de enología y cata, así como visitas a bodegas en las principales regiones vinícolas de Europa.

Durante una de estas visitas a la región de Burdeos comienza a conocer la historia de los viticultores franceses durante la ocupación alemana en la Segunda Guerra Mundial y, tras años escribiendo relatos cortos, en 2013 se sumerge en la investigación y elaboración de In vino veritas, una novela que aúna la cultura del vino, el del nazismo y el mundo del arte. Todos los acontecimientos históricos narrados en estas páginas están basados en hechos reales.

In vino veritas fue autopublicada en Amazon y obtuvo un gran éxito de descargas y críticas, manteniéndose durante varias semanas en el número 1 de la lista de más vendidos.

Datos técnicos

Título: “In vino veritas”
Autora: Virginia Gasull
Editorial: Suma de Letras
Páginas: 420
Edición: gran tamaño, tapa blanda con solapas
ISBN: 978-84-8365-723-2 
PVP: 18 €

Argumento

El robo de uno de los mosaicos mejor conservados de Europa hace que la inspectora Oteiza, de la Brigada de Patrimonio Histórico de la Policía Judicial, se traslade a una pequeña localidad de Burgos para investigar el caso. Todo cambiará para ella cuando su jefe decide involucrarla en una investigación de gran complejidad: la desaparición de unas valiosas botellas de vino de añadas anteriores a la Segunda Guerra Mundial. Se inicia así un viaje que comienza en Madrid, continúa en San Sebastián en pleno Festival de Cine y finaliza en los viñedos de Burdeos. Un fascinante recorrido en el cual Oteiza contará con la ayuda de Édouard DeauVille, experto en vinos y propietario de un château, con el que surgirá una innegable química. A medida que su investigación avanza descubrirá no solo la pasión por el vino, sino también la lucha de los viticultores franceses por defenderse del expolio nazi durante la guerra, su colaboración con la Resistencia durante la ocupación y la existencia de obras de arte que ocultaron y aún ocultan grandes misterios. Un entramado complejo que la enfrentará a los oscuros fantasmas de su propio pasado y en el que su rutinaria y solitaria vida dará un sorprendente giro: ya nada volverá a ser lo mismo para ella.

Impresiones

Son muchos los motivos por los que me ha gustado esta novela, como poco a poco os iré exponiendo. Por su acertada mezcla de géneros, por su ritmo, por su buena ambientación, por sus personajes, por lo que he aprendido y, sobre todo, por lo que he disfrutado leyéndola

Anne Oteiza es una inspectora de policía, de la sección Patrimonio Histórico. Se dedica a recuperar obras de arte robadas. En esta ocasión tendrá que intentar recuperar unas botellas de vino, anteriores a la Segunda Guerra Mundial, que están siendo robadas en momentos y lugares diferentes. Son botellas muy valiosas pero, además, parece que los ladrones tienen un objetivo oculto al robarlas. Oteiza, con la ayuda de Édouard DeauVille, un vinatero francés, experto en la materia, iniciará una investigación que le llevará de Madrid a San Sebastián y de aquí a los chateaux de Burdeos.

Éste sería el chateau DeauVille

La trama es interesantísima y engancha ya desde las primeras páginas. Normalmente la novela policíaca se centra en asesinatos, violaciones y secuestros pero hay más facetas a investigar como, por ejemplo, el lucrativo robo de obras de arte. En la policía judicial hay una brigada, la de Patrimonio, dedicada a perseguir a estos ladrones de guante blanco y Oteiza es una reconocida inspectora de dicha Brigada.

Lo que comienza siendo una novela policíaca acaba mezclándose con otros géneros, que la dotan de muchísimo interés. De la mano de Oteiza conoceremos el expolio al que los nazis sometieron a los vinateros franceses. No deja de sorprendernos cómo los escritores siempre consiguen dar una vuelta de tuerca al asunto de la Segunda Guerra Mundial, de los nazis y sus crímenes. Ya sabíamos por otras novelas y por la Historia, que los nazis tenían un gusto exquisito y una preferencia innata por las obras de arte, muchas de las cuales se llevaron para su país, robándolas descaradamente de sus legítimos propietarios, alemanes judíos o habitantes de los territorios ocupados (por poner un ejemplo, “La pintora de estrellas” de Amelia Noguera nos lo cuenta). Aquí también sabremos que su paladar era exquisito y que obligaron a los propietarios de los viñedos bordeleses a enviarles masivamente sus cosechas. Así, la autora aprovecha la ocasión para hablarnos de esta circunstancia, del nido del águila, del valor que alcanzan en subastas determinadas botellas… (alucinada me he quedado al saber que una sola botella puede llegar a costar más de doscientos mil euros). La novela en este aspecto está muy bien documentada y da pie para investigar más. Yo la he leído, como suelo hacer, con la tablet al lado y no he podido evitar buscar un montón de cosas para hacerme una idea de cómo era la residencia de Hitler en los Alpes bávaros, el nido del águila, algunos de los chateaux que se citan… Asi que, además de entretenerme, he aprendido mucho (y estoy viendo cuándo puedo hacer una escapada a Burdeos para conocer los castillos de la zona pues adoro estas construcciones –y las francesas son especialmente encantadoras-)

Los escenarios están muy bien descritos. Lo sé de buena mano pues uno de los escenarios es mi propia ciudad. Hay una escena en concreto en la que la protagonista sale del hotel, cruza el puente y entra en el barrio de Gros que está descrita tal cual jajaja. Me ha hecho mucha ilusión encontrarme mi ciudad –que, por cierto, sale muy favorecida, con ese precioso hotel, la playa, el festival de cine, el museo de San Telmo… El inicio de la historia transcurre en Madrid y, tras San Sebastián, nos trasladamos a Burdeos y los chateaux de la zona. Como os he comentado en el párrafo anterior, los he visitado todos virtualmente y son una auténtica maravilla.

Nido del águila (Alemania)

Los personajes están muy bien descritos y eso no es habitual en una novela de este tipo. Pero tanto Oteiza como Edouard son personajes que la autora nos acerca de tal manera que parece que llegamos a conocer. Y eso que algunos no se dejan; Oteiza es una persona cerrada por algo que le tocó vivir hace años y que la vuelta a San Sebastián le hará revivir. Sufriremos con ella, nos abriremos con ella y nos preocuparemos por su suerte. Con dos personajes tan atractivos es casi inevitable que algo surja entre ellos. Y aquí he de decir que me encanta la forma en la que la autora describe unas cuantas escenas subiditas de tono. Tras leer hace ya un par de años algunas novelas eróticas -tan de moda ahora- acabé harta de su lenguaje soez; Virginia Gasull demuestra que se puede transmitir mucho sin necesidad de recurrir a un lenguaje casi barriobajero y sin perder la elegancia en ningún momento. Las dos o tres escenas eróticas que hay en la novela están tratadas con tan buen gusto, con tantísima elegancia, que da gusto leerlas. Así, sí.

Pues ya veis, es una novela que tiene un poco de todo. Una trama policíaca, un contenido histórico, una historia de amor, escenas de erotismo…, todo con unos personajes potentes que espero reencontrarme algún día (así será pues la autora nos comentó en la presentación que tendrían continuidad). La historia engancha desde el primer momento pero, aunque parezca mentira, va ganando en interés a cada capítulo.

Virginia escribe muy bien. Parece increíble que ésta sea una primera novela –aunque nos confesó que antes había escrito algunos relatos- pues su manejo de los personajes, de los escenarios y del ritmo narrativo es tremendo. Lleva a cabo una mezcla perfecta de géneros, que puede contentar a casi cualquier tipo de lector. Construye bien tanto los personajes como la trama principal a la que enriquece con una subtrama histórica. Aligera la narración con diálogos precisos. Y, en definitiva, lleva un ritmo adecuado todo el rato, acelerándose hacia el final, cuando ya no podréis parar de leer.

En la novela se alternan dos tipos de capítulos. Los más largos están narrados en tercera persona y nos dan cuenta da la investigación. Intercalados entre ellos aparecen unos capítulos más cortos (en la mayoría de los casos sólo tienen dos páginas) escritos en segunda persona. Un estilo que no es frecuente en narrativa; un estilo que la autora confesó difícil de escribir. Pero que, sin duda alguna, nos mete en la mente de la protagonista y nos muestra sus demonios anteriores. Un acierto en mi opinión.

Finalmente, deciros que tan protagonista como Oteiza y DeauVille lo es el mundo del vino. Oteiza no lo conoce, DeauVille es experto y le inicia (y al lector) en sus rudimentos. Yo no soy aficionada al vino (no me matéis si confieso este sacrilegio: no me gusta nada) pero, leyendo la novela, me ha dado mucha pena de no poderla disfrutar con una buena copa de vino como la autora aconseja jajaja

Conclusión final

Sin duda, me ha encantado.

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